domingo, 29 de enero de 2023

The Cult: Under The Midnight Sun (2022)

 "Melódico, oscuro y dramático..."

Por sobre cualquier otra cosa, The cult siempre han sido una banda de guitarras y elegancia. Ian Astbury nunca ha sido un gran vocalista, de hecho es más bien incorrecto, rozando la desafinación constantemente, Billy Duffy tampoco un eximio guitarrista, pero tiene estilo y suena punzante, el caso es que desde sus inicios, allá por mediados de los años ochenta, estos ingleses supieron confabular un sonido característico, de guitarras directas pero que sabían coquetear con el gótico. Pues bien, todo aquello ha sabido entre idas y vueltas sostenerse en el tiempo, lo trajeron de regreso en el eléctrico Hidden city (2016) y seis años más tarde lo tenemos en este Under the midnight sun, en versión algo más sosegada si pero igual de madura y convincente. 

Abren de hecho de manera no tan directa como de costumbre mediante 'Mirror', con un slide que marca el paso y una atmósfera que va construyéndose, siendo esta una tendencia a lo largo del álbum, un trabajo que coloca sus fichas en la generación de ambientes tan melódicos como dramáticos y en una producción cruda como de costumbre. Lucirán en la lista cosas como 'A cut inside' o la excelente 'Give me mercy', así como la intensa 'Impermanence', todos estos temas jugarán con el estrofa  + puente + coro efectivo aunque con unos toques de oscuridad precisa que convencen completamente. Ahora, se sumarán a estos momentos otros donde la teatralidad se tomará el sonido, como en 'Outer heaven', los seis minutos de 'Knife through butterfly heart' o en el excelente cierre a cargo de 'Under the midnight sun'.

Ocho canciones en poco más de media hora para un álbum que no tiene desperdicio ni relleno y da muestras de una banda que pese al paso del tiempo continúa con algo que decir, aunque el mundo no se entere...

¿Canciones? 'Give me mercy' y 'Impermanence'.

8 /10
Excelente.

sábado, 28 de enero de 2023

The Smashing Pumpkins: ATUM - Act I (2022)

 "Indefendible..."

Aún con sus pocos altos y bastantes bajos, debo ser de los pocos defensores de la etapa post 2010 de Billy Corgan usando la marca (su marca) The smashing pumpkins. Siendo preciso, a una década de distancia un disco como Oceania (2012) me sigue pareciendo un trabajo sólido (el último buen disco de Corgan a día de hoy), digno sucesor de aquel sub valorado y más que correcto Zeitgeist (2007). Y si bien los posteriores Monuments to an elegy (2014), Shiny and Oh so bright, Vol 1 (2018) y Cyr (2010) lucieron todos como verdaderos manotazos de ahogado por parte de un compositor cada vez más ensimismado, de todas maneras en cada uno de ellos podías encontrar algo a lo que aferrarte, algunas canciones que te invitaban a creer que la chispa creativa seguía ahí. Esto de ATUM, sin embargo, ya no hay por donde agarrarlo. Cuarenta minutos para el olvido que suponen ser el inicio de una trilogía (serán treinta y tres canciones en total, así que agárrense) que Corgan anticipó como una continuación tanto del mítico Mellon collie and the infinite sadness (1995) y Machina: The machines of god (2000). Ok Billy, Ok...

El álbum abre con un instrumental (si esto iba a jugar a ser Mellon collie no podía ser de otra forma) insípido a más no poder y tras el cual sonarán una serie de canciones que por lo general insisten en el camino trazado por el antecesor Cyr, es decir, un coqueteo constante con la electrónica aunque carente de toda magia. Algo interesante se percibe en la electrónica de algo como 'Embracer', así como en 'Butterfly suite', donde Corgan acierta con la melodía pop y parece tener algo que decir musicalmente, más todo lo demás luce lamentable, dejándonos indiferentes en cosas como With ado I do' o 'Hooligan', aburriéndonos en 'Where rain must fall' (espantosa esta, un ladrillo) o sonando derechamente ridículos en 'Hooray'. Todas estas complementarán con pasadas un tanto más rockeras (?) aunque sin filo alguno, me refiero a 'The good in goodbye', 'Steps in time' o 'Beyond the vale', canciones que no están mal, es más, todas cuentan con una producción acertada (de la mano de, por supuesto, el mismísimo Billy Corgan) y vueltas de tuercas atractivas en sus respectivas estructuras, sin embargo, la falta de agresividad, incluso la pasión, lo cual no hace sino verificar que cuando Corgan hoy toma la guitarra tiene poco y nada que añadir a su repertorio. Y es que el rock compuesto con manual pierde demasiado y eso le pasa a este disco. Las ideas estaban, más no la garra y el hambre.

La primera parte de ATUM no es más que otro proyecto en solitario de William Patrick Corgan usando la marca, uno más en la lista, solo que esta vez realmente poco inspirado, un álbum tedioso e incluso triste compuesto por un tipo desesperado por volver a ser relevante, un hombre que evidentemente se percibe más genial de lo que realmente es. Y por cierto: paren de mentir, James Iha NO ESTÁ en la banda, es solo un invitado a las presentaciones en vivo.

¿Canciones? 'Butterfly suite' y 'Embrace'.

martes, 24 de enero de 2023

Jack White: Entering Heaven Alive (2022)

"La cara reflexiva de una misma moneda..." 

Había prometido un regreso en partida doble post pandemia y así ha sido, en 2022 Jack White nos regaló un eléctrico, diverso y creativo Fear of the dawn para tres meses más tarde compilar en otro álbum su arista más folk/country mediante este Entering heaven alive, un disco bastante monocorde respecto a su antecesor, que deja de lado la guitarra eléctrica para abordar sonidos acústicos y calmos, colocando al sentimiento al servicio de estos. 

En esta línea, el álbum es una suerte de verborrea que, como suele ser costumbre en la discografía de White, roza el notable con momentos inspirados y otros no tanto. Abrirá de manera soberbia con 'A tip from you to me', yendo al piano en esta, tal como también hará en 'Help me along' (absolutamente McCartney en la interpretación), en medio de un disco que reflexionará constantemente en soledad, ya sea declarando su amor en la distancia en 'All along the way' ("Dijiste: volveré antes de que tu café se enfríe / Así que hago lo imposible por seguirte en la oscuridad, cada día") o en total confusión en 'Love is selfish' ("Estoy en un tren pero no me quedaré en los rieles / Tengo un bote con su nombre, pero no se navegar..."). 

Mucho más experimental (y exquisita) sonará 'I've got to surrounded (with my love)' , que es además la más eléctrica en todo el conjunto, la cual dará paso a una segunda mitad algo más monótona y donde los lugares comunes tienden a sucederse, digamos, algo que le suele suceder en cada uno de sus álbumes. El trabajo cerrará el círculo de manera conceptual con una versión acústica de 'Taking my back', que fue la que abrió Fear of the dawn, marcándonos así que ambos álbumes representan dos caras de la misma moneda, una más eléctrica y desatada, otra acústica y reflexiva. Como sea, el experimento se agradece, con sus bemoles, Jack White continúa sonando personal, convincente e intransigente.

¿Canciones? 'A tip from you to me', 'Help me along' y 'I've got to surrounded (with my love)'

7/10
Muy bueno.


Otras reseñas de Jack White:

miércoles, 18 de enero de 2023

Imperial Triumphant : Spirit Of Ecstasy (2022)

 "Extremo, caótico y desafiante como pocos..."

En tiempos donde la creatividad va de capa caída, una banda como Imperial triumphant luce como un verdadero oasis en el desierto. Ocho canciones son las que nos ofrecen en esta ocasión en casi una hora de música, más que suficiente considerando el que cada una es un mundo en si misma. Nuevamente están acá con un álbum complejo, denso y desafiante, un trabajo marcado por su sonido extremo y caótico, dispuesto a jugar con los tiempos y sonoridades como pocos hoy son capaces de hacer. 

Basta darle play a 'Chump change' para captar por donde va esto, ocho minutos de absoluta tensión con dos secciones violentas interrumpidas por un parón de treinta segundos en donde los instrumentos apenas se asoman. A esta le seguirá la fantástica 'Metrovertigo', que es un vómito de caos e intensidad, entre alaridos y lamentos. Tenebrosa es decir poco. En adelante, esta tendencia a las canciones con segmentos violentos intercalados por un relato instrumental y "calmo", volverá a repetirse a lo largo del álbum, logrado de manera magistral en algo como 'Tower of glory, city of shame'.

Uno de los grandes momentos del disco llegará con la excelente 'Merkurius gilded', donde el desate se ve complementado por la frenética aparición del mismísimo (¿están sentados?) Kenny G (si, como leyeron), quien acompaña a su hijo Max Gorelick (este en guitarra), en una pieza que es una verdadera locura. 'Death on the highway' debe ser la que mayor presencia de un death clásico posee dentro del álbum (sobre todo en su recta inicial), en 'In the pleasure of their company' el jazz fusión será elemento característico mientras que ya en la recta final 'Bezumnaya' se la jugará por el desarrollo de atmósferas tétricas en base a relatos, armando de esta forma un cóctel absolutamente imprescindible para quienes valoran la creatividad en tiempos donde todo parece recurrir a fórmulas del pasado.

El único pero que podría achacarse a un trabajo como Spirit of ecstasy es que de cierta forma lo esperábamos tras lo que fue Alphaville (2020), eso por buscarle algo a un álbum extraordinario en el amplio sentido de la palabra, de la mano de uno de los proyectos más fascinantes que nos está dejando la década.

¿Canciones? 'Metrovertigo', 'Tower of glory, city of shame' y 'Merkurius gilded'.

9,5 / 10
Brillante.


Otras reseñas de Imperial Triumphant:
2020: Alphaville

viernes, 13 de enero de 2023

The 1975: Being Funny In A Foreign Language (2022)

 "Controlados y domesticados..."

Tras una sucesión de álbumes tan notables como extravagantes, discos en donde cupo todo y funcionaron en múltiples direcciones, tal parece que a Matthew Healy le ha llegado el momento de calma. Serán sus treinta y tres o quien sabe que, pero en 2022 sus 1975 han regresado con el álbum más contenido en su carrera, un disco de manual, compuesto por once canciones que en cuarenta y tres minutos se la juegan por una dirección clara, concreta y compacta.

Los ingleses por tanto han decantado por un disco "de canciones". Bien construidas, bonitas, melosas y arregladas con cuidado, sin idas de olla ni experimentos, un buen disco de pop. Quizás la única cosita rara que suena en el álbum sean los cuatro minutos iniciales del 'The 1975' con que comienzan en esta ocasión (muy en calma y dividida en varias secciones instrumentales), sin embargo, desde entonces deciden pasearse por un conjunto sólido, metiendo mucha dinámica invitando al baile y haciendo de The Weeknd en 'Happiness' (saxofón incluido) o  'Looking for somebody (to love)', en esta con unos aires enormes a Coldplay (a los post 2010, llenos de teclados), cosa que retomarán más adelante en 'Wintering'

En general el disco es ameno, apelando a cuerdas en 'Part of the band', baladas en 'All I need to hear' o 'Human too', a un pop exquisito en 'Oh Caroline', nuevamente yendo a la disco en 'I'm in love with you' o jugando al tributo a 'Heroes' de Bowie en la romántica 'About you', todo enmarcado en un disco correcto, que fluye, se deja oír y que, para bien y para mal, suena bastante más domesticado respecto a cualquiera de sus antecesores. ¿Pausa en el camino para tomar aire y reencontrar direcciones? El tiempo dirá. El talento está. 

¿Canciones? 'Happiness', 'Oh Caroline' y 'About you'.

7/10
Muy bueno.


Otras reseñas de The 1975:

lunes, 9 de enero de 2023

Taylor Swift: Midnights (2022)

 "Inofensiva..."

Caía de cajón la vuelta al pop de Taylor Swift tras la experiencia acústica de Folklore (2020) + Evermore (2021), sin embargo, cosa curiosa: lejos de volver con la invitación al baile de turno, la norteamericana ha intentado jugar en una línea propia y marcada por cierta identidad, lo hace entonces mediante un conjunto de medios tiempos sencillos, donde el relato es lo primordial y la música se limita al uso de sutiles baterías electrónicas más uno que otro teclado. Y entonces, ¿algún problema? Pues todos, pasando por que las canciones no están y luego por lo inofensivo que suena todo, a un nivel que impacta (en un mal sentido). 

El caso es que más de la jugada comercial de 'Anti-Hero', ciertas aceleraciones que propone en la segunda mitad del disco (claramente superior a la primera), principalmente en canciones como 'Bejeweled' o 'Karma', además de lo bonito que en su minimalismo suena 'Sweet nothing', el resto se pasea por la intrascendencia, en temas que carecen de gancho, lo cual por si solo no es problema pero cuando tampoco logras generar atmósferas íntimas o emocionalmente interesantes, digamos, que el disco no entrega excusa suficiente para seguir ahí, menos volver.

Y bueno, el que cada canción ronde los 150 a 170 millones de reproducciones en Spotify solo verifica lo que ya sabemos y que para fraseó el mítico 'Cambalache': "que el mundo fue y será una porquería ya lo sé, en el 510 y en el 2000 también..."

¿Canciones? Ninguna.

4/10
Malo.


Otras reseñas de Taylor Swift:

viernes, 6 de enero de 2023

Natalia Lafourcade : De Todas Las Flores (2022)

 "Desde el dolor al auto conocimiento y la superación..."

Seguro habrá gente que se preguntará o no entenderá porque uno se entrega tanto a esto de la música ¿Por qué gastar tiempo hablando o escribiendo de discos que a pocos le interesan? Más considerando el que no hay beneficio económico tras esto. Pues bien, la respuesta se encuentra acá. Hoy. En discos capaces de meterse en tu vida, en tus venas, emocionarte con belleza e impactar tu momento. Es la potencia del arte. 

Pero vamos a ella. La mexicana Natalia Lafourcade ha ido poco a poco construyendo camino. Su música ha funcionado por lo general como una verdadera oda al enamoramiento, al más puro, entregado e incluso inocente, ya sea abrazando el pop en Hasta la raíz (2015) o a históricos de la música latinoamericana junto a Los Macorinos en Musas (2017). Sin embargo, le ha tocado el momento de sufrir y a partir del dolor parir su mejor obra a la fecha (suele ocurrir), abriéndose en canal y exponiendo un verdadero viaje introspectivo que va desde el sufrimiento hasta el renacer, pasando por el auto conocimiento y el entregarse a la oportunidad de volver a amar, todo esto tratado con una franqueza, tino en las letras, intensidad y carga emocional que pocas logran encontrar, enmarcado además en arreglos sutiles y diversos que persiguen ser una delicada banda sonora para la historia que acá se entrega.

'Vine solita' es la declaración de intenciones, el punto de partida. Natalia se instala en pleno dolor (como ese meme del perro en donde todo arde alrededor) y desde acá decide iniciar su viaje, sin ver nada declara su esperanza ("Llega la noche, apago la luz y en la oscuridad sigo soñando con despertar...") y en pleno desgarro se viste de Violeta Parra para afirmar el querer aferrarse a la vida desde si misma ("En cada día estoy naciendo, en cada día estoy partiendo de mí..."). Esto para posteriormente acudir al recuerdo, primero en 'De todas las flores' yendo a la nostalgia al narrar la historia de amor que no perduró ("En las calles de Madrid fuimos sin un rumbo fijo / Cuando nos bailamos, cuando nos perdimos en esa canción que nuestro antiguo mundo juntos comprendimos...") y luego con 'Pasan los días', enfrentando la pérdida y viviendo el luto ("Es tan absurdo imaginar que nuestro amor no es suficiente para hacernos regresar..."). 

Sin embargo, contra lo que uno habría esperado, el álbum no se estanca en el desamor y apunta hacia el camino de la superación, en 'Viento' conectando con la naturaleza ("Hoy necesito un abrazo que rompa el hielo..."), como también hará en la dulce 'Pajarito colibrí' y más adelante en 'Canta la arena', nuevamente instalándose en la esperanza ("Si de amores andas sollozando, sin poder dormir / Solo canta, quiebra la garganta, es hora de partir..."), mientras que en 'El lugar correcto' reflexionará respecto a esos necesarios momentos de soledad donde se convive con uno mismo ("Había olvidado como ver en el espejo / En mi rostro, en mis ojos, lo que habita en mi universo...").

En el nudo del disco, 'María la curandera' (la única del disco que no es propia, pues musicaliza un poema de la chamana María Sabina) instalará un ritual para mejorar ("Cúrate mi niña con amor del más bonito / Y recuerda siempre que eres tú la medicina..."), para luego entregarse a la oportunidad de volver a sentir y amar, primero en 'Caminar bonito' ("Y agradezco entender una humilde lección, caminar bonito / Pues la vida son montañas que quisiera atravesar contigo...") y luego en la notable 'Mi manera de querer', que viene con un fenomenal coro de la mano ("No me importa si eres hombre o eres mujer / Yo te veo como un ser de luz de cabeza a los pies..."). Finalmente, el arco comenzará a cerrar con 'Muerte' y su respectivo agradecimiento al dolor ("Le doy gracias a la muerte por enseñarme a vivir / Por invitarme a salir, a descifrar bien mi suerte..."), nuevamente en contacto con lo terrenal en la simpática 'Canta la arena' ("Si me besa el mar, todita ya me tiene...") y la sentida despedida que es 'Que te vaya bonito Nicolás'.

Musicalmente el álbum, si bien es dulce y ameno en los arreglos, coqueteando en ocasiones con el bolero o el jazz, no se queda en ambiciones (buenos consejos le ha dado Adan Jodorowsky en la producción). Prácticamente todas las canciones se extienden hasta los seis minutos, con introducciones o cierres que dejan ir el sonido, encontrando atinados momentos para todo, pues si bien el relato y la voz de Natalia serán constante protagonista, habrán instantes para que la música luzca. 

Siete años sin publicar material propio fueron bastante, la misma vocalista ha comentado que un buen amigo así se lo hizo ver, por lo que tras su exploración por las raíces de la música latinoamericana que vivió entre 2017 y 2021, decidió meterse al estudio con un conjunto de músicos para plasmar su momento artístico. El resultado ha sido fantástico, un álbum coherente de comienzo a fin, emocional pero que no se desborda innecesariamente, claro en sus mensajes pero bien escrito y compuesto. Que decir, un regalo.

¿Canciones? 'Vine solita' , 'Pasan los días', 'Pajarito colibrí', 'Mi manera de querer' y 'Muerte'.

10/10
Disco perfecto.

miércoles, 4 de enero de 2023

Autopsy: Morbidity Triumphant (2022)

"Death a la vieja usanza: sucio y podrido.."

Allá por mediados de los años noventa el metal experimentó un giro hacia la modernidad y todo aquello que sonase añejo comenzó a ser mal mirado. De ahí que en 1995 los Autopsy cerrasen el boliche y dijeran "no más", pues aquello que les apasionaba e interesaba ya no parecía conectar con lo que la gente buscaba. La historia suele encargarse, sin embargo, por lo que el paso del tiempo le entregó a Chris Reifert y compañía otra (merecida) oportunidad. Autopsy son la definición del death y, como pocos, entienden de que se trata esto. Ellos estuvieron cuando se creó el bicho, son historia pura y dura, aspecto que se ha transmitido desde su regreso en 2011 mediante Macabre eternal y vuelve a confirmarse en este sólido Morbidity triumphant, para el cual se tomaron siete años eso si...

No hay sorpresas acá por cierto, la banda entra en escena e interpreta lo que esperamos de ellos: un death a la vieja usanza, sucio y podrido, con claros influjos doom (siempre característicos en el sonido de la banda). La producción es quizás lo que va cambiando álbum a álbum, en este caso sonando cavernosos con un Reifert que vocaliza desde la oscuridad aunque lanzando alaridos cuando la oportunidad se lo permite. El sonido es intencionalmente añejo y poco pulcro, las canciones van al hueso, en cosas como 'Stab the brain' o 'Knife slice, axe chop' se lanzarán en picada a la brutalidad, en 'Final frost' o 'Flesh strewn temple' bajarán bruscamente los tiempos y jugando con estos, aunque lo más interesante del disco estará cuando este se desate entre riffs pesados y lentos, evidenciando el eterno legado de Black Sabbath en cosas como 'The voracious one' o 'Born in blood'.

Morbidity triumphant es Autopsy como ellos quieren serlo. Ni más ni menos. Death metal con tintes doom que responde a lo que han sido siempre. El sonido es oscuro, tenebroso y funciona. Solo resta agradecer...

¿Canciones? 'Stab the brain' y 'The voracious one'.

7,5 /10
¡Muy bueno!

lunes, 2 de enero de 2023

Resumen Blog 2022 + 10 Grandes Canciones + Playlist

Momento para realizar el resumen de lo que publiqué en mi querido blog durante el año que acaba de terminar. El análisis de los números.

¡Para comenzar! La mirada global: en 2022 publiqué 108 entradas, un poco menos respecto a los dos años anteriores. Doce menos que en 2021 (cuando publiqué 120) y diez menos respecto a 2020 (ahí fueron 118).

De esas 108 entradas: 

- 15 correspondieron a reseñas de aniversario (siete más que en 2021), 11 a reseñas de 2021 y 79 a discos del año (bastante menos que en 2021, cuando escribí de 93 discos). 

¿Cómo anduve en términos de género? En mi tendencia. De los 105 discos comentados en 2022 (entre los del año, 2021 y aniversarios), 16 correspondieron a artistas o voces femeninas (un 15%), sin proponérmelo manteniendo mis números respecto a 2021 (16%) y 2020 (17%).

¿Y cómo anduve en términos de procedencia? En este 2022, comenté bastantes más discos provenientes de Inglaterra (respecto a años anteriores), fueron 31 en total (29%, en 2021 fue solo un 16%) mientras que comenté 43 discos provenientes de Estados Unidos (un 40%), por tanto, un 70% de los discos comentados provinieron del duopolio Estados Unidos + Inglaterra. Fuera de estas dos naciones, como suele ser costumbre acá, Suecia es el país desde donde más escribo con 9 reseñas (5 fueron en 2021) mientras que comenté 3 discos de Islandia (Bjork, of course), 2 procedieron de Alemania, Polonia, Canadá y Chile, mientras que comenté un disco de Ucrania, Dinamarca, Finlandia, Noruega, España, Grecia, Argentina, Austria, Uruguay y Puerto Rico.

Y para cerrar, las diez canciones que más me tocaron la fibra durante 2022:

#10. Arcade Fire: "Unconditional I (Lookout kid)"
Preciosa declaración de amor y libertad hacia un hijo. Porque errar está bien y nadie es perfecto. 

#9. Babasónicos: "La izquierda de la noche"
Una oda a la noche y su sabor artificial, empapada de teclados con delicado tributo a Bowie incluído.  

#8. Rosalía: "Saoko"
Desafiante como ella sola. Todo actitud. Singlazo. Además... ¡Cómo suena! Dos minutos dispuestos a comerse el mundo. 

#7. Cult Of Luna : "An offering to the wild"
Excelente ejemplo de las fantásticas atmósferas que la banda ha sabido encontrar en su reciente disco. Oscuridad y tinieblas al por mayor.

#6. Ghost: "Kaiserion"
Tiene mucho mérito el escribir buen pop, que es lo que los suecos han hecho en su reciente Imperial, y esta, que decir, manjar...


#5. Bjork: "Fossora"
Única. 

#4. Eddie Vedder: "The haves"
Joder...  No hay palabras.

#3. Editors: "Kiss"
Amé la aventura synth pop de Editors, pero si tuviese que resumir su éxito en un tema, sería este. Aunque el mundo no se entere...

#2. Band of horses: "Warning signs"
En serio que uno realiza esfuerzos por no escuchar música triste, pero aparecen cosas como estas y resulta imposible no rendirse...

#1. Arcade fire: "The lightning I + II"
Los canadienses en partida doble en este Top 10. Nunca entendí porque esta fueron dos canciones, eh? Pero yo en realidad las hago una y sigo alucinando con la entrega que transmite esa primera parte (una preciosa invitación a seguir adelante, aún en las dificultades), seguida del desate y la euforia.


No fueron solo diez eso si las canciones que gocé durante 2022. Les dejo acá por tanto el playlist de mis 65 favoritas.