martes, 30 de julio de 2019

Sabaton: The Great War (2019)

“Sin novedades al frente...”

En la historia de la música encontraremos innumerables bandas que una vez encontrada cierta fórmula decidieron, para bien y para mal, estancarse en ella hasta el fin de sus días. Si es por mencionar casos clásicos hablaríamos de ACDC o Motorhead, sin embargo, cabe mencionar el que en la actualidad también tenemos referentes para esta categoría, siendo Sabaton uno de ellos. Estos suecos vienen desde hace más de una década siendo fieles a un manual: álbum cada dos o tres años marcado siempre por un heavy metal clásico con tintes épicos y relatos relacionados con el mundo de la guerra. En este caso la temática gira en torno a la Primera Guerra Mundial por lo que desde ya recomiendo revisar la versión “histórica” del álbum que se comparte en Spotify, donde previo a cada canción existe un pequeño relato que anticipa hacia donde esta apunta y permite entender mejor el disco.

En términos globales cabe mencionar el que The great war emerge como un trabajo que en el canción a canción cumple, entretiene y por cierto, se extiende lo preciso (no alcanza a llegar a los cuarenta minutos de duración) pero con igual convicción resulta justo consignar el que mucho más allá el álbum no logra (ni pretende) llegar. Y si, que existen elementos interesantes en toda la primera mitad del disco (donde claramente han puesto lo más novedoso de este), ahí canciones como ‘The future of warfare’, un medio tiempo épico dedicado a la creación del tanque como herramienta de ataque y que resulta bastante atractivo como partida, la dinámica pasada por ‘Seven pillards of wisdom’ + ‘82nd all the way’ o los bailables (?) coqueteos con sintetizadores que propone ‘The attack of the dead’ funcionan a la perfección. Posteriormente sonarán dos temas veloces de manual como ‘Devil dogs’ y ‘The red baron’, donde llama la atención el teclado Hammond que aporta (durante breves segundos) en la segunda pero lo cierto es que lentamente en medida que The great war avanza comienza a ser devorado por lugares comunes de Sabaton. Tampoco es que las canciones estén mal, de hecho, ‘Great war’ destaca con fuerza en la recta final pero en esta también abundan estructuras simples y predecibles que huelen a relleno durante cada segundo (‘A ghost in the trenches’ + ‘Fields of Verdum’, son claros ejemplos de lo que menciono). 

Suma puntos la portada, que es sencillamente espectacular en cada uno de sus detalles, más una que otra incursión en materia de arreglos que llama la atención en este The Great War, cuya temática es sin duda interesante pero en lo musical es un disco de bajas pretensiones que una vez más entrega a la base de fans lo que se espera de un disco de Sabaton, ni más ni menos. 

6 / 10
Cumple con lo justo.

sábado, 27 de julio de 2019

The Raconteurs : Help Us Stranger (2019)

“Fresco y renovador...”

Uno de los prolíficos de este siglo está de regreso. A poco más de una década desde su última entrega junto a The Raconteurs, Jack White y compañía reaparecen sorpresivamente con un nuevo registro bajo el brazo, el tercero junto al mencionado súper grupo. Vuelven bajo una exquisita producción y de la mano de un sonido al que el guitarrista viene rindiéndole culto desde hace más de una década dentro de sus múltiples proyectos: un soul acelerado cargado de guitarras, psicodelia y ese perfume retro que a estas alturas parece marca registrada por parte del cantautor. Sin embargo, con igual claridad es justo mencionar el que ninguna de las experiencias previas había logrado resultados tan notables como los obtenidos acá en compañía de sus Raconteurs, prueba de que en ocasiones incluso hasta el más talentoso puede potenciar sus ideas junto a una compañía adecuada. 

Ahora, independiente del bien logrado barniz setentero con que cuenta el álbum, cabe destacar en Help us stranger el como las canciones individualmente funcionan a la perfección. De hecho, la primera mitad del disco no tiene punto bajo. ‘Bored and razed’ da la partida metiendo acelerador a fondo con sus guitarras e incluso dejándonos con gusto a poco en su extensión para luego abordar el sonido en acústico, primero en versión rock con ‘Help me stranger’ (la canción) y luego en plan balada con la excelente ‘Only child’ (¡qué bien arreglada está!). Este ir y venir desde el frenesí a la calma volverá a reiterarse con la pasada por las inquietas ‘Don’t Bother me’, ‘Hey gyp (dig the show es)’  o ‘Sunday driver’ (otro joyita de rock afilado que esconde el disco) seguidas por la delicada ‘Shine the light no me’, marcada por el piano en esta ocasión o las absolutamente bluseras ‘Somedays (I don’t fell like trying)’ + ‘Now that you’re gone’

Finalmente, la última curva del álbum sin estar mal deja la sensación de visitar ciertos lugares comunes que me parece se los podrían haber ahorrado, ahí ‘Live a lie’ + ‘What’s yours is mine’ huelen a correcto relleno y no parecen estar a la altura del hermoso cierre que es ‘Thoughts and prayers’ (con la influencia de Robert Plant totalmente presente acá), que entre guitarras y violines acaba por dar término a un disco cohesionado y firme tanto en términos de sonido, producción como en el tema a tema. 

Fuerte y claro:  Help us stranger es de lo mejor que hemos oído venir de las manos de  Jack white en largo tiempo. Esto si que si. 

8 / 10
Excelente.



Otras reseñas de Jack White:
2018: Bourding house reach 
2014: Lazaretto 
2012: Blunderbuss

martes, 23 de julio de 2019

Adelantos : Slipknot + Korn


Buena semana para los amantes del añejo nu metal. Ya estamos cerca del lanzamiento del nuevo y sexto álbum de Slipknot : We re not your kind. Y si semanas atrás llegó a nosotros ‘Unsainted’ , primer adelanto del disco que para ser justos no proponía absolutamente nada nuevo, en las recientes horas recibimos el video de ‘Solway firth’, un verdadero corto de horror que la banda ha filmado y complementado con imágenes de una nueva serie de Amazon Prime Video titulada The boys. A diferencia del primer adelanto, cabe mencionar el que ‘Solway firth’ eleva un grado el índice de violencia en el sonido, suficiente como generar interés respecto a lo que podría llegar a nosotros el próximo 9 de agosto. 


Los norteamericanos de Korn también vuelven en este 2019, sin embargo, a diferencia de Slipknot a estos los tenemos con nuevo disco cada dos o tres años, por lo que el factor sorpresa en este caso tiende al mínimo. Sin ir más lejos, ‘You’ll never find me’ no aporta más allá de ser un tema de manual de la banda, con guiños clarísimos además al pasado en esa guitarra punzante que abre el tema y ese “I’m lost” que el eterno Jonathan Davis exclama en el cierre emulando la interpretación de su clásico ´Blind´. El 13 de septiembre tendremos nuevo disco (el número trece en su carrera) y quien sabe, quizás nos sorprenden..

jueves, 18 de julio de 2019

Memoriam : Requiem For Mankind (2019)

“En la cómoda línea del auto tributo...”

En las reseñas que escribí años anteriores, tanto para el debut For the fallen (2017) como para The silent vigil (2018), realicé mención al carácter de auto tributo que poseía la conformación de Memoriam, la banda compuesta por ex miembros de los míticos Bolt thrower. En ese sentido, la llegada de un tercer disco en un tercer disco año de existencia no debería cambiar demasiado el rumbo de los hechos, y así se ha confirmado. Fieles a su metal old school, con Requiem for mankind (vaya maravilla de portada por cierto) la banda sostiene lo trabajado durante estos años aunque si, mejoran la experiencia respecto a su antecesor. 

El asunto se debate por tanto entre temas que meten acelerador mediante un machaque incesante (muy bien ejecutado por cierto, que la experiencia se nota) como en la partida a cargo de ‘Shell shock’ + ‘Undefeated’ y temas que optarán por el peso bajando las revoluciones, como toda la pasada por ‘In the midst of desolation’ (que con su oscuridad figura como lo más interesante del álbum) + ‘Refused to be led’ + ‘Veteran’ . El resto es relleno, aunque del bueno. Una seguidilla de temas bastante dinámicos aunque claro, repiten las fórmulas una y otra vez (‘Never the victim’ con ‘Austerity kills’, por ejemplo, parecen ser la misma canción).

No hay sorpresas por tanto en este correcto Requiem for mankind aunque si cabe mencionar el que esta vez se han mostrado bastante más inspirados que en The silent vigil, entregándonos diez canciones completamente fieles a lo que son y que se dejan oír sin problemas.

6,5 / 10
Cumple y algo más...



Otras reseñas de Memoriam:

lunes, 15 de julio de 2019

The Black Keys : Let’s Rock (2019)

“La guitarra (inofensiva) como protagonista...”

Al grano: no me vengan con el cuento de que Let’s rock es “la vuelta a las raíces” de The black keys,  que no me lo trago, por más que los tipos nos lo traten de vender así, portada, promoción y título incluido. 

Y si, que es cierto que no encontraremos en estos casi cuarenta minutos de música arranques psicodélicos o edulcorados como los trabajados cinco años atrás (‘Weight of love’  o ‘Turn blue’, claros ejemplos) y que la guitarra ha vuelto a ser protagonista durante gran parte del trámite que esta vez nos proponen, pero vuelta a lo básico esto no es. Si quizás un grato punto medio entre los primeros álbumes de la banda y los afanes exploratorios alcanzados en 2014 con Turn blue.

Es así como nos encontramos acá con un conjunto de en su mayoría muy directas, con evidente sentido comercial (claro que si) y que pretenden generar gancho inmediato con el auditor. De esta forma ‘Shine a little light’ luce por su coro, ‘Eagle bird’ por su adictiva dinámica, en ‘Lo/hi’ disfrutamos ese exquisito subidón que aparece tras el puente, en ‘Get yourself together’ percibimos un clon de ‘Lonely boy’ mientras que el ‘Go’ esos “Ohhh ohh oh oh” no son otra cosa que una búsqueda de manual por el hit. De esta forma, ‘Let’s rock’ se construye como un álbum realmente disfrutable, donde las guitarras y sus riff dirigen constantemente el asunto y los temas más melódicos,  como ‘Walk across the water’ o ‘Sit around and miss you’ (con claros perfumes al clásico ‘Stuck in the middle with you’ de Steeler wheel) únicamente sirven como enlace entre aquellas canciones directas y otras más oscuras como ‘Tell me lies’ o ‘Breaking down’.

Ahora, si bien nadie podría negar que el álbum cumple en su afán de regalar un trámite ameno, este en su global se transmite en exceso inofensivo, con canciones que fluyen adecuadamente pero carecen de garra o explosión (‘Every little thing’, ‘Under the gun’ o ‘Fire walk with me’, casos patentes donde esta situación se evidencia), donde habitualmente se incluyen aplausos en los coros y los solos son en general tímidos, dando muestras de que el dúo se ha quedado a medio camino, como quien si hubiesen querido arriesgar pero sin que esto implique perder la popularidad ganada. 

La sensación final por tanto frente a Let’s rock es que este cumple pero se no posee la crudeza de los primeros álbumes de la banda, tampoco encuentra la lucidez compositiva de El camino (2011) y abandona las atmósferas íntimas de Turn blue (2014). Es decir, deja a la banda en tierra de nadie y en medio de todo.

5 / 10
Nada muy especial. 


Otras reseñas de The black keys:

sábado, 13 de julio de 2019

Abbath: Outstrider (2019)

“El buen metal no afloja...”

La historia de la música nos ha demostrado que no siempre el todo corresponde a la suma de las partes. Así, en innumerables ocasiones hemos  presenciado como la voz de una agrupación no es capaz de brillar en solitario así como tampoco una banda logra superar la traumática salida de su líder (¿Max Cavalera y Sepultura el caso más emblemático de todos?). El caso es que algo así era lo que esperábamos que ocurriese tras la ruptura entre Olve Eikemo (Abbath) e Immortal. Sin embargo, y para sorpresa de todos, el quiebre ha generado una sana (?) competencia entre las partes que en esta ocasión ha desembocado en una seguidilla de excelentes álbumes de grandioso black. Y si bien en 2016 tuvimos a Abbath debutando de manera correcta, fue la aparición de Northern chaos gods (2018) de Immortal la que “obligó” al buen Olve a tomarse el asunto en serio y situarse a la altura de las circunstancias. El resultado se resume en los casi cuarenta minutos de música que dan cuenta de un nivel de altísimo por parte del guitarrista y compositor.

Nos encontramos de esta forma con un álbum violento y extremo, nueve canciones dispuestas a no dejar títere con cabeza. Dicho en simple: si te gusta el black y su mal rollo, este disco lo vas a gozar. Basta de hecho darle play a ‘Calm in ire (of a hurracane)’, con sus épica partida y estructura creciente que se enciende segundo a segundo, para verificar que el asunto viene en serio. De ahí en adelante nos encontraremos con una pasada de temas veloces y afilados como ‘Brigde of spasms’ (con esos singulares graznidos de Eikemo), ‘The artiflex’ y el (brillante) single ‘Harvest pyre’ (desde ya, una de las grandes canciones que nos dejará 2019). Pasando por el nudo del álbum, ‘Land of Khem’ comenzará a marcar ciertas pausas las cuales se volverán carne en ‘Outstrider’(la canción), que sus aires setenteros y stoner es la única canción del álbum que escapa a la regla, para prontamente retomar la velocidad en la efectiva recta final.

Claramente Outstrider no llega para inventar la rueda ni nada parecido sino más bien para volver a dar señales respecto a lo cómodo que Abbath se encuentra fuera de Immortal y donde no parece entregar señal alguna de agotamiento. 

7,5 / 10
¡Muy bueno!



Otras reseñas de Abbath:

lunes, 8 de julio de 2019

Thom Yorke: Anima (2019)

"Reincide y triunfa categóricamente..."

En la línea de lo que vienen siendo sus trabajos desde hace un buen tiempo a la fecha, Thom Yorke vuelve en este 2019 con el que oficialmente cuenta como su tercer álbum en solitario, aunque el hombre ha colaborado en múltiples proyectos durante esta década además del par de discos editados en Radiohead. El caso es que si unos años atrás lo oímos muy alejado de las melodías y entregado por completo al uso de la electrónica + maquinitas varias en el monótono Tomorrow's modern boxes (2014), álbum que en lo personal me aburrió soberanamente y me llevó a temer lo peor ante esta nueva entrega, grata ha sido mi sorpresa al constatar el buen nivel que exhibe Anima, un disco por sobre todas las cosas: atinado. Y es que si bien nos encontramos a lo largo de estos casi 50 minutos de música con los (ya) clásicos pasajes de Yorke centrados en ambientes regulares también logramos identificar un crecimiento enorme en el trabajo de cada una de las piezas aquí entregadas, como si todos los errores cometidos en su antecesor hubiesen sido corregidos en esta ocasión.

Uno de los desafíos a la hora de componer música electrónica es el que esta no suene fría y distante, que emocione y transmita pese a no contar con instrumentos en sus arreglos. Aquel escollo el mismo Yorke supo en algún momento de su carrera junto a Radiohead enfrentar de manera brillante, me refiero obviamente a ciertos pasajes desarrollados en la era Kid A / Amnesiac, para luego en discos posteriores ir experimentando cada vez más, siendo The king of limbs probablemente el trabajo más Thom Yorke en toda la carrera de los británicos. A estas alturas del partido no resulta una locura el afirmar que el vocalista maduró sus influencias y fascinaciones electrónicas primero al interior de su banda madre para poco a poco ir exportándolas hacia su carrera en solitario. 

Y de todo aquello nos habla musicalmente Anima. La estructura regular de 'Traffic' que lentamente avanza hasta desencadenar una descarga final que nos la imaginamos gustosos en vivo, los característicos juegos vocales que se desarrollan en medio del caos que regala 'Last I heard (... he was circling the drain)' o los loops constantes de 'Twist' dan cuenta de una claridad enorme por parte de Yorke para trabajar su ya característica electrónica con toques hipnóticos. 

Acercándose al nudo del disco aparecerá 'Down chorus', un relato emocional de aquellos que Yorke incluso ha entregado junto a Radiohead (muy a lo 'Daydreaming') para luego retomar el trabajo de ambientes, centrado en las percusiones primero en 'I am a very rude person' para así encontrar el momento más brillante del álbum, aquel compuesto por la maquinal 'Not the news' y la bailable (a la Yorke claro está) 'The axe', en lo que me parecen los diez minutos mejor logrados del trabajo y si es que no de la carrera en solitario del compositor (quizás comparables con el nivel exhibido en las tres primeras de Eraser, su debut en solitario de 2006). En el cierre aparecerá 'Impossible knots' que va muy bien guiada por un bajo + platillos y la robótica 'Runwayaway', la única que se percibe como un exceso de monotonía en un disco que creo podría haber cerrado perfectamente cinco minutos antes de manera impecable. 

Si en 2006 Thom Yorke debutaba en solitario con un sólido y reconocido The eraser, el cuál olía a Radiohead en todos sus rincones (de ahí las buenas críticas recibidas), hay que darle el que casi quince años después acabe por entregarnos un álbum que funciona en direcciones absolutamente opuestas. Sin la presión de tener que meter melodías reconocibles en sus discos el inglés ha sabido valientemente salirse con la suya, porque donde cinco años atrás nos hizo dudar esta vez ha triunfado absolutamente. 

7,5 / 10
¡Notable!


Otras reseñas de Thom Yorke:
2014: Tomorrow’s modern boxes
2013: Amok (Atoms for peace)

Otras reseñas de Radiohead:
2016: A moon shaped pool 
2011: The king of limbs
1995: The bends

jueves, 4 de julio de 2019

Darkthrone: Old star (2019)

“Fórmula probada pero efectiva...”

¡Pero que gusto! Que buen disco han sacado estos noruegos, aunque claro, siempre ubicando este Old star en el contexto de lo que viene siendo Darkthrone desde hace un buen tiempo a la fecha. Lejos, muy lejos de sus inicios (y que hicieron historia) ligados al black metal, lo de este dúo desde más de una década atrás fue mutando hacia un metal mucho más directo, con elementos ligados al punk y un sonido que tiende a centrar su machaque en torno a un riff constante, envolvente y repetitivo. En ese sentido, las seis canciones que entregan en esta ocasión sostienen la dirección marcada en su anterior entrega, Arctic thunder (2017), y si bien no sorprenden en absoluto, si dan muestras de un sonido manejado a antojo a estas alturas por Fenriz y Nocturno culto. 

De esta manera, desde un comienzo el asunto muestra con claridad por donde irán los tiros. ‘I muffle your inner choir’ es un verdadero murallón de guitarra + batería incontestable que recién tras tres a cuatro minutos regala una pausa para dar dinámica a la estructura. La jugada es notable. Más adelante esta fórmula se repetirá de manera casi idéntica en ‘Duke of gloat’, obteniendo resultados similares y siendo estas dos las únicas del conjunto que apostarán directamente por la velocidad. 

Mucho más oscura se percibirá ‘The hardship of the scots’ aunque en esta ocasión la estrategia funcionará a la inversa, el tema abrirá sobre un tiempo lento para a los cuatro minutos acelerar, esto a diferencia de ‘Old star’ que es totalmente monótona y regular (más corta en su duración por tanto). El factor común, sin embargo, será siempre el peso de un sonido que todo el tiempo gira en torno a un riff marcado y reconocible. Entrando en la recta final nos encontraremos con ‘Alp man’ es puro doom. Densa, setentera incluso, sostiene prácticamente toda su estructura y relato sobre una guitarra que pesa toneladas, para finalmente cerrar con los siete minutos de ‘The key is inside the walls’, otra donde la fórmula se hace evidente con un dúo que juega a placer con los tiempos. 

En contra podríamos afirmar el que para quienes vengan siguiendo desde tiempo atrás la carrera de Darkthrone, esté buen Old star no representa nada realmente nuevo en relación a lo entregado dos años atrás en Arctic thunder, sin embargo, a favor cuenta el que si bien la fórmula es similar, esta ha sido pulida y mejorada para esta ocasión,  y donde su antecesor se volvía algo difícil de seguir acá han sabido incorporar temas veloces y acortar la cantidad de canciones a modo de volver más llevadero el asunto. Nada falta ni sobra en estos 38 minutos de música, lo cual tras treinta años de carrera no es poco decir.

8 / 10 
¡Excelente!

miércoles, 3 de julio de 2019

Firespawn : Abominate (2019)

“Víctimas de las expectativas ...”

Estaba difícil. Y es que el nivel exhibido por este supergrupo sueco en The reprobate (2017) dejó las expectativas tan arriba que el desafío previo a este Abominate no era menor. En ese afán la banda ha intentado estar a la altura, entregando sin duda un álbum correcto y que es fiel a la fórmula death que ta bien supieron desarrollar en su anterior entrega, sin embargo, en esa misma línea cabe mencionar el que esta vez han sucumbido ante la inevitable comparación.

Basta dar play a la partida a cargo de ‘The gallows end’ para sentir que algo aquí no acaba de cuajar. La fiereza del sonido está pero por más que escuches y escuches el tema, falta el gancho. Y si bien el asunto tiende a mejorar con ‘Death and damnation’, la cual mete el pie en el acelerador y regala buenas dosis de brutalidad, rápidamente el asunto volverá a bajar los tiempos y caer en la monotonía en la pasada por ‘Abominate’ + ‘Heather blood’. De esta forma el disco continuará un andar que en ciertos momentos acertará (‘The great one’, por ejemplo, se luce con esa exquisita aceleración que vive pasando el minuto y medio) pero en general funcionará de manera irregular, centrándose demasiado en aspectos técnicos y no tanto en que las canciones entreguen algo fuera de lo esperado. En la recta final el asunto no cambiará mucho su corriente, regalando un buen momento en ‘The hunter’ pero empantanándose en el galope de ‘Godlessness’ + ‘Blind kingdom’, temas que sin estar mal entregan un marcado “más de lo mismo” con una banda en total piloto automático.

No está mal Abominate, el tercer álbum de Firespawn entrega a goteos gratas dosis de metal, sin embargo, durante parte importante de su trámite el disco no ha estado a la altura esperada y le ha faltado algo de inspiración.


6,5 / 10
Cumple y algo más...


Otras reseñas de Firespawn:

lunes, 1 de julio de 2019

Madonna : Madame X (2019)

"Elegancia incontestable..."

Tiene sentido el que tras un álbum tan correcto (en un buen sentido) como Rebel heart, donde Madonna se concentró en la búsqueda de buenas melodías (y vaya que las encontró), regalándonos varias de sus mejores canciones e interpretaciones en años ('Living for love', 'Ghosttown', 'Heartbreak city', 'Wash all over me', claros ejemplos), la polifacética vocalista decidiese en este 2019 situarse en otro lugar, uno mucho más político y ácido, uno que musicalmente sacrifica estructuras amigables en pro de un mensaje dicho fuerte y claro. Y si bien lo primero que conocimos de este Madame X fue la extraña colaboración de Madonna con el colombiano Maluma en 'Medellín', rápidamente el disco girará hacia otro lugar, ahí 'Dark ballet' + 'God control' + 'Future' emergen como focos claros dentro del álbum, con una Madonna empapada en auto-tune (protagonista absoluto también en el disco, hay que decirlo) que lanza mensajes directos hacia el poder político ("todos saben la maldita verdad / el Estado mintió, perdimos el respeto / cuando despertemos, ¿qué haremos?"). Aparecen acá, sin embargo, dos problemas. El primero es la absoluta falta de coherencia entre la colaboración con Maluma y los 15 minutos siguientes, y el segundo es la total ausencia de gancho y melodía en las tres mencionadas, con pasajes y quiebres que por momentos realmente cuesta seguir. 

La ausencia de melodías gancheras en el primer cuarto de hora seguramente representarán un muro infranqueable para gran parte de la audiencia, pero quienes sigan ahí encontrarán momentos más cercanos en todo lo que sonará a continuación, ahí la mixtura entre sonidos tribales y bases electrónicas de 'Batuka' convencen (aunque el abuso de auto-tune me tiende a matar la magia), el acústico y las delicadas/atinadas líneas en portugués de 'Killers who are partying' se conectan sin problema alguno con el momento melódico por excelencia del álbum: la pasada por 'Crave' + 'Crazy', de lo mejor del disco sin lugar a dudas. Hay que darle por tanto a Madonna el que haya sido capaz de construir un disco que pese a lo arisco que se muestra en un inicio logre ir creciendo al punto de ponernos de rodillas tras seis o siete piezas. 


No bajará en absoluto el nivel con la delicadas 'Come alive' + 'Extreme occident', marcadas por el sutil trabajo de percusiones y mejorará más aún con la pasada latina que entrega la sabrosa 'Faz gostoso' (donde colabora con la brasileña Anitta) seguida de 'Bitch, I'm loca', una nueva (y otra vez poco lograda) colaboración con Maluma. En el cierre, el pop con aires a 'Vogue' de 'I don't search I find' , la plegaria que es 'Looking for mercy' y el cierre a cargo de 'I Rise', una canción más de superación por parte de una Madonna que con Madame X acaba encajando un álbum que va de menos a más. 

Sobran las colaboraciones forzadas con Maluma (puestas ahí con evidentes intenciones de restarle dramatismo a un álbum en general de tono oscuro), y también toda esa primera parte del disco es en exceso pesada, sin embargo, hay que darle a Madonna el que tras tantos años continúe proponiendo arte. Si cuatro años atrás muchos pensamos que con Rebel heart la vocalista había tocado techo, pues a callar, que las ansias de expresar y reinventarse han podido más...

7 / 10
Muy bueno.


Otras reseñas de Madonna: