domingo, 29 de junio de 2014

Jack White: Lazaretto (2014)

Convence sin deslumbrar. 

"La última estrella de rock que nos queda" - han dicho por ahí. Y si, puede ser. Hoy por hoy son pocos los artistas que muestran el desplante que Jack White ostenta, un tipo que tras una década apabullante al frente de proyectos como The white stripes o The dead weather se ha dado el lujo de iniciar una carrera en solitario que marca distancia con dichas etapas. Hoy lo vemos embobado con un sonido que muestra como principal influencia las raíces del rock and roll norteamericano y tal parece que no piensa salir de ahí. Su más reciente entrega Lazaretto, conserva la linea trabajada en Blunderbuss (2012) e incluso se da el lujo de mejorar dicha experiencia.

Con una elegancia única, Jack White vuelve en Lazaretto a abordar el folk + blues en cada una de sus canciones, algunas muy dinámicas y en donde las guitarras son protagonistas, "Three woman", "Lazaretto" (notable ese "¡Como en madera y yeso!"), el notable instrumental "High ball steeper", "Just one drink" (permítanme alucinar, pero esta me la he gozado imaginando al gran Mick Jagger en las voces) o la rabiosa "Would you fight for my love?" y otras mucho más reflexivas, "Temporary ground", la amena "Alone in my home" o "Entitlement". Ahora, sea en la faceta que sea, con guitarra en mano o junto a un piano de cantina, el álbum muestra a un Jack White completamente a gusto, haciendo lo que le ha dado la gana y en general haciéndolo bien.

No es Lazaretto un álbum que llegue para satisfacer múltiples paladares, es White en su salsa de la mano de un disco que no realiza concesiones, lo tomas o lo dejas. Ahora, precisamente ahí es donde el compositor vuelve a tropezar con la misma piedra ya que tras una primera mitad soberbia (no hay desperdicio en los primeros cinco temas) el asunto poco a poco va decayendo hasta perderse (una vez más) en la auto complacencia (las últimas cuatro no hacen una). 

En síntesis, sin ser para nada un mal álbum y mejorando bastante la experiencia en relación a lo que fue Blunderbuss, Lazaretto cierra dejando la sensación de que el asunto podría haber estado mejor y que White sigue debiéndose a si mismo una obra redonda de comienzo a fin que acabe por justificar las tremendas expectativas que suelen rodear a sus proyectos.

7 / 10
Muy bueno.


Otras reseñas de JACK WHITE:

miércoles, 25 de junio de 2014

Sharon Van Etten: Are We There (2014)

Bello.

Lo más reciente de la estadounidense Sharon Van Etten recae sobre las temáticas amorosas de manera tan dramática como lo hizo su anterior trabajo, Tramp (2012), aunque esta vez embalsamando el sentimiento con una mirada algo más optimista y un sonido que abandona las guitarras para centrarse en percusiones y teclados. Lo interesante es que la intensidad sigue ahí, intacta, también las melodías bien logradas y ese sentir tan a flor de piel que continúa dando muestras de un talento que parece vivir sus mejores momentos.

Are we there es entonces un ejercicio musical desnudo y honesto, que logra no agotar sus armas pese a insistir sobre un sonido muy meloso, y es que si bien el álbum es mono temático ("te amo, te extraño, me haces daño..." todo el rato) logra sonar diverso encontrando ahí su principal triunfo. Supera en ese sentido la experiencia que fue Tramp, un disco que enfrentaba a la artista con una reciente ruptura de pareja por lo que el dolor se encontraba más expuesto que en esta ocasión y por tanto el asunto se volvía algo monótono con el paso de los temas, eso acá no ocurre. 

Nos encontramos entonces con piezas muy limpias, algunas en donde se conjuga únicamente un piano con la dulce voz de Sharon, como es el caso de la hermosa partida que da "Afraid of nothing", la tierna "I love you but I'm lost" o también "I know", también hay momentos que pretenden entregar dosis de buen pop añadiendo atractivas baterías electrónicas al sonido, ahí juegan "Taking chances", "Our love" (de lo más bajito del disco eso si) , "Break me" o la convencional "Tarifa". Finalmente están los temas explosivos, aquellos que alcanzan cotas superiores al resto, ahí aparecen "You know me well" y la absolutamente fantástica "Your love is killing me", una canción que merece comentario aparte ya su estructura creciente y en plan orgásmico debe estar dentro de lo mejor que he tenido el placer de oír este 2014. 

Sharon Van Etten se ha marcado un gran disco, el mejor de su carrera. Equilibrado, con arreglos simples pero que convencen, dos o tres grandes canciones y un hilo conductor agradable de llevar. Será interesante observar si esta dama logra escapar del callejón meloso en el que se ha internado pero por el momento nos quedamos con este, uno de los buenos álbumes del presente año.

7 / 10
Muy bueno.

viernes, 20 de junio de 2014

Killer Be Killed: Killer Be Killed (2014)

La suma de sus partes.

Otro supergrupo. Esta vez encabezado por Greg Puciato (vocalista de The dillinger escape plan) y Max Cavalera, a ellos se sumaron Troy Sanders (bajo y voces en Mastodon) y Dave Elitch (batería en The mars volta) generando así un montón de expectativas frente a lo que podría resultar de toda esta mezcla de influencias y estilos. El resultado vive entre nosotros desde hace un tiempo y a decir verdad, el aporte de cada uno de estos distinguidos miembros se hace sentir en un álbum que suena poderoso, impecablemente ejecutado e interpretado pero falto de sorpresa a la vez. No cabe duda de que los tipos se la pasaron estupendo componiendo y llevando adelante un disco que rebosa en energía y potencia, sin embargo, mucho más allá de aquello no se encuentra en los 45 minutos de música que nos han regalado. 

Curiosamente, lo más interesante que te encuentras en Killer be killed (el disco) está en el cierre, el único momento en donde percibes que la mixtura de estilos se hace presente generando un producto que sorprende en estructuras y juega muy bien tanto en cambios de velocidad como sacándole partido a las distintas voces que conformaban el proyecto, me refiero con esto a las últimas dos del álbum: "Twelve labors" y "Forbidden fire", sin embargo, para llegar a estas hay que pasar por una media hora bastante tradicional dentro de lo que es el metal actual y ahí es donde el disco pierde mucho de su potencial.   

El gran problema que le sentí al álbum es que suena casi siempre como la suma de sus partes pero durante muy pocos momentos se percibe como una apuesta realmente novedosa. Es así como la mano melódica de Mastodon se aprecia en los riffs de "Wings of feather and wax" , "Melting on my marrow" o "Dust into darkness" mientras que una arista más brutal, que muestra mayor presencia de Cavalera y sobretodo la de Puciato, aparece con "Face down", "Curb crusher" o "Fire to your flag". También hay pistas que perfectamente podrían haber entrado en cualquiera de los más recientes álbumes de Soulfly, como es el caso de "I.E.D" o "Snakes of Jehovah" y bueno, está el ya mencionado cierre que efectivamente logra durante dos canciones te olvides de las bandas originales de cada integrante y escuches por primera vez a Killer be killed, el problema es que diez minutos de música no alcanzan como para destacar al trabajo más allá de lo que es: un correcto y efectivo álbum de metal. Ni más ni menos. 

6 / 10 
Bueno, cumple. 

martes, 17 de junio de 2014

Pixies // Indie Cindy // 2014

El tiempo pasa...

A 23 años de su último trabajo de estudio y con una integrante menos (Kim Deal, quien abandonó la banda en 2013), Black Francis y compañía se decidieron a volver a grabar y estampar su presente musical en un conjunto de criticadas, vapuleadas y menospreciadas canciones. Y es que claro, durante estas dos décadas ha pasado mucha agua bajo el puente y del caos que convirtió a Pixies en una leyenda dentro del mundillo alternativo queda muy poco. Hoy vemos una versión de la banda muchísimo más reposada, tradicional y controlada, la cual ha vuelto para entregarnos doce canciones que no responden en absoluto a lo que fue alguna vez la agrupación pero dicho en buen castellano: esto es lo que hay y como tal, tampoco está tan mal. 

Es lógico que los fanáticos se sientan decepcionados frente a algo como Indie Cindy, un trabajo que tal como mencionaba anteriormente no tiene nada de lo que caracterizaba a Pixies, una banda a la que le bastaron solo cuatro discos para marcar a una generación y dejar instalado el mito. Sin embargo, dejando todo aquello de lado, esta versión (descafeinada para muchos) de Pixies logra dejarnos un puñado de agradables canciones,un global bastante aceptable y que en lo personal he disfrutado bastante. Supongo que el no ser fan de Pixies me ha ayudado precisamente a tomar de buena forma el disco y pasarme un buen rato escuchándolo. 

Dentro de lo positivo que deja el álbum se enmarca el rock golpeado de "What goes boom" o "Snakes", la rabiosa "Blue eyed hexe" y la oscuridad de "Silver snail" (de lo mejor del disco), también en una arista mucho más melódica y tradicional se disfrutan canciones como  "Another toe in the ocean" (otra que me ha gustado mucho), la dulce "Green and blues", "Ring the bell" o la contagiosa "Magdalena 318". Finalmente, existe cierto guiño al pasado de Pixies en la pasada por "Indie Cindy" (la canción) y "Bagboy", las únicas dos que juegan a la desestructura aunque claro, siempre de manera tímida. 

Le falta algo de explosión al trabajo, no cabe duda, todas las canciones responden a patrones muy controlados y el asunto pide a gritos alguna dosis mayor de desenfreno, la cual nunca llega. De igual manera el disco no es más que un puñado inconexo de canciones, sin ningún hilo conductor claro y ahí nuevamente peca. Ahora, de todas maneras, en lo individual el asunto funciona, tiene sus momentos y no es el desastre que el mundo indie chilla por ahí. Yo al menos en estos años he presenciado regresos mucho pero mucho peores. 

3 / 5
Bueno, cumple.


sábado, 14 de junio de 2014

Fernando Milagros // Nuevo Sol // 2014

Un pase al costado.

Detengo un tanto la revisión internacional para mirar hacia adentro y dar cabida a un álbum que en lo personal esperaba desde hace rato. El siguiente paso de Fernando Milagros luego del sensacional San Sebastián (2012) era algo que había que ver, esa mixtura entre un sonido folclórico y rock anglosajón resultó ser una fórmula suficientemente potente como para sentir que Milagros había alcanzado la ansiada madurez y de paso había encontrado su mejor trabajo a la fecha (y uno de los mejores discos nacionales de aquel año, si es que no el mejor). El desafío era importante y el cantautor ha decidido sortearlo con Nuevo sol, un álbum menos complejo que su antecesor (dura apenas 30 minutos de hecho), que pretende sonar algo más moderno, accesible y que aborda por lo general temáticas de pareja o superación. 

Pero entrando en materia, "Hilo de plata", la que da la partida, es una de esas canciones que va explotando de a poco y que vuelve a dar muestras del talento de Milagros a la hora de encontrar buenas melodías. Otra que funciona muy bien en aquella dirección es "En la niebla" (para mi el mejor tema del disco), una estructura creciente que entre baterías electrónicas y guitarras acústicas encuentra agradables momentos de intensidad. Mucho más tradicionales son "Puzzle" (que comparte en voces con Rubén Albarrán de Café Tacuba) y la acústica "La noche", ambas funcionan pero pecan en lo sencillas que son, coros muy reconocibles y que no te dicen mucho más allá del típico formato de canción pop. Supongo que aquello era precisamente lo que buscaba Milagros, encontrar un sonido más simple y amigable, lo cual vuelve a evidenciarse en el nudo del disco con la pasada por "La puerta" y "Llegar a casa", dos muy dulces y personales (sobretodo la segunda) que encuentran otro gran momento del trabajo. Llegando a la recta final del álbum suena "No es real", lo más atmosférico y volátil que este posee, y dos tan sencillas como olvidables: "La playa" y "Otra vida", la primera muy pop y la segunda intenta rescatar los aires folclóricos trabajados en el pasado pero con un coro, digámoslo, bastante lamentable y simplón.

No ha querido arriesgar Fernando Milagros en esta ocasión y ha apostado un tanto más a la segura con Nuevo sol. Encuentra así una que otra buena canción pero también un disco sin puntos demasiado altos, de corta extensión y que además pierde mucho nivel en su recta final. Queda mal parado evidentemente en la comparación con lo que fue San Sebastián pero tampoco es que el asunto sea un desastre (ni cerca!), yo prefiero verlo como una especie de pase al costado, como si Milagros necesitase un poco más de tiempo para pensar bien el siguiente ataque.

3 / 5
Bueno, cumple. 


martes, 10 de junio de 2014

Black Label Society // Catacombs of the Black Vatican // 2014

La tranquilidad de quien nada tiene que demostrar. 

Cuatro años atrás Zakk Wylde vivía años cruciales, abandonaba la banda de acompañamiento de Ozzy Osbourne tras veinte años de trabajo juntos y editaba un poderoso Order of the black, un disco de hard rock muy directo y que seguramente dejó satisfechos a todos los fans del género. Ha pasado tiempo desde aquello, de hecho nunca el guitarrista se había tomado tanto tiempo entre lanzamientos, sin embargo, el silencio ha sido saludable para la labor compositiva de Zakk ya que esta nueva entrega, si bien es mucho menos efectista en relación a lo que fue su antecesor, logra resultar interesante para los tiempos que vivimos. Dicho en palabras simples: otro disco como Order of the black habría sido una pésima señal de estancamiento, lo cual no ha sucedido y aquello se agradece.

La sensación que deja este más que correcto Catacombs of the black Vatican es la de estar frente a un tipo que se ha sacado la presión de tener que demostrar algo y estar a determinada altura. Este 2014 Zakk Wylde ha vuelto con algo que le ha nacido del alma y aquello, desde esta vereda, se respeta. El tipo no se ha esforzado esta vez por lograr un sonido veloz y demoledor, sino que muy por el contrario, desde un comienzo las revoluciones suenan más bajas, el sonido más pausado, cargado al medio tiempo y a guitarras pesadas. La influencia más clara y potente con la que carga este álbum es la de Alice in chains, aquel sonido denso enlazado con esa marca de metal que inevitablemente carga Zakk Wylde ha generado ambientes notables, los cuales se aprecian de manera evidente en la partida a cargo del tridente "Fields of the unforgiveness/My dying time/Believe", mientras que en otros el tono es mucho más reflexivo de la mano de baladas muy sentidas como es el caso de "Angel of mercy" ,"Scars" o ese cierre cargado al blues que es "Shades of Grey". Casi en el final del disco aparecerá "Damn the flood", la única en todo el disco que traerá al presente el sonido habitual de Black label society pero esta resultará un mero espejismo en medio de un trabajo bastante menos inmediato. 

No entraré en el debate de si este octavo álbum de Black label society se encuentra a la altura de sus mejores discos, lo que si tengo claro es que es un trabajo honesto, que marca distancia con lo que Zakk Wylde venía realizando y que muestra el presente de un compositor que parece liberado de ciertas ataduras del pasado. Bien por él.

3.5 / 5
Muy bueno!

viernes, 6 de junio de 2014

Casualties Of Cool // Casualties Of Cool // 2014

Sin derecho a quejas.

Genio, loco, inquieto, creativo, también excesivo. Adjetivos varios que aparecen en la mente a la hora de hablar de Devin Townsend, un tipo que durante estos últimos quince años ha hecho lo que ha querido, pasándose de la raya frecuentemente pero también acertando medio a medio en ocasiones, y es que cuando se juega constantemente sobre los límites es lógico caer de vez en cuando en el abuso, asunto que suele ocurrir con el ex líder de Strapping young lad.

Casualties of cool es una de las tantas facetas que Townsend nos ha mostrado durante estos últimos diez años, una que conecta muy bien con la calma y experimentación de trabajos pasados del artista tales como Ki (2009) o Ghost (2011), aunque esta vez el sonido se enmarca en una linea mucho más folk y completamente alejada del rock. No ha querido además firmar el álbum con su nombre ya que aquello sería una falta de respeto frente al aporte que ejerce en diversos momentos la presencia vocal de Che Aimee Dorval, quien ya había trabajado junto a él en Ki pero esta vez lo hace tomando un rol mucho más activo y entregando precisamente los matices más brillantes con que cuenta el disco.  

Los ambientes que Casualties of cool (el álbum) logra durante parte importante del disco, sobretodo en la primera mitad, son su mayor punto a favor. El golpeteo country de "Daddy", "Muntaintop" , "Ether" o "Forgive me", la belleza de "Flight" o "Bones" (Che Dorval está enorme en ambas) y la pasada floydiana por "Moon" protagonizan momentos que funcionan a la perfección y que por si solos logran que este disco valga la pena disfrutar. Aunque claro, también está lo de siempre: los excesos que restan. Ahí juegan las instrumentales "Pier", "Hejda" ,"Broken", "Pure" o canciones como "Deathscope", las cuales le quitan demasiada dinámica al trabajo (además de extenderse por largos e innecesarios minutos), de hecho, toda la seguidilla final del álbum , a excepción de "The bridge", pide a gritos algo más de explosión e intensidad. La segunda parte del disco se vuelve bastante espesa y claramente le sobran minutos. 

No lo vamos a descubrir hoy, donde Devin Townsend brilla es donde también tropieza. El tipo no contiene sus impulsos, vomita discos y proyectos como si el mundo fuese a acabar en cualquier instante y ahí es donde constantemente cae en los mencionados excesos. Acá, con Casualties of cool, cuando ha sido capaz de filtrar, cuando ha cedido protagonismo a Che Dorval, ha encontrado momentos tremendos y excepcionales pero cuando ha vuelto a ser devorado por su ego es cuando se ha vuelto espeso e intratable. Pese a todo el saldo es positivo aunque queda la sensación de que el proyecto tenía un mayor potencial, aunque con Townsend no existe el derecho a queja, el hombre es lo que es. 

3 / 5
Bueno, aunque irregular. 



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lunes, 2 de junio de 2014

Coldplay: Ghost Stories (2014)

Benditas rupturas

Quien lo diría. Cuando muchos ya los dábamos por muertos y no esperábamos nada de ellos, sobretodo luego del desastroso y excesivamente liviano Mylo Xyloto (2011), viene Chris Martin y expone su crisis sentimental en un disco que nos ha recordado el porque esta banda alguna vez (diez años atrás para ser más exactos) ilusionó a medio planeta con sus melodías.

No hay mucho que analizar con respecto a Ghost stories ya que este desde un inicio muestra sus cartas estableciendo los matices básicamente en las formas. El disco posee un claro tono melancólico en donde la ruptura de pareja funciona como eje central de la mayoría de sus canciones, ahora, lo interesante está en que pese a ser un álbum enfocado hacia el sentimentalismo y que no escapa demasiado del "te quiero, te extraño..." , el asunto no alcanza a agotar gracias a su riqueza melódica, producción y diversidad. Dicho en palabras simples, Ghost stories no es solamente un conjunto de temas bonitos (como lo fue Parachutes, por ejemplo, el precioso álbum debut de Coldplay), sino que también también una serie de arreglos que en este caso aportan frescura. Es así como detrás de bellas e íntimas melodías tales como "Always in my head", "Magic" o "Another's arms" se esconden algunas baterías electrónicas y teclados que generan (para lo que ha sido la carrera de la banda) ambientes bastante novedosos y bien logrados. Ahora, donde si aciertan y sorprenden medio a medio es con la aparición de "Midnight", unos aires increíbles a Bon Iver, cuidada producción y una banda prácticamente irreconocible, ojalá el álbum hubiese tenido más de esto. 

También dentro de lo positivo se encuentra el exquisito pop en acústico de "Ink" y la delicada balada "True love", esta última sorprende ya que pudiendo contar con una explosión a lo "The Scientist" o "Fix you" acaba bastante en calma demostrando que la banda se propuso esta vez marcar algo de distancia con lo que tradicionalmente se espera en ellos. Finalmente, una arista bastante más convencional muestran las baladas "Oceans" y "O", mientras que la nota negativa del álbum la pone "A sky full of stars", una canción en tono de fiesta que no se entiende que pinta acá, desentona completamente con el resto del trabajo además de traer a colación las peores pesadillas que causó en muchos el desechable Mylo Xyloto

El en global, ha sido una muy grata sorpresa este Ghost stories. No es que el álbum llegue para mover el piso en la escena actual pero si al menos deja sensaciones gratas, un puñado de buenas canciones, arreglos bien cuidados y una que otra canción que demuestra que el potencial sigue ahí, intacto. 

7 / 10
Muy bueno !




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