martes, 29 de marzo de 2016

Amon Amarth: Jomsviking (2016)

Cada vez menos interesantes.

Hay discos de los que cuesta escribir. Pasan semanas, los escuchas y escuchas buscando encontrar las palabras precisas que permitan a un lector cualquiera hacerse una buena idea acerca de la propuesta que se presenta. Sin embargo, hay otros que no, y Amon amarth lleva un largo rato dejándole la tarea bastante fácil a los bloguers, editando discos en general faltos de sorpresa y sencillos de comentar. 

Lo mejor para los suecos estuvo cerca de una década atrás, años en donde la banda editó un notable Twilight of the thunder god (2008) y pareció haber dado con la fórmula precisa. De hecho, tan así fue el asunto que a partir de ahí decidieron estancarse en dicha zona de confort. Ha pasado el tiempo, tres discos con este y no vemos en Amon amarth el más mínimo amago por escapar del death melódico que suelen desarrollar. Y siendo fieles a la verdad hay que decir que los tipos en lo suyo son buenos aunque claro, cansan. 

Jomsviking entrega entonces precisamente lo que todos creíamos que entregaría un nuevo disco de Amon amarth: una buena producción, mucho doble pedal, guturales por montón, estructuras sencillas y comerciales. Si vienes siguiendo la carrera de la banda probablemente sientas que este disco mejora la oferta en relación a lo que fue Deceiver of the gods (2013) aunque tampoco ofrece demasiado como para ilusionarse con un futuro más interesante. 

Un disco más en la carrera de Amon amarth, tiene sus momentos a gusto de consumidor, yo me quedo con 'Wanderer' o la velocidad de 'One against all', pero jamás escapa de la fórmula obvia y predecible. Con todo, el disco tiene uno que otro momento agradable que logra, sobretodo en su primera mitad, engancharte en el viaje.
6/10
Bueno, cumple...


Otras reseñas de Amon Amarth:

viernes, 25 de marzo de 2016

Prong // X - No Absolutes // 2016

Agotamiento natural

Digamos las cosas como son: desde 2009 Prong no es más que el proyecto en solitario de su característica voz, Tommy Victor. Eso si, al hombre hay que darle el que hasta ahora había sabido mantener el legado de la banda con dignidad, regalándonos en los últimos años álbumes de primer nivel como Carved into stone (2012) y otros que han cumplido sin maravillar, como fue el caso de Ruining lives (2014), sin embargo, la falta de ideas llega para todos y en el caso de Victor me parece que su más reciente entrega, X- No absolutes, es prueba de lo que menciono. 

En 2016 el guitarrista ha decidido regresar y apostar por un álbum en general de corte continuista con uno que otro experimento en medio del camino. El resultado es diverso, a momentos atractivo pero en otros derechamente decepcionante. La partida, por ejemplo, es potente y engancha de inmediato, 'Ultimate authority' + 'Sense of easy' apuestan por la velocidad y esa característica mezcla entre hardcore + punk + thrash que la banda suele realizar. Luego, 'Without words' bajará un tanto los tiempos pero gracias al peso de sus guitarras convencerá de todas maneras, el problema es que a partir de ahí el álbum se empantana totalmente entre canciones que pretenden sonar más gancheras que lo normal y por ende, pierden fuerza ('Cut and dry', 'No absolutes') y otras que disfrazan a la banda de algo que jamás ha sido buscando (supongo) aceptación entre un público más adolescente, ahí la pasada por 'Do nothing' + 'Belief system' es espantosa, incluso patética. Intentará Victor recular hacia el cierre con temas como 'Soul sickness' pero nada a estas alturas el asunto ya va demasiado cuesta arriba como para que repunte en serio.

Ya lo mencionaba en la reseña de Ruining lives en 2014: la falta de ideas dentro de Prong comenzaban a hacerse evidentes. Y en ese sentido, X - No absolutes confirma nuestros peores temores. Puede que sea a causa de editar tanto trabajo seguido o simplemente una baja creativa natural, el caso es que esta vez Victor no ha logrado superar la prueba ni jugando a la segura ni al experimentar. No borrará esto el glorioso e infra valorado pasado de Prong pero si da para pensar el que una pausa en la ruta podría venirle bien a la banda. 

2.0 // Malo

Otras reseñas de Prong:

martes, 22 de marzo de 2016

Adelantos: The Last Shadow Puppets

¡Detengan las máquinas unos segundos al menos! Que en 2016, y a ocho años del debut, The last shadow puppets está de regreso. Lo que unos años atrás parecía una apuesta imposible hoy es realidad y presente. El super dúo formado por Miles Kane + Alex Turner regresa el próximo primero de abril y ya conocemos al menos tres temas que compondrán el álbum y si es que aún no te has enterado, paso a compartir a continuación dos de ellos. 

Ojo a 'Everything you've come to expect', desde ya candidato fijo a ser el mejor video del año. 


viernes, 18 de marzo de 2016

Elton John // Wonderful Crazy Night // 2016

Vivo. 

Los grandes tienen sus rachas, y Elton John increíblemente, a sus sesenta y ocho años de edad, se encuentra viviendo "una de aquellas". Y si en 2013 nos regaló un fantástico e íntimo The diving board, tres años más tarde vuelve desde la vereda opuesta con Wonderful crazy night, un disco alegre e iluminado, un álbum que contagia vida y esperanza. Mención aparte por cierto para la portada que se ha despachado , eh? Que numerito...

El caso es que pese a las claras y marcadas diferencias entre los discos mencionados, en ambos el inglés convence con fuerza. Lo dicho, si en 2013 lo oímos reflexionando desnudo junto a su piano flotando sobre olas de melancolía, en esta ocasión percibimos a vocalista en otro tono, uno en general optimista y que musicalmente se muestra más diverso. 

Cual tonada de cantina el álbum abre con 'Wonderful crazy night' (la canción) y contagia de inmediato para lanzarse luego sobre una seguidilla de excelentes medios tiempos, destacan ahí 'In the name of you' y la balada 'A good heart' pero ciertamente 'Claw hammer' o 'Blue wonderful' no están nada mal. El tono del disco en general es ameno, se deja escuchar sin problemas y si bien mucho más allá del "buen rato" no apunta, cabe destacar el que Elton aún sea capaz de regalarnos cuatro o cinco momentos de primer nivel tras una discografía tan extensa. 

No estará entre los mejores discos de su carrera y claramente no supera al notable The diving board, sin embargo, sostiene un nivel más que digno en un momento donde el hombre, como tantos otros, podría estarse abanicando entre giras de éxitos. Que decir, un grande, un eterno al que le estaremos siempre agradecidos por todo lo entregado.

6 / 10
Bueno, cumple.

 

domingo, 13 de marzo de 2016

Bloc Party: Hymns (2016)

Caída libre hasta el olvido.

Están los "one hit wonder", aquellas bandas que logran meter un single hiper mega masivo para luego pasar a más absoluto de los olvidos (alguien dijo Spin doctors?!) y los "one hit album", categoría habitada por agrupaciones que generaron ilusiones con su disco debut (o los dos primeros cuando mucho) para nunca más volver a componer algo a ese nivel. Y bueno, todo parece indicar que en aquel remoto lugar del planeta tierra quedarán estancados por siempre los Bloc Party, quienes vienen viviendo un evidente declive creativo desde hace un buen rato a la fecha y por cierto, no entregan señal alguna de recuperación. 

No deja de llamar la atención el que una banda relativamente joven se haya tomado cuatro años para editar su cuarto álbum (Four, 2012) y frente a una siguiente jugada nuevamente se tomasen la misma cantidad de tiempo. Dos discos en casi una década es señal inequívoca de que las ideas no sobran al interior de Bloc Party, lo cual se constata al observar los resultados. En 2012 la banda sin realizar nada extraordinario al menos logró cumplir, sin embargo en 2016 han fracasado estrepitosamente, sin lograr ir mucho más allá de las buenas intenciones. 

Han abandonado las guitarras para adentrarse esta vez en sonidos electrónicos, jugando con bases y sintetizadores, invitando a ratos al movimiento e intentando equilibrar esto con instantes bastante más íntimos. El álbum abre con 'The love within', la cual pese a sus grotescos teclados me parece de todas maneras una jugada suficientemente simpática como para seguir adelante con el disco, y si bien 'Only he can heal me' no es más que un apéndice de la primera, la bajada de revoluciones que proponen 'So real' + 'The good news' resulta atractiva. Hasta ahí, bien, el problema es que a partir de acá la banda se queda sin ideas por lo que demasiado pronto comienza a empantanar el trabajo entre baladas realmente pesadas ('Fortress') o experimentos eternos que no van hacia ningún lado ('Different drugs' o 'My true name'). Dicho en simple: Hymns ( ¿Himnos?, eso si que es dispararse en los pies con un título) se compone por quince minutos de algo + treinta de absolutamente nada. 

Cuesta entender el presente de Bloc party y su final como banda, a no ser por un verdadero milagro, parece ser inminente. ¿Tendrán aún energías para en 2020 volver a intentarlo? Ellos sabrán, pero lo que si tengo clarísimo es que en ese entonces nadie los extrañará. 

4/10
Malo.



Otras reseñas de Bloc Party:

jueves, 10 de marzo de 2016

Jorge Gonzalez // Trenes // 2015

En su linea, íntimo y expuesto. 

Separar la edición de Trenes del difícil momento de salud que atraviesa Jorge González resulta una tarea imposible, además de absurda. Todo en estos 35 minutos que el chileno nos regala desprende presente, su desgastado estado vocal (las cosas como son, el hombre susurra prácticamente todo el disco), además del constante tono reflexivo que enmarca al álbum hablan de un instante muy particular en la vida del vocalista, pauteado por supuesto por el accidente cerebro vascular vivido hace casi exactamente un año.

Con todos los evidentes impedimentos que posee un disco grabado en medio de un delicado estado, Trenes se las arregla para entregar tres o cuatro buenos momentos, algunos muy armónicos y adornados por sencillos arreglos acústicos, ahí 'Nada es para siempre', 'Hay que creer' , 'Yo la vi' o 'Brillas' funcionan, las cuales se intercalan con personales relatos que más que canciones parecen ser interludios narrados en primera persona. 'Trenes' me parece lejos el mejor logrado de todos estos.

A dos años del notable Libro (2013), probablemente el mejor disco en la carrera en solitario de Jorge González, Trenes lo atrapa en un complejo momento. Sabemos que lo de él nunca ha sido la composición, en general ha llevado adelante una carrera bastante irregular (discos con joyas y bodrios en iguales proporciones) pero con todo, e incluso entendiendo este álbum casi como el capricho de un hombre enfermo que se ha negado a dejar de componer, me parece que ha vuelto a firmar un álbum tan íntimo como digno

Prácticamente todos los hitos en la vida de Jorge González están documentados en su música. Si seguimos su discografía podremos enterarnos con facilidad de todas las idas y vueltas por las que el hombre ha pasado, en ese sentido Trenes da muestras de la última de ellas, quizás la más complicada de todas, una en donde una vez más el cantautor, sin demasiada poesía ni adorno, expone su ser frente a nosotros. La personal jugada no queda más que agradecerla, así como toda su carrera. 

3.0 // Bueno, cumple. 

lunes, 7 de marzo de 2016

Animal Collective: Painting With (2016)

Perdidos en su singularidad.

Un par de puntos hay que darles a los de Baltimore: el que siempre han hecho lo que han querido y el que, aún habiendo encontrado una cima importante en su carrera con el fantástico Merriweather post pavilion (2009), han continuado adelante sin repetir fórmulas. En esta ocasión, a cuatro años del correcto Centipede Hz, vuelven de la mano de su siempre singular estilo e influenciados, según ellos, por la simpleza musical de los Ramones y estéticamente por el cubismo (si, así de raros son!). Nos entregan entonces un álbum de estructuras en general reconocibles y que se ven complementadas por constantes collages de arreglos electrónicos, los cuales a estas alturas ya son marca de la casa. 

Painting with está compuesto por 12 canciones, bastante cortas, algunas sobrepasan apenas el minuto mientras que las menos llegan a los cuatro. Hay coros reconocibles en 'FloriDada' y las cosas funcionan bastante bien en la pasada por 'Vertical' + 'Lying in the grass' o en 'Natural selection', sin embargo, gran parte del disco, pese a su evidente singularidad, te dice bastante poco, encontrando ahí su principal defecto. Mucho arreglo con inquietas baterías electrónicas + percusiones varias que marcan el paso secundados por una serie de atractivos juegos vocales, pero las melodías simplemente no enganchan y acaban perdiéndose tema tras tema en medio de toda esta dinámica que opaca cualquier buena intención que hayan tenido.

Mención honrosa por cierto para el arte del disco y los formatos físicos que entregaron (tres versiones diferentes para el disco, un vinilo con un diseño precioso, etc), una maravilla muy cuidada considerando los tiempos que se viven.

5/10
Nada muy especial...


Otras reseñas de Animal Collective:
2012: Centipede Hz

jueves, 3 de marzo de 2016

30 Años De... Metallica: Master Of Puppets (1986)

"Consolidación que haría historia..."

Un par de años atrás di repaso a lo que fue Ride the lightning, el segundo gran disco de Metallica (y el favorito de muchos además), sin embargo, creo que la mayoría coincidirá en que pese a lo enorme que fue el mencionado álbum de 1984, la definitiva consolidación (primero creativa, años más tarde en lo comercial) de la banda aún estaba por venir. Y bueno, no hay plazo que no se cumpla por lo que acá estamos en este 3 de marzo de 2016 para celebrar los exactos 30 años de la gran obra maestra de Metallica, y por cierto uno de los discos más influyentes en la historia del metal: Master of puppets

Bajo una estructura similar a la de Ride the lightning (1984), nuevamente Metallica arma un disco de 8 canciones, sin embargo la diferencia la marca esta vez la individualidad, es decir, todo lo trabajado en su antecesor es explotado al máximo de sus potenciales en esta ocasión, no dejando absolutamente nada al azar. Optimizan entonces lo que parecía inmejorable en su momento, regalándonos una verdadera ópera de metal logrando resultados impresionantes. 1986 encuentra a la banda creativamente viviendo su mejor momento (los cuatro integrantes se reparten los créditos de todo el álbum) entregando así un plato que se retiró del horno en el momento preciso. 

De partida las canciones efectivas y de corta duración esta vez son sólo dos: la primera 'Battery'  y la última 'Damage Inc.' Dos golpes de thrash metal directos al mentón, mientras que entre ambas nos encontraremos con un álbum repleto de cuidadas estructuras y arreglos. Como mencionaba anteriormente la estructura de Master of Puppets es similar a la de Ride the lightning (son álbumes hermanados sin ninguna duda) sólo que potenciada al máximo. La balada 'Fade to black' esta vez es 'Welcome home (Sanitarium)', una canción que también comienza en plan balada acústica para ir ganando agresividad hacia el quiebre y cierre. También tenemos un instrumental en este álbum, se trata de la excelente 'Orion', a la vez el rock de medio tiempo viene de la mano de 'The thing that should not be' y los supuestos temas de “relleno” que en el disco anterior fueron 'Escape' y 'Trapped under ice' esta vez son las extraordinarias 'Disposable heroes' + 'Lepper messiah', una dupla demoledora e incontestable.  


Entrar en más detalles sería redundar. A treinta años de su aparición, y con una carrera que se desarrolló en creativo por al menos unos diez años en un nivel aceptable (Reload de 1998 es lo último de nivel aceptable en opinión de quien escribe), me parece ya que no cabe duda respecto a que Master of puppets representa a la fecha la obra más completa en la discografía de Metallica, un álbum insuperable en su dirección. Eso además de mostrar una evolución impresionante entre lo que fue su primer álbum Kill’em all y este. Cuesta creer que sólo hallan 3 años entre uno y otro...

10/10
Obra maestra.



Y bueno, esta historia de revisiones continuará en 2018, cuando se cumplan los treinta años de ...And justice for all. Aunque ojo al dato: 4 de Julio de 1996 y 12 de Agosto de 1991, días en que se editaron Load y el Black Album, discos que cumplen 20 y 25 años de vida en este 2016, es decir, se vienen sus respectivas reseñas de aniversario. Será entonces hasta dichas fechas, si es que la vida me acompaña.

Otras reseñas de Metallica:

martes, 1 de marzo de 2016

Iggy Pop // Post Pop Depression // 2016

El ocaso de una leyenda.

Independiente de su errática carrera, resulta imposible hablar de Iggy Pop dejando de lado el cariño que se le tiene por todo lo que representó en algún momento de la historia junto tanto junto a The Stooges como en solitario, más aún tras de la partida de su gran amigo, David Bowie. No olvidemos que a fines de los años 70 ambos escaparon a Berlin (en un intento desesperado por sobrevivir de sus adicciones a la cocaína), lugar donde Iggy compuso (junto a Bowie) probablemente sus dos mejores discos (The idiot y Lust for life, ambos de 1977) mientras que David nos regaló la llamada "Trilogía de Berlín". Razones emocionales hay de sobra entonces para siempre estar atentos a cada movimiento del estadounidense, más aún sabiendo que en esta ocasión se ha reunido con Josh Homme, lider de Queen of the stone age y uno de los regalones del público dentro de la escena actual del rock. Hay quienes creen (o quieren creer) que Homme es uno de aquellos que "convierte en oro todo lo que toca" por lo que quedaba por verificar si en esta ocasión era capaz de levantar la alicaída trayectoria del veterano Iggy, ahora sabemos por cierto que este era el proyecto que mantuvo al guitarrista al margen de aquella fatídica presentación de Eagles of death metal en Francia, en el Bataclan.

Nos encontramos así con un disco de sonido bastante oscuro, donde en general reinan la calma y relatos emocionales. En gran parte del álbum la guitarra de Homme marca presencia, claros ejemplos son 'Break into your heart' o 'Into the lobby', canciones que parecen ser (buenos) descartes de ... Like clockwork (2013) de Queen of the stone age, mientras que en otras es Iggy quien cumple su labor de manera bastante teatral (el hombre lo ha dado todo, que duda cabe), emulando inevitablemente a Bowie en canciones como 'Gardenia' o 'Sunday' y regalando registros desgarradores en 'Vulture' o 'German days'.

No encontramos acá temas particularmente recordables, ganchos potentes que permitan entrar con facilidad al álbum (un poco más de fuerza y agilidad le habría venido bien al disco), sino más bien una idea sonora que se desarrolla con fluidez durante 40 minutos y trae al presente el recuerdo de ese Iggy Pop profundo de fines de los 70's, quien por cierto pareciese siempre hablar en tono de despedida, como si estuviésemos frente al inevitable ocaso de su carrera. Y dadas sus últimas declaraciones, todo parece indicar que así será...

3.0 // Bueno, cumple.