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martes, 6 de mayo de 2025

Ghost: Skeletá (2025)

 "Equipo que gana, repite..."

Siendo francos, no hay mucho que analizar respecto al más reciente álbum de Ghost. Conocido es que los de Tobias Forge comenzaron a realizar un giro en su sonido con Meliora (2015), siendo este el parteaguas en la carrera de los suecos. En aquel trabajo si bien la banda seguía conservando cierta oscuridad en su propuesta, esta se conjugó con una búsqueda de canciones melódicamente más atractivas y luminosas respecto a lo que fueron sus primeros dos discos (temas como 'Majesty' o 'Absolution' parecieron marcar la ruta a seguir). Y lo que vino ya es parte de la historia contemporánea: un sólido Prequelle (2018), el éxito en tik tok de un golazo como 'Mary on a cross' y la definitiva consolidación mediante el excelente Impera (2022). Hoy la máquina está plenamente engrasada y funciona como reloj, de ahí un disco de clara continuidad como Skeletá, un puñado de buenas canciones que se dejan oír sin problemas y que te gustarán si te gusta el Ghost de estos últimos años. Sin más. 

La partida es débil, digámoslo, 'Peacefield' (con claro aroma en los coros a 'Separate ways' de Journey) es un tema correcto pero no posee la impronta de 'Rats' ni mucho menos la fuerza avasalladora de 'Kaisarion', sin embargo, desde entonces la banda sabrá desenfundar una seguidilla de singles (as usual...) realmente incontestables que por si solos logran que la experiencia salga a flote. En dicho sentido Tobias Forge es un tipo inteligente y sabe muy bien acá lo que tiene, nos instala por tanto y de entrada las dos canciones más pegajosas del álbum, 'Lachryma' y 'Satanized'. En ambas disfrutamos del tino melódico y la gracia de una banda que entiende a la perfección donde está jugando, insinuando un peso en las guitarras para acabar desenfundando un verdadero homenaje al estrofa/puente/coro de alto nivel, a la radio-fórmula recordable. Luego el manual dice que tras los singles debe venir la balada y ellos muy obedientes así hacen mediante 'Guiding lights', donde van a las cuerdas y pretenden la emoción que en el pasado lograron con cosas como 'He is' (probablemente la mejor canción en la carrera de Ghost), y casi casi que la alcanzan, porque el coro (y ya van...) es buenísimo, sin embargo, se pasan de azúcar entrando al solo y ese final abrupto deja la sensación de que no han sabido como cerrarla. 

Entrando al nudo la sensación que transmite este Skeletá es que las cartas ya se han mostrado por lo que solo resta poner el piloto automático. De ahí que (demasiado pronto) comiencen a a sucederse canciones correctas que no impactan pero tampoco molestan, ahora, ahí es también donde se verifica que este álbum está un par de peldaños por debajo de Impera, cuya segunda línea era implacable. Dicho en simple: acá no encuentras un 'Hunter's moon', un 'Watcher in the sky' ni un cierre del nivel de 'Respite on the spitafields', más bien cositas agradables como 'Cenotaph' o 'Marks of the evil one', siendo la dinámica de 'Umbra' el único momento del álbum en que sientes que el asunto sale de la zona segura, particularmente en ese minuto (post 3:30) donde incluso meten un teclado en el solo y por única vez suenan algo más espontáneos y no tan cerebrales.

"Equipo que gana, repite..." - decimos los futboleros. Y de eso se trata Skeletá. No es en absoluto un mal disco pero la sensación de que estiran la cuerda es bastante clara y ciertamente: otro disco en esta línea sería de plano asumir que lo mejor de la banda ha quedado atrás y ahora solo queda repetir el esquema. Veremos...

¿Canciones? 'Lachryma' y 'Satanized'.

6,9 / 10
(Muy) bueno.



jueves, 14 de abril de 2022

Ghost: Impera (2022)

"Pop del bueno..."

Mirado a distancia, el salto cualitativo de Ghost desde Opus eponymous (2010) + Infestissumam (2013) a algo como Meliora (2015) fue demasiado grande, y quizás por eso un disco como Prequelle (2018) supo a poco en su momento, aunque por estos días le he vuelto a dar play y vaya que lo he gozado. Lo cierto es que con cada lanzamiento, la banda de Tobias Forge ha ido entregando señales del camino que pretenden seguir, abandonando esa fría y tosca línea de sus inicios para dar paso a un sonido mucho más luminoso, contagioso y, digámoslo, pop. Primero fue el EP Popestar (2016), luego el mencionado Prequelle y ahora llega a nosotros Impera, el cierre definitivo del círculo. 

La señal de que nos encontraremos ante un álbum ameno es inmediata, abre 'Kaisarion' con fanfarria incluida, dando paso a un extendido agudo que cual Rob Halford abre los fuegos y desde ahí se desarrolla un tema que honestamente oscila entre la parodia y el chiste, sin embargo, nos la creemos toda pues la banda se la pasa de maravillas junto a nosotros, tal como también ocurre en 'Spillways', de adictiva dinámica y un Tobias Forge que demuestra que las clases de canto le han sentado bien. El manual dice que tras una partida ágil debe venir la pausa, que es lo que hacen con 'Call me little sunshine' seguida de la fantástica 'Hunter's moon', ambas de coros contagiosos y un sonido convincente que da muestras de la madurez que la banda continúa adquiriendo a la hora de trabajar su sonido. De igual forma, la mitad del álbum cerrará con 'Watcher in the sky' (¿Kiss? ¿Journey? Por ahí se mueve) , donde se les ve el plumero completamente en esa búsqueda glam rock ochentera en el sonido, algo que volverá a darse más adelante en cosas como 'Grifwood'

Antes, sin embargo, sonará el bajonazo 'Twenties', una jugarreta rock/reggaetón que, más allá de cualquier prejuicio, no es un buen tema y baja el nivel por completo. La lista se completará con dos baladas de manual, la primera en plan emotivo aunque algo exagerado ('Darkness in the heart of my heart') y una segunda ('Respite of the spitalfields') que funcionará  mucho mejor gracias a la fuerza y épica de su coro (una vez más, que estos tipos son maestros a la hora de componer armonías gancheras). 

Impera es el álbum más pop de Ghost a la fecha y donde más han recurrido al manual, el punto es que aquello por si solo no les resta mérito. En contra está el experimento fallido que es 'Twenties' y el que alguna balada que les quedó muy cursi. A favor, el disco consistente y lo más importante: es un compilado de grandes canciones, un conjunto de melodías enormes dispuestas a ser coreadas en conciertos. Habrán quienes continúen criticando a Ghost por la ausencia de agresividad en su sonido, pero... ¿cuál es el afán de pedirle peras al olmo? Mejor dejar la amargura de lado y disfrutar de una banda que disco a disco continúa regalando enormes momentos, que llegará el día en que ya no estén y escucharemos estos discos con tremenda nostalgia.

¿Canciones? 'Spillways', 'Hunter's moon', 'Respite of the spitalfields'

8,2 / 10
¡Excelente!

viernes, 8 de junio de 2018

Ghost: Prequelle (2018)

"Melódicamente exquisito..."

Por más que a la siempre ridícula pandilla true metal le duela, el crecimiento musical de Ghost durante la presente década ha sido innegable. Y ojo que lo escribe alguien que sigue sin verle la magia a los dos primeros álbumes de la banda, ambos me parecen trabajos correctos (el primero más que el segundo) dispuestos a emular gratamente el sonido de una leyenda como Mercyful fate, pero solo eso, ni más ni menos. Lo que vino después, sin embargo, con Meliora (2015) y el EP Popestar (2016) si dio muestras de enormes avances y una interesante capacidad por parte de Tobias Forge para reinventar musicalmente a la banda, lo cual tiene mérito, claro que si. 

Pero no nos engañemos: Ghost desde siempre ha sido una banda comercial con propuesta para las masas y ganas de llenar estadios. Y benditos sean por aquello, que el planeta siempre ha necesitado la presencia de bandas de estadio como Queen, U2, Toto, Genesis (en su etapa Phil Collins claro está) o Muse en la actualidad, agrupaciones capaces de equilibrar con mucho tino melodía y técnica, además de servir como puente para adolescentes que están recién enganchando con el rock. Y claro, que a Ghost le falta muchísimo para jugar en dichas ligas pero el punto es dejar en claro que no encontrarán una línea acá que critique los afanes comerciales de esta banda.

Toda esta extensa introducción para mencionar que lo que nos encontramos acá en Prequelle es básicamente la consolidación de aquello que comenzó a insinuarse años atrás en Meliora, es decir, el abrazo definitivo con la luminosidad del sonido, algo que apreciamos de inmediato cuando 'Rats' abre los fuegos. La declaración de intenciones es evidente, acá está todo lo que Tobias Forge venía buscando y que finalmente ha encontrado: un sonido contundente pero melódicamente exquisito. Un singlazo de comienzo a fin, incluidos los notables "Rats! Ouuuuoooh!" pensados para ser coreados en sus conciertos. Le seguirá la contundente y pesada 'Faith' que muestra otra arista del mismo cuerpo, nuevamente con una estructura bien pensada y un coro que sabe a gloria, algo que más adelante volveremos a disfrutar en la fiesta que se desata en 'Dance macabre' (otra joyita dispuesta para enriquecer los conciertos de la banda), no sin antes haber disfrutado de un baladón como 'See the light' (que trae a colación ese manoseado concepto tipo "con tu odio me hago más fuerte" pero de todas maneras funciona) y el exquisito instrumental 'Miasma', donde hasta un solo de saxo se han atrevido a incorporar. Que decir, que la Cara A del disco se anota como la seguidilla mejor lograda hasta ahora en la carrera de Ghost.

Con el partido ya ganado la banda se entrega en la segunda mitad del álbum a meramente sostener el triunfo. Ahí, toman aire con una balada promedio como 'Pro memoria' para nuevamente recuperar aire y regalar un tridente final que cumple de sobra: primero con la dinámica 'Witch image', luego otro instrumental como 'Helvetesfonster' y un cierre bastante bonito en 'Life eternal'

El tiempo colocará a Prequelle en su lugar, ahora, más allá de los detalles el disco sabe a triunfo por donde se mire. La sensación de que han encontrado el sonido es evidente por lo que ahora solo resta observar si logran consolidarlo o llevarlo aún más allá. 

¿Canciones? 'Rats', 'Miasma' y 'Dance macabre'.

7,8/10
¡Muy bueno!

lunes, 26 de septiembre de 2016

Ghost: Popestar (2016)

Confirmando su gran momento.


Aprovechando la buena recepción obtenida por el gran Meliora, sin ninguna duda el mejor álbum de Ghost a la fecha, es que estos suecos han decidido estirar el éxito con la edición de un EP bastante especial. Se trata de cinco canciones, una original + cuatro covers, que llegan para confirmar un par de asuntos: en primer lugar el excelente momento musical que la banda vive y segundo su singularidad en materia de influencias. Y es que quienes se esperaban algún refrito de King Diamond o similares me parece que más de alguna sorpresa se llevarán al constatar que Ghost han escogido temas de Echo & the Bunnymen o Eurythmics, entre otras bandas electrónicas, para trabajar en esta ocasión. De los primeros han realizado una versión de 'Nocturnal me' bastante similar a la original pero con 'Missionary man' si que han ido muy lejos, restándole luminosidad al tema interpretado por una joven Annie Lennox y llevándola al terreno de Ghost, logrando regalar un tema oscuro, divertido, contagioso y dinámico. Mucho más íntima es la versión de 'I believe', original del dúo electrónico Simian mobile disco, con la cual se muestran muy inspirados en materia de arreglos, nadando sobre ambientes muy calmos mientras que en 'Bible' (de sus compatriotas suecos de Imperiet) desarrollan una faceta más explosiva, que juega a ser himno y que no cuesta imaginársela cerrando sus próximos shows. 

Para el final he dejado a 'Square hammer', el tema original que esta vez han regalado, una canción que perfectamente habría podido entrar en Meliora y de hecho habría sumado en dicho disco. Acá volvemos a verificar el gran momento que la banda atraviesa, inundándonos de energía y frescura en iguales cantidades, dando señales impresionantes de crecimiento en relación a cinco o seis años atrás. 

Si alguna duda quedaba respecto a la madurez de Ghost como banda, con Popestar acaban por disiparse todas las dudas, cinco temas que muestran a una banda inquieta, interesante y que continúa desafiando a nuestros sentidos. Como para seguir creyendo en ellos.

7/10
Muy bueno.



Otras reseñas de Ghost:

lunes, 24 de agosto de 2015

Ghost: Meliora (2015)

"Salto cualitativo en todo sentido..."

Con sus dos primeros álbumes habían dividido aguas. ¿Un mero producto comercial (bien adornado) o efectivamente una propuesta que aporta a la escena? Las discusión se encontraba sobre la mesa desde hace unos cuantos años y en ese sentido, el tercer álbum de la banda debería llegar a zanjar la controversia, a desequilibrar el debate. Y bueno, con este entre nosotros desde hace unas semanas me parece que al menos un aspecto no resiste demasiados análisis: estamos frente al mejor disco de Ghost a la fecha, el que sin duda generará mayor consenso entre seguidores y los no tanto. 

Meliora funciona mejor que sus dos antecesores por donde se analice. De partida notamos el que la banda ha pulido sus interpretaciones, los tipos tocan mejor y por ende se han atrevido a llevar su sonido un escalón arriba, encontrando arreglos memorables en diversos momentos del álbum (¡no pocos!). Papa Emeritus (ahora III) o Tobias Forge también canta mejor, abandonando a ratos ese registro plano y sin gracia que solía entregar para dar paso a alzas de registro bastante llamativas o juegos a varias voces. De igual forma las composiciones se encuentran en esta ocasión a otro nivel, y pese a que al disco sigue faltando un poco más de atrevimiento, cuando este aparece es inevitable el no ilusionarse frente a lo que podría venir en el futuro para la banda. 

Hablando del álbum en si, habría que mencionar que este funciona como una verdadera campana de Gauss. 'Spirit' o 'From the pinnacle to the pit' abren  dentro de lo que suele entregar la banda, sin embargo a poco andar aparecerá el tridente compuesto por 'Cirice', 'He is' y 'Mommy dust', acá nos encontramos con arreglos acústicos impecables, juegos vocales que conmueven, teclados y solos de guitarra que se enlazan a la perfección. Estos quince minutos entregan una versión refinada del mejor Ghost que hemos oído desde su nacimiento como banda. Más adelante la solemnidad, el tono ceremonial llegará con la dupla 'Magesty / Devil church' (¡como suena ese órgano en ambas!) seguida del rock de 'Absolution' y la absolutamente notable 'Deus in absentia', otra en donde la banda da muestras de madurez, conjugando sobre un tic tac constante una contundencia musical importante. 

Y bueno, lo dicho, el mejor disco de Ghost al día de hoy, uno que desprende la sensación de que ellos mismos se han tomado más en serio el asunto. Meliora convence en medida que avanzan sus minutos encontrando un equilibrio que nunca antes la banda había abrazado de esta forma: un concepto lírico y musical claro acompañado de buenas canciones, con dos o tres momentazos de muy alto nivel. En resumen, uno de los buenos discos que nos dejará este 2015.

8/10
Excelente.


Otras reseñas de Ghost:

domingo, 12 de mayo de 2013

Ghost: Infestissumam (2013)

"Continuación fallida..."

En 2010 debutaron con Opus Eponymous y dieron bastante que hablar. Lamentablemente siento que el fenómeno no tuvo que ver demasiado con la música y si con asuntos externos. Si, que el debut de Ghost recuperó un sonido, temáticas e incluso una estética que hace mucho no veíamos (muy propia de King Diamond, el mítico líder de los fenomenales Mercyful fate) y desde aquella mirada podríamos decir que la jugada sin ser original, al menos lograba revivir la nostalgia entre los mayores de treinta y acercar dicha estética a los más jóvenes. Sin embargo, dejando de lado todos los adornos y complementos, digámoslo con claridad: la música de Ghost no proponía nada demasiado novedoso y tampoco destacaba por aspectos técnicos, vocales o interpretativos. Su principal y quizás único mérito estaba en gozar de cierta frescura y tono humorístico donde la banda no parecía tomarse en serio a si misma. Con todo, Opus Eponymous, no fue un mal disco. Se trató de un álbum corto (8 canciones de 3 o 4 minutos cada una), preciso, sencillo pero efectivo. 

A tres años de aquel debut tenemos su continuación, Infestissumam, un disco al que siento las expectativas le terminaron jugando en contra. Tanto se habló de lo extra musical en torno a Ghost que pareciese que Tobias Forge (líder y cerebro del proyecto) se terminó mareando y en el afán de entregar un producto más elaborado terminó generando un disco que expone todas las debilidades que la agrupación posee.

En ese sentido, un primer aspecto a criticar acá es la producción, a cargo de Nick Raskulinecz, un tipo que ya me había arruinado un disco en el pasado (One by one de Foo fighters, el cual no puedo escuchar sin patear el suelo de la rabia por lo mal que suena) pero que a la vez había estado detrás de buenos trabajos de bandas como Rush o Deftones. En esta ocasión el disco cuenta con ese molesto ruido en donde la batería suena saturada (no se me ocurre explicar esto de una mejor manera). No se que pretenden lograr cuando graban algo de esa forma pero a mi me molesta muchísimo. El disco suena sucio en un mal sentido. 

Lo segundo que me llamó la atención de este trabajo fue el extenso minutaje con que cuenta,  esta vez acercándose a la hora de duración, contando con temas que sobrepasan los cinco e incluso siete minutos. Ahora, esta extensión obliga a que el chiste se repita una y otra vez, lo cual por supuesto acaba agotando a cualquiera. Canciones tales como "Body and blood" o "Depth of satan's eyes" creo que perfectamente se las podrían haber ahorrado. Además, dentro del resto del disco la verdad es que hay muy poca variedad, salvo dos o tres cositas, el álbum no muestra diversidad en los estilos, se extrañan arreglos acústicos o de teclados, los cuales si aparecieron en Opus eponymous aportando frescura en aquel entonces. 

Ahora, no todo es tan malo en Infestissumam. La partida a cargo del instrumental que da nombre al disco me pareció fenomenal, el single "Secular haze", pese a carecer de una buena interpretación vocal (¡que frío, limitado y mecánico suena el Papa Emeritus a lo largo de todo el disco!), engancha gratamente gracias a los teclados con los que juega, de igual forma la dupla "Ghuleh / Zombie queen" debe ser lo mejor que trae el disco, el único tema en donde aparece la variedad sonora que mencioné extrañar en el párrafo anterior. Finalmente "Year zero" resulta ser una adoración moderna de Satán que se disfruta muchísimo, es lo que me habría gustado oír en el resto del disco. 

Cuatro buenas canciones entre un total de diez habla de un 40% de logro, siendo generoso diría que hay dos temas más que al menos logran entretener a momentos. Poco lamentablemente para un disco del que se esperaba bastante más y tal parece que ha venido a recordarnos que el chiste se ha gastado y ha perdido la gracia.

5/10 
Nada muy especial...