miércoles, 30 de junio de 2021

Fear Factory: Aggression Continuum (2021)

 "A la altura de la leyenda..."

Las idas y vueltas de Fear factory vienen dando que hablar desde hace bastante, veinte años para ser más exacto, cuando tras el fallido Digimortal (2001) la banda se quebró y Dino Cazares abandonó el proyecto, entre tóxicas declaraciones que volaron. Poderoso caballero es Don Dinero, sin embargo, y en 2009 tuvimos a la dupla Cazares + Burton C. Bell de vuelta de la mano de un enorme Mechanize (2010), digámoslo: el último GRAN álbum en la carrera de esta leyenda del metal industrial y uno que hizo olvidar lo forzado de dicha reunión. Tras este llegaron The industrialist (2012) + Genexus (2015), que se conformaron con cumplir estirando la fórmula, y bueno, sabido es que en estos años recientes la sangre acabó por llegar al río, primero con la demanda impuesta por ex miembros de la banda en 2017 (lo cual ha impedido que un álbum como Transgression de 2005 pueda encontrarse en plataformas digitales) y luego con el comunicado de 2020 donde Burton C. Bell oficializaba su salida por temas de confianza y dinero, el mismo que pese a todo ha permitido que tengamos un álbum más de Fear factory, pues el vocalista dejó pistas grabadas durante estos años, las cuales fueron usadas por Cazares (quien asumió total control para este nuevo lanzamiento) y Mike Heller para completar este conjunto de diez canciones.

Y en medio de todo este culebrón, ¿Con qué nos encontramos esta vez? ¿Recuperan nivel o continúan el cuesta abajo que traían? Pues lo primero. Aggression continuum no alcanza a ser Mechanize pero al menos mejora la experiencia respecto a sus antecesores directos mediante un sonido perfectamente engrasado, dinámico y lleno de esa ira rebelde tan característica de Fear factory. El álbum abre con la fuerza de 'Recode', entregando un breve mensaje mecánico dirigido a "la resistencia" para luego enlazar con inteligencia las clásicas estrofas agresivas con coros limpios y melódicos marca de la casa (inevitablemente con ella se me vino a la cabeza el Slipknot de años atrás, el de cosas como 'My plague', recordando la importancia y trascendencia de una banda como Fear factory, porque nunca olvidemos quienes estuvieron antes de que la movida nu metal existiese...), combinación que más adelante se replicará de buena forma en el single 'Disruptor' (que encuentra su mejor pasaje en el espectacular quiebre pasando el 2:10 al punto de que me jode bastante el que tras aquello retomen el coro melódico), en 'Aggression continuum' (la canción), nuevamente con introducción soberbia donde se intenta colocar a las máquinas en su lugar ( "¡No somos lo mismo!, ¡Ustedes fueron creados por humanos!") pero cuya cara opuesta llegará de inmediato en 'Purify', donde las máquinas replicarán en los coros ("Soy uno de los tuyos / Tu me hiciste como soy..."). 

Pese al comienzo efectivo que entrega el disco, en su cara b encontrará puntos altos en cosas como 'Fuel injected suicide machine', donde Bell se deja la vida en ese furioso "I hate everything! ¡I hate everything that I see!', 'Collapse' (que es puro groove metal) o en el dinamico cierre que es 'End of line', mientras que la pasada por 'Manufactured hope' , 'Cognitive dissonance' + 'Monolith' completará minutos recurriendo a las fórmulas que bien le conocemos a la banda (digamos, el clásico "relleno"), cerrando así un trabajo más que digno que de ser efectivamente el último de Fear factory acabará dejando un recuerdo de altura por parte de la leyenda. 

¿Canciones? 'Recode', 'Fuel injected suicide machine'.

7/10
Muy bueno.


Otras reseñas de Fear factory:

viernes, 25 de junio de 2021

Monster Magnet : A Better Dystopia (2021)

 "Ejercicio de nobleza..."

¡Imposible no querer a este hombre! Cuantos años sosteniendo la bandera del hard rock y la psicodelia, deambulando en el anonimato pero manteniéndose ahí, firme, como un verdadero artista de culto, incluso al límite de la caricatura. Es simbólicamente potente, por tanto, el que en este 2021 llegue a nosotros versionando a una serie de bandas que admira y que lo han influenciado desde siempre, bandas que esculpieron en silencio el rock en sus inicios (allá por los años sesenta) pero todas con una particularidad: el que no resultan obvias. En este sentido, el bueno de Dave Wyndorf se ha dado un gusto con la grabación de este álbum, sobreviviendo así al encierro (y a la falta de ideas, digámoslo), pero cumpliendo de sobra con el encargo al ser capaz de llevar este conjunto de obras a su terreno, sumergiéndonos en ácido y psicodelia. 

A destacar lo genuino que suena A better dystopia, un disco que no ha tirado por lo obvio ni tampoco cuenta con versiones de manual interpretadas en piloto automático. De hecho, todo lo contrario, Wyndorf se ha metido en el personaje por completo y se ha tomado el asunto en serio, al punto de abrir el álbum con dos minutos haciendo de Dave Diamond, un DJ de los años sesenta,  en un ejercicio tan simpático como notable. Desde ahí, el álbum regalará versiones de (¡obviamente!) HawkindJD Blackfoot, The scientist, Pentagram, Poobah, Jerusalem, The pretty things, Josefus, The cave men, Dust y Morgen, es decir, todo un abanico muy poco familiar para el rockero habitual pero manjar para cualquier melómano que quiera adentrarse en el los inicios del space rock, doom, stoner y el proto heavy metal. El resultado obviamente se aleja por completo de los momentos más comerciales/amigables de Monster magnet y más bien se adentra en sonidos duros y ásperos con el auditor, viajes que oscilan entre piezas cargadas de mal rollo y ruido, mucho ruido, como 'Born to go', 'Mr. destroyer' (maravilla la sección intermedia entre el 2:25 y el 4:25, dos minutos maravillosos), It's trash', o 'Motorcycle (Straight to hell)' (la única excepción a la regla del álbum, pues es un tema de 2015 de unos desconocidos Table scraps) otras más limpias y directas como 'When the wolf sits' o 'Situation', y pasajes donde Dave desata su característica teatralidad como 'Solid gold hell' o 'Be forewarned', viviendo y dejándose la vida una vez sobre cada canción. 

Quizás ocurra que alguna banda por allá por 2060 decida referenciar alguna canción de Monster magnet, recordando su vitalidad, entrega y particular manera de vivir el rock de guitarras y la psicodelia. Aquel ejercicio de nobleza es el que Dave Wyndorf y compañía han querido sacar adelante en A better dystopia, entregando un conjunto que va mucho más allá que el simple concepto del "disco de versiones", un homenaje de nivel a aquellas glorias anónimas que contribuyeron a hacer de nuestro mundo algo más grato de vivir.

¿Canciones? 'Born to go', 'Be forewarned', 'Mr. Destroyer'. 

7,5 /10
¡Muy bueno!


miércoles, 23 de junio de 2021

Marina: Ancient Dreams In A Modern Land (2021)

 "Un buen punto de equilibrio..."

Caía de cajón el que tras un álbum tan confuso, extenso y poco logrado como Love + fear (2018), la siempre singular Marina Diamandis tendría que recular y volver al rebaño, digamos, a aquel pop contagioso de sus primeros dos álbumes. Se ha enfocado de esta forma en la búsqueda de melodías simples y contagiosas (asunto que se anticipaba a la luz de los adelantos), las cuales ha sabido potenciar con líricas de bastante contenido, asunto que había dejado ver de alguna forma en su antecesor (en canciones como 'To be human', por ejemplo) pero que acá ha sido explotado como nunca antes en su carrera, apuntando directamente a asuntos como el feminismo, el machismo tóxico, el racismo, la homofobia y la política en general. 

Ya desde su portada (de bastante mal gusto, digámoslo) el álbum busca marcar distancia con su anterior paso, escapando del blanco y negro para dar pasó a los colores. También lo hace con su música, abriendo esta vez con dos canciones ágiles, contagiosas y directas como 'Ancient dreams in a modern land' ("Tu no tienes porque ser como el resto / No tienes porque encajar en la norma / No estás acá para conformar...", afirma con fuerza en los coros) y 'Venus trap', que con su jovial sonido traerá al presente el recuerdo de The family jewels, su debut de 2010. Más adelante el disco dará continuidad a este camino cargado al pop dinámico, disparando directos dardos a las políticas de los Estados Unidos, primero con la potente 'Purge the poison', hablando de como el "capitalismo nos ha hecho más pobres" o que hoy el racismo y la misoginia están al descubierto, y luego con 'New America' ("Se que tenías grandes sueños y planes / Pero el abuso no te volverá la tierra de la libertad..."). 

Lo dicho, que el álbum es lo más actual y político que Marina ha lanzado, dejando de lado esta vez los amores y desamores que solían ser su foco temático en discos anteriores (como suele ocurrir con gran parte de las interpretes mujeres en el mundo de la música). Habrá algo de esto último, sin embargo, en algunas canciones, aunque siempre enfocadas hacia el amor propio, como sucede en 'I love you but I love me more' (que recuerda mucho el tipo de canción pop que trabajó en su notable Froot de 2015) o en toda la recta final, inundada por baladas sobre el piano como 'Pandora's box', 'Flowers' o 'Goodbye' (quizás, demasiado redundantes entre si y algunas muy Lana del Rey en lo suyo). 

En esa segunda cara del álbum, la de las baladas, mención aparte merece 'Man's world', desde ya una de las mejores canciones que Marina ha escrito en su carrera ("Me quemaste siglos atrás pensando que era una bruja / Ahora simplemente me llamas perra...") y también la sensible 'Highly emotional people', un llamado a desarrollar una masculinidad más enfocada en las emociones, cerrando así un trabajo que nos trae de regreso a esa Marina atractiva de oír, mejorando notablemente la experiencia respecto a su antecesor. Se queda algo corto en cuanto a arreglos, no alcanzando los niveles de Froot (2015),  pero si siendo capaz de entregar, en cuanto a temáticas, su producto más pensado a la fecha. 

¿Canciones? 'Ancient dreams in a modern land', 'Man's world', 'Purge the poison', 'I love you but I love me more'.

7/10
Muy bueno.


viernes, 18 de junio de 2021

Twenty One Pilots: Scaled And Icy (2021)

"Liviana ruptura..."

Llega el momento en la vida de todo artista de pop (o bueno, casi todos, también está Britney Spears y similares) el querer romper un poco con sus propios esquemas e ir incluso contra su fanaticada. Es un poco lo que han hecho (o querido hacer) Twenty one pilots con su más reciente trabajo, el cual lejos de darle continuidad al oscuro Trench (2018) se ha alejado por completo de este, tanto en lo estético, temático como sonoro. De esta forma nos encontramos en 2021 con un álbum jovial, alegre y liviano, el cual en palabras del propio dúo nace en la idea de entregar algo que nos anime en tiempos complejos como los que vivimos. 

Desde un comienzo nos encontramos entonces con canciones que van hacia arriba, a veces lanzando una melodía muy sencilla sobre el piano ('Good day'), y otras donde pretenden instalar la fiesta declaradamente de la mano de las melodías más contagiosas que contiene el álbum ('Shy away' o  'Saturday'). Ahora, siendo francos, ninguna de estas escapa a lo que bandas como Maroon 5 han hecho durante todos estos años por lo que tampoco digamos que el asunto vuela demasiado alto, y se conforman más bien con entregar un sonido light y fácil de llevar, cosa que funciona de buena forma en 'Choker' o en 'Formidable' (con los infaltables "¡yeah, yeah, yeah!" en coros) pero se empantana en la monotonía en 'Never take it' o 'Mulberry street', no sin antes cerrar el álbum con cosas como 'No chances' (con clara referencia a la pandemia en ese "Tenemos cuerpos a diario...") y 'Redecorate', donde rompen un tanto la línea sonando más oscuros.

En definitiva, se valora el que Twenty one pilots se revelen ante el paso lógico que se esperaba pero verdad sea dicha, se han conformado con bastante poco, un sonido en exceso liviano que se deja oír (lamentablemente) sin demasiados sobresaltos. 

¿Canciones? 'Shy away', 'Choker', 'No chances'.

6,5/10
Cumple y algo más...
 

miércoles, 16 de junio de 2021

Seth: La Morsure Du Christ (2021)

 "Regreso de proporciones y directo a la médula..."

Pese a ser una banda que va para los treinta años de existencia, La morsure du Christ es apenas el sexto álbum de Seth, y el primero desde 2013. Si a eso agregamos los constantes cambios de formación (solo dos miembros originales se mantienen y para este álbum debutan cuatro de los seis integrantes), que decir, hablamos de una banda caracterizada por la irregularidad en un amplio sentido, sin embargo, pese al mencionado contexto, hay que darles el habérselas arreglado para entregar un disco que en ningún momento asoma ripios y muy por el contrario, luce absolutamente cohesionado tanto en términos conceptuales como de producción y arreglos, alejándose ciertamente de lo que fue The howling spirit (2013), un disco más diverso, disperso en cuanto a estilos y también difícil de seguir. 

Para estos veteranos del black, la agonía del cristianismo es el tema y la representan con la imagen de la catedral Notre Dame en llamas. A partir de esto construyen un álbum que conecta con sus raíces y abre fenomenal con 'La morsure du Christ', que es black melódico de la mejor estirpe, afilado, blasfemo y sin dar lugar a respiro, esto a diferencia de una canción como 'Metal noir', que bajará la velocidad en las estrofas para en los coros lanzarse con todo entre teclados y redobles. Luego, tras estos diez soberbios minutos iniciales el álbum soltará sus piezas más extensas, destacando el desgarro vocal de Saint Vincent en 'Ex cathedrale', que cuenta con muchas idas y vueltas, cambios de tiempos a los que la banda sabe sacar enorme partido acelerando a fondo en ciertos momentos (3:38) para luego descender y centrarse en atmósferas más reflexivas (5:00 en adelante), o la dramática 'Hymme au vampire (Acte III)', que nos recuerda las enormes conexiones musicales que existen entre este registro y el debut Les blessures del l'Ame (1998), donde se encontraban los actos I y II de esta canción. 

Y si existía alguna duda respecto al nivelazo de este álbum llega la recta final y ese 'Les oceans du vide' absolutamente brutal de comienzo a fin, seguido del efectivo cierre 'Le triomphe de Lucifer'nuevamente con un vocalista dejándose la garganta en cada grito, cerrando de esta forma un regreso de proporciones que entrega buenas dosis de un black que apunta directo a la médula. Esperemos no tengan que pasar otros ocho años para tenerlos de regreso...

¿Canciones? 'La morsure du Christ', 'Metal noir', 'Ex cathedrale'.

8,2 / 10
¡Excelente!

sábado, 12 de junio de 2021

30 Años De ... Mecano : Aidalai (1991)

"Gloriosa despedida..."  

Nunca ha existido consenso respecto a una banda como Mecano. Parte de aquello puede tenga que ver con la ligereza de sus inicios, que osciló entre ese pop de teclados ochentero que roza la vergüenza ajena ('Hoy no me puedo levantar', 'Maquillaje', 'Hawaii Bombai') y la cursilería ('Me cuesta tanto olvidarte', 'Cruz de navajas'), también el haber regalado varias de las rimas más sonrojantes de aquella era ("Y al ponerme el bañador me pregunto ¿Cuándo podré ir a Hawaii?", "Magdalenas del sexo convexo", "Y ese algo que soy yo mismo es un cuadro de bifrontismo que solo da una faz" , entre otras) o verdaderos atentados a la lengua española ("Este cementerio no es cualquiera cosa"). Sin embargo, con todo y contra todo (dale, que yo también puedo jugar a ser un Cano), algo comenzó a gestarse tras la publicación del notable Descanso dominical (1988). Mejoró la producción y también las canciones, se abrieron a arreglos acústicos ('Quédate en Madrid') y supieron equilibrar el uso de teclados con gloriosas melodías pop ('La fuerza del destino', 'Laika', 'El blues del esclavo', 'Un año más'), incluso en ocasiones apostando por la épica ('Eugenio Salvador Dalí'). El caso es que un disco como ese abrió puertas para ir por más y resultado de aquello fue Aidalai, la obra definitiva de Mecano, su disco mas ambicioso, diverso y logrado. Y cosa curiosa también: el último que fueron capaces de construir en conjunto los hermanos José María y Nacho Cano, quienes para 1990-91 venían con una relación bastante gastada. 

En Aidalai está todo, encontramos acá momentos profundos, reflexivos y políticos muy bien logrados, como la soberbia 'El fallo positivo' en la partida, que aborda el drama del VIH en pareja ("Me prohibiste toda pasión, sin ninguna clase de razón / Porque sabías que yo no haría caso alguno de la precaución...") o en la épica 'Dalai Lama' (probablemente la mejor canción en la carrera de Mecano), que narra dramáticamente la invasión de China al Tibet ("En nombre del progreso y de la revolución, quemaron tradiciones y pisaron el honor..."), aunque también habrá espacio en el álbum a las melodías y la radio fórmula pop en las sólidas 'J.C', 'El peón del rey de negras', El Lago artificial' (que si hubiese sido single la rompía, no tengo pruebas pero tampoco dudas) o en el clásico 'El 7 de septiembre' , sin lugar a dudas una de las canciones de ruptura que mejor han expresado el drama de aquellos "últimos días" ("La misma mesita que nos ha visto amarrar las manos por debajo / Cuida que el rincón de siempre permanezca reservado...").

Los momentos más grandes de Aidalai se encuentran, sin embargo, cuando el álbum es capaz musicalmente de llegar muy lejos, a las ya mencionadas 'El fallo positivo' y 'Dalai Lama' se suman cosas como 'Una rosa es una rosa', con todo un rollo rumba/flamenco perfectamente logrado y una narración perfecta por parte de Ana (que está inmensa en todo el álbum), la dramática novela que es 'Naturaleza muerta', el intenso instrumental '1917' o las delicadas 'Tu' + 'Sentía'

Finalmente, en 'El uno, el dos y el tres' fueron capaces de anticipar de manera simpática el final de la banda y si hubiese que apuntar un solo "pero" en el álbum, digamos, la única piedrita en el zapato que le resta el punto preciso para considerar al trabajo una obra maestra incontestable, este sería 'Bailando salsa', primero porque su tono divertido y liviano desentona por completo en el disco, segundo por la lamentable obviedad del coro y tercero por las terribles líneas finales que suelta ("Cuando veas merodeo acompáñala al aseo / Si la chirria el cojinete acompáñala al retrete"... ¡¿En serio José María?!).

Un 14 de junio de 1991 Mecano publicaban el mejor álbum en su carrera, lo acompañaban con una gira impecable donde mostraron un desplante excepcional pero tras la cual quedaron aún más agotados. Decidieron entonces tomarse unos años de descanso, sin embargo, no hubo regreso. En 1997 Ana publicaría su debut en solitario (Puntos cardinales, 1997) para finalmente en 1998 encontrarnos con la noticia de que José María abandonaba definitivamente el proyecto. Aidalai quedó registrado en la historia por tanto como el fabuloso canto de cisne de la banda, un conjunto repleto de enormes canciones que encontraron a Ana, José y Nacho en su mejor momento, una despedida de altura que a treinta años de su publicación merece un pequeño homenaje en este rincón de la red. 

¿Canciones? 'El fallo positivo', 'Una rosa es una rosa', 'Dalai Lama' y 'Naturaleza muerta'.

9/10
¡Brillante!

viernes, 11 de junio de 2021

En 7 Canciones (+ Playlist) : Garbage.

Con nuevo álbum de Garbage entre nosotros (publicado hoy, 11 de junio de 2021) no es mal momento para darle una mirada rápida respecto a lo que ha la carrera de la banda, de más a menos en términos mediáticos, aunque siempre singular y con algo que decir. Vamos hacia allá...

Garbage (1995): "Debut de altura..." 
Mediados de los noventa, entrando en el post grunge y tres hombres maduros deciden ir en busca de una vocalista que pudiese sacarlos musicalmente de donde venían (sabido es que Butch Vig venía de la producción de bandas como Nirvana, Sonic youth y Smashing pumpkins). Se encuentran entonces con Shirley Manson logrando publicar un álbum debut lleno de méritos y que en absoluto exterioriza las dificultades que la banda tuvo en la previa para hacer cuajar el sonido con la voz de Shirley. El homónimo de Garbage tiene muchos méritos, primero el contar con una batería de singles incontestables que golpearon fuerte ('Only happy when it rains', 'Stupid girl', 'Milk', 'Vow' ) y un puñado de canciones que perfectamente pudo serlo ('Supervixen' , 'As heaven is wide', 'My lover's box'), pero también el desarrollar un sonido que supo equilibrar armónicamente oscuridad y modernidad. Un debut enorme que injustamente se vio lastrado por esa idea de estar frente a una banda "pre fabricada" y artificial. 

8 / 10
Excelente.



Versión 2.0 (1998): "Explosiva expansión..."
Cosa curiosa, en lugar de lanzar un álbum que estirara las ideas del debut (que habría sido lo obvio), Garbage optan por expandir su sonido, tomar lo que habían hecho en canciones como 'As heaven is wide' o 'Dog's new tricks' y van hacia allá, colocando un énfasis en las capas de producción, baterías electrónicas y frenéticas guitarras. El resultado es soberbio y se expresa a la perfección en canciones como 'Hammering in my head' (vaya puta joya, si querían sonar como The prodigy, lo lograron) o en las explosivas 'Dumb' + 'Wicked ways', aunque la banda cuando baja las revoluciones y aborda atmósferas oscuras también triunfa, ahí tienes 'Medication', 'You look so fine' o 'The trick is to keep breathing', mientras que los singles seguirán ahí presentes en 'I'm think I'm paranoid', 'Push it', 'Special' y 'When I grow up'. Version 2.0 es uno de aquellos álbumes que no tiene canción mala, doce piezas que funcionan en continuo de comienzo a fin y uno de los grandes álbumes de los noventa. 

8,5 /10
¡Excelente!


Beautiful garbage (2001) : "Elegante giro hacia un rock más limpio..."
El mundo no ha reparado lo suficiente en la notable metamorfosis que propuso Garbage con sus tres primeros álbumes (no apurando y tomándose tres años entre cada lanzamiento). En esa línea, Beatiful garbage vuelve a realizar un giro tanto en lo estético como en cuanto a arreglos, escapando de lo que fue Version 2.0 y entregando un álbum de rock más limpio y directo, aspecto que se aprecia directamente en canciones como 'Shut your mouth' o 'Androgyny', donde apreciamos a una banda madura, plenamente clara en sus intenciones y, digámoslo, tremendamente elegante, incluso incorporando pequeños pasajes de guitarras acústicas en los arreglos, coqueteando con el glam en 'Cherry lips (Go, baby go!)'  o apostando por la balada grandilocuente en algo como 'Can't cry these tears' o 'Cup of coffee'. El disco es buenísimo y la baja repercusión obtenida solo puede ser explicada por el hecho de que el mundo del rock estaba completamente en otro lugar en aquel momento (nu metal, digámoslo), y también el que con la llegada de internet la era "radio/video clip" comenzaba a ir hacia la baja...

7,5/10
¡Muy bueno!


Bleed like me (2005): "Atrapados en la fórmula..."
Bajón. Disco de continuidad en toda regla, insisten con el rock limpio aunque apuestan por canciones aún más sencillas y explosivas como 'Bad boyfriend' o 'Why do you love me', aunque en ocasiones el asunto les queda en exceso simple, como ocurre con 'Run baby run',  'Right between the eyes' o 'Sex is not the enemy'. Sin ser un desastre de disco, Bleed like me de cierta forma les hace ver algo atrapados en sus propias fórmulas, con mucho relleno además de poco espacio e ideas para salir de la canción efectiva donde varias de ellas parecen ser más producción que contenido. No por nada tras esto se tomaron un descanso...

5/10
Nada muy especial.


Not your kind of people  (2012) : "Poco que agregar..."
Tras siete años de silencio deciden volver, los tiempos son otros a cuando comenzaron, bastante agua ha pasado bajo el puente y Garbage parece aún no sacudirse de lo que significó su trilogía inicial. En 2012 entregan un álbum que cumplen en lo suyo, que oscilan entre la canción efectiva y la balada, sin embargo, en absoluto se acercan al poderío mostrado en sus inicios, menos la vanguardia. A destacar la energía de canciones como 'Automatic systematic habit' pero en general continúan mostrándose faltos de ideas. 

5/10 
Nada muy especial.


Strange little birds (2016) : "Algo más efectivo..."
Si bien la banda va con la capa caída, son capaces acá de encontrar una que otra canción explosiva que contagia, como la pasada por 'Empty' + 'Blackout', el resto va por texturas más oscuras que convencen sin volver a nadie loco, como ocurre con 'Sometimes', 'Night drive loneliness' o 'Ever though our is doomed'. De todas formas el álbum jamás despega pero al menos mejora respecto a sus dos antecesores.

6/10
Bueno, cumple. 


Al momento de escribir esto no he oído el nuevo disco. Los adelantos, sin embargo, me han hecho demasiada ilusión. Shirley Manson ha estado acá en Chile, se ha contagiado de los movimientos y revueltas sociales, lo cual sumado a lo acontecido en distintos lugares del mundo, más la movida feminista, al parecer la han impregnado de vitalidad y nuevas ideas. 'The man who rule the world' critica directamente el patriarcado histórico, mientras tanto 'No gods no masters' como 'Wolves' suenan desafiante en su discurso + sonido. Habrá que oír el disco para opinar y verificar si efectivamente han recuperado el filo. 


Y para cerrar, el playlist respectivo con 20 canciones y 80 minutos en estricto orden cronológico que (sin haber oído el nuevo disco) resumen para mi lo esencial de Garbage. ¡Que lo disfruten!

jueves, 10 de junio de 2021

Squid : Bright Green Field (2021)

 "Atrevimiento que ilusiona..."

¿Buscando algo que suene fresco, diferente, atractivo y desafiante? He acá un bicho raro al que puedes darle play y ver que tal. Bright green field es el álbum debut de los británicos Squid, quienes debutan con un álbum difícil de clasificar cuyo sonido oscila entre el post punk y la experimentación constante, marcada por estructuras no convencionales, arreglos diversos y narraciones bastante singulares por parte de Oliver Judge (que además es baterista de la banda), las cuales abordan distintos estados de ánimo, yendo desde la oscuridad hasta incluso la histeria. En definitiva, un cóctel desafiante en todo momento frente al cual cuesta quedar indiferente. 

Los cincuenta y cuatro minutos de música abrirán con 'G.S.K', cuya presentación en tono de fanfarria dará paso a un relato distópico (en su recta final jugando a dos voces de manera fantástica) que hablará del recorrer "la isla de concreto" aceleradamente yendo "de farmacia en farmacia", en un opening crudo y soberbio que dará paso rápidamente a uno de los highlights del álbum: 'Narrator', de estructura esquizofrénica y que en poco más de ocho minutos sabrá desatar el poderío de la agrupación, con un bajo siempre al frente (y cosillas funk incluso en los arreglos) que guía el camino para tras cuatro minutos de desarrollo acabar encontrando el caos mediante ese espectacular "I'll play mine, I'll play mine, I'll play mine..." que se repite en loop una y otra vez con distintas intensidades. ¿Canción del año? Es altamente probable...

Tras semejante descarga la banda realiza un giro hacia algo más regular como el medio tiempo 'Boy soldiers', que plantea tres minutos de algo muy parecido a un single (de esos bien alternativos) para de golpe romper con todo y acabar con cinco minutos (si, cinco minutos) de ruido (o "ambient", como le gusta decir a los críticos) para luego retomar las estructuras cambiantes y desencajadas con cosas como 'Padding' (donde coquetean con la electrónica), que centrará su viaje en una melodía repetitiva y robótica aunque acelerando tras cada vuelta, '2010', que alternará pasajes muy Radiohead (circa In rainbows) con otros donde explotan en guitarras, 'Peel St.' o 'Pamphlets', que apuestan directamente por la intensidad y la histeria constante, intercalando entre tanto con piezas más breves instrumentales o relatos como 'Documentary filmmaker' o 'Global groove', con seguridad lo más pesado y difícil de llevar del álbum. 

Canciones asimétricas, estructuras ariscas, post punk desenfrenado y muchas ganas de experimentar, todo eso y más en este debut que golpea fuerte de entrada. De los grandes álbumes que nos dejará 2021.

¿Canciones? 'Narrator', 'Padding', '2010'.

8,2 / 10
¡Excelente!

domingo, 6 de junio de 2021

Andrés Calamaro: Dios Los Cría (2021)

 "Atinada compilación..."

Se ha vuelto costumbre durante los últimos diez a quince años esto de lanzar el típico "grandes éxitos" con colaboración de unos cuantos amigos, y bueno, Andrés Calamaro se ha visto en la necesidad de recurrir a este cliché, sin embargo, más allá de la anécdota o revisar cosas tan frikis (y poco logradas) como un 'Flaca' versionada por Alejandro Sanz, cabe reconocer que el lanzamiento consigue recordarnos lo enorme de la discografía del argentino, residiendo ahí su principal mérito. 

El cantautor ha sabido por tanto con mucho tino recorrer gran parte de su historia en estas quince canciones, yendo desde su mítico paso por Los Rodríguez hasta el relativamente reciente (y notable) Bohemio (2013), rescatando cosas poco conocidas para el oyente casual como 'Pasemos a otro tema' (original de 1989 y acá levantada de gran forma junto a Julieta Venegas),  'Engánchate conmigo' (de 1991), 'En un hotel de mil estrellas' (del Palabras más, palabras menos de 1995), 'Algún lugar encontraré' (de la banda sonora de la película noventera "Caballos salvajes"), 'Paloma' + 'Jugas con fuego' (ambas de Honestidad brutal),  'Gaviotas' + 'Horizontes' (dos perlitas que aparecieron en el tremendo El salmón de 2000) o 'Mi bandera' (una joya que interpreta junto a León Gieco y que originalmente apareció en El palacio de las flores de 2006), aunque también habrá espacio para clásicos como 'Para no olvidar' (en notable versión junto a Manolo García y el guitarrista Vicente Amigo), 'Estadio Azteca' o la ya mencionada 'Flaca'.

Pues lo dicho, que lejos de jugar a la segura Calamaro ha apostado por un recuento reposado y lleno de pequeñas grandes joyas que no hacen sino recordarnos lo enorme de su legado como compositor. 

7/10
Muy bueno


Y como bonus, un regalo: la lista de canciones pero en sus versiones originales...


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