lunes, 28 de julio de 2014

Corrosion of Conformity: IX (2014)

Un legado que sobrevive.

A los pioneros se les respeta. Porque una cosa es ser bueno en algo y otra es ir un paso adelante del común de los mortales, categoría donde los Corrosion of conformity merecen estar por haber sido una de las primeras bandas que se atrevió a generar un cruce entre el hardcore punk de plenos 80's y el peso del legado de Black Sabbath. Con el paso del tiempo términos tales como doom, slugde o stoner se volvieron tendencia, pero los Corrosion estuvieron en los inicios de todo aquello. Ahora, para que se produjese tal mixtura la llegada a la banda de Pepper Keenan en 1989 (hoy guitarrista de Down) fue clave, sin él la historia jamás se habría escrito de la manera en que se escribió, la cual se tradujo en la aparición de destacados álbumes tales como Blind (1991) o Deliverance (1994)

Sin embargo, el fin de siglo le vino mal a Corrosion of conformity (le pasó a muchas bandas, el rock duro vivió años complicados entre 1995 y 2005), su sonido fue perdiendo peso hasta volverse intrascendente, fue así como tras la edición de In the arms of god (2005) la banda decidió poner pausa a su carrera. Siete años más tarde, la agrupación decidió volver a la carga con su formación original, es decir, en formato power trío, sin Keenan (abocado de lleno a su labor en Down), con el bajista Mike Dean en las voces y, para sorpresa de muchos, con un fantástico álbum bajo el brazo. Lo de 2012 fue de cierta manera una re fundación de la banda y aquello se materializó en el sonido de un disco homónimo sólido, que retomaba las raíces punk de los inicios de la agrupación pero matizaba aquella energía con guitarras densas y pesadas que evidenciaban la experiencia adquirida en dos décadas de existencia.

A dos años de aquel regreso Corrosion of conformity ha decidido darle continuidad a su carrera mediante IX, un álbum que para bien y para mal sostiene la linea que su antecesor había trazado. Dentro de lo positivo cabe mencionar el que la banda continúa sobreviviendo sin problemas a la ausencia Pepper Keenan entregando un álbum que derrocha energía y confianza. Dentro de lo ¿negativo? se encuentra la falta de sorpresa. IX es un álbum que se percibe pálido al lado de lo que fue el disco homónimo, no cuenta con los cambios de velocidad ni la diversidad que contenía el mencionado por lo que a momentos se vuelve monótono y predecible. No es un mal disco pero tampoco muestra nada realmente novedoso e insisto, le juega muy en contra la comparación con la anterior entrega. 

6 / 10
Bueno, cumple. 


CORROSION OF CONFORMITY IX DESCARGAR

jueves, 24 de julio de 2014

Keaton Henson // Romantic Works // 2014

¿Quién dijo que todo está perdido ?

Cuando crees "la industria de la música" y el dinero se lo comió todo, que cada acorde en la actualidad está fríamente calculado, aparece un tipo como Keaton Henson y con su música provoca el desarme. Como una flor que crece en pleno desierto lo de Henson seguramente pasará desapercibido para la inmensa mayoría que cubre el planeta, sin embargo, la invitación desde acá es a detenerse un momento, romper con la vorágine diaria y contemplar la belleza de la sencillez que propone un trabajo tan fugaz y emotivo como el que hoy paso a comentar.

Romantic works es el tercer trabajo de un británico que a través de la música ha intentado superar sus fobias y temores. Apoyado por sus seres queridos y a modo de terapia, este tímido y solitario personaje decidió en 2012 publicar algunas de sus canciones y expulsar en ellas lo que se encontraba en su interior, hoy llega a dar terror el imaginar la tristeza que debe existir en su ser, la cual ha sido capaz de entregar un álbum como este. Es el drama del artista: nosotros disfrutamos con su tortura.

Es imposible acá destacar una pieza por sobre otra, en lo personal me han bastado las notas de "Evelator song" y "Healah dancing" para rendirme, o los momentos conmovedores que se alcanzan con "Petrichor" y "Earnestly yours" , sin embargo, el álbum es un todo, un viaje instrumental que complementa un piano de Henson con el cello de un buen amigo (Ren Ford, con quien comparte créditos esta vez) para así lograr generar una serie de desoladores ambientes dispuestos a poner a prueba hasta al ser más insensible de la tierra. 

En definitiva un álbum de aquellos que por estos días cuesta encontrar. Desnudo, íntimo y sensible. Treinta minutos de música por los que vale la pena detenerse a disfrutar.

4 / 5
Excelente!


lunes, 21 de julio de 2014

James: La Petite Mort (2014)

En medio del silencio.

Cuando en plenos años 90's canciones como "Say something", "Tomorrow" o "She's a star" se instalaban en las radios pocos seguramente se imaginaban que la banda que sonaba llevaba una década ya de existencia y varios discos bajo el brazo. Así de silenciosa fue siempre la carrera de James, en sus inicios a la sombra de The Smiths y en su madurez, el brit pop y bandas juveniles tales como Oasis, Blur o Suede opacaron su presente. Quizás les faltó algo de chispa, haber ido un poco más allá del single, del tema contagioso, el caso es que sea como sea hoy la realidad no es demasiado distinta para la banda, se disolvieron en 2000 para regresar en 2007 sin demasiada repercusión mediática, de hecho desde ahí han editado un par de álbumes que pasaron desapercibidos y este 2014 están de vuelta con su mejor disco en años pero el mundo sigue sin enterarse... 

La petite mort es por sobretodo un disco que trae de regreso a los James efectivos, quienes sin tanto artificio ni experimentación (como en sus últimas entregas) esta vez nos regalan un puñado de buenas, directas y honestas canciones. Existe solo un momento en este álbum donde la banda ha roto un tanto sus propios límites melódicos pero la salida les ha quedado brillante, encontrando incluso uno de los mejores temas de su carrera, me refiero a "Walk like you", la joya que crece y crece durante siete fantásticos minutos que abren el disco. A partir de ahí este retomará lo esperable pero siempre de buena forma, el pop y los teclados de "Curse curse" son una agradable invitación al baile, en una linea similar se moverá la dinámica "Moving on" mientras que "Frozen britain" se cargará un tanto más a las guitarras y al sonido noventero de James. En esta primera parte del álbum el único tropiezo lo protagoniza "Gone baby gone", un coro algo infantil y demasiados minutos de duración la tornan monótona, pero fuera de esta el disco funciona muy bien, además de poseer mucha dinámica.

La segunda parte del disco baja las revoluciones aunque no la calidad, se desarrolla una sección mucho más íntima que nos recuerda el contexto emocional que rodeó a Tim Booth (vocalista y compositor de la banda) durante la construcción del álbum, la pérdida de dos seres queridos (su madre y mejor amigo) se evidencia en sentidas canciones como "All in my mind" o "All I'm saying" (hermosa e intensa esta última) y también logra perfumar el grato ambiente que entregan "Quicken the dead" o "Bitter virtue", cerrando así un álbum redondo que coloca las cosas en su lugar luego de un par de entregas que no dejaron buen sabor ni siquiera en los fans de la banda. 

De esta manera vuelve James, en medio del silencio pero con un gran trabajo bajo el brazo, un disco sólido que me imagino les entregará energías para seguir adelante y a nosotros nos invita a sostener el interés sobre ellos. 

7 /10
Muy bueno.

viernes, 18 de julio de 2014

Judas Priest: Redeemer of Souls (2014)

En lamentable piloto automático. 

Ya lo había anticipado Glenn Tipton durante comienzos de año: "No habrá experimentos en nuestro nuevo álbum, nos enfocaremos en lo que mejor sabemos hacer... ". Palabras que sonaban casi a modo de disculpas luego de la aventura fallida (¿?) que significó el conceptual Nostradamus (2008), un álbum ambicioso, detallista y barroco, de difícil llegada con el fan de metal tradicional y que por esto mismo recibió una fría (e inmerecida) recepción. La banda sintió el golpe, incluso la mítica guitarra de K.K Downing abandonó el buque, y aquello se ve reflejado en los 60 minutos de música que nos han entregado esta vez, los cuales van en dirección completamente opuesta a lo que su antecesor, es decir, si Nostradamus fue una obra compleja y que apostaba por la contundencia, Redeemer of souls pretende ser simple y efectivo, el problema es que si tu apuesta es ir a la segura entregando un sonido puro y directo, el resultado debe ser excepcional o al menos atractivo en su gran parte, cosa que acá no ocurre. En la mayoría de los temas que componen este Redeemer of souls se percibe a una banda en piloto automático, canciones que se vuelven eternas en un álbum donde trece temas parecen demasiados y por largos pasajes se evidencia una espantosa falta de ideas. 

  
Comencemos mencionando eso si que no todo en este álbum es negativo, de hecho hay grandes momentos (aunque breves). La pasada por "Halls of Valhalla" y "Sword of Damocles" es absolutamente fantástica (ojo a la labor de Scott Travis en batería, un manjar) y da muestras del nivel que se espera oír en un álbum de Judas Priest, la primera conjuga velocidad con potencia mientras que la segunda es pura épica. También dentro de los temas que son metal directo, la partida a cargo de "Dragonaut" o la veloz "Metalizer", sin maravillar, al menos cumplen. Y eso es todo, no hay más. Cuatro de trece canciones tienen algo más o menos interesante, el resto se mueve entre intentos fallidos ("Battle cry", "Redeemer of souls" o "March of the dammed"), canciones que derechamente parecen estar sacadas de un álbum en solitario de Halford pero que de Judas Priest tienen muy poco ("Secrets of the dead" o "Crossfire") y algunas que derechamente aburren a cualquiera ("Hell & back", "Cold blooded", "Beginning of the end"). 

¿Han faltado las ideas de K.K Downing? ¿Rob Halford ya evidencia demasiado su agotamiento vocal? ¿La banda se volvió temerosa luego del mal recibimiento obtenido por Nostradamus? Puede que de todo aquello  haya un poco, lo cierto es que (y esto duele escribirlo eh?) Redeemer of souls debe estar entre lo más bajo en la carrera de Judas Priest, un disco falto de chispa, carente de filo y magia. Y no se trata de un cuento de edad, basta escuchar el último de Saxon o U.D.O para verificar que no, esto no tiene nada que ver con la edad ...

2.5 / 5
Discreto


lunes, 14 de julio de 2014

Mastodon: Once More 'Round The Sun (2014)

Acomodados en el buen nivel.

Luego de una escalada de álbumes impresionantes, cada uno mejor que el anterior, los estadounidenses de Mastodon parecieron encontrar su cumbre en 2009 tras la edición del soberbio Crack the skye, un disco en donde el cuarteto fue capaz de conjugar la agresividad del metal de sus primeros discos con elementos progresivos y varios guiños melódicos más que interesantes. Ahora, pese a la excelencia alcanzada en dicho álbum algo quedó muy claro en el ambiente: en aquella dirección ya no se podía avanzar sin comenzar a repetir fórmulas una y otra vez (¿algo similar habrá ocurrido con Metallica luego del notable ...And justice for all?). Así también lo entendió la banda por lo que regresaron a la carga dos años más tarde con The hunter bajo el brazo, un álbum mucho más accesible y transversal que cualquiera de sus discos anteriores. Bajaron las revoluciones, la duración de los temas y trabajaron estructuras tradicionales cercanas a un hard rock con pinceladas progresivas. En el pasado quedaba el metal extremo de álbumes como Remission (2002) o Leviathan (2004), el presente de Mastodon abrazaba la masividad y el respeto de la crítica, aunque separaba aguas entre sus fans. 

A tres años de aquel cisma, Once more 'round the sun llega para re afirmar lo que algunos temían: Mastodon se ha estacionado, ha dejado de re inventarse. A diferencia de todos sus discos anteriores este es el primer álbum en la carrera de la banda que no mira hacia adelante sino que conjuga distintos elementos del pasado. ¿Aspecto negativo? No necesariamente, aunque el alcance se debe realizar, Mastodon ha vuelto a apostar a la segura mediante un disco tan directo como fue The hunter aunque con ciertos (pequeños) matices. 

Hay momentazos en este álbum, claro que si. La partida es efectiva y encuentra en "The motherload" una de esas canciones dispuestas a ser himno de estadio, con un dinámico solo de guitarra y un coro que engancha a la primera. Mucho más oscura y pesada es "High road" pero tanto o más efectiva que la anterior. En una linea mucho más densa aparece probablemente la gran joya del álbum, "Chimes at midnight", dinámica pero con guiños progresivos que recuerdan a los mejores tiempos de Crack the skye, otra que fascina en la misma linea es "Asleep in the deep", potente y dueña de múltiples cambios de velocidad. 

En un ámbito más tradicional y que apuesta a la efectividad se encuentra la agresiva "Aunt Lisa" (con un fantástico cierre con tributo incluido a "Be aggressive" de Faith no more) , "Ember city" o "Halloween", las tres protagonizan por cierto el momento más bajo del álbum, y no es que individualmente sean malos temas pero si funcionan en conjunto como una repetición innecesaria. Un poco más llamativo resulta el cierre a cargo de "Diamond in the witch house", de ambientes más tenebrosos y en una dirección musical que ojalá el resto del disco hubiese abordado.

No nos podemos quejar con respecto a Once more 'round the sun, un gran disco si se mira desde el punto de vista individual, acá hay buenas canciones (cuatro o cinco rozan la excelencia) , ejecutadas de manera impecable conjugando técnica y potencia. Ahora, en el global hay que decir que no hay sorpresas, que la banda se estanca y que también al disco le sobran al menos dos canciones (a gusto de consumidor, pero sobran al menos dos). 

No debe ser fácil sostener una carrera como la de Mastodon y es natural que entrando en su segunda década de existencia la agrupación no encuentre nuevas ideas con tanta facilidad como en sus inicios, lo relevante acá es que al día de hoy la banda sigue entre aquellas selectas que "no tienen disco bajo", lo cual resulta tremendamente meritorio. 

7 / 10
Muy bueno.



Anteriores reseñas de MASTODON:

sábado, 12 de julio de 2014

Pharrell Williams // G I R L // 2014

Fallida intentona comercial. 


"Blurred lines" o "Get lucky", temones incontrarrestables que durante 2013 entregaron a Pharrell Williams un segundo aire luego de su fallido debut de 2006 titulado "In my mind". Caía por tanto de cajón que el cantante, productor y compositor aprovecharía el impulso para volver a la carga con un álbum de su total autoría, es así como unos meses atrás (si, que he llegado muy tarde con esta reseña) llegó a nosotros G I R L, diez canciones que pretenden reposicionar al norteamericano más allá de los featuring , el resultado, sin embargo, ha sido pobre y solo nos convence de que Williams funciona mejor lanzando golpes individuales que cohesionando álbumes. De hecho, G I R L se podría haber titulado H A P P Y y nadie se enojaba. Porque de eso se trata este álbum, es "Happy" (el exitoso single) y nueve acompañamientos intrascendentes, nueve canciones que musicalmente además no tienen nada que ver con la contagiosa "Happy", o viceversa, es "Happy" la que no tiene nada que ver con el resto del álbum y se nota puesta a la fuerza en el disco con tal de volverlo artificialmente más atractivo. Sea como sea, el asunto falla.

La primera parte del álbum muestra influencias que recuerdan los primeros álbumes de Michael Jackson e incluso al gran Prince pero todo en versión descafeinada. Esto se aprecia desde un comienzo, "Marilyn Monroe" y "Brand new" no tienen mal ritmo, pero se alargan demasiado para jamás reventar como corresponde, es el guiño setentero adornado de un sonido moderno pero que no va hacia ningún lado. Esta sensación continuará repitiéndose a lo largo de todo el álbum. "Hunter", por ejemplo, es un tanto más divertida y efectiva, pero con el correr de los minutos se pierde en la monotonía sin entregar nada atractivo más allá de los gancheros agudos de Pharrell.  Dentro de lo poco rescatable que se da en G I R L (y no es que sean maravillas precisamente pero si canciones que a momentos funcionan) se encuentra la dinámica de "Gush" , la colaboración con Alicia Keys titulada "Know who you are" y el vocoder de Daft Punk que aparece en los coros de "Gust of wind", muy poco eso si para 45 minutos de música que han llegado para demostrar que Pharrell Williams posee un talento innato a la hora de generar melodías pero no logra ir más allá de eso, de la canción inmediata y el coro simpático. 

2.5 / 5
Discreto


miércoles, 9 de julio de 2014

Down // IV - Part II // 2014

Apuesta segura. 

El siempre inquieto Phil Anselmo vuelve a la carga. Y si en 2013 lo tuvimos junto a los Illegals vomitando el potente Walk trough exits only (uno de mis discos favoritos de metal del año recién pasado) este 2014 ha regresado a la carga junto a Down editando la segunda parte de IV (la primera data de 2012 y se supone que en total serán cuatro EP's), un trabajo compuesto por seis canciones que funcionan como perfecta continuación de lo entregado un par de años atrás por la banda. En ese sentido no hay demasiado que analizar acá, queda claro que a estas alturas del partido Anselmo no pretende inventar nada nuevo y opta por jugar a la segura sumergiéndose de lleno en el sonido que mejores dividendos le ha dejado a su carrera.  

Los riffs pesados que cuentan con una evidente carga de Black Sabbath acá vuelven a conjugarse durante 35 minutos de buen metal, agarrando vuelo y recordando a Pantera (¡era que no!) en la excelente partida a cargo de "Sleeple" seguida de las potentes "We knew him well" y "Hogshead/Dogshead" pero también sacando bajo la manga ambientes mucho más densos en los ocho minutos de "Conjure". Para el final han dejado a "Bachannalia", otra que llega casi a los diez minutos de duración y que gracias a su cambiante estructura, que pasa de las guitarras pesadas a un final acústico (casi psicodélico), deja planteada sobre la mesa cierta incógnita en relación a un futuro lanzamiento de la banda. 

¿Se justifica el lanzamiento de cuatro EP's en un corto período de tiempo o el asunto no pasa de una mera estrategia comercial? Los cuestionamientos son válidos, sin embargo, hasta ahora la música (qué es lo único que importa acá) no ha estado mal e incluso esta segunda parte ha superado tanto en peso como en diversidad a la primera. ¿Vendrá algo más osado para un tercer EP ? Esperemos que así sea ya que un nuevo trabajo en esta linea no se justificaría en lo absoluto.  

3/ 5
Bueno, cumple. 



Otras reseñas de PHIL ANSELMO:

domingo, 6 de julio de 2014

Lana del Rey: Ultraviolence (2014)

De desechable, nada. 

A alguien dentro de la industria del pop se le ocurrió unos años atrás que la triste mirada, dulce voz y largas piernas de Elizabeth Woolridge Grant (aka Lana del Rey) funcionarían dentro de un personaje adornado de estética retro. Y bueno, a juzgar por los resultados obtenidos en 2012 por Born to die habría que decir que la idea tuvo buena acogida desde el punto de vista comercial, encontró en el álbum un puñado de hits ("Blue jeans", "Video games", "National anthem" entre otras) y en Lana del Rey a un personaje que pese a su falta de carisma (la mujer ha sido altamente criticada por sus poco expresivas apariciones en vivo) logró marcar absoluta distancia con otros productos carentes de identidad dentro del mundo pop (¿Aló, Gaga?) y dejar la sensación instalada en el aire de ser capaz de entregar algo más que aquellos 15 minutos de fama. 

A dos años de aquel debut y con Dan Auerbach (vocalista de The black keys) en la producción, Lana del Rey nos entrega Ultraviolence, un disco que seguro separará aguas entre quienes gustaron de Born to die ya que no es lo que llamaríamos una clara continuación del exitoso debut de la norteamericana sino más bien una especie de escisión de este, un trabajo que establece los matices en los arreglos (hay más guitarras y menos electrónica) y en el tono (mucho más oscuro y deprimente que el mencionado debut). 

En ese sentido "Cruel world" y "Ultraviolence", la oleada melancólica de diez minutos que abre el álbum es absolutamente clarificadora. Si no pudiste con estos dos temas es recomendable que abortes el álbum de inmediato ya que este no despega nunca de aquella calma, de los relatos nostálgicos y una producción llena de capas de guitarras o teclados que camuflan la hermosa y filtrada voz de Lana. Mucho menos tristes y más dulces serán las dos que sonarán a continuación, "Shades of cool" y "Brooklyn baby", esta última es lo primero que retoma de cierta forma los aspectos melódicos de Born to die y que se enlaza de manera perfecta con "West coast", la única canción del álbum destinada a ser un éxito comercial dada su sensual interpretación y dinámica estructura, una isla en medio de un disco de revoluciones mucho menores. 

Entrando en el nudo del álbum es donde aparece el gran problema con que cuenta Ultraviolence: este se vuelve demasiado pesado en el tono. "Sad girl", " Pretty when you cry",  "Money power glory" y "Fucked my way up to the top" protagonizan una pasada muy espesa, las cuatro funcionan en una linea similar y caen en excesos innecesarios que te acaban sacando del álbum en lugar de volverlo más interesante. Ahora, en el final, la preciosa balada "Old money" es algo que vale la pena disfrutar (habría venido bien en el comienzo del disco) y "The other woman", cover de Nina Simone, cierra en tono retro aunque sin aportar nada demasiado novedoso en relación a la versión original.

El segundo álbum de Lana del Rey goza de una valentía no menor, la mujer ha optado por no repetir la fórmula con calco entregándonos un disco difícil, lleno de ambientes cargados de nebulosa y donde logran distinguirse al menos cinco o seis joyas de buen calibre, el problema es que hay otra mitad que no engancha con la misma potencia y aquello cansa a momentos. Rescato la intención, esa mitad que si vale la pena y el confirmar la sensación de que acá hay pasta para avanzar más aún. 

7 / 10
Muy bueno. 

miércoles, 2 de julio de 2014

Kasabian: 48:13 (2014)

Boys just wanna have fun.

Velociraptor (2011) fue un álbum fantástico, uno de los mejores de aquel año y un trabajo que en aquella linea resultaba difícil de superar sin caer en la repetición o la monotonía. Tal parece que los británicos de Kasabian así también lo han entendido por lo que para esta nueva entrega han optado por destrabar las tensiones editando el disco más ligero y divertido de su carrera. Lo interesante es que pese a jugar en terrenos ajenos, la vuelta de tuerca les ha quedado bien, 48:13 está lejos de ser un álbum desechable y logra, pese a caer en varios errores no forzados, dejar (una vez más) bien parada a una de las agrupaciones más talentosas de la última década.

El título (que no es más que la duración del álbum) y esa horrible portada son señales potentes que van en una sola dirección: los tipos esta vez no se han complicado un segundo siquiera. Y aquella distensión, que marca por completo el trámite de 48:13, funciona para bien y para mal, muestra a una banda pasándosela bien, entregando un puñado de canciones alegres, contagiosas y agradables pero al mismo tiempo falla en su regularidad y terminaciones. Hay momentos en que hubiésemos deseado que se lo tomasen algo más en serio.

La búsqueda de un sonido directo, plagado de estructuras dinámicas e himnos de estadio se aprecia desde un comienzo, los "Everybody now! yeah! yeah! yeah!" que abundan en "Bumblebee" chocan en un inicio pero se acaban disfrutando, sobretodo gracias a que estos se complementan de manera impecable con las contagiosas melodías de "Stevie", "Doomsday" o "Treat", en todas ellas reconocemos a los Kasabian de siempre aunque embalsamados por una producción que en tono de fiesta lleva bastante bien el asunto. Por cierto, es imposible continuar sin referirse de manera especial a "Treat" y esos últimos tres minutos que a la Depeche mode encuentran el mejor momento del álbum.

En esta primera parte, y pese a que las cuatro primeras están muy bien, existen asuntos que comienzan a no cuadrar, como por ejemplo dos instrumentales que realmente no se entiende a que van y que solo aparecen para entorpecer el ritmo del álbum. Algo parecido ocurre en el nudo de este con "Glass" y "Explodes", diez minutos que pretenden hacer una pausa en el disco pero acaban siendo demasiado densos y restando más que sumando (la primera está bien pero la segunda sobra). Para el final esta irregularidad volverá a hacerse presente, un instrumental de aires orientales titulado "(levitation)", luego "Clouds", un medio tiempo cargado de guitarras que trae a los Kasabian tradicionales, la fiesta que regresa gracias a la sensacional "Eez-He" y todo termina con dos que nuevamente miran hacia el pasado, "Bow" y "S.P.S" (esta última nuevamente sobra). Mucho ida y vuelta que funciona a ratos pero en otros acaba dejando rastros de un trabajo que posee potencial pero tropieza a causa de su irregularidad.

No me parece 48:13 un trabajo forzado si no más bien el paso natural de una banda que necesitaba sacudirse un poco de la seriedad y los ambientes densos de sus anteriores albumes. La intención es loable y a momentos obtiene buenos resultados, el problema ha sido la falta de regularidad, a este disco le sobran casi quince minutos de música y aquello no es poco. De todas maneras sigue Kasabian encontrando buenas canciones, ya sea jugando con la psicodelia, las guitarras o como en este caso pasando un buen rato con los teclados y la electrónica. Los tipos siguen sobre la media sin entregar hasta ahora un disco mediocre. Todo un mérito.

3 / 5
Bueno, cumple!



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