sábado, 28 de septiembre de 2013

Anneke Van Giersbergen : Drive (2013)

Prolongando con lo justo la grata experiencia

A un año de su debut en solitario, la holandesa Anneke van Giersbergen, sigue pasándola bien. Y si en 2012 la oímos coqueteando con el pop y la electrónica este 2013 la tenemos de regreso con un álbum un poco más cargado a las guitarras pero que se ubica en una linea melódica bastante similar. Drive se presenta así como una perfecta continuación de lo que fue Everything is changing aunque la propuesta esta vez me parece que juega más a la segura, al dejar de lado la electrónica nos encontramos ahora con un álbum de rock más tradicional. Ahora, canción a canción Drive funciona tan bien como su antecesor pero sigue quedando en deuda en cuanto a encontrar algún momento particularmente brillante. Seguimos frente a un puñado de buenas canciones, uno que otro gran coro (a gusto de cada cual) y la siempre magnífica voz de Anneke, sin embargo, en los 37 minutos de música que dura el álbum, jamás se rompe con la estructura comercial tradicional (estrofa/puente/coro todo el rato) por lo que el álbum queda ahí, limitado en funcionar como un buen álbum de pop. 

La partida es fabulosa y contagia de inmediato. "We live on" y "Treat me like a lady" dan cuenta de que este disco viene más ruidoso y rockero que el anterior pero que al mismo tiempo mantiene una cuidada producción, la cual siempre deja en primer plano la fluctuante voz de Anneke, quien en general cumple e incluso se da ciertos gustos en "Treat me like a lady" al generar algunos cambios de velocidad e intensidad tanto en estrofas como en los coros finales. Con "She" y "Drive" aparecen los momentos más veloces y comerciales a la vez del álbum, posteriormente (y como dice el manual) aparecerá una melosa balada a piano, "My mother said". El disco se disfruta en su primera mitad sin problema alguno pero el problema vuelve a ser el mismo que se vivió en Everything is changing: las cartas ya se mostraron por lo que la pregunta es evidente... ¿para qué seguir? De hecho la segunda parte del álbum es un trámite, salvo los aires de oriente que inundan gratamente el sonido de "Mental jungle" el resto es solo descuento que no creo llegue a conmover a alguien. 

Drive suena bien, contiene agradables canciones (sobre todo al comienzo del disco) y se disfruta sin ningún problema. Aunque digámoslo: acá hay cero riesgo.  En ese sentido su anterior álbum era más exploratorio e interesante de oír pero supongo que esta vez la mujer ha optado abordar un sonido más corriente con objeto de reencontrarse con un público más tradicional. 

6 / 10
Bueno, cumple


miércoles, 25 de septiembre de 2013

Nine Inch Nails: Hesitation marks (2013)

Inspiración a goteo 

Escuchar trabajos de Nine inch nails como Broken (1992) , The downward espiral (1994) o The fragile (1999) es enfrentarse a álbumes que, pese al paso de los años, siguen sonando frescos e innovadores. Lamentablemente el cambio de década no le vino bien a Nine inch nails y durante estos últimos 10 años los pasos han sido algo erráticos. Su último trabajo, The slip (2008) generó sensaciones encontradas entre la audiencia, sembrando un mar de dudas acerca del futuro de la banda, y bueno, tras cinco años de silencio tenemos a Reznor de vuelta de la mano de un álbum que lamentablemente no siento que logre encaminar del todo la carrera de la banda. Hesitation marks es un álbum difícil de disfrutar, denso, irregular y pese contener buenos momentos, en el global no termina de convencer.

Por supuesto que en cosa de gustos no hay nada escrito y acá nadie es dueño de la verdad pero a mi Hesitation marks me resultó un álbum desesperante, un constante "quiero pero no puedo". El problema para mi pasa por la falta de inspiración que muestra el disco, es como si las ideas estuviesen pero estas nunca (o casi nunca para ser justo) pudieron ser explotadas de manera precisa. 

Hay momentos de alto nivel en el álbum, como es el caso de la partida a cargo de la dupla "Copy of a" / "Came back haunted", diez minutos en donde la fuerza se hace presente gracias a un elegante pero intenso uso de la electrónica, algo parecido ocurrirá casi al final del disco con "In two", otro buen tema. También el coqueteo pop que es "Everything", pese a ser una excepción dentro del disco,  me supo bastante bien. Gran parte del álbum eso si trabajará en una linea mucho menos intensa, volviéndose más íntimo, encontrará de todas maneras agradables momentos en "Find my way", "I would for you" o la exquisita "Various methods of escape" (para mi, la mejor de todo el álbum), sin embargo, dentro de toda esta pasada hay canciones que piden a gritos mayor explosión, hay temas que se alargan uno o dos minutos en busca de algo que jamás aparece y ahí es donde el álbum cae en pozos que contrastan con los buenos momentos antes mencionados. Me refiero a canciones como "All time low", "Dissapointed", "Satellite", "Running" o "While I'm still here". Mucho susurro, monotonía y como mencionaba anteriormente, minutos que sobran y no van a ningún lado. 

Hesitation marks no es un disco fácil, en una primera pasada seguramente decepcionará a muchos, sin embargo, escuchándolo más va apareciendo la magia y se logran disfrutar ciertos pasajes del disco, el problema es la irregularidad. Me parece que este es uno de esos discos en donde menos habría sido más, creo que con dos o tres canciones menos la experiencia habría resultado más satisfactoria. Sin ser un mal disco no le alcanza para cumplir. 

5,5 /10
Irregular.

jueves, 19 de septiembre de 2013

Savages: Silence Yourself (2013)

Chicas malas

Me he tomado mi tiempo a la hora de hablar del álbum debut de Savages. Me pasó que tras su salida leí tanta crítica positiva que quise mantener algo de distancia frente a la efervescencia del momento, no se, solo por manía. Han pasado los meses y bueno, sigo disfrutando de Silence yourself tanto como lo hice en un comienzo por lo que me lanzo a continuación a hablar del que probablemente sea para mi (junto con el disco de Palms) el mejor álbum debut de este 2013.

Acá está todo. La actitud, la rudeza, la violencia y el rock and roll en estado puro. Este cuarteto femenino inglés de mirara lésbica, liderado por el carisma francés de Jehnny Beth, sorprende con un disco que contiene buenas dosis de post punk (una vez más Joy Division sale al baile como evidente principal influencia) y un grado de crudeza que fascina. El sonido de Savages está marcado casi todo el tiempo por un bajo endemoniado, afiladas guitarras que golpean tema tras tema, una poesía directa e interpretaciones llenas de una energía que por estos tiempos no es fácil encontrar. Desde la apoteósica partida a cargo de "Shut up" notamos que lo de Savages viene en serio y no pretende sonar amistoso, asunto que se confirma con la descarga de ira que es "I am here" (con final orgásmico incluido) y la dinámica "City's full". Los primeros diez minutos de disco por si solos valen la pena, sin embargo... hay más.

Luego de un rabioso comienzo el álbum bajará los tiempos. Aparece primero "Strife", algo más melódica que el resto del álbum aunque siempre sucia en su sonido, esta da paso a "Waiting for a sign", probablemente el momento más íntimo del trabajo y en donde la banda se da el lujo de caer casi en la improvisación para el final, el disco acá encuentra sus mejores momentos.

El punto bajo del álbum se encuentra en la segunda parte de este, la cual claramente pierde precisión en relación a la primera mitad. Tras un instrumental de dos minutos que en realidad aporta bastante poco aparecerá el retome de la velocidad con "She will" seguida de "No face", dos golpeados temas que suenan bien pero se limitan simplemente a retomar fórmulas ya utilizadas (y de mejor manera) en el comienzo del disco. En la recta final nos encontramos con el minuto punkoide de "Hit me", el exquisito bajo que marca el sonido de la excelente "Husbands" y un agradable cierre en calma a cargo de balada "Marshal dear".

Silence yourself es un álbum intenso y agresivo. Un disco que te golpea gracias a la honestidad que desprende y que deja una vara muy alta para el segundo trabajo de estas nenas. Nos quedamos y disfrutamos por el momento con uno de los grandes debut de este 2013.

7 / 10
Muy bueno.

lunes, 16 de septiembre de 2013

Adelanto: Arcade Fire // Reflektor


Tal parece que los muchachos(as) de Arcade Fire siguen sin alcanzar techo. Álbum tras álbum se las han ingeniado para seguir sonando creativos y funcionando en una dimensión paralela al resto, rompiendo sus propios límites. Y esto que han lanzado como adelanto de su nuevo disco es una maravilla. El que en estos tiempos una banda se atreva a lanzar un single de casi ocho minutos ya habla de valentía, ahora si agregamos que el tema reinventa el sonido de Arcade Fire y sale bien parado, mejor aún. Para colmo, el video dirigido por el siempre talentoso Anton Corbijn le pone la guinda al asunto. Más les vale que el disco ande bien porque tras esto las malditas expectativas se fueron a las nubes. 


martes, 10 de septiembre de 2013

Ministry: From Beer To Eternity (2013)

Sensaciones encontradas

Al Jourgensen debe ser una de esas personas que vive con la conciencia tranquila. El tipo puede jactarse de haber realizado durante su carrera musical lo que le dio la gana y haber vomitado cuanta idea se encontrase en su cabeza, sin temor a las consecuencias. El punto de inflexión en la carrera de Ministry se dio tras el éxito de Psalm (1992), momento en que la banda pudo haber optado por masificar su propuesta pero aquello no sucedió, los tipos decidieron morir con las botas puestas y dejar servido el éxito comercial a sus discípulos. Los hechos mostraron que dentro del mundo del metal industrial los créditos se los llevaron otros (Trent Reznor, Marilyn Manson, Rammstein, Fear Factory e incluso Rob Zombie en algún momento), sin embargo, la dignidad está con Ministry. 

El caso es que desde hace años que Jourgensen viene anunciando el fin de la banda. Incluso luego de esa magnífica trilogía dedicada a George W. Bush entre 2004 y 2007 (The last sucker es un álbum que deberías escuchar) hubo tour de despedida (Adios ...puta madres) pero cinco años más tarde, en 2012 y luego de haber vivido serios problemas de salud, Jourgensen reunió a la banda para editar Relapse, el que ahora si suponía el cierre de una carrera notable. Ahora, lamentablemente a fines de 2012 supimos del fallecimiento de Mike Scaccia, insigne guitarrista de la banda, asunto que motivó a que nuevamente Jourgensen sacase a Ministry del cajón. Sus palabras fueron: "es imposible que exista más Ministry sin él, sin embargo, considero una obligación el editar los últimos temas que Mike y yo estábamos trabajando poco antes de su muerte...". Y bue...

El caso es que pese a todo el enrarecido ambiente que rodeó la grabación de From beer to eternity, si hay algo que jamás se percibe en el álbum es un aroma a despedida. Olvídense de concesiones o momentos llorones. Ministry está de vuelta con un disco que cuenta con marca registrada y que si bien no se parece prácticamente en nada a su antecesor, contiene al mismo tiempo todos los elementos desquiciados (e incluso excesivos) que por lo general han estado presentes en la carrera de la banda. Ahora, si estos elementos están bien o mal conducidos será materia de debate (a mi el disco me ha generado sensaciones encontradas), pero de que la banda está de regreso con toda su habitual carga, lo está. 

Hablando de la música habría que decir que From beer to eternity se presenta como un álbum más lento y menos directo que cualquiera de los últimos tres o cuatro discos de la banda. En ese sentido, ese violento doble pedal que predominó tanto en The last sucker (2007) como en Relapse (2012) acá solo aparece a momentos, entregando de esta manera un disco que suena más cargado a la experimentación que a la dinámica inmediata. 

La partida llega con "Hail to the majesty", una especie de jam session que cruza sucias guitarras, jueguitos electrónicos, voces, discursos y gritos varios. Como introducción está muy bien aunque quizás le sobra un minutito. Le seguirán tres temas bastante densos pero que a mi me han encantado. Primero aparece una repetitiva y desestructurada "Punch in the face", que con su machaque constante me recordó muchísimo los buenos tiempos de Psalm 69 por lo que enganchó conmigo de inmediato, luego suena "PermaWar" (que ya la conocíamos como adelanto), la cual se consagra rápidamente como una de las mejores piezas del disco mientras y finalmente "Perfect storm", que conjuga momentos muy pesados y lentos con otros más veloces. Estos cambios de velocidad enganchan a la perfección con la aparición de "Fairly unbalance", el primer momento del álbum que trae de regreso a los Ministry brutales y cargados de dinámica. Hasta acá, no hay quejas, el disco va impecable. 

El problema aparece al sexto tema, cuando los excesos (¿falta de material?) se toman el disco. La seguidilla "The horror"/ "Side F/X" / "Lesson unlearned" la verdad es que aporta muy poco. Son doce minutos de ruidos, gritos, loops, quiebres sin sentido y uno que otro coro loco que por ahí aparece pero que en realidad no conecta en absoluto con los primeros cinco temas que en lo personal tanto había disfrutado. Para el final el asunto repunta un tanto (pero solo un poco) con los ocho minutos de "Thanks but no thanks", básicamente gracias a las ironías y el sentido del humor de Jourgensen pero "Change of luck" vuelve a caer en el problema del relleno (el tema comienza con 3 minutos y medio de nada ) y "Enjoy the quiet" no es más que un dialogo de despedida con una masa ruidosa de fondo, así que como canción no cuenta.

Me quedo entonces con sensaciones dispares. Con un álbum que cuenta con una primera parte atractiva pero una segunda cargada al relleno y repleta de excesos que me llevan a pensar que Al Jourgensen se apuró un tanto con la edición de este trabajo. Si el tipo quería rendir homenaje a su fallecido amigo y compañero creo que debió tomarse un poco más de tiempo para poder completar este álbum de manera adecuada. Como despedida siento que Relapse funcionaba mejor y dejaba una sensación más clara. From beer to eternity como EP funcionaría pero como disco no termina de convencer. Pero bueno, comencé esta reseña afirmando que Jourgensen siempre ha hecho lo que ha querido... no lo vamos a comenzar a regañar ahora por aquello.

6/10
Bueno, cumple.

viernes, 6 de septiembre de 2013

Arctic Monkeys: AM (2013)

El problema está en las expectativas

Lo mío con Arctic Monkeys a estas alturas se ha vuelto costumbre:  me ilusiono con los adelantos para luego decepcionarme con el disco. Me pasó en 2011 cuando aluciné con la psicodelia de "Brick by brick" y las guitarras de "Don't sit down cause I've moved your chair" para luego quedar con gusto a poco con el normalito Suck and see it y bueno, este 2013 he tropezado con la misma piedra ilusionándome a tope con la actitud de "R U Mine?" y la exquisita "Why'd you only call me when you're high" para posteriormente encontrarme con un disco que sin ser malo solo se limita a solo cumplir.  ¿Será que los de Alex Turner acabarán (si es que ya no están) enmarcándose como una banda "de singles más que discos"? Que tampoco está mal. Queen fue una de esas y vaya que hizo historia...

Me gustan los álbumes que contienen una propuesta, esos que son más que un puñado de temas sin ton ni son y eso acá ocurre. Es decir, desde un comienzo (exceptuando la aparición de "R U mine?", que suena totalmente desubicada en relación al resto del álbum) se percibe que el álbum viene más calmo y tranquilo que los anteriores trabajos de la banda. De hecho, AM es un disco con el que cuesta enganchar en un comienzo precisamente a causa de lo lento y monocorde que tiende a sonar. Ahora, luego de unas cuantas pasadas van apareciendo los matices que permiten valorar y disfrutar de mejor forma el disco. Comencemos diciendo entonces que es un disco que requiere tiempo...

Hablando de las canciones, "Do I wanna know" es una apertura tremenda, muy íntima y bien arreglada, erótica hasta decir basta en su sonido y dispuesta a ser una de las grandes joyas que nos dejará el álbum, que comienza desnuda para ir creciendo poco a poco y conectando muy bien con las guitarras de "R U mine?". Ojalá el disco hubiese tenido más de estos pasajes pero lamentablemente esto no se volverá a lograr con la misma fuerza, de hecho el álbum a partir del tercer tema suena muy irregular, te agarra en un par de temas para luego soltarte bruscamente. "One for the road" y "Anabella" por ejemplo, parecen una sola y juntas se hacen un tanto pesadas, aunque cabe reconocer que ese riff tan Black Sabbath sabe bien y logra por momentos levantar al tema. El tiempo de las dos mencionadas será reiterado a lo largo del álbum, porque "Why'd you only call me when your high" en su cadencia sigue el mismo patrón, aunque funciona. No así el par de baladas "N°1 party anthem" y "Mad sounds" que perfectamente podrían haber estado en cualquiera de los dos discos anteriores de la banda. Es relleno descarado. 

Aporta frescura el rock de "I want it all", la dinámica semi acústica de "Fireside" , sin embargo, la tibieza de canciones como "Snap out of it" o "Knee socks" vuelve a cero el asunto y es que para temas retro mejor le damos play al último de Miles Kane, donde encontramos canciones muchísimo mejor logradas que estas. Finalmente, el cierre a cargo de "I wanna be yours" vuelve a lograr esa agradable atmósfera llena de intimidad que el inicio del álbum había anunciado pero a estas alturas la verdad es que la suerte está tirada.

En lo personal sigo esperando el gran disco de Arctic Monkeys, aunque a estas alturas quizás lo mejor sea dejar de esperar algo y simplemente disfrutar de sus correctos pero irregulares trabajos. Al menos algo hay que reconocerle a la banda de Alex Turner: disco a disco siguen sonando inquietos y jamás se han estancado en un solo sonido. También el que gracias a sus singles (acá hay 5 o 6 grandes canciones) este álbum suena a lo mejor que han hecho desde el debut. 

7/10
Muy bueno.

miércoles, 4 de septiembre de 2013

¿Qué pasa con U2?


Dentro de la categoría dinosaurios comúnmente nos encontramos con dos especies: aquellos que sacan discos religiosamente cada dos años porque "hay que hacerlo" para mantener el flujo de dinero vigente (¿alo, Bon Jovi? ) y aquellos que han asumido que la inspiración se ha marchado por lo que editan con suerte un trabajo nuevo cada 4 o 5 años y el resto del tiempo se dedican a girar por el mundo interpretando los grandes éxitos (Rollings Stones, The Cure, Metallica). Y bueno, durante la pasada década U2 se auto encasilló dentro de esta última categoría (discos en 2000, 2004, 2009) y pese a que sus álbumes han sido más que dignos ( de hecho, No line on the horizon de 2009 me sigue pareciendo el mejor disco que U2 ha editado desde aquel magnífico Zooropa de 1993), la sensación que muchos tenemos frente a la banda es que esta ha perdido el rumbo, concentrándose más en las formas que en el fondo, olvidando que lo que los llevó a la cima a fines de los 80's no fueron solamente los hits. U2 solía ser una banda de grandes álbumes y de presentaciones en vivo que derrochaban entrega. Lamentablemente, últimamente los hemos visto preocupados de vender la gira más grande de la historia ( U2360 ) y no de verse espontáneos sobre el escenario, preocupados de que sus discos contengan canciones de fácil escucha pero desechables en el corto plazo y no de entregar el mejor producto posible.  

Es así como hoy, cuando los tipos podrían estar concentrados en la mejor promoción posible de un nuevo gran álbum (yo no dudo de sus capacidades), han decidido postergar para 2014 el lanzamiento de su disco. ¿Las razones? Ellos sabrán, pero seguramente los motivos son comerciales. No han querido competir con los lanzamientos de Pearl Jam, Eminem o Lady Gaga, todos agendados para este último trimestre de 2013.  De esta manera U2 busca insistir sobre un camino donde otros han fracasado, preocupándose de cualquier cosa menos de lo único que realmente debería ser importante: la música. 

Una reflexión: ¿Hace cuanto que Madonna no edita algo decente? ¿Ray of light de 1997 habrá sido lo último interesante por parte de una mujer que alguna vez fue vanguardia? Los irlandeses deberían haber aprendido de aquella experiencia. Hay que entender que no se es joven por siempre, saber envejecer dignamente y dejar los hits momentáneos para las nuevas generaciones. El día que Madonna quiso competir con Lady Gaga se faltó el respeto a si misma, tal como cuando U2 quiso ser más que Coldplay. 

La trascendencia U2 ya la tiene, el peso de la historia está con ellos. Deberían por tanto componer y vivir más tranquilos, recuperar la pasión, si es que eso aún es posible y si no lo es, entonces deberían colgar los botines de una vez por todas y darle un final digno al asunto (muy a la R.E.M), pero seguir dudando de la efectividad comercial de su material me parece, a estas alturas, impresentable. Además, para intrascendentes ya tenemos a Bon Jovi


domingo, 1 de septiembre de 2013

20 Años de... Nirvana // In Utero (1993)


En general no me considero un amante de la nostalgia, sin embargo, creo que de vez en cuando hace bien el mirar hacia atrás. Este 2013 una serie de discos cumplen 20 años de existencia, álbumes que me parece hay que recordar. Se me pasaron 1991 y 1992 pero bueno, más vale tarde que nunca, por lo que a partir de ahora y hasta fin de año me daré a la tarea de recordar unos cuantos discos relevantes editados en 1993. Podré así dormir tranquilo junto a mi conciencia.

He querido comenzar este paseo con In utero de Nirvana básicamente por que para un amante/enfermo/maniático/obsesivo de la música como yo, hablar de Nirvana no es solamente hablar de una banda, un disco, un personaje, un estilo o moda. Hablar de Nirvana es referirse a una parte de la historia e incluso, si me apuran, diría que es hablar de la vida misma.

Suele pasar el que un movimiento social surge en respuesta a otro pasándose por ende de extremo a extremo con facilidad. La música no ha sido excepción a todo aquello. El punk surgió como respuesta al rock progresivo de mediados de los 70's , de igual forma, el glam ochentero y toda esa onda new wave dio paso al grunge a comienzo de los 90's. Y fue Nirvana la banda que, para bien o para mal, puso (tras el éxito arrollador de Nevermind en 1991) lo alternativo sobre la mesa. El chico oscuro, rebelde, el freak del curso, ese que componía canciones en el garage acerca de sus miserias, ese joven a quien nadie miraba pasó de pronto a ser top, éxito de ventas y casi un modelo a seguir por la juventud. Las pintas extravagantes, los disfraces, las luces, los peinados exagerados daban paso a la simpleza del jeans y la camiseta. Musicalmente los técnicos solos de guitarra y el virtuosismo instrumental pasaban al recuerdo, ahora lo que se estilaba eran cuatro sucios y sencillos acordes que ni siquiera eran bien ejecutados. Todo eso lo encabezó Nirvana (Ten de Pearl Jam también aportó lo suyo claro está) y Kurt Cobain era el personaje, la portada y la cara visible de todo aquello que estaba ocurriendo. Ahora, tengo mis dudas acerca de si efectivamente Cobain tenía todo aquello en mente cuando compuso el comercial y accesible Nevermind, un disco que claramente desenmascarada las intenciones del compositor por entrar a la industria y marcaba distancia con el alternativo debut de 1989 titulado Bleach, sin embargo, independiente de las intenciones de Cobain la explosión del grunge comenzó (y para muchos terminó) con él.

Por todo esto, la edición de In Utero de 1993 era esperada por miles con dientes afilados ya que era el trabajo que aparecería como respuesta al fenómeno. Acá muchos suponían que Cobain recularía y retomaría la senda de su primer trabajo o decididamente se entregaría al mercado y daría continuidad a lo que fue Nevermind. Lo cierto es que el álbum terminó siendo un poco de ambas cosas, lo cual expuso de cierta manera la dualidad y confusión que probablemente Cobain vivía en su interior. El éxito lo abrumaba pero al mismo tiempo le gustaba ser una estrella de rock, su ego necesitaba toda esa atención por más que exteriormente renegase de aquello.


In utero resultó ser un pequeño monstruo de almas divididas, un esquizofrenico álbum que a momentos luce desafiante pero en otros retoma el cuento melódico trabajado en Nevermind. Es así como en un comienzo y tras la excelente partida a cargo de "Serve the servants", los aullidos de "Scentless apprentice" conviven con el single incuestionable "Heart shaped box". El contraste impacta en un inicio pero con el correr de los minutos te acostumbras ya que este ir y venir de los gritos a la calma continuará dándose, sosteniendo en general una producción intencionalmente poco cuidada, lo cual se hace presente en temas como "Frances farmer will have her revenge on Seattle", "Very ape", "Milk it" , "Radio friendly unit shifter" o "Tourette's" pero toda esta ira, que solo se desata a momentos, es interrumpida de vez en cuando con melodías muy gancheras, como es el caso del lamento "Rape me", la tranquila "Dumb" o la archi conocida "All apologies"

Esta última canción por cierto me parece la señal más evidente de que lo mejor para Nirvana estaba por venir. "All apologies" es el único tema de In utero donde Cobain efectivamente se atrevió musicalmente a ir un poco más allá de lo esperable y aquello me parece que terminó siendo lo más lamentable dentro de la tragedia que significó la muerte del cantante, el que nos quedamos sin el gran disco de Nirvana, el cual, escuchando este confuso álbum siento estaba por venir. 

Se cumplen 20 años de este disco y lo han celebrado con una edición de aniversario más que digna, la cual acaba de ver la luz. Se trata de 3 discos (el original remasterizado, uno de maquetas y otro con temas en vivo), además de un DVD con un concierto de la banda. Material de lujo para el fanático aunque yo con las 13 de siempre me siento más que satisfecho.