jueves, 31 de agosto de 2023

PJ Harvey: I Inside The Old Year Dying (2023)

 "Sin espacio a medias tintas..."

Exactamente un año atrás, un 1 de agosto de 2022, PJ Harvey publicaba Orlam, un libro de poemas en donde la vocalista buscó desarrollar su prosa lejos de la música, dando muestras de una serie de influencias que iban desde William Blake hasta Robert Louis Stevenson. Publicó dicha obra narrativa también ante la dificultad para plasmar en sonido todo aquello que rondaba su cabeza tras las expediciones bélicas que representaron sus dos anteriores álbumes, al punto de haber llegado a los siete años de silencio musical, los cuales finalmente se ven interrumpidos con la publicación de I inside the old year dying, un trabajo basado en los poemas contenidos Orlam y que musicalmente vuelve a apostar por la intimidad y el minimalismo en materia de arreglos. Y es que si bien en The hope six demolition proyect (2016) tuvimos a una PJ Harvey insinuando un regreso hacia sonidos más eléctricos y estructuras de mayor dinámica, en su décimo álbum la cantautora (en compañía una vez más de la dupla John Parish + Flood en producción) retoma aquel sonido centrado en atmósferas bajas que la conectan más bien con aquel soberbio Let England shake (2011), es decir: un sonido tranquilo, oscuro e interpretaciones sobrias donde el centro está puesto en la calma del relato. 

En ese sentido, estamos ante otro álbum de la artista que no deja espacio a medias tintas: te sumerges en el o derechamente abandonas misión. Doce canciones componen a este I inside the old year dying, todas breves (de dos a tres minutos) aunque no por esto poco claras en cuanto a intenciones, las cuales se declaran desde un inicio cuando 'Prayer at the gate' entre en escena, en esta Polly Jean va subiendo lentamente su registro sobre una melodía que unicamente acompaña el escenario que ella desea armar, en lo que será un arranque conmovedor que roza sutilmente el desgarro. Desde acá el álbum deambulará entre construcciones mínimas, acompañada de sobrios arpegios en 'Autumn term' + 'Lwonesome tonight', sonando derechamente desnuda en momentos de 'Seem an I', con algo más de fuerza en 'I inside the old year dying' + 'A noiseless noise' o al límite de lo perturbador en 'The nether-edge' + 'All souls'.  

A diferencia de lo que sucedió en el mencionado Let England shake, la vocalista no encuentra (o derechamente no busca) momentos particularmente emocionantes en este álbum si no más bien explora atmósferas densas, oscuras y enigmáticas, sumergiéndonos en un pozo donde jamás teme el moverse bajo sus propios términos, consolidando su estatus de artista con mayúsculas, más allá de que muchos extrañen la fuerza e ira de sus inicios.

¿Canciones? 'Prayer at the gate', 'The nether-edge' y 'I inside the old I dying'.

8/10
Excelente.


martes, 29 de agosto de 2023

Miles Kane : One Man Band (2023)

"Grandes canciones de corto alcance..."

Pasan los años y Miles Kane no parece querer abandonar ese rock de influencias sesenteras que ha optado por desarrollar a lo largo de su carrera. Si a esto agregamos que tan solo un año atrás el inglés publicó Change the snow (2022), muchas diferencias no podían esperarse ante este nuevo trabajo. Hilando fino, sin embargo, matices se aprecian entre uno y otro, incluso respecto a lo que fue Coup de grace (2018) pues en esta ocasión el vocalista se lanza sobre melodías bastante más inmediatas y frenéticas respecto a sus antecesores. Se podría decir desde ahí que el inglés juega a la segura en One man band, ahora mientras el nivel individual sea este pues demasiadas quejas no habrán. 

Para muestra, la seguidilla rebosada en dinámica que marca el inicio del álbum, una pasada inquieta y adictiva que no regala respiro. Suenan seguidas 'Troubled son', 'The best is yet to come', 'One man band' (la canción), 'Never taking me alive' + 'Heartbreaks (the new sensation)' por lo que tenemos quince minutos que podrían perfectamente abrir un show de Miles y dejarnos de entrada extasiados en rock and roll. Cual de todas funciona mejor. 

Llegará posteriormente una leve baja de revoluciones a experimentar en 'The wonder', single oficial en un álbum donde realmente cada canción que lo compone tiene potencial para serlo, para más adelante oír una balada propiamente tal en 'Ransom' o 'Heal', no sin antes vivir otro exquisito subidón mediante 'Baggio', construyendo así una verdadera montaña rusa que varía en tiempos y arreglos pero jamás olvida la vocación melódica del artista. 

A día de hoy Miles Kane no ha sido capaz de entregar un mal disco, pero es cierto: tampoco uno que nos vuele la cabeza. Lo suyo son las grandes canciones de corto alcance, vivir el aquí y ahora con ellas, la efectividad en plazos breves. En esa línea, estamos acá ante un conjunto compuesto por piezas que no superan los tres minutos de duración, que se abalanzan al estrofa/puente/coro pero que en esa fórmula funcionan de maravillas. Kane no descubre absolutamente nada nuevo con One man band pero da muestras de una frescura e identidad que sigue mereciendo mayor crédito. 

¿Canciones? 'The best is yet to come', 'One man band', 'Never taking me alive' y 'Baggio'.

7,8 / 10
¡Muy bueno!


Otras reseñas de Miles Kane:

domingo, 27 de agosto de 2023

Greta Van Fleet: Starcatcher (2023)

 "Todo en su lugar..."

A estas alturas todos tenemos claros los pro y contras de un proyecto como Greta van fleet, banda que se ha dispuesto revitalizar el sonido rock de los años setenta cruzando eso si algunos límites tolerables. Y es que una cosa es beber el influjo de Led Zeppelin y/o similares (ahí tienes a Rival sons, hace poco comentados acá en el blog) pero otra muy distinta es tomar riffs prácticamente con calco y armar una canción a partir de eso, que es lo que hicieron estos norteamericanos en su álbum debut de 2018 y replicaron tres años más tarde, con algunos matices atractivos cabe mencionar, mediante The battle at garden's gate (2021). En dicho sentido, Starcatcher se mueve en una línea simular a su antecesor entregando una serie de elementos bien trabajados, que suenan contundentes y ejecutados con cuidada precisión, sin embargo, el elemento sorpresa acá continúa tan ausente que inevitablemente el chiste acaba por cansar en medida que el álbum avanza.

Me explico, ¿alguien podría afirmar que los teclados de 'Fate of the faithfull', las delicadas cuerdas de 'Waited all your life' o batería en ''The indigo streak' suenan mal? Todo lo contrario, el cóctel sonoro es atractivo e incluso mejora mediante el arranque frenético de 'Runway blues' o un fresco medio tiempo como 'Sacred the thread'. Entre todas estas encontraremos también los clásicos arranques zeppelianos (herencia que evidentemente aún no son capaces de quitarse de encima) en 'The falling sky' o 'Frozen light' o la apuesta épica que desarrollan en 'Meeting the master' casi cerrando el álbum, armando así un compendio que se deja oír, donde todos los elementos se encuentran correctamente puestos en su lugar (incluido un Josh Kiszka tremendamente sólido en sus agudas vocales) pero donde también nada escapa de lo que esperamos oír en un álbum de Greta van fleet, es decir, fuerza, rock y psicodelia. 

Starcatcher es otro álbum correcto por parte de una banda que luce cómoda en su lugar, cumpliendo en el canción a canción pero jamás insinuando una salida de la zona de confort. Para bien y para mal, los estadounidenses no parecen tener ganas de avanzar de década. 

¿Canciones? 'Waited all your life' y 'Meeting the master'.

6,9 /10
Muy bueno.


lunes, 21 de agosto de 2023

Molotov : Sólo D'Lira (2023)

 "Grotesco, irreverente y desafiante..."

Pensar en Molotov es de cierta forma pensar en aquel mítico meme de Millhouse ("¿Te acuerdas de Alf? ¡Volvió! En forma de fichas"). Los mexicanos están de regreso tras casi una década sin publicar material inédito, y si consideramos que Agua maldita (2014) pasó bastante inadvertido por el mundo latino, que decir, para el común de los mortales Molotov llevan dos décadas prácticamente en silencio. Quizás por esto mismo es que la banda se ha animado a recuperar aquel mal rollo que les trajo éxito y fama por allá por 1997 cuando debutaron con ¿Dónde jugarán las niñas?, álbum marcado de comienzo a fin por un sonido sucio y líricas tan irreverentes como envenenadas. En esa búsqueda es que parecen haberse lanzado con Solo D'Lira, un disco de guitarras que dispara dardos sin asco de comienzo a fin y que musicalmente por lo esperado: rock de garage amenizado por alguna incursión rapeada marca de la casa. A esto se suman letras políticamente incorrectas que incluyen los característicos juegos de palabras y coros a varias voces de la banda, es decir, todo lo que uno quiere oír en un disco de Molotov sumado a una frescura que no les oíamos desde hace bastante. 

Abren de manera atrevida con algo como 'Santo niño de Atocha', ridiculizando a los/as creyentes y sus peticiones a santitos varios ("No le pidas a la virgen te bendiga con más hijos / Pídele al de la botica que te venda anticonceptivos / Pues los hijos que te mande no se va a hacer responsable...") regalando irreverencia tanto frente al establishment religioso como también al político, a quienes les dispararán en 'Money in the bank' (¿"Quien se cree digno como para gobernarme? / Su puesto de gobierno, por supuesto pa' robarme...") o cerrando el álbum en la durísima 'No olvidamos' realizando un repaso de historia y dándole palos a los presidentes mexicanos de los últimos cincuenta años, pasando lista en estricto orden con Echeverría, López Portillo, De la Madrid, Salinas, Zedillo, Fox, Calderón, Peña Nieto y López Obrador, exclamando en los coros un desafiante: "¡Que levante la mano si alguno de estos te ha ayudado!"

Ahora, los dardos de la banda no apuntarán solo a la clase política pues también identificarán junto al poder al mainstream musical actual, es decir, reguetoneros varios, a quienes dedican cosas como 'Quiten el trap' ("¿Por qué tienen ese acento si no son puertorriqueños? / ¿Por qué hacen un video a ver quien tiene más dinero...?")  o desafían en 'El señor del banco' ("Vengo a reclamar lo mío / Tiemblen los reguetoneros / Que no dicen ni pío / No quieren meterse en pedos..."). El resto en Solo D'Lira fluctuará constantemente entre lo juguetón y lo grotesco, como ocurre en 'H2H - Todo me pica' o 'Esto es mierda', donde los tipos se asumen desagradables, o los clásicos juegos de palabras estilo 'Denle chayote', 'Amarren al perro', '.Ego' o 'Pendejo'. 

Como defecto se podría mencionar el que pasando el nudo algunas cosas huelen a relleno ('Sale con polish' o 'Rio', por ejemplo) o que ciertamente el álbum no deja de ser un (buen) refrito del sonido noventero que la banda. Sin embargo, tiene mérito tras tanto tiempo volver con algo así de afilado y directo, con una banda que vuelve a mostrarse en plena forma tanto desde lo temático como musical. Como sea, es lo mejor que han publicado en largo tiempo. 

¿Canciones? 'Money in the bank', 'El señor del banco' y 'No olvidamos'. 

7,8 /10
¡Muy bueno!

sábado, 19 de agosto de 2023

He Visto A... Natalia Lafourcade (16/08/2023)

 

Tiene mérito en estos tiempos el que una artista se la juegue por el "concepto álbum", algo que en la era del streaming se encuentra, digámoslo, bastante obsoleto. Hay personajes, sin embargo, que juegan en su propia liga, como es el caso de Natalia Lafourcade quien en contacto únicamente consigo misma nos entregó meses atrás su enorme De todas las flores, álbum que sin ir más lejos fue destacado acá en mi querido blog como un 10/10 y de lo más brillante que nos dejó todo 2022

El disco me encantó, está claro, por lo mismo cuando meses atrás supe que la mexicana lo presentaría acá en Santiago de Chile no dudé en comprar mi entrada. Finalmente la fecha llegó y un par de noches atrás tuve el placer de presenciar dicho espectáculo, dividido en dos partes muy diferenciables entre si: una primera en donde De todas las flores es interpretado en su totalidad y una segunda enfocado en un recorrido a la carrera + hits de Natalia. El global resultó ser un show tremendamente cercano, sensible, emocional, de mucha identidad e interacción constante con el público.

Y lo dicho, que en la primera hora y veinte del show Natalia ha presentado su más reciente álbum prácticamente en el mismo orden, con la única excepción de 'Que te vaya bonito Nicolás' (la cual ha debutado en la gira acá, en Chile) que ha sonado segunda en el show tras la hermosa 'Vine solita', donde la mexicana con su guitarra (y un enorme vestido negro) consumió por completo el recinto. Tras estas, se sucedió todo el disco en orden estricto, cada canción tomándose su tiempo, apoyada por cuidados videos a la espalda de la artista y una banda impecable en cuanto a arreglos. Dado la atmósfera reflexiva del álbum, los primeros noventa minutos de show estuvieron marcados por ese ambiente de mantra y tranquilidad, donde el público supo escuchar, cantar y conectar con la búsqueda de la artista. 

Esto a diferencia del segundo segmento de la noche, donde se alternó el ya tradicional homenaje a la música Latinoamericana que Natalia Lafourcade viene proponiendo desde hace una década, cantando 'Cien años' del mexicano Pedro Infante, 'Tonada de luna llena' del venezolano Simón Díaz y una pasada por 'Que he sacado con quererte' + 'Gracias a la vida' de la chilena Violeta Parra, en compañía de Manuel García, con quien encontró absoluta y total complicidad sobre el escenario viviendo el que debe haber sido el más alto momento de la noche, para luego pasar a una recta final marcada por los grandes éxitos de Natalia, digamos, 'Soledad y el mar', 'Lo que construimos' (en versión cumbia)  o 'Hasta la raíz' (junto a los nacionales Gepe y Camila Moreno) para finalmente cerrar en tono bailable y festivo con 'Nunca es suficiente' + 'Tu sí saber quererme', acabando una noche muy arriba, como corresponde tras haber transitado por una serie de estados y emociones. 

No podía ser de otra forma, un álbum como De todas las flores tenía que ser interpretado completo y con la elegancia que este merecía. Así ha hecho Natalia, extasiándonos a quienes amamos dicho trabajo para luego desatar la fiesta. Durante el show la mexicana se refirió a que quizás este hito (el disco + gira) significaba el inicio de una nueva etapa para ella, y bueno, el tiempo dirá. Como sea, en mi recuerdo quedará siempre el haberla disfrutado en plenas facultades mediante un show hermoso, pensado y cuidado.

miércoles, 16 de agosto de 2023

Blur: The Ballad Of Darren (2023)

"Se reconcilian con su historia..."

Cuando Blur decidieron revivir al muerto en 2015, las dudas no se hicieron esperar. ¿Habría aún algo por decir o estábamos ante otro regreso forzado por la necesidad de facturar? Sin saber muy bien que esperar, finalmente el consenso apuntó a que The magic whip estuvo bien, moviéndose entre canciones sencillas (y poco ambiciosas, digámoslo) que se dejaban oír sin mayor problema. Tampoco, sin embargo, es que nos dejasen pidiendo más. De ahí que la noticia de un nuevo álbum ocho años más tarde sorprendiese, más aún el saber que se encerraron unos meses en absoluto silencio con el único fin de plasmar lo mejor de si en un registro. Como si efectivamente se sintiesen en deuda con ellos mismos, con su historia.  El caso es que The ballad of Darren transmite dichas ansias, un álbum que los reconcilia con las grandes melodías, que efectivamente transmite una idea, un mensaje y un sonido.

En su noveno álbum Blur no se disfrazan de algo que no son ni emulan quienes fueron treinta años atrás, muy por el contrario, nos entregan un álbum reposado, de tono siempre maduro y reflexivo, evidentemente marcado por los tiempos que vive Damon Albarn, quien se sienta a narrar sobre un piano en 'The ballad' con una mirada siempre nostálgica ("Acabo de mirar a través de mi vida / Y todo lo que puedo ver es que no volverás / Pero no tendré miedo / Parece que no podré encontrarte en este desfile de medianoche...") o en 'Russian strings', entre delicadas cuerdas en 'The everglades (for Leonard)' complementando con medios tiempos eléctricos como 'Barbaric' ("He perdido el sentimiento que nunca pensé perdería / ¿Ahora hacia dónde vamos?") o 'The narcissist', siendo 'St. Charles square' la única excepción a la regla en todo el álbum, el único tema que apunta al rock y donde la guitarra de Graham Coxon hace presencia.

En cierto modo, un álbum como The ballad of Darren suena a reconciliación consigo mismos (algo que incluso la notable portada transmite), un trabajo que si bien luce sencillo y sobrio (son solo diez canciones en treinta y seis minutos de música) re conecta a la banda con grandes melodías y coloca las cosas en su lugar, recordándonos por qué estos tipos fueron alguna vez tan grandes. 

¿Canciones? 'The ballad', 'St. Charles square', 'Barbaric' y 'The narcissist'.

7,5 /10
¡Muy bueno!

Otras reseñas de Blur:

Otras reseñas de Damon Albarn:

viernes, 11 de agosto de 2023

25 Años De... Pulp: This Is Hardcore (1998)

"Honestidad brutal..."

Para 1998 el britpop agonizaba. Aquella fiesta adolescente que nació en respuesta al shoegaze y al oscuro/rabioso grunge estadounidense, de golpe había perdido fuerza. Sus principales referentes comenzaban a hacerse mayores, los excesos, la fama y el desgaste hacían lo suyo por lo que aquello que había comenzando siendo luces, baile, colores y diversión, de pronto parecía apagarse. Realizando un paralelo histórico: si el homónimo de Blur simbolizó en 1997 el fin del britpop, This is hardcore de Pulp vendría a ser definitivamente la depresión post resaca, ese momento de reflexión en donde todo se encuentra expuesto, el desagrado, hastío e incluso la vergüenza. 

Particularmente los ingleses venían surfeando en la cresta de la ola desde hace cinco intensos años, cuando la pasada His 'n' hers (1994) + Different class (1995) golpeó el mercado. Demasiado en tan poco tiempo seguramente por lo que para 1998 la banda acabó por impactar contra un muro, Russel Senior (guitarra/violín) abandonaba el proyecto por desmotivación creativa y Jarvis Cocker se encontraba sumido en adicciones varias. No es coincidencia por tanto que el sexto álbum de Pulp abriese con un tétrico teclado que dará paso a vocalista que externalizaba su momento ("Esta es la canción de alguien que perdió el rumbo / Creyendo que está bien cuando en realidad no lo está"), hablando de las crisis de pánico provocadas por toda la reciente exposición y particularmente su tema con el paso del tiempo ("Ahora conocerás la letra de mi canción / Muy pronto podrás cantarla cuando estés triste, solo y todo vaya mal / Cuando tengas miedo..."). 'The fear' es un tema fantástico y una enorme declaración de intenciones por parte de una banda que decidía abandonar la pista de baile para sincerar el que (ya) no se la estaban pasando tan bien. 

Desde acá se desarrollará toda una primera parte sensacional, oscura como ella sola. En 'Dishes' se aborda la resignación de la estrella de rock que se asume humana como todos ("Tengo unos fósforos por si necesitas luz / Soy solo un hombre pero estoy haciendo lo que puedo para ayudarte/ Quisiera convertir el agua en vino / Pero es imposible / Tengo que tener esos platos secos..."), en un arranque de sinceridad que asusta ("¿Y no estás feliz solo con estar vivo?"), que encuentra perfecta secuencia en la suciedad de 'Party hard', donde Cocker se disfraza como nunca de David Bowie en la interpretación y la banda transmite a la perfección la saturación que desea instalar en nuestros cerebros. 

Para cerrar la Cara A, los singles que promocionaron el trabajo, ambos muy disímiles entre si. Primero 'Help the aged' con la mirada de Jarvis respecto al inevitable envejecimiento ("Y mientras tanto intentamos de olvidar que nada dura para siempre...") y luego la teatral, dramática, sucia, sexual y porno 'This is hardcore', seis minutos fascinantes y vanguardistas donde el álbum definitivamente toca techo. Desde acá solo se podía descender, y que es lo que efectivamente ocurre entre canciones sobrias que se dedican a cumplir. Irán a la balada mediante 'TV movie' y luego con la acústica 'A little soul', de lo más delicado que contiene el disco, subirán la intensidad en las sólidas 'I'm a man' o 'Sylvia', Cocker jugará con su rol de crooner en 'Seductive Barry' para cerrar de manera tibia con 'Glory days' (otra muy Bowie) + 'The day after the revolution'. Por cierto: habiendo oído estos diez minutos finales del álbum, es un verdadero crimen que una canción como 'Like a friend' no haya sido incluida en el disco y solo apareciese como un B-Side. Pero bueno...

El sexto álbum de Pulp estaría marcado por las crisis existenciales de Jarvis Cocker, quien encarnaba el desgaste provocado por los excesos y la exposición. Junto a Chris Thomas en producción (conocido por haber trabajado con The beatles en el álbum blanco de 1967 y quien ya había con ellos en Different class) se encerraron por tanto a desarrollar un trabajo visceral desde lo lírico y oscuro en cuanto arreglos. El resultado va de más a menos sin duda pero su nivel continúa sonando fresco a décadas de distancia, digamos, aquello que nos gusta llamar "un disco de culto" y que ciertamente acabó por colocar el último clavo en el ataúd del britpop.

¿Canciones? Toda la primera parte. Desde 'The fear' hasta 'This is hardcore'.

8,2 /10
Excelente.

martes, 8 de agosto de 2023

Cattle Decapitation: Terrasite (2023)

 "(Aún) Relevantes, demoledores e interesantes..."

Fue en 2009 cuando Cattle decapitation comenzaron a realizar un pequeño giro en su sonido, una re invención que en The harvest floor tanteaba terreno en cuanto a tiempos e interpretaciones para definitivamente en el inmenso Monolith of inhumanity (2012) modernizar un tanto su sonido, alejándose del death purista que había marcado su primera década de existencia para abrazar ciertos elementos propios del grind.  Aquel metal frenético en cuanto a técnica y estructuras fue profundizado en The anthropocene extinction (2015), una pieza maestra del género, logrando de paso revitalizar el sonido de la banda al punto de disimular de buena forma el haber comenzado su carrera por allá por 1999. En dicho camino, un álbum como Death atlas (2019) acabó por sucumbir ante las expectativas y lució inevitablemente algo frío, plano incluso respecto sus antecesores por lo que Terrasite debía llegar para traer de regreso a quienes dudamos del presente de la banda. Conscientes del desafío por tanto, los norteamericanos vuelven con diez piezas bajo el brazo que desatan su universo a placer. La temáticas siguen siendo las de siempre aunque acá han decidido llevarla un peldaño encima: una mirada aterradora y despiadada respecto a la irresponsabilidad del ser humano, tratado acá como una especie de parásito post apocalíptico que debe sobrevivir en un planeta devastado, mientras que en lo musical continúan abordando la bestialidad de su sonido en el enlace con uno que otro pasaje melódico. Por cierto, mención aparte también merece el portadón que una vez más nos regalan. 

De esta forma, abren en total frenesí de manera muy veloz con 'Terrasitic adaptation' seguida del single 'We eat our young', ambas son ágiles y dan poca tregua en términos de tiempos más allá de algún coro reconocible, esto a diferencia de 'Scourge of the offspring', 'The insignificants' o 'A photic doom', que ralentizan los tiempos mediante un trabajo precioso de batería y quizás los movimientos estructurales más interesantes en todo el álbum. Se observa eso si el que nuevamente la banda, tal como en ocurrió en Death atlas, se acerca hacia un death estructuralmente más tradicional, a veces más rápido como ocurre en la reveladora '...And the world will go on without you' (vaya título, me encanta) y a veces más lento ('The storm uptairs' o 'Dead end residents'), pero donde el elemento caótico en general (ya) no está presente. Se sucederán así canciones ejecutadas con precisión técnica e interpretadas por un tremendo Travis Ryan (increíble lo que continúa transmitiendo tras tantos años, ¡lo que hace en 'A photic doom' por favor! De otro planeta) pero donde el elemento sorpresa ha sido un tanto dejado de lado en pro de la efectividad de los temas. 

Es curioso lo de Cattle decapitation, quienes en la comparación con el medio siguen sonando relevantes, absolutamente demoledores e interesantes desde lo temático, sin embargo, en la competencia consigo mismos por segundo álbum consecutivo confirman el que lo más brillante para ellos ha quedado en el pasado. Con todo, Terrasite es otro gran álbum que suman a su lista, lo cual no es poco tras más de veinte años de carrera. 

¿Canciones? 'Scourge of the offspring', '...And the world will go on without you' y 'A photic doom' .

8,2 /10
¡Excelente!


Otras reseñas de Cattle decapitation:

viernes, 4 de agosto de 2023

Dieth: To Hell And Back (2023)

 "Ameno, más no mucho más..."

Suele ocurrir el que cuando un personaje renuncia o es expulsado (como en este caso) de una gran banda, arma su propio proyecto de despecho, que es lo que ha hecho David Ellefson tras su bullada salida de Megadeth, reclutando para la causa a Guilherme Miranda (ex Entombed AC) en voz + guitarra y a Michal Lysejko en batería (ex Decapitated, por tanto, uno que también sabe de funas). Llega así a nosotros el debut de Dieth, cuarenta minutos de un metal cuya valoración dependerá exclusivamente del cristal con que se mire, esto dado que un elemento positivo a considerar aquí es el factor sorpresa pues To hell and back se aleja bastante de lo que habríamos esperado de un proyecto de Ellefson. Dicho en simple: el super grupo jamás intenta emular a Megadeth y más bien bebe de las experiencias musicales de los colegas del bajista. Ahora, pasada la primera impresión cabe mencionar que gran parte del trabajo, si bien es diverso (otro aspecto positivo) suena en general de manual, con temas breves (impecablemente ejecutados, no cabe duda) que oscilan entre los tres a cinco minutos y que salvo una que otra excepción, no sorprenden demasiado en cuanto a estructuras y/o arreglos. 

Sin ir muy lejos, el disco abre con una pasada directa enfocada en la velocidad mediante el tridente 'To hell and back' (la canción) + 'Don't get mad... get even!' + 'Wicked disdain', canciones rocanroleras que apuestan por el coro efectivo en el afán seguramente de enganchar oyentes pero que terminan tirando por lo obvio. Será recién en algo como 'Free us all' cuando por primera vez el álbum pareciese tener algo que decir, esta baja los tiempos, entrega momentos para el bajo y aporta un peso diferente respecto a las anteriores, algo similar a lo que ocurre con 'Heavy as a clown', algo monótona en sus dos minutos iniciales pero que mejora con la sección instrumental mientras que el nudo del álbum estará marcado por la aparición de la balada 'Walk with me forever', que si bien es algo cliché en la búsqueda de emoción cuenta con el elemento sorpresa de estar interpretada inéditamente por David Ellefson.

De pronto y sin notarlo, notamos que al disco le queda poco, lo cual habla bien de su diversidad aunque nada realmente nos vuela la cabeza, algo que se exacerbará en la recta final mediante canciones que retoman la velocidad y el peso pero huelen a relleno con descaro, me refiero a la genérica 'Dead inside' seguida de 'The mark of Cain' (¿qué es ese minuto final que repite una y otra vez un riff si no la evidencia de que se han quedado sin ideas?) y la veloz 'In the hall of the hanging serpents'. El segmento instrumental de dos minutos 'Severance' no merece demasiado comentario pues aporta cero más allá de repetir la melodía con que el disco había abierto, en la idea (supongo) de cerrar donde habían comenzado.

De dulce y agraz por tanto el debut (¿y despedida?) de Dieth. El tiempo dirá si la experiencia dará para más que esto, por ahora han entregado un álbum ameno que se deja oír gracias a su diversidad y buenas ejecuciones pero que en el detalle, en pocos momentos escapa de lo obvio.

¿Canciones? 'Free us all'. 

6/10
Bueno, cumple.

martes, 1 de agosto de 2023

Sigur Rós: Átta (2023)

"A contra corriente..." 

Diez años sin un disco de Sigur rós ha sido demasiado, más aún considerando desde donde venía la banda, aquel fantástico e industrial Kveikur (2013). Nos han hecho esperar una década pero no solo eso: han regresado fieles a si mismos sin realizar una mínima concesión con el oyente en casi una hora de música que posee ritmo propio, uno completamente a contra corriente respecto a lo que vivimos hoy como sociedad. De esta manera, los islandeses nos invitan a abandonar la vorágine diaria, ese ritmo infernal que nos acosa tanto en el cotidiano (trabajo, familia, amigos) como a nivel tecnológico, léase, la cultura de lo inmediato, el "lo miro y lo olvido" que proponen aplicaciones tipo Twitter, Instagram, Tik Tok o Tinder, donde todo dura lo que tarda un dedo en cruzar una pantalla. Muy por el contrario, Sigur rós nos proponen un álbum que no funcionará jamás como música de fondo mientras realizas alguna tarea, acá el desafío es abrazar la música como instrumento de belleza y lanzarse a conectar con el sonido, algo que suena lógico pero realmente se realiza muy poco a día de hoy. 

En dicho sentido, Átta resultará seguro una experiencia a ratos desesperante para muchos, sus espesas atmósferas, plagadas de momentos particularmente luminosos y emocionales son una invitación constante a detenerlo todo y vivenciar el sonido. Esto se percibe de inmediato en la apertura creciente, instrumental y orquestal a cargo de 'Glóð', seguida de los siete delicados minutos de 'Blóðberg', con un Jonsi que vocalmente va navegando entre calmas aguas durante siete delicados minutos. Esta apuesta por los desarrollos en la más absoluta tranquilidad serán factor común a lo largo del álbum, haciendo presencia en 'Mór' (quizás la más plana de todas), 'Ylur' (con un tributo melódico en su recta final que por unos segundos rememoria al clásico 'Hoppípolla' de 2005) o 'Fall'

En dicho camino existirán instantes en donde la banda subirá un tanto la intensidad, ocurre entre agudos en la notable 'Skel', la absolutamente hermosa 'Andrá' o en 'Klettur', que enlaza golpeadas percusiones con el sonido de orquesta, siendo la única en todo el álbum que conecta en su sonido con lo que fue Kveikur diez años atrás. Esta pasada, sin embargo, que luce algo más "explosiva" respecto al resto acaba por ser una excepción dentro de un continuo que se mueve todo el tiempo tan lento como puede, o como quiere.

En una era como la que vivimos, donde todo es para ayer y vivimos sometidos a la cultura de lo inmediato, tiene mérito el grabar un álbum tan a contra cultura como Átta, más cuando se goza con el prestigio como el que carga Sigur rós. Tampoco es que esperemos de ellos una búsqueda por el hit o lo masivo, que sabemos bien quienes son, pero el que vuelvan tras diez años de silencio marcando este tipo de presencia, funcionando bajo estándares propios, solo enaltece un regreso de enorme nivel y que se anota entre lo más grande que nos habrá dejado este 2023.

¿Canciones? 'Skel', 'Klettur', 'Andrá' y 'Gold'.

9/10
Brillante.


Otras reseñas de Sigur Rós: