lunes, 31 de diciembre de 2018

14 Discos Para 2018


Eso. Sin demasiados preámbulos vamos a revisar rápidamente catorce álbumes que dejaron huella durante este 2018. Un gran año para el mundo del metal por cierto...

14. Primordial: Exile amongst the ruins
"Black épico cargado de fuerza, dramatismo e identidad, pero que en esta ocasión se ha trabajado con un tino particularmente exquisito, lo cual sitúa desde ya al trabajo por sobre cualquiera de las más recientes entregas de la agrupación"
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13. U.D.O : Steelfactory
"En la linea de lo que vienen realizando otros históricosSteel factory da muestras de una leyenda que se niega a bajar la guardia desenfundando un conjunto de temas que apuntan directo a la vena de cualquier amante del heavy metal"
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12. Haken: Vector
"El quinto álbum de Haken desenfunda de lleno todo el armamento progresivo que estos ingleses tan bien manejan y los trae "de regreso" hacia una zona donde logran moverse como pez en el agua encontrando enormes momentos y un conjunto donde cuesta encontrar ripios (aunque los hay)"
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11. Soulfly: Ritual
"un álbum preciso de exquisito death que encuentra durante su trayecto enormes momentos que dan muestra de un estado de inspiración no menor por parte de un Max Cavalera que parece haber encontrado en estos años el filo que por más de una década estuvo buscando"
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10. Satan: Cruel magic
"un disco dinámico, compuesto por diez canciones de heavy metal de corte clásico, con estructuras que varían constantemente generando constante interés en quien escucha"
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9. Immortal: Northern chaos gods
"Bajo la conducción en pleno de Demonaz(quien en esta ocasión ha asumido las voces además de composición + guitarras) y contrario a lo que se podría haber asumido, Northern chaos gods da muestras de enorme frescura y ciertos aires de renacimiento para Immortal"
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8. Gaz Coombes: World's strongest men
"Lejos por tanto de la dinámica inmediata y adictiva de ex banda Supergrass, lo de Coombes hoy en día viaja en otra dirección, una que se concentra mucho más en los ambientes que en el efectismo, además de atreverse en aspectos instrumentales y estructuras"
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7. Judas Priest: Firepower
"Necesitaban por tanto un álbum como Firepower, disco que no solo los revitaliza, sino que los vuelve a colocar en un nivel que se condice con su historia"
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6. Christina Rosenvinge: Un hombre rubio.
" Y es que a estas alturas del partido la española realiza lo que le da la regalada gana, compitiendo (como debe ser) únicamente consigo mismo y, por cierto, entregando discos cada vez más maduros en lo musical. Y en esta ocasión, y como reza el título, la oímos dedicando su álbum primero a su padre y luego a nosotros, a nuestras amarras..."
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5. Obscura: Diluvium 
"En esta nueva entrega Obscura vuelve a regalar un producto impresionante en materia técnica, marcado por notables ejecuciones, sin embargo, Diluvium no se queda ahí, y lejos de centrarse en aspectos meramente técnicos o lucimientos personales apuesta por un sonido más directo que el abordado en Akroasis, con estructuras reconocibles que explotan gratamente una serie de elementos que a estas alturas son característicos de Obscura"
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4. Soreption: Monument of the end
"Si bien es cierto es que con su tercer largo estos suecos no pretenden inventar la pólvora y desenfundan un conjunto de temas dispuestos a impactar con potencia + precisión quirúrgica el mentón del oyente, también lo es el que hay mucho que agradecer en este Monument of the end"
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3. Suede : The blue hour
"Si algunos creyeron que con este último habían tocado techo, cometieron un error: en este 2018 la experiencia ha sido mejorada con creces mediante un álbum tan oscuro como contundente. Un disco de aquellos que ya no se componen. Tal cual"

2. Rivers of Nihil: Where owls know my name 
"Nos encontramos así con un álbum de death metal progresivo desatado, ejecutado con una precisión digna de un conjunto de músicos notables pero que en esta ocasión, independiente del nivel interpretativo que acá ostentan, destacan principalmente por las composiciones logradas, las cuales han elevado el sonido de la banda a otra categoría, a otro nivel"

¡DISCO DEL AÑO!
1. Janelle Monae: Dirty computer
"El álbum es potente y contundente, directo y necesario, personal y valiente. Tiene todos los condimentos para pararse a aplaudir a esta pequeña gran mujer que avanza en su carrera, hasta ahora, sin temer a nada"

Y bueno, un año más de música, un año más de reseñas y experiencias. No queda más que agradecer la oportunidad de poder escribir y compartir ideas con quienes pasan por acá de vez en cuando. Y esperar que se nos venga un 2019 cargado de novedades... 

lunes, 24 de diciembre de 2018

The Smashing Pumpkins: Shiny And Oh So Bright, Vol 1 / LP : No Past. No Future. No Sun. (2018)

"Triste caricatura de un pasado brillante..."

Son difíciles las reuniones. Te juntas con viejos amigos pero, tan pronto comienzas a compartir, notas que más allá de las risas en torno a viejas anécdotas hay poca química en el presente, y del futuro mejor ni hablemos. Algo así supongo es lo que les debe ocurrir  a las bandas cuando de manera forzada se reúnen con algún fin (normalmente comercial). Existirá una que otra idea trabajada por separado que intentarán hacer cuajar en el estudio hasta finalmente rendirse frente a la cruda evidencia y asumir que "esto es todo lo que hay". Lo mencionado viene a colación a propósito del regreso de The Smashing Pumpkins, o más que regreso, la inclusión tras dos décadas de distanciamiento de James Iha a la formación que Billy Corgan ha venido trabajando durante la última década, participación que inevitablemente ilusionó a muchos con el regreso de la inspiración o al menos de una voz disidente al interior de la formación. Pero no. Shiny and oh so bright ... (¡vaya pomposidad de título!) continúa la linea de sus predecesores, con un Billy Corgan al mando de todo lo que se oye, lo cual no necesariamente sería negativo si el disco al menos mantuviese el nivel de cualquiera de sus antecesores, asunto que ni por asomo ocurre.  

Inofensivo y confuso creo son los adjetivos que mejor pueden definir un álbum que en ningún pero ningún momento se inclina por alguna línea, que en treinta minutos intenta tirar por la épica en 'Knights of Malta' o en 'Alienation', aunque sin lograr emocionar, también tirar por el pop y medios tiempos (a la '1979') en 'Silvery sometimes (ghosts)' o en la sosa 'Travels', o desempolvar las guitarras en la terrible 'Solara', que solo constata que la ira y el filo han desaparecido por completo, y así, durante el trayecto de tan solo ocho temas que estos descafeinados Pumpkins nos proponen encontramos muy poco desde donde afirmarse, quizás la dinámica de 'Marchin' on' (la única en todo el disco que me atrevería a decir que funciona), 'With sympathy', que en su simpleza y ese bajo marcado resulta realmente agradable y ese cierre con 'Seek and you shall destroy', donde la banda efectivamente encuentra algo de química.

El décimo álbum de The smashing pumpkins es el peor que ha editado la agrupación en cualquiera de sus formaciones. Incluso al lado de discos "menores" de Corgan y cia., como Zeigeist (2007) u Oceania (2012) luce pálido, y la participación de James Iha no hace sino completar el chiste de mal gusto. ¿Alguien lo ha oído en el álbum? Yo en ningún momento. Si no me lo cuentan no me creo que participó. 

5 / 10
Nada muy especial. 


Otras reseñas de The Smashing Pumpkins:
2014 // Monument to an elegy
2012 // Oceania
1998 // Adore

jueves, 20 de diciembre de 2018

U.D.O: Steelfactory (2018)

"Amor e infinito respeto por el género..."

No hay disco malo de U.D.O. Tomas cualquiera de sus álbumes y algo encuentras, lo cual no es poca cosa considerando que en poco más de treinta años este pequeño gran alemán ha editado dieciséis trabajos, es decir, su ritmo de producción a partir su salida de Accept ha sido impresionante, pero insisto, lo realmente destacable en su caso es el buen estado creativo que continúa mostrando pese al paso evidente de los años. Y si bien en 2015 habíamos tenido un correcto álbum como Decadent, tras oír este potente Steelfactory es inevitable sentir que su conexión más directa es con el excelente Steelhammer (2013), otro disco que en su momento nos maravilló. El caso es que en este 2018 tocaba regreso (tres años sin disco de U.D.O es cosa extraña) y que decir, nos hemos encontrado frente a un trabajo contundente y efectivo, que da muestras de un filo absolutamente vigente por parte de un vocalista que continúa derrochando un amor impresionante por el género.

En la linea de lo que vienen realizando pares tales como Saxon, Judas Priest o los mismísimos Accept, Steel factory da muestras de una leyenda que se niega a bajar la guardia desenfundando un conjunto de temas que apuntan directo a la vena de cualquier amante del heavy metal. Canciones potentes, con una producción exquisita, riffs + bombos demoledores (por cierto, la batería está a cargo de Sven Dirkschneider, hijo de Udo) y un trabajo de estrofa/puente/coro realmente enorme donde cuesta destacar algún tema por sobre otro considerando lo regular del álbum. En lo personal la lograda oscuridad de 'Keeper of my soul' (imposible no imaginarla en vivo) seguida de la melódica 'In the heat of the night' representan parte de lo mejor que contiene el disco, sin embargo, no mencionar el peso de 'Raise the game', con notables juegos de cuerdas, el machaque incesante de 'Blood on fire' o la velocidad de 'Rising high' (¡heavy metal en estado puro!) sería injusto, y es que insisto: Steelfactory realmente no regala segundo de tregua. 

¿Y ahora qué? Parece ser la pregunta que ha quedado en el ambiente. ¿Qué nos queda tras un disco así de contundente? Solo disfrutar del presente de este pequeño gigante y no pensar en nada más. Que el rock and roll te bendiga Udo...

7,5 / 10
¡Muy bueno!


Otras reseñas de U.D.O:
2015 // Decadent
2013 // Steelhammer

He Visto A... Morrissey (2018)


Vamos a ver funciona pero intentaré desde ahora en adelante realizar una breve reseña respecto a los artistas que logre ver en vivo, costumbre que llevaba a cabo acá en mi blog años atrás pero que poco a poco fui abandonando en medida que también dejé, por distintas razones, de asistir a recitales. 

El caso es que este sábado 15 de diciembre tuve la posibilidad de ver, créanlo o no, por primera vez en mi vida a Morrissey sobre un escenario, y grata sorpresa me llevé. Y es que pese a haberme encontrado con un artista evidentemente cansado (los años pesan, digámoslo) la exposición del inglés resultó del todo convincente. A destacar el sonido de su banda, sólida de comienzo a fin y afiatadísima en cuanto a arreglos y momentos, una escenografía sencilla pero efectiva que desplegaba por canción una única imagen complementada con juegos de luces y un Morrissey que equilibraba su falta de movimiento con interpretaciones vocales impecables y elegantes. Si a todo esto agregamos un factor de valentía no menor a la hora de escoger el repertorio donde practicamente no hubo hits durante la noche, que decir, la propuesta general la agradecí.

Hablando del recital en si cabe mencionar el que este, tras la proyección de una serie de videoclips cuidadosamente escogidos (y que iban desde Ramones, Bowie a Patti Smith) y con 45 minutos de retraso, dio la partida con la breve 'William, it was really nothing', señal evidente de por donde irían los tiros durante esta noche: material de The Smiths y propio, más no el típico o completamente esperable. Los ánimos de hecho se encendieron rapidamente con la coreadísima 'Alma matters' para posteriormente lanzar una seguidilla de temas que me atrevería a afirmar muy pocos en el estadio conocían pero que de todas maneras se disfrutaron dada la solidez mencionada en el párrafo anterior. Hubo buenos aportes visuales en canciones como 'I'm throwing my arms around Paris', 'The bullfighter dies' (cornadas varias ahí) o 'Who will protect us from the police?' (con referencias a Venezuela en la interpretación y un Morrissey que incluso vistió la camiseta de dicha selección de fútbol) dando muestras del lado más político y ácido del artista, aspecto que por cierto empapó gran parte del concierto.

Entre todo esto apareció la promoción con la simpática 'Spent the day in bed', el cover de Pretenders 'Back on the chain gang', la oscura 'Life is pigsty' o la exquisitamente ruidosa 'How soon is now?' para ir finalizando todo con 'Let me kiss you' (un regalo por cierto, dado que no sonó en el resto de Latinoamérica), 'Everyday is like sunday' y una versión semi acústica de 'First to the gand to die', cerrando así una noche intensa, de total complicidad entre Morrissey y su gente, pese a que gran parte del recital estuvo compuesta por temas poco conocidos para un público casual. 

En definitiva, un placer haber presenciado a un Morrissey valiente, político y por sobretodo... vigente, con una propuesta detrás y no meramente interpretando una batería de hits sin sentido alguno. Bien por él.  

domingo, 9 de diciembre de 2018

Haken : Vector (2018)

"Continúan siendo enormes..."

Tras un álbum tan sólido pero accesible y luminoso al mismo tiempo como fue Affinity (2016) era lógico pensar que la siguiente jugada vendría más sesuda, oscura y cargada de un mayor peso. Y así efectivamente ha sido. El quinto álbum de Haken desenfunda de lleno todo el armamento progresivo que estos ingleses tan bien manejan y los trae "de regreso" hacia una zona donde logran moverse como pez en el agua encontrando enormes momentos y un conjunto donde cuesta encontrar ripios (aunque los hay). 

Solo seis canciones (+ una intro) nos regalan en Vector, número que de entrada invita a elucubrar por donde van los tiros, lo cual se confirma dando una pasada por el álbum. Nos encontramos así con un single bastante claro e inmediato como 'The good doctor' que da la pasada a una seguidilla de temas ejecutados con enorme precisión técnica pero que logran equilibrar guitarras de mucho peso con estructuras progresivas y ambientes cargados de intensidad. Ejemplo claro de lo que menciono es esa joya titulada 'Puzzle box', que durante tres minutos avanza en un reconocible estrofa/puente/coro para luego en su sección media desenfundar cuatro gigantes minutos de progresivo. Ahora, por si esta fuese poco, el álbum avanzará con los doce minutos de 'Veil' , claramente el tema central del disco y en torno al cual gira todo el resto. Entrando en la recta final aparecerá una contundente 'Nil by mouth', que debe ser la más cargada a las guitarras del álbum, y un cierre que representa el único punto bajo de todo el trabajo, y es que la balada 'Host' baja demasiado las revoluciones y no logra encontrar un nivel acorde a lo que venía sonando así como 'A call divides' pareciese únicamente cumplir.

Es curioso lo de Haken. A la fecha nos han entregado cinco tremendos álbumes, con un nivel en general superlativo, sin embargo, la vara que ellos mismos han establecido es tan alta que prácticamente no les permitimos ripios en las escuchas. Acá en Vector nos han regalado un álbum que en cuatro de sus siete piezas suena como una obra maestra y en las otras tres "simplemente" cumple. Ese desfase continúa dejando la sensación en el aire de que podrían superarse, ahora, siempre dejando en claro el que nos han vuelto a regalar uno de los grandes discos que habremos oído en este 2018 y una maravilla progresiva. 

8/10
Excelente.

   
Otras reseñas de Haken:

jueves, 6 de diciembre de 2018

Soulfly: Ritual (2018)

"Se sigue escribiendo la leyenda ..."

En este 2018 el debut discográfico de Soulfly cumple veinte años. Muy atrás en el tiempo han quedado los conflictos personales/familiares que provocaron la partida de Max Cavalera de Sepultura y derivaron en el inicio de este proyecto que a la fecha nos ha regalado once álbumes. Y si bien es correcto afirmar que durante estas dos décadas han existido momentos donde el mítico vocalista ha funcionado en claro piloto automático (Savages, 2013, claro ejemplo) también cabe mencionar el que cuesta encontrar dentro de la discografía de Soulfly un mal álbum y que los puntos altos no son pocos. 

Y hablando de esta discografía, cierto es que Dark ages (2005) marcó un antes y un después para la banda. Aquel fue el último álbum que contuvo ciertos afanes exploratorios por parte de Max pero que a partir de Conquer (2008) se transformaron en una constante búsqueda de un sonido más cercano al death. Buenos álbumes hemos tenido desde entonces, de hecho, sin ir muy lejos las sensaciones que dejó Archangel (2015) fueron tremendamente positivas y optimistas, las cuales se han confirmado con la edición de Ritual, un fabuloso álbum de metal digno de los mejores tiempos de la banda.  Diez canciones en cuarenta minutos de música, dosis justa y precisa para un álbum que no debería dejar insatisfecho a nadie que venga siguiendo de cerca la carrera de Soulfly

La partida es categórica: 'Ritual' (la canción) conjuga de manera genial esos sonidos tribales que inevitablemente recuerdan al Roots de Sepultura con el groove característico de la banda. Un temazo imposible de no imaginar en vivo que además se ve complementado con la brutal 'Dead behind the eyes', marcando así unos enormes diez minutos iniciales para el álbum, los cuales verán continuidad en una pasada más tradicional en 'The summorning' + 'Evil empowered', marcada esta última por un constante doble pedal y un Cavalera que se deja la garganta. 'Under rapture' destaca por el buen juego a dos voces que propone y su velocidad, así como 'Demonized', otro tema dispuesto a no dejar títere con cabeza. En la recta final el disco no bajará el nivel, desenfundando una seguidilla muy directa y efectiva que cerrará con un precioso instrumental 'Soulfly XI', que esta vez ha añadido vientos a la tradicional ecuación (algo de la clásica 'Planet caravan' de Black Sabbath encontramos en el tema). 

Y bueno, lo dicho, Ritual es un álbum preciso de exquisito death que encuentra durante su trayecto enormes momentos que dan muestra de un estado de inspiración no menor por parte de un Max Cavalera que parece haber encontrado en estos años el filo que por más de una década estuvo buscando. De lo bueno que habremos oído este año en materia de metal.

8/10
Excelente.