jueves, 31 de diciembre de 2020

Nueve Menciones Honrosas Para 2020

Última entrada del año, la 118, la del record. 
Para cerrar 2020, destacaré algunas menciones honrosas, digamos, álbumes con momentos muy altos pero que por una u otra razón, como antiguamente decíamos en Chile, les faltó el gramo para el kilo y no alcanzaron a entrar entre lo más destacado del año. Vamos con la lista:

- Jarv Is...: Beyond the pale (Reseña acá)

- Hayley Williams: Petals for armor (Reseña acá)

- Sorcerer: Lamenting of the innocence (Reseña acá)

- Fleet Foxes : Shore (Reseña acá)

- Morrissey: I am not a dog on a chain (Reseña acá)

- Car seat headrest: Making a door less open (Reseña acá)

- Sepultura: Quadra (Reseña acá)

- Bruce Springsteen : Letter to you (Reseña acá)

- Draconian : Under a godless veil (Reseña acá)

A fines de enero vendrá el conteo de lo mejor de 2020. 

Y bueno, no queda sino agradecer a quienes pese a los múltiples estímulos visuales que nos bombardean a diario, continúan pasando por acá a leer y compartir ideas. Vaya acto de rebeldía el seguir leyendo en pleno 2020...

¿Mi deseo de fin de año? Que 2021 venga como tenga que venir pero nos pille firmes, valientes y creativos(as).

martes, 29 de diciembre de 2020

Resumen Blog + 50 Grandes Canciones 2020


Hora los resúmenes por lo que sin más, una breve pasada por lo que publiqué durante 2020. Al finalizar este año: 

- Habré publicado 118 entradas, el número más alto desde la creación del blog (allá por un lejano 2009). El año que más había escrito había sido 2015 (117 entradas)

- De esas 118 entradas: 22 correspondieron a reseñas de aniversario mientras que comenté 74 álbumes del año. 

- De los 74 álbumes que comenté de 2020: un 17% (trece) correspondieron artistas o voces femeninas, mientras que un 83% (sesenta y uno) a artistas masculinos.

- De los 74 álbumes comentados: 35 (un 47%) provenían de los Estados Unidos, 16 (un 21%) desde Inglaterra, 4 desde Canadá, 3 desde Noruega, Australia y España, 2 desde Argentina y Suecia, y comenté un álbum proveniente Brasil, Uruguay, Alemania, Gales e Islandia.  

Estaría interesante comparar estas cifras con las de todos los años anteriores. A ver si me da la vida y el tiempo para en algún momento revisar como han ido variando mis preferencias/intereses a lo largo de la década. 

Y ahora, las diez canciones que más me tocaron la fibra durante este 2020:

10. Paradise lost: Fall from grace
¿Desesperanzador video + excelente canción? Combinación perfecta... 

9. Francisca Valenzuela : No te alcanzo
El alza de intensidad hacia la recta final, con vientos entrando y esas líneas depresivas transforman lo que venía siendo una canción corriente en un verdadero temón. Lo mejor que ha hecho Francisca en su carrera. 

8. Taylor Swift + Bon Iver : Exile
Esa entrada fenomenal de Bon Iver (2:16) entablando un diálogo de reproches mutuos con Taylor, propios de una pareja ya rota, transmite todo el dolor que el tema exigía... ¡Impecable!

7. Bunbury : Los términos de mi rendición
¿Una canción que resuma a la perfección el tono pesimista de sus más recientes trabajos? Pues este...

6. Car seat headrest : Weightlifters
Notable reflexiva introspección llena de dudas y temores. 


5. Deftones: The spell of mathematics
Las atmósferas de siempre pero cuando crees que te van a meter un alza de intensidad, cuando esperas a un desaforado Chino Moreno, te meten unos aplausos y una sección instrumental absolutamente sublime. 

4. The killers : My own soul's warning
Sean como sean los discos de The killers, cada vez que lanzan uno, alguna de sus canciones están arriba en el top. Bandota de hits incontestables.

3. The weeknd : Blinding lights
Vaya golazo. Contagiosa de principio a fin. 

2. The flaming lips : Mother I've taken LSD
"Madre, he tomado LSD, creí me liberaría pero me deprimió, ahora puedo ver toda la tristeza del mundo..." + un montón de historias tristes. 
Enorme. Como para fumarse uno e irse con Wayne a donde él quiera.

1. Taylor Swift : Cardigan

¿Alguna mujer no ha sido "la amante" alguna vez? ¿A alguna no le prometieron ser más que un buen rato y se ilusionó con eso? 

"Cuando eres joven asumen que no sabes nada..."  

La canción del año para mi. Empoderamiento pop que nace desde el dolor. 

Para finalizar, comparto mi lista de Spotify con 50 canciones que me acompañaron durante este año, en orden decreciente, es decir, desde la 50 a la número 1. Acá hay de todo...

¡Que la disfruten tanto como yo!

jueves, 24 de diciembre de 2020

Bunbury: Curso De Levitación Intensivo (2020)

 "Las ideas por sobre las melodías..."

A seis meses de la publicación de un notable Posible, un álbum oscuro, atrevido, denso y afilado en lo lírico, Enrique Bunbury ha sentido que (aunque cueste creerlo) aún le quedaban cosas por decir. De esta forma casi cerrando este nefasto y fatídico año el español nos ha entregado una segunda parte para el mencionado, un disco que funciona en una línea similar en lo musical, insistiendo sobre los tiempos pausados, sintetizadores y el saxofón, aunque esta vez deja un tanto de lado las melodías para centrarse fuertemente en las líricas. 

Bunbury nos regala por tanto nuevamente diez canciones en donde ha plasmado todo su sentir en torno a una serie de temas actuales, siempre en un tono crudo, afilado y desafiante. Ahí dispara directo en muchas direcciones, apunta a lo que él entiende por nuevo orden mundial en 'N.O.M' ("Este es el terreno de juego / Y tu aportación serán ladridos de perro...") o desatando el pesimismo frente a lo que vivimos en 'El día de mañana' ("Ahorra un poco, no gastes tanto / Resérvate para un por si acaso y prepárate para lo peor..."), mientras que en un tono mucho más personal se cantará a si mismo en 'El precio que hay que pagar' ("Se que digo tonterías y a veces me río de la moral...") o en 'El momento de aprovechar el momento' ("¡Que temeridad! No caer en la mediocridad / Que elegancia y que genialidad..."). Ahora, probablemente el momento más alto del disco llegará con su descargo a las redes sociales y el palo a todos quienes osamos hablar de sus obras en 'Malditos charlatanes'.

"Porque mientras yo escribo, 
Otro habla de lo que hago o digo, con aires de superioridad moral,
y una incapacidad total para crear algo de belleza..."

En definitiva, si algo resuena con fuerza en Curso de levitación intensivo (vaya título, eh?) son las letras, sin embargo, un problema se evidencia en lo musical, principalmente en la segunda parte del álbum. Se suceden de esta forma canciones como 'Tsunami', 'El pálido punto azul' o 'Ezequiel y todo el asunto del big bang' y el asunto se vuelve en exceso plano, con tiempos muy similares y una falta de intensidad evidente tanto en materia de arreglos como de interpretación. En este sentido, a diferencia de lo que ocurría en Posible, donde podíamos observar una influencia en el sonido de los Depeche mode más recientes (entre muchas otras), en esta ocasión el asunto va muy en la línea de un Nick Cave pero se pega totalmente en la misma tecla, cerrando así un álbum que seguramente entre los fans, aquellos que todo aceptan y aplauden será bienvenido pero para un auditor cualquiera resultará absolutamente inaccesible. 

Tampoco es que el disco sea un desastre pero al lado de su antecesor inmediato queda enano. Perdón Enrique, pero es la opinión de este humilde charlatán...

¿Canciones? 'El día de mañana', 'Malditos charlatanes'.

6 / 10
Bueno, cumple.

lunes, 21 de diciembre de 2020

Paul McCartney : McCartney III (2020)

"Ideas más que canciones..."

Vamos con todos los clichés: ¿Qué es un privilegio tenerlo creando aún entre nosotros? Si. ¿Qué es impresionante evidenciar el nivel  que ha logrado sostener tras sesenta años de carrera? Absolutamente. ¿Qué en los últimos veinte años, ya sin la presión de ser un "ex beatle", ha compuesto mejores cosas que en sus primeros veinte años en solitario? Así es. Si, si y si. Todo eso y más respecto al genio en vida que es Paul McCartney, un verdadero sobreviviente. Capaz de sobrevivir a la ruptura de la que por consenso es la banda más grande de todos los tiempos, a la muerte de John, la de Linda, a sus posteriores divorcios, y a todo. Lo interesante es que siempre sobrevivió creando, y este 2020 de pandemia y encierro no ha sido la excepción...

Haciendo un breve recorrido histórico habría que comenzar mencionando que el origen de este álbum se encuentra en 1970, cincuenta años atrás el inglés, secundado por Linda Eastman, decidió utilizar la música para escapar del alcohol y la depresión producida por el fin de su banda, de sus queridos The beatles. Lanzó entonces McCartney I, un álbum de carácter rústico, grabado mitad en su rancho y mitad en Abbey Road, compuesto por una que otra joya + una serie de maquetas. Diez años después llegaría McCartney II (1980), aunque esta vez el vocalista se encontraba en otra etapa, una mucho más consolidada y esto se reflejó en la producción del álbum. Han pasado 40 años desde aquello y el contexto de este 2020 provocó la idea en Paul de retomar aquella tradición de sus álbumes numerados y personales, y dada la experiencia acumulada cabe mencionar que algo de ambos McCartney vive en esta tercera entrega de la secuencia. Me explico: McCartney III no es un álbum descuidado o desprolijo en términos de producción (ahí se distancia con la primera entrega), sin embargo, para bien y para mal, el trabajo deja la sensación de estar compuesto por ideas más que por canciones (ahí se acerca), dando reales muestras del estado vocal, interpretativo y creativo del vocalista. 

Con seguridad él también así lo ha querido, que para discos trabajados al detalle y repletos de matices está cualquiera desde Flowers in the dirt (1989) hasta el más reciente Egypt station (2018), en esta ocasión los tiros han ido por la espontaneidad y bueno, esto es lo que ha salido. Y si, que a ratos el álbum luce bastante seco de ideas, con piezas que pareciese insinuar algo pero no terminan de cuajar, ya sea en un instrumental como 'Long tailed winter bird', en plan full band en 'Find my way', acústico en 'Pretty boys' (que me ha recordado bastante a 'Early days' de New, 2013) o eléctrico en 'Lavatory lil', el factor común es el encontrar ideas que no acaban por llegar a algún puerto o encontrar melodías que simplemente dan vueltas sobre vueltas, como ocurre en 'Deep down'. De hecho, el tema más potente del álbum me ha parecido 'Deep deep feeling', ocho minutos de mucha oscuridad que de plano se van abriendo entre líneas marcadamente exploratorias que abordan el tema de la pérdida en sus líricas.

Otra que se disfrutará será el rock de 'Slidin'' aunque sin jamás alcanzar las cotas de otros álbumes recientes de Paul, cerrando así un trabajo en donde el vocalista se ha dado el gusto de componer, tocar y producir, lo cual se valora y agradece como ejercicio, pero objetivamente encuentra pocos momentos verdaderamente inspirados. Tampoco pasa nada, que insisto, el trabajo es un gustazo que Paul ha querido darse y hay que entenderlo como tal.

¿Canciones? 'Deep deep feeling' + 'Slidin'

5,5 /10
Uno que otro momento.  


Otras reseñas de Paul Mc Cartney:

sábado, 19 de diciembre de 2020

Sólstafir: Endless Twilight Of Codependent Love (2020)

 "Crudeza, melancolía y desgarro..."

Tras el golpe logrado en 2014 con la publicación del notable Ótta quedaba por ver si los islandeses de Sólstafir eran capaces de sostener el listón. En aquel álbum la banda logró equilibrar melancolía, tristeza, desolación y crudeza en proporciones precisas como para maravillar a muchísimos que hasta ese entonces les desconocían por completo, pese a que ellos venían trabajando los murallones emocionales desde casi una década atrás. En Ótta, sin embargo, dieron con la fórmula y sobre esta han insistido en estos años, primero en Berdreyminn (2017) y ahora Endless twilight of codependent love, un álbum que sostiene el camino trazado por Sólstafir durante esta última década aunque también se da el gusto de aportar ciertos matices de crudeza.

Sin ir muy lejos, el disco abre ambas caras de manera mentirosa tanto con 'Akkeri' como más adelante en 'Dionysus', ambas de sonido áspero, con guitarras como protagonistas y apuntando al desgarro desde una arista cercana a un metal más duro. El resto del álbum, sin embargo, no se moverá por ahí sino más bien abordará atmósferas mucho más espesas, entre estrofas que se sucederán como oleadas y estructuras repetitivas, esto ocurrirá en la pasada por 'Drýsill' + 'Rökkur', más adelante en 'Her fall from grace' (si, han vuelto a cantar en inglés tras quince años) o 'Til moldar', siendo los seis minutos de 'Ör' lo más destacado en todo el álbum, con tres iniciales muy tristes que acabarán reventando en otros tres más emotivos y envolventes. 

El resto del minutaje se complementará con otras dos canciones duras como 'Alda syndanna' y el cierre a cargo de 'Úlfur', nueve minutos de lo más interesantes en donde la banda vuelve a pasearse a antojo por una estructura cambiante y dinámica, cerrando así un álbum sólido en lo suyo, un disco que vuelve a entrelazar la crudeza con atmósferas melancólicas, aunque claro, la sensación de que con cada entrega el asunto va perdiendo efectividad es inevitable. 

¿Grandes canciones? 'Ör' , 'Úlfur' y 'Alda syndanna'.

7,5 / 10
¡Muy bueno!


Otras reseñas de Sólstafir:

jueves, 17 de diciembre de 2020

Melanie C : Melanie C (2020)

"En continua búsqueda..." 

Desde el fin de las Spice girls en 2001 pocos se han enterado de que Melanie Chisholm (a.k.a Mel C) ha desarrollado una carrera bastante regular, con discos cada dos o tres años, aunque claro, todos de bajo impacto en lo mediático y comercial. En esa línea, títulos como "This time" o "Version of me", entre otros, han hablado desde siempre de una constante necesidad por posicionarse más allá de su emblemática ex banda y el encontrar una identidad artística. De ahí el que no sorprenda en este 2020 encontrarse de plano con un álbum homónimo que abre con una canción como 'Who I am' y líneas del tipo "crees que me conoces pero la verdadera yo, es mía". Su nuevo disco por tanto está relacionado con la aceptación personal y el encuentro consigo misma. Aunque lo musical contraste completamente con aquello. Ahí, esta vez Melanie C ha entendido por donde van los tiros en la actualidad y ha escapado de su clásico pop/rock para lanzarse a la electrónica + pista de baile, en un evidente intento por conectar con lo que hoy está llevando el carro en el mundo del pop. Lo paradójico, sin embargo, es que en todos esos momentos el álbum acabará perdiéndose entre sonidos forzados y carentes precisamente identidad , mientras que donde mejor suena es cuando aborda otras tesituras, unas mucho más íntimas e incluso oscuras.

'Blame it on me', por ejemplo, es una canción que la podría cantar cualquiera, desde Gaga hasta Kylie mientras que el single 'In and out of love' funciona básicamente porque es un plagio descarado a 'Don't start now' de Dua lipa (por cierto, no deja impresionar lanzamiento tras lanzamiento el cuanto ha impactado el fenómeno Lipa entre las voces femeninas del pop). El resto del conjunto encontrará otros momentos que se moverán en aquel mismo sentido, contagiando si en los coros de 'Good enough' o en las percusiones de la excelente 'Here I am' (una de las cosas qie si funcionan en el disco), aunque lo dicho, cuando mejor se le oye a la vocalista es cuando aborda atmósferas más minimalistas y oscuras, como ocurre en una canción como 'Escape' seguida de 'Overload', en 'Fearless' (en colaboración con Nadia Rose) o 'Nowhere to run'. Ojalá el disco hubiese ido más por ahí...

No está mal el de Melanie C pero nuevamente se queda a medio camino entre la definición, el encuentro consigo misma y las ganas de impactar. Cuando ha apostado por un álbum personal y potente en lo lírico ha logrado generar excelentes pasajes pero a la vez ha intentado equilibrar esto un electro pop más dinámico y contagioso pero que no funciona como debiese. De todas maneras el global es positivo, estamos con seguridad ante su mejor disco en un largo tiempo (si es que no el mejor álbum de su carrera en solitario), pese a dejar esa sensación de no haber explotado como uno hubiese querido. 

¿Grandes canciones? 'Fearless', 'Escape', 'Overload', 'Nowhere to run'.

7 /10
Muy bueno.

miércoles, 9 de diciembre de 2020

The Smashing Pumpkins : Cyr (2020)

"Excesivo y auténtico en dosis similares..."

Si algo ha caracterizado la carrera de William Patrick Corgan (a.k.a Billy Corgan) a lo largo de los años ha sido su espíritu inquieto y creativo, al punto de ser uno de aquellos personajes que, para bien y para mal, durante los últimos treinta años no ha parado de componer. Realizo el alcance considerando que el calvo vocalista pese a su innegable talento ha llevado adelante una carrera particularmente irregular, además bajo una serie de nombres y proyectos, muchos de ellos inacabados. 

Repasemos: durante los años noventa lo vimos al frente de The smashing pumpkins para luego, tras la disolución de estos, intentar revitalizar su camino junto a Zwan (acompañado de Jimmy Chamberlin en batería y Paz Lenchantin en el bajo) para luego intentarlo en solitario mediante el electrónico The future embrace (2005). Los resultados en términos de repercusión fueron tibios por lo que a Corgan no le quedó otra que volver a utilizar la marca pumpkins a partir de 2007, publicando primero un poco comprendido Zeitgeist (nuevamente junto a Chamberlin más un par de músicos de apoyo) seguido de dos álbumes aceptables y de momentos como fueron Oceania (2012) y Monuments of an elegy (2014). El bache definitivo llegó, sin embargo, en 2018 tras la forzadísima reincorporación de James Iha a la banda (?) y el lanzamiento del pésimo Shiny and Oh so bright Vol.1, un trabajo carente de toda magia y que sirvió únicamente como excusa para que Corgan y cia. realizaran una nostálgica gira. 

Considerando por tanto desde donde venía el asunto, un álbum como Cyr inevitablemente se agradece. Ahí a Corgan hay que darle un punto de entrada: el hombre ha hecho bien al escapar del rock más duro, primero porque su dañada voz ya no está para aquello pero también porque al abordar atmósferas marcadas por teclados y baterías electrónicas ha logrado generar ambientes más frescos y creíbles. En esa línea el disco regalará momentos contagiosos y dinámicos en 'The colour of love', 'Cyr' o 'Ramona' (que son los claros singles del álbum), pasadas más íntimas que aportan tonalidades emocionales en 'Save your tears' o 'Purple blood' (probablemente la mejor de todas), contundentes desates electrónicos en 'Telegenix' o 'Black forest, black hills' (que dejan la sensación de haber llegado a la profundidad que el Corgan efectivamente buscaba encontrar) y alguna concesión a las guitarras en la oscura y excelente 'Wyttch'.

Los buenos momentos que vive el álbum no lo eximen, sin embargo, de resultar a (largos) ratos excesivo y redundante durante sus setenta y dos minutos de música. Veinte canciones es demasiado (salvo que te encuentres inmensamente inspirado como para componer un Mellon collie and the infinite sadness, que no es el caso) por lo que cosas como 'Wrath', 'Starrcraft', 'Adrennalyne' o 'Haunted' acaban perdiéndose entre direcciones similares al punto de volver el disco bastante pesado durante toda su recta final, con un montón de canciones que perfectamente se pudieron haber ahorrado en función de un mejor resultado. Pero bueno, es lo que ocurre también cuando compones solo en tu estudio, produces tu música y no escuchas otras voces... 

Con todo, Cyr está bien. Un álbum creado en cuarentena y que responde a dicha lógica. No es un disco que logre volar demasiado alto pero que si al menos trae de regreso a un Billy Corgan más atractivo de seguir. 

¿Grandes canciones? 'Save your tears', 'Purple blood' , 'Wyttch' y 'Cyr'.

lunes, 7 de diciembre de 2020

Eels : Earth To Dora (2020)

 "En su zona de confort..."

A quince años de aquel brillante Blinking lights and other revelations (2005) todo parece indicar que el estadounidense Mark Oliver Everett ha acabado por situarse en una cómoda zona de confort, desde entonces, disco a disco el compositor ha sabido regalarnos momentos de alto nivel aunque siempre ubicado en un lugar que a estas alturas suena a marca personal. En lo personal disfruté muchísimo lo realizado tanto en Wonderful, glorious (2013) como en el reciente The deconstruction (2018), sin embargo, verdad sea dicha, también ha pisado charcos durante esta década y Earth to Dora parece ser uno de aquellos, no necesariamente por ser un desastre de álbum sino más bien por lucir acomodado en exceso, al punto de acabar no mostrando nada que no hayamos oído en otros de sus álbumes, y de mejor forma.

La voz rasposa está, las melodías amigables y el tono melancólico también, en esa línea estas doce canciones se dejan oír, en ocasiones apostando por aires dinámicos como sucede en la partida a cargo de 'Anything for boo' o 'Are we alright again' para prontamente irse hacia el pozo que expresan 'Who you say you are' o 'Dark and dramatic', no sin antes haber pasado por el dulce medio tiempo 'Earth to Dora' o apuntando al humor y descaro en 'Are you fucking your ex', aunque sin resultados demasiado convincentes. Y así, todo parece estar en su lugar pero se extraña algo de riesgo en las composiciones, algo que conmueva más allá de lo que venimos oyendo por parte del vocalista desde hace bastante. 

La sensación por tanto que deja Earth to Dora es la de entregar un disco algo descafeinado y que queda relegado a un segundo plano respecto a otros álbumes del compositor. No pasa nada tampoco, si no siempre las musas iluminan. 

5 / 10
Nada muy especial


Otras reseñas de Eels:

miércoles, 2 de diciembre de 2020

Miley Cyrus : Plastic hearts (2020)

 "Pop del bueno, versátil y atractivo..."

Reflexión inicial: tuvimos un buen año para el pop en femenino. Han sido varias las artistas que coincidieron en este 2020 entregando álbumes más que interesantes, algunas destacando (ya vendrá la hora de los recuentos) y otras intentando sumarse a la tendencia del revival ochentero que ha acabado por tomarse las pistas durante los últimos años. En esa línea, Miley Cyrus parecía ser una que no sería excepción pues en el último tiempo la vimos haciendo una versión espectacular de 'Heart of glass' de Blondie o adelantando este disco mediante 'Midnight sky', una canción realmente fantástica, contagiosa y adictiva pero que bebía evidentemente de Stevie Nicks, algo que la vocalista no ha temido reconocer regalando incluso una versión alternativa titulada 'Edge of midnight' (en evidente referencia al clásico 'Edge of seventeen'), sin embargo, para sorpresa de muchos, lejos de entregar un álbum monotemático Miley Cyrus ha sabido marcar distancia con sus pares apuntando hacia distintas direcciones y, digámoslo, en general acertando y convenciendo. 

De esta forma Plastic hearts se construye como un álbum diverso, en ocasiones coqueteando con la crudeza, como ocurre en la partida entre guitarras de 'WTF Do I know' , que ojalá hubiese tenido una batería de verdad para transmitir de manera efectiva la rabia y el despecho que la canción expresa en sus líneas ("Dime, ¿estoy mal al haberte superado y ni siquiera extrañarte?") o más adelante en la excelente colaboración con Billy Idol en 'Night crawling', y en otras yendo directo a las melodías, como sucede en la ligera 'Plastic hearts' , 'Hate me', 'Never be me' (lástima que no le supiese encontrar un subidón de intensidad a esta porque es una gran canción) o la absolutamente folk 'High'. Aunque claro, los mejores momentos llegarán cuando se desate el pop y la electrónica, como ocurre en la ya mencionada 'Midnight sky', en 'Prisoner' (muy Dua Lipa junto a Dua Lipa) o en la notable y mecánica 'Gimme what I want', pequeña gran joya del álbum. 

Hay puntos débiles eso si, la colaboración con Joan Jett en 'Bad Karma' se queda más que nada en la cosa freak mientras que tanto 'Angels like you' como 'Golden G string' se me han hecho demasiado azucaradas, demasiado, sin embargo, pese a los detalles Plastic hearts se encumbra por paliza como el mejor álbum de Miley Cyrus a la fecha y la esperanza de que a partir de acá su carrera encauce regularidad. 

¿Grandes canciones? 'Midnight sky' y 'Gimme what I want' 

7 / 10
Muy bueno.