domingo, 27 de agosto de 2017

Steven Wilson: To The Bone (2017)


Para Marcela, fanática de Gabriel y melómana. Gracias por el cariño siempre sincero...

"El último de los genios" (como me gusta llamarlo), está de regreso. Vuelve tan solo un año después de haber editado 4 1/2, un álbum de "descartes" que contuvo material no incluido en el fantástico Hand.cannot.erase de 2015. Hablamos por tanto de un prolífico de la música actual, un tipo que no ha parado de crear durante la última década y que increíblemente ha logrado equilibrar cantidad con calidad en proporciones similares. La linea del progresivo deprimente, sin embargo, pareció agotarse un tanto con sus últimos trabajos, digamos, que en esa dirección era difícil ya que pudiese avanzar sin comenzar a repetirse de manera descarada. Así lo ha entendido el mismo compositor por lo que en 2017 vuelve a nosotros con un disco que contiene buenas dosis de lo que mejor le conocemos pero donde también donde se regala una serie de gustos, demostrando una vez más que juega en ligas propias. Dicho en simple: el tipo hace lo que le da la gana, y bendito sea por aquello.

En términos generales, To the bone me ha parecido un álbum luminoso, que deja espacio por supuesto a momentos íntimos marca de la casa, como la brillante pasada por 'Pariah', la sensible 'Blank tapes' (en ambas Wilson vuelve a colaborar con la fantástica Ninet Tayeb) o la desnuda 'Song of I' (con aires a Portishead y donde participa la cantante de jazz suiza Sophie Hunger) , pero que en general danza sobre ambientes que derrochan energía y entusiasmo, tanto en actitud como en arreglos. 

Desde el comienzo, de hecho, cuando se entrelazan las notables 'To the bone' (la canción) y 'Nowhere now', el disco se muestra como un álbum de rock dinámico, que funciona con estructuras tradicionales (estrofa/coro todo el tiempo) pero que incorpora cada ciertos momentos exquisitos quiebres musicales que siempre, insisto: siempre, son aporte. Ejemplos claros de lo que menciono son 'The same asylum as before' (¡maravillosa la sutil referencia a Tears for fears en este tema!), donde Wilson se da el gusto de jugar con sus agudos para meter unos guitarrazos tremendos de vez en vez, 'Refuge' con todo su rollo a lo Peter Gabriel en el uso de teclados + percusiones y la directa 'People who eat darkness', tras la cual confirmamos las intenciones del cantautor a la hora de realizar este álbum: escapar un tanto de los tonos melancólicos e intentar acelerar un poco el asunto. Y bueno, aunque el costo sea recibir palos por canciones como 'Permanating', donde el buen Steven comete el crimen de pasarse un gran rato y reconocer sus influencias dentro del mundo del pop, la jugada le ha resultado (una vez más) de maravillas. 

Recién en la recta final pareciese que el guitarrista ha buscado dejar tranquilos a sus fans regalando una pieza extensa como 'Detonation', donde abre la llave del progresivo y se despacha un tema realmente increíble de muchas idas y venidas en cuanto a intensidad y arreglos, mientras que todo cerrará con los cuatro minutos de 'Song of unborn', para mi, el único punto bajo con que cuenta el disco, una canción muy apagada que no encaja por ningún lado con el resto del álbum y que, me parece, podría perfectamente habérsela ahorrado, cerrando de manera apoteósica con 'Detonation'

Como sea y en definitiva, con una producción exquisita y limpia que permite disfrutar de cada instrumento con alta precisión, Steven Wilson se (y nos) regala un álbum de corte más accesible, donde expone sus influencias dentro del pop ochentero (Peter Gabriel, Tears for fears o Kate Bush entre otros), pero que sostiene una valentía admirable y un talento que sigue mostrándose a estas alturas inagotable. Que decir, un extraordinario de la música moderna ...

9 / 10
Brillante.


Otras reseñas de Steven Wilson:
2016 // 4 1/2
2015 // Hand.cannot.erase
2013 // The raven that refused to sing

sábado, 26 de agosto de 2017

Lucybell: Magnético (2017)


Mirado con el lente de la distancia, los primeros tres álbumes de los chilenos de Lucybell resultan particularmente brillantes. A partir de ahí, sin embargo, la banda abrazó la irregularidad, abandonando poco a poco la experimentación de sus inicios para acercarse a un sonido más comercial y accesible. En ese camino, Amanece (2000) parece ser su último gran disco, y desde ahí...  canciones más que álbumes. En 2005 la banda vivió su última metamorfosis, abandonó Francisco González, se incorporó José Foncea en batería y junto con él Lucybell ha entregado dos álbumes, un correcto Comiendo fuego (2006) sucedido por el discreto Fenix (2010), el cual dio muestras claras de estancamiento y agotamiento creativo.

Por todo esto, la pausa de siete años que se tomó el trío, interrumpida únicamente por una gira de aniversario en 2013 y la edición del EP Poderoso, parecía necesaria, y de hecho, tras disfrutar de Magnético , hasta se agradece. Al octavo disco de Lucybell hay que darle el que recupera frescura y convicción. ¿Pierde fuerza a ratos? Puede ser. ¿Se empantana en un exceso de baladas? Sin ninguna duda. Pero hay dos componentes importantes a destacar en Magnético: las canciones están (tres a cuatro joyas encontramos acá) y se aprecian intenciones por ir más allá de lo obvio.

El álbum abre con 'Por amor', un tema intenso y directo que conecta totalmente con el rock que la banda comenzó a desarrollar diez años atrás en Comiendo fuego. Cuatro minutos en estructura creciente, que entran en calma, incorporan batería poco a poco y acaba reventando como corresponde a un minuto del cierre, que decir, mejor partida no podríamos haber tenido. 'No me olvides' continúa, un gran medio tiempo romántico, que funciona perfecto y le sigue 'Indestructible', con seguridad la mejor del trabajo, una que entre baterías electrónicas, guitarras, efectos vocales y ambientes logra traer al presente los momentos más creativos en la carrera de Lucybell

A continuación el álbum se entrampa un tanto. Muchas baladas. Algunas de ellas, como 'Un sueño', 'Maleficio', 'Magnética luz' o 'Salté a tus ojos' se estorban entre si pese a individualmente funcionar. Entrando en la recta final, la dulzura de 'Perfección' o la oscuridad de 'Demencial' encuentran puntos altos mientras que el álbum volverá a encenderse con las guitarras de 'No perdonaré' o la electrónica 'Cuando me acerco a ti', otro de los experimentos agradables con que cuenta el álbum, cerrando definitivamente con la contundente 'Alma envenenada', otra gema escondida contenida en Magnético.

Estamos con seguridad frente al mejor trabajo de Lucybell en su etapa post 2005, el más compacto. Se aprecian acá composiciones potentes, un conjunto que musicalmente convence y que de cierta forma los revitaliza, lo cual tras tantos años de idas y venidas resulta destacable. Magnético es el disco que todos necesitábamos de Lucybell, comenzando por ellos mismos...

4.0 // Excelente!

martes, 22 de agosto de 2017

Adelantos : Leprous (x2)


No falta nada. Tres días y lo nuevo de Leprous vivirá entre nosotros, sin embargo, los adelantos parecen no dejar lugar a dudas: se viene el álbum más comercial y accesible de los noruegos. No quedará más que juzgar entonces si en aquellas ligas logran sobrevivir con dignidad, aunque en lo personal he de comentar que por ahora cada adelanto me ha dicho menos que el anterior... 


lunes, 14 de agosto de 2017

Adelantos: Liam Gallagher


Ok. Hablemos de Liam Gallagher, quien se encuentra en plena promoción de su debut en solitario, el cual verá la luz el próximo 6 de Octubre. Consciente de su personaje, el inglés se ha encargado durante estos meses de dar que hablar utilizando su clásica irreverencia: criticando (¡era que no!) a su hermano Noel por no participar en un acto benéfico en Manchester, abandonando un recital al cuarto tema culpando a su mal estado vocal , cambiándole el apodo de A$AP Rocky por "whatsapp Ricky" e incluso aceptando preguntas respecto a su hija de 20 años a quien ni siquiera conoce...

Sin embargo, paralelo a las declaraciones ha estado la música. Ahí, tres adelantos ha entregado el vocalista. El primero, 'Wall of glass', es Oasis sin Noel, es decir, un tema de rock sencillo que se sostiene básicamente en un repetitivo coro y que da muestras del mal rollo característico de Liam, esta vez sin contrapeso alguno. El tema de todas maneras, sin volarnos la cabeza, cumple con su objetivo de abrir el apetito y dejar esa sensación en el aire de que "algo hay acá"...


Ahora, si 'Wall of glass' cumplió, 'Chinatown' definitivamente sorprendió. Más personal, introspectiva y musicalmente diferente, encontramos acá una muy buena cancioncita a la cual lo único que podríamos criticarle es el cierre, algo débil, el resto, notable...


Finalmente ha llegado a nosotros un tercer adelanto, el menos acertado para mi, el más predecible y aburrido, aunque con una interesante letra que se encarga de reconocer errores y pedir disculpas "a quien corresponda". Lamentablemente eso si, en lo musical 'For what it's worth' es todo lo que 'Chinatown' no era, es decir, de frescura nada, por lo que el bajón tras oír esta balada es considerable...


Se cierra así (hasta ahora, seguro que de acá a octubre conoceremos una o dos canciones más) una promoción irregular, que ilusiona y provoca bostezos en idénticas proporciones. La linea de lo que será As you were parece clara a estas alturas, tal parece que tendremos un álbum de mirada más íntima pero que musicalmente mucha sorpresa no entregará, aunque claro, todo son impresiones iniciales. Ahora, a esperar...

jueves, 10 de agosto de 2017

Nine Inch Nails : Add Violence (2017)


Continuando con la fórmula iniciada en enero, digamos, la entrega de un álbum a goteos, llega a nosotros la segunda de tres descargas para lo nuevo de Nine inch nails. La linea es similar a la trabajada en Not the actual events, es decir, temas que se debaten entre un rock directo y murallones de sonido, y en ese sentido, si bien mucha sorpresa no encontramos en esta nueva entrega, tal como ocurrió a comienzos de año, el EP no solo no alcanza a cansar sino que acaba dejando gratas sensaciones debido a la propuesta concisa que presenta.

En un camino directo y efectivo los fuegos abren con la contagiosa 'Less than', que entre maquinitas y guitarras acaba convenciendo gracias a su derroche de energía. Mucho menos predecible aunque igual de energética resulta 'Not anymore', la cual danza entre un sonido más oscuro pero que va y viene en materia de estructuras. Una linea más experimental aparecerá con las tres restantes, destaca 'The lovers', que pese a su aparente monotonía logra sostener intensidad mientras que en 'This isn't the place' encontramos a un Trent Reznor desnudo vocalmente que apenas susurra, esta es probablemente la pieza más baja del EP, y si bien algo similar tiende a ocurrir con los cuatro minutos iniciales de 'The background world', aquel loop ascendente que durante siete minutos comienza a poco a poco explotar para acabar en medio del ruido absoluto, acaba sorprendiendo y cerrar el trabajo de manera fascinante...

Es cierto, a ratos Reznor parece encerrado en su mundo, sin la ira de sus inicios y privilegiando desde hace bastante la generación de ambientes por sobre las canciones en si, pero hay que darle el que en este 2017 se las haya arreglado para mantenernos atentos e incluso, interesados frente a lo que vendrá...

3.5 // Muy bueno!

Otras reseñas de Nine Inch Nails:
2016 // Not the actual events
2013 // Hesitation marks

sábado, 5 de agosto de 2017

Arcade Fire : Everything Now (2017)

"Carente de magia..."

Con todo esto del cambio de paradigma dentro de la industria musical, el auge de internet, la muerte del video clip o la radio como medio de difusión y la lenta pero segura extinción de los dinosaurios, algunos han caído en desesperación. Y no los culpo. El mundo que conocimos, todos aquellos que sobrepasamos los treinta y tantos años de edad, poco ha poco ha comenzado a dejar de existir. En ocasiones la muerte, cruel e insensata, ha anticipado sucesos, arrebatándonos de manera brusca a personajes que aún se encontraban en activo pero en a veces ha sido el inevitable paso del tiempo el que ha ido recordándonos que tarde o temprano enormes de la música como U2, The Cure, Iron Maiden, ACDC o más recientes como Pearl Jam o Radiohead, dejarán de existir... y, frente a la ausencia de relevo, la responsabilidad de sostener la bandera del rock inevitablemente ha recaído en bandas que durante estos años se han anotado uno o dos discos notables, como es el caso de Arcade fire.

Los canadienses cosecharon buenas críticas y reconocimiento a partir de sus primeros tres álbumes, Funeral (2004), Neon bible (2007) y el enorme The suburbs (2010), instalándose así de golpe en un sitial privilegiado dentro de la escena, digamos, como unas de aquellas agrupaciones que uno creía convertirían en diamante cualquier piedra rocosa. En aquel camino, sin embargo, un disco como Reflektor (2013) llevó a muchos a arquear la ceja. Un disco (innecesariamente) doble, de momentos excesivos y pretenciosos pero que de todas formas nos dejaba cosas como 'Afterlife', 'We exist', 'Normal person' o la mismísima 'Reflektor' como para seguir creyendo en ellos. Esta vez, cuatro años más tarde, nos la han dejado más difícil aún, Everything now es lo más bajo que Arcade fire han entregado a la fecha, y por paliza...

Hay algo que escasea en este álbum: la magia. El tiempo dirá si a causa de una falta de ideas, estancamiento creativo o mera comodidad, Arcade fire se ha instalado en un prototipo de canción que no acaba llegando a ningún lado, que carece de intensidad. Ahí, ya sea desde el coqueteo pop/dance o las guitarras, todo funciona a medias. Dentro de los temas que pretenden ser fuertes en el álbum, destacable me parece la partida con 'Everything now' (la canción), para mi, una jugada brillante y adictiva pero que lamentablemente no encuentra relevo en ninguno de sus pares. 'Signs of life', por ejemplo, posee arreglos contagiosos pero es tan repetitiva que al minuto y medio de canción ya ha mostrado absolutamente todas sus cartas, 'Creature comfort' presenta potentes estrofas pero también se empantana en la pérdida de dirección, es un tema que cuanto intenta explotar se encuentra con unos coros espantosos (repito: espantosos) de Reginne Chassagne enterrando cualquier chance de emoción. 

Ahora, dentro de las canciones menores, 'Peter pan' o 'Infinite content' se instalan como esos típicos temas breves de la banda cuyo único objetivo parece ser el rellenar mientras que 'Chemistry', 'Electric blue' o 'Good god damn' algo tienen, un coro atractivo, arreglos delicados o una melodía bonita, pero ninguna te aplasta, ninguna se impone, siendo la hermosa estructura de 'We don't deserve love' el único momento en todo el álbum en donde reconocemos esa alma, ese sentir o esencia que alguna vez nos enamoró de esta banda...

Con el paso del tiempo la carrera de Arcade fire ha ido perdiendo fuerza pero a esto me parece habría que restarle algo de dramatismo: es natural. Ahora, si el estancamiento es momentáneo o definitivo, el tiempo dirá. Sus primeros gloriosos álbumes siempre quedarán ahí, registrados con letras doradas en la historia contemporánea, pero claro, lentamente comenzamos a mirarlos con cada vez más nostalgia, algo dramático considerando que no ha pasado demasiado desde ellos...

¿Canciones? 'Everything now', 'We don't deserve love'.

5/10
Nada muy especial...


Otras reseñas de Arcade Fire: