Mostrando entradas con la etiqueta Terry Date. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Terry Date. Mostrar todas las entradas

lunes, 21 de marzo de 2022

30 Años De... Pantera: Vulgar Display Of Power (1992)

 "Golpe histórico..."

Los noventa dieron para todo y mirado a distancia es increíble constatar el como se abrieron puertas tanto en el mundo del pop como en el rock para acercar la música a nuevas audiencias. Dentro del metal, Metallica hizo lo suyo con su álbum negro, haciendo historia con mayúsculas, camino que también intentó abrazar Megadeth en su momento y tantos más, entre ellos: Pantera. Los de Texas venían de unos años ochenta marcados por el glam metal y donde su sonido era una especie de mixtura entre Kiss + Judas priest, con álbumes como Metal magic (1980), este con una de las portadas más sonrojantes en la historia de la música, Projects on the jungle (1983) y I am the night (1985) como exponentes. Terminando la década se incorporaría Phil Anselmo en las voces y las cosas comenzarían a cambiar, primero llegó un Power metal (1988) que avanzó hacia el hard rock para luego realizar el giro definitivo mediante el histórico Cowboys from hell (1990), el álbum con el que Pantera abandona el glam y se lanza hacia sonidos más duros que llegan para cambiar definitivamente la carrera de la banda, con nuevo sello discográfico además y producción a cargo del gran Terry Date.

Y bueno, dada la recepción obtenida por Cowboys from hell, donde la banda incluso tanteó terreno en áreas más comerciales mediante la gloriosa balada 'Cemetery gates', para un siguiente trabajo caía de cajón el profundizar la fórmula, que es lo que hacen en Vulgar display of power, abrazando definitivamente el groove metal y entregando uno de los trabajos más influyentes en la historia del metal. 

El álbum abre con un golpe que le hace honor a la portada,  'Mouth for war' de inmediato da muestras del poderío de los hermanos Abott, con Vinnie Paul en batería + Dimebag Darrell en guitarra siendo uno, y un Phil Anselmo agresivo en su punto en las vocales. El buen tino del álbum y el aporte de Terry Date aparece en las vueltas que la banda sabe entregarle a la estructura de una canción como esta, como lo que hacen hacia el cierre acelerando (3:07 en adelante), dando muestras del hambre que tenía Pantera por encontrarle el punto a la fórmula. A esta genialidad le seguirá una bajada de revoluciones, más no de intensidad, con 'A new level' y ese himno incontestable e inolvidable que es 'Walk', un clásico de proporciones que no necesita mayor presentación. 


En la idea de armar un disco diverso (mano de Terry Date... again) sonarán las violentas 'Fucking hostile', con Phil Anselmo dejándose la garganta en ese impresionante cierre, y 'Rise', entre las cuales aparecerá una oscura balada como 'This love', que persigue lo que 'Cemetery gates' fue en Cowboys from hell, aunque sin lograr el mismo impacto al redundar demasiado con el coro + riff. 

Ahora, siendo fieles a la verdad, la grandeza de un álbum como Vulgar display of power radica en el que Pantera logra dar con la llave que por aquellos años permitía acercar el metal a nuevos oídos, lo cual ya habían anticipado un par de años atrás y refuerzan acá con toda la primera mitad del disco, sin embargo, la Cara B de este resulta bastante olvidable. No es mala, pero deja la sensación de que lo mejor (o lo que se tenía por mostrar) fue entregado en la primera media hora de álbum. 

Finalmente, más que por ser un disco redondo (como si serían Painkiller de Judas priest o mismo disco negro de Metallica), la relevancia de este trabajo se encuentra en el impacto que generó, siendo pieza clave el metal que se desarrollo a fines de los noventa y posteriores dos mil. Hay mucha música que jamás habría sonado como sonó si no fuese por Vulgar display of power (y también Sepultura, digámoslo) y eso quedará siempre ahí, escrito con letras doradas en la historia.

¿Canciones? 'Mouth of war', 'Walk', 'Fucking hostile'.

8/10
Excelente.


Otras reseñas de Pantera:

Otras reseñas de Phil Anselmo:

miércoles, 7 de octubre de 2020

Deftones : Ohms (2020)

 "Lugares comunes (muy) bien desarrollados..."

No cabe duda de que la pasada por White pony (2000) significó una experiencia tremendamente motivante en lo creativo para Deftones, quienes a partir de entonces generaron disco a disco una búsqueda que expandiese su rango musical, conservando siempre un componente agresivo en su sonido pero matizándolo con elementos connotadamente emocionales, marcados por esas características capas de riffs, oleadas de guitarras, y un tino melódico constante, donde Chino Moreno ha podido volcar claramente sus múltiples influencias. Ahí un disco como Saturday night wrist (2006) no para de agigantarse con el paso del tiempo mientras que la pasada por Diamond eyes (2010) + Koi no yokan (2012) dejó la sensación de haber acotado y pulido la fórmula. Hasta ahora la entrega más reciente había sido Gore (2016), un álbum en donde claramente intentaron escapar por momentos del camino y demostrar que aún había algo más por decir, sin embargo, no siempre se puede mirar hacia adelante y hay ocasiones en donde lo importante es simplemente no retroceder. Todo parece indicar que así también lo entendió la banda por lo que para este 2020 decidieron volver a trabajar con Terry Date, viejo amigo y productor de sus primeros cuatro discos, en una clara señal por querer recuperar dicha esencia.

Dicha señal se confirma cuando escuchamos los diez temas que componen Ohms, un álbum que en términos de producción vuelve a colocar a las guitarras de Stephen Carpenter en el centro y a ecualizar bien el asunto (¡gracias Terry!) e intenta recuperar fuerza en todas sus canciones pero claro, conscientes siempre del camino recorrido, por lo que no hacen el ridículo intentando volver a los tiempos de Adrenaline (1995) o Around the fur (1997) sino más bien mostrar una versión potente y madura de la banda. En ese sentido hay que ser claros en los conceptos: quienes hayan querido ver en Ohms alguna especie de conversión se están dejando llevar por la emoción pues el álbum no entrega nada realmente novedoso sino más bien continúa puliendo la fórmula que la banda venía desarrollando hasta 2012. ¿O acaso no se puede emparentar el sonido de canciones como 'Leathers' o 'Tempest' (de Koi no yokan) con esta nueva 'The link is dead' (por mencionar un ejemplo evidente)? Absolutamente. 

Nos encontramos así frente a un disco que desde un inicio intenta desprender un mal rollo, con 'Genesis' vomitando riffs y un Chino Moreno que hace lo suyo oscilando entre gritos furibundos y gemidos varios. Es una partida de mucho peso pero que rápidamente bajará las revoluciones con 'Ceremony' (Moreno en voces aquí está notable) seguida de 'Urantia'. Ahí, en sus primeros quince minutos el disco muestra sus armas e intenciones, el de los lugares comunes bien desarrollados, algo que más adelante volverá a expresarse en una canción como 'Pompeji', donde se apuntará a ese avanzar lento y espeso entre guitarras que viene caracterizando el sonido de Deftones desde hace al menos una década. En otra cara de la misma moneda, Ohms entregará espacio a pasadas más agresivas, como lo que ocurre en la ya mencionada 'The link is dead', donde el filo de la banda se muestra intacto con Chino Moreno nuevamente mostrando credenciales enormes en las estrofas para luego apuntar a lo melódico en los coros (está muy bien en todo el disco, hay que decirlo), realizando un contraste notable, o en 'Radiant city', que si me dicen que fue grabada en 1997 me la creo. 

En un álbum que claramente recupera y potencia todos los elementos característicos de Deftones, la guinda de la torta viene dada por aquellas canciones que  intentan ir un tanto más allá de lo obvio, esto funciona a la perfección en el nudo del álbum cuando suenan 'Error', que recuerda muchísimo el sonido abrasivo de Saturday night wrist, seguida de 'The spell of mathematics', donde la banda definitivamente desestructura su sonido con maestría. En el cierre del álbum lo volverán a intentar en 'Headless' (aunque con resultados de menor nivel) para finalizar todo con 'Ohms' (la canción), que acaba en una línea muy similar a la que entregó 'Genesis' en la partida, un medio tiempo correcto muy marca de la casa que en el cierre acelera dejándonos incluso con ganas de más...

Ohms es la banda en versión actual exprimido al máximo. Un álbum que te gustará si te gusta Deftones, así de simple. Más allá de uno que otro guiño, no descubren nada en su sonido ni tampoco lo intentan, más bien se concentran con ayuda de Terry Date en recuperar un filo que en 2016 pareció extraviarse y potenciar sus habilidades lo mejor posible. El punto es que lo logran. Suenan potentes, agresivos y emocionales, como hoy muy pocas bandas pueden llegar a sonar. 

7,5 / 10
¡Muy bueno! 


viernes, 17 de julio de 2020

20 Años De... Deftones: White Pony (2000)

"Diferencia abismal respecto a su generación..."

A la hora de mirar la historia de la música de los últimos treinta años, digamos post Nevermind de Nirvana (el disco que indudablemente cambió todo), hay álbumes que aparecen como claves. White pony de Deftones es uno de ellos. Cabe recordar que los de Sacramento ya habían impactado la escena gracias a la dupla Adrenaline (que en septiembre cumple 25 años de existencia, seguro que habrá reseña de aniversario por acá) + Around the fur (1997), los cuales dejaron singles como 'Bored', 'My own summer´ o la extraordinaria 'Be quiet and drive (Far away)' en las mentes de los adolescentes de aquellos años, sin embargo, digámoslo claro: para fines de siglo Deftones no dejaba de ser "otra banda más" en la movida nu metal, una muy especial eso si, dueña de un sonido agresivo, afilado, atrevido y con claros momentos emocionales, pero una banda más al fin y al cabo.  Y bueno, el disco que llegó para cambiar aquello, que distanció a Deftones de todos sus pares generacionales fue White pony, su tercer y consagratorio trabajo. En este, todos los elementos que se habían insinuado en sus antecesores florecen y se elevan a su máxima potencia mediante un conjunto de once canciones que funcionan como un continuo perfecto dejando esa exquisita sensación de que acá "nada sobra ni falta". 

De esta forma White pony, título que realiza una evidente referencia a la cocaína, sostiene lo que funcionaba en su anterior trabajo, ese tándem emocional/agresivo tan característico de canciones como 'Lhabia', 'Mascara' o 'Around the fur', pero complementa con jugadas más experimentales y centradas en atmósferas tan oscuras como íntimas, con líricas marcadas por la desfachatez + referencias sexuales por montón y una sensibilidad que desborda el sonido del disco en todo momento. Para esta tarea, la labor de Chino Moreno resulta esencial, quien en 2000 ha perdido parte de su registro más "metal" por lo que recurre a una serie de trucos y oscilaciones vocales para interpretar, los cuales acabarán por dividir aguas entre quienes no soportan su manera de cantar y quienes lo adorarán por el resto de su carrera. 

El álbum abrirá con todo. Un afilado riff + redobles y entra 'Feiticeira', de sonido por momentos asfixiante, con un Moreno que juega a contramano de los arreglos, vocalizando melodías mientras suenan punzantes guitarras (Stephen Carpenter está enorme en todo el álbum) y marcada batería. La jugada resulta fascinante y se volverá a visitar más adelante en canciones como 'Street carp' o 'Knife prty', con una banda que maneja los contrastes de su sonido a placer. En otra arista, una más más agresiva y que conectará con sus inicios en Adrenaline, sonarán 'Elite' o 'Korea', mientras que existirán otros momentos en que el disco se sumergirá por completo en la oscuridad de su sonido, ahí el medio tiempo 'Rx Queen' destaca con luces propias y ni hablar de 'Change (in the house of flies)', una pieza increíble, un verdadero pantano sonoro que explota todo lo que Deftones ya había insinuado años atrás en 'Be quiet and drive (far away)' pero llevándolo a una nueva dimensión, con una letra que reflexiona en torno a una relación tóxica y lo que implica haber anulado a una pareja en el desarrollo de esta ("Te he visto cambiar / Ahora te sientes tan viva / Como si nunca hubieses tenido alas...").


Por si todo lo anterior fuese poco, el disco cuenta con algunos pasajes donde la banda experimenta con las atmósferas, como ocurre con la exquisitamente erótica 'Digital bath', que en palabras de Chino fue el tema que convenció a la banda de estar grabando algo realmente bueno, o en la fantástica 'Passenger', dura y golpeada en su sonido, con una notable e histórica participación de Maynard James Keenan en vocales. Finalmente, el álbum cerrará sus caras A y B con parones muy singulares, primero con la desnuda balada acústica/electrónica 'Teenager' y luego con 'Pink maggit', que tras unos minutos de absoluta tranquilidad acabará entre explosiones múltiples. 

Párrafo aparte merece la historia de 'Back to school', una canción que Deftones tuvo que entregar a partir de una petición expresa por parte del sello discográfico, el cual al no encontrar singles inmediatos en el disco solicitó a la banda la grabación de una canción más comercial. Luego, tras el éxito obtenido, 'Back to school' fue incorporada como apertura de White pony en ciertas ediciones (sin ir muy lejos, en Spotify aparece como "tema 1") pese a no tener absolutamente nada que ver con el álbum, desenfocando incluso la promoción de este (existió gente que se alejó del disco a causa de esta canción), al punto de que Chino Moreno a día de hoy continúa refiriéndose a ella como "un error".

El resto, sin embargo, las otras once, resultan ser una experiencia fascinante de comienzo a fin. A veinte años de su publicación White pony continúa siendo referente en materia musical contemporánea, un trabajo perfecto, producido de manera impecable por Terry Date (quien antes había trabajado con Pantera y Soundgarden, además de los mismos Deftones, claro) y desde donde debió re orientar su carrera para futuro. Un neo clásico absoluto. 

10 / 10
Obra Maestra.


Otras reseñas de Deftones: