Mostrando entradas con la etiqueta St. Vincent. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta St. Vincent. Mostrar todas las entradas

martes, 28 de mayo de 2024

St. Vincent: All Born Screaming (2024)

 "Creativa, diversa y profunda..."

A estas alturas del partido Annie Clark es la primera en tener claro el que nunca será mainstream. La mujer ya lo intentó, escapando del sonido de sus áridos y exploratorios primeros tres álbumes mediante un trabajo más melódico y amigable como fue el homónimo de 2015, luego con el pop sofisticado de Masseduction (2017) e incluso presentándose junto a Dua Lipa en los Grammys 2019. Sin embargo, no pasará. Su obsesión por el arte, la vanguardia y la profundidad de las propuestas, así como su conocida admiración por artistas como David Byrne (con quien incluso grabó un disco en 2012), han podido más. Sus discos siempre serán demasiado "pesados" para un auditor cualquiera, con capas que el espectador casual seguramente no estará dispuesto a revelar. Quitado por tanto el peso de querer encajar tal parece que St. Vincent a sus cuarenta y un años de edad puede moverse con la exquisita libertad de quien tiene nada que perder, quien nada debe cuidar, algo que este All born screaming transmite con bastante claridad. 

Lo escribí acá en su momento. La idea de que un disco como Daddy's home (2021) no era otra cosa que una salida a tomar aire, un respiro en medio de un complejo momento personal pero que el verdadero sucesor creativo para Masseduction llegaría más adelante. Y así efectivamente ha sido. Las diez canciones que componen este All born screaming traen de regreso la propuesta y el riesgo que suele venir de la mano con cada álbum de St. Vincent, en esta ocasión apuntando a una arista más oscura que la habitual mediante un conjunto espeso pero diverso donde cada canción suena rica en texturas y atmósferas. 

No nos la deja fácil (obviamente) y decide abrir el álbum mediante una sinuosa 'Hell is near', que encaja unos coros exquisitos en medio del vaivén de la melodía, para luego dar pase a una inquietante y desconcertante 'Reckless', en una partida digna de la autora y que evidentemente declara intenciones. De hecho, las dinámicas más "accesibles" aparecerán recién en la pasada por el singlazo 'Broken man' seguido de la explosiva 'Flea' y una sexy 'Big time nothing', donde incluso habrá espacio para algunos riffs cargados al funk, cerrando una Cara A singular y llena de vida entre piezas que no repiten ideas. No decaerá el asunto comenzando la segunda mitad aunque si yendo a una arista más dramática en 'Violent times' + 'The power's out', jugando a placer con las vocalizaciones y percusiones tanto en 'Sweetest fruit' como 'So many planets' para acabar el viaje en los casi siete minutos de 'All born screaming', un cierre que quizás no se encuentra a la altura del resto del disco y se anota como un único punto débil a causa de su sonido algo obvio. 

La sensación con Annie Clark sigue siendo la de estar frente a una artista con mayúsculas, una de las mejores en la actualidad. Creativa, diversa y vanguardista, tras un álbum de corte más sobrio y apagado como fue Daddy's home, la tenemos de vuelta en plenitud con un trabajo fantástico en términos de composición, ambición, texturas y profundidad. Su mejor disco a la fecha y uno de los buenos que habremos oído en este 2024. 

¿Canciones? 'Hell is near', 'Broken man' , 'Flea' y 'Big time nothing'.

8,2 / 10
Excelente.


Otras reseñas de St. Vincent:

sábado, 22 de mayo de 2021

St. Vincent: Daddy's Home (2021)

 "Pausa, respiro y transición..."

Tras dos discos tan sólidos como St. Vincent (2014) y Masseduction (2017), este último increíblemente no reseñado acá en mi blog, Annie Clark la tenía complicada, el nivel alcanzado era alto y la tentación por comenzar a repetirse estaba latente. De ahí que frente al desafío la artista haya optado en esta ocasión por tomar la tangente mediante un disco que huele a transición por todos lados, en un claro intento por salir a respirar. La creación del álbum ha coincidido además con el reencuentro con su padre (quien estuvo diez años en prisión a raíz de un escándalo de fraude financiero), por lo que el disco adoptó solito un cariz personal, oscuro incluso, en donde St. Vincent ha querido conectar con aquella música que la inspiró en su infancia (los discos de su padre evidentemente), con reminiscencias claras al R&B y una onda setentera que aparece tanto en lo musical como lo estético. 

El problema es que la jugada le ha quedado tan impostada que acaba oscilando entre el capricho y el desgano, con contados momentos en donde efectivamente Annie ha parecido mirar para atrás buscando efectivamente inspiración. En esa línea funciona la partida a cargo de 'Pay your way in pain', donde la vocalista apuesta por el sabor, sonando cruda y desafiante entre teclados, algo que repetirá más adelante en el disco en 'Down'. También acierta cuando regala elegancia en una canción como 'Down and out downtown', sin embargo, el resto del trabajo se interna en terrenos que claramente le son ajenos por lo que el asunto se limita a homenajear una época con un descaro que roza el plagio, siendo los ejemplos más evidentes de esto 'Live in the dream'  (Pink Floyd por todos lados, 'Us and them' + 'Confortably numb' todo el rato) y 'My baby wants a baby' (que es 'Morning train' de Sheena Easton). De igual forma, el pantano en que el disco se interna en medida que transcurren los temas cuesta seguirlo, ahí encontraremos canciones que narraran sobre un bajo + sutiles teclados o cuerdas, como 'Daddy's home' o 'The laughing man', mientras que en 'The melting of the sun' coqueteará con el gospel y en '...At the holiday party' parece estar imitando a Norah Jones

Como mencioné en el párrafo inicial, Daddy's home parece un evidente intento por parte de St. Vincent para detenerse a tomar aire, sin emabrgo, da la sensación de que ni ella misma se lo ha tomado tan en serio y más bien ha querido jugar un poco con la improvisación para ver que salía. El resultado tiene sus momentos y está bien ejecutado pero mucho más allá de la anécdota no parece llegar. No pasa nada de todas formas, que las grandes tienen derecho a respirar, más en un momento personal complejo.

¿Canciones? 'Pay your way in pain', Down and out downtown' y 'Down'.

6 / 10
Bueno, cumple.


Otras reseñas de St. Vincent:

sábado, 27 de diciembre de 2014

14 Discos Para 2014

Eso. Sin demasiado bla bla. Ni idea si son los mejores discos del año, estos son simplemente los que más oí durante este 2014, aquellos que mejores sensaciones y emociones me dejaron...

14. Alcest // Shelter. Buen giro el del francés Neige hacia un sonido en general mucho más limpio y optimista que el trabajado en el pasado. Un disco de explosiones y de ambientes particularmente sensibles.

13. Coldplay // Ghost stories. Se que se ve poco cool en un blog el destacar un álbum de Coldplay y siempre resultará intelectualmente más atractivo hablar de alguna bandita indie que nadie recordará dentro de cinco años, pero bueno, digamos que he sido conquistado por el viaje melancólico de Chris Martin y no hay más. 

12. Behemoth // The satanist. Tras cinco años de silencio y luego una complicada enfermedad, Adam Nergal y los polacos de Behemoth regresan con un álbum fabuloso. Oscuro, blasfemo y repleto de interesantes matices. 

11. Morrissey // World peace is none of your business. Exagerado y encaprichado, el gran Morrisey se pasea durante casi 60 minutos por donde le ha dado la gana encontrando un álbum musicalmente impecable, más de alguna interpretación memorables y un puñado de melodías notables. Da gusto oírlo así de vivo.

10. St. Vincent // St. Vincent. El mejor disco en la carrera de esta mujer. Moderno, atractivo, repleto de canciones que funcionan. Acá hay pasta para más, no cabe duda.

09. Septicflesh // Titan. El death metal sinfónico llevado (nuevamente) a su máxima expresión. Ambicioso, brillante, sencillamente colosal. No lo ubico más arriba en el conteo solamente porque en el pasado ya habían entregado otro disco igual de enorme.

08. Beck // Morning phase. ¡Que grande! Nada como un buen refrito pare recordar que estamos frente a uno de los talentosos de este par de décadas. Beck vuelve a conmover con un disco de corte acústico pero que a diferencia del dramático Sea change (2002) esta vez habla desde renacer y la esperanza.

07. Ty Segall // Manipulator. La excentricidad de un creador innato. Un tipo que parece no tener límites a la hora de romper sus propios límites. Acá lo ha vuelto a hacer, cayendo probablemente en el exceso de material pero aún así impresionando con su talento.

06. The horrors // Luminous. Mucho más directo que en sus anteriores álbumes pero notable a la hora de encontrar grandes canciones. Un disco sólido de comienzo a fin.

05. Peter Murphy // Lion. Trabajando sobre registros poco habituales e incluso forzando la garganta más allá de lo estéticamente correcto, aún así, Murphy desenfunda un puñado de piezas llenas de desgarro y honestidad. Lo dicho, el puto amo.

04. Robert Plant // Lullaby ... and the ceaseless roar. Si este mismo disco hubiese lo hubiese firmado Led Zeppelin, se los aseguro, muchos sitios estarían hablando de uno de los discos del año. La vida, sobretodo en estos tiempos, suele ser injusta con quienes proponen honestidad y decencia. Plant ha renunciado a millones de dolares y en su lugar ha decidido regalarnos 50 minutos de su enorme talento. Un grande de verdad.

03. Solstafir // Otta. Intensidad para dar y regalar. Un verdadero viaje por las gélidas atmósferas de Islandia y una banda que encuentra este 2014 su más alto momento creativo. Una maravilla de disco. 

02. Woods // With light and with love. Bonito a momentos, desenfrenado en otros. Tras varios intentos Woods ha logrado (al fin!) entregar un álbum equilibrado de comienzo a fin, lleno de melodías y arreglos destacados. 

*DISCO DEL AÑO*

01. The war on drugs // Lost in the dream. ¿Cabe alguna duda? Pasaron los meses y en lo personal nunca sentí que hubo contendor para el fantástico cóctel de influencias que Adam Granduciel nos propuso con Lost in the dream, un disco enorme que ha colocado a la banda varios peldaños arriba de donde estaba. Las expectativas para el siguiente álbum serán enormes y habrá que ver si Granduciel logra conducir el buque a buen puerto, sea como sea, pasarán los años y nos quedaremos con el magnífico recuerdo de este fabuloso disco.
Reseña acá


Esta será mi última reseña durante este 2014. Se me quedaron muchos discos en carpeta pero bueno, no alcanza el tiempo y la vida para comentar tanta música que llega a nosotros. Gracias a todos quienes visitan y comentan en mi querido blog, no tengan dudas de que también constantemente visito sus sitios. 

Internet llegó para cambiarlo todo, principalmente las formas en que se distribuye y comercializa la música. Nuestros gustos ya no son manejados por los sellos y las productoras, hoy somos nosotros quienes decidimos que escuchamos y que no, aquella libertad es maravillosa aunque también viene con un riesgo bajo la manga. Las estrellas y dinosaurios del rock están en extinción, muchos anticipan su pronta desaparición... Y bueno, este blog tiene que ver un poco con todo eso, con la necesidad de expresar y entregar algo, lo que sea y de la forma que sea, de utilizar estas herramientas para que la música y las ideas sigan teniendo espacios...

miércoles, 16 de abril de 2014

St. Vincent: St. Vincent (2014)

Radiante pop

Annie Erin Clark (a.k.a St. Vincent) debe ser, en lo que a música respecta, una de las damas más interesantes que ha parido la última década. Una mujer que disco a disco ha ido mejorando el nivel trabajando siempre bajo sus propios esquemas y términos, sin entregar concesiones a nadie, ni siquiera a sus propios fans. Ahora, si bien sus primeros dos discos, Strange mercy (2011) y Loves this giant (su colaboración en 2012 con David Byrne) fueron trabajos que derrocharon creatividad y atrevimiento desde lo musical, inevitablemente estuvieron marcados por su tendencia a la vanguardia por lo que quedaron absolutamente descolgados del mainstream, algo que la artista parece haber comprendido por lo que en este nuevo álbum homónimo ha decidido abrazar sonoridades más amenas, amigables y dispuestas a alcanzar a un público más casual, sin que esto signifique en absoluto una baja de nivel. De hecho, es todo lo contrario. 

Encontramos acá por tanto las canciones más cercanas y melosas que hemos oído hasta ahora en la carrera de St. Vincent,  abriendo con el pop de 'Rattlesnake' + 'Birth on reverse', momentos donde la electrónica se aborda desde la dinámica contagiosa que incluso invita a la pista de baile pero sin jamás olvidar el trabajo de guitarras y unas vocalizaciones sucias llenas de distorsión por parte de Annie. Más adelante volverá a retomar esta línea de trabajo en cosas como 'Digital witness' o la impecablemente robótica 'Bring me your loves', mientras que el rock más directo se abordará en 'Regret'. Finalmente, el camino se complementará con delicados y exquisitos momentos entregados a la calma, generando bellas atmósferas en 'Prince Johnny' así como rememorando a la Madonna noventera en 'I prefer your love' (de hecho, 'Substitute for love' del Ray of light es la referencia obvia).

Finalmente, incluso en los momentos del disco que ya son "relleno" y el disco transmite ya haber entregado lo mejor de si, aún así el trámite sigue funcionando, tanto en 'Psychopath', una juguetona y experimental "Every tear dissapears" o el cierre a cargo de la balada "Severed crossed fingers", dejándonos así un trabajo muy bien armado, un disco que individualmente no solo funciona sin problemas si no que entrega varios de los momentos más fascinantes por parte de una artista que claramente se encuentra viviendo su mejor momento creativo. 

Da la sensación de que está todo dado para que St. Vincent reviente definitivamente hacia públicos mayores. El tiempo hablará, sin embargo, de que con este disco se ha anotado un enorme paso adelante, de eso no cabe duda. Su mejor disco a la fecha. 


8 / 10
Excelente.