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lunes, 25 de noviembre de 2024

20 Años De... U2: How To Dismantle An Atomic Bomb (2004)

 "Caricatura de sí mismos..."

La historia es conocida. El "fracaso" (las comillas son totalmente intencionadas) de Pop (1997) volvía a sumir a U2 en una crisis existencial similar a la que habían vivido diez años atrás post Rattle & hum (1989). Con una diferencia relevante eso si: la crisis de 1990 era artística, más no comercial. A los noventa los irlandeses entraban con dudas en torno a su perfil artístico, preguntándose si aún tenían algo relevante que decir y por lo que existir, de ahí que la respuesta fuese artística: el brillante Achtung baby (1991). Entrando a los dos miles, sin embargo, lo que embargó a U2 fue un terror a volverse irrelevantes, viejos y que bandas como Coldplay (entre otros) les ganasen la partida llenando estadios. De ahí la decisión de abandonar por completo la vanguardia noventera simplificando fórmulas para así congraciarse con el público mediante un meloso All that you can't leave behind (2000), un álbum sencillo, ameno y que en términos de promoción (+ gira) explotaba el perfil mesiánico de un Bono que desde entonces decidió transformarse en una caricatura de si mismo. 

Quedaba en el aire, sin embargo, la duda respecto al siguiente paso. ¿Más de lo mismo o algún tipo de paso hacia adelante? Lo cierto es que How to dismantle an atomic bomb (qué título más molesto, por favor...), a diferencia de su antecesor que era bastante más claro y conciso, pretende ser muchas cosas (de ahí la cantidad de productores que metieron mano acá, ocho en total). Un disco que intenta retomar la veta más rockera de U2 y entregarle protagonismo a la guitarra de The Edge en canciones como 'Vertigo' (que sería a los irlandeses lo que 'It's my life' fue a Bon Jovi, es decir el último hit en su carrera y la canción que quizás salvo de la quema a este álbum), una interesante 'Love and peace or else', donde se acuerdan de lo que era construir una atmósfera gracias al tándem Adam Clayton + Larry Mullen Jr. que acá funciona perfecto, aunque al mismo tiempo lastran el resultado a causa de esa producción que tiende a endulzar el sonido con campanitas, o ese esperpento que es 'All because of you', con un coro amateur a más no poder y una de las peores canciones de U2 en su historia. Porque claro, una cosa es querer sonar afilados y otra efectivamente poder. Lo cierto es que a quien tenemos acá en guitarra parece ser una especie de imitador barato de The Edge por lo que los riffs acaban siempre siendo bastante simples y es realmente poco lo que aquí suena a esos U2 que diez o quince años atrás podían reventarte la cabeza asumiendo riesgos en cosas como 'In god's country', 'Acrobat' o 'Gone'.

Por lo mismo, cuando más cómoda se siente a la banda es cuando entrega una versión azucarada del mítico The Joshua Tree (1987), es decir, en la adorable 'City of blinding lights' (aquí si que están en modo Coldplay armando una especie de 'Clocks' que pretende ser más ambiciosa aunque de nuevo, no les da), la seria 'One step closer' (un digno ntento por recuperar las atmósferas de The unforgettable fire) o las hiper melosas 'Original of the species', 'Crumbs from your table' (auto plagio del single 'Electrical storm') o 'Yahweh' (otro "quiero pero no puedo"), asunto que complementarán con algunas baladas como 'A man and a woman', que en su simpleza me sigue pareciendo de lo más agradable del disco, el auto plagio (y ya van...) que es 'Miracle drug' (donde nos intentan ver la cara imitando a 'Beautiful day' con descaro, de hecho, es raro que no haya sido single promocional) o 'Sometimes you can't make it on your own', con dedicatoria personal y emocional al padre de Bono en otro de los buenos momentos del disco. 

How to dismantle an atomic bomb en ningún caso es un mal disco sino más bien uno que sostiene esa versión endulzada de U2, donde la banda pareciese siempre imitarse a si misma, aunque a diferencia de lo que hicieron en los noventa, esta vez sin ninguna gracia ni ironía de por medio.

Nobleza obliga decir que más allá de los resultados musicales, a la banda mal no les fue en cuanto a objetivos. En su simpleza el disco efectivamente supo llegar a nuevos públicos y ampliar su target, que era lo que buscaban. Y es que claro, para alguien que no conocía canciones como 'One tree hill' o 'Where the streets have no names' seguro 'Original of the species' o 'City of blinding lights' le resultaron alucinantes. Por supuesto que quienes les conocíamos vimos el plumero a distancia y mucha sorpresa no encontramos en esta lista de canciones, sin embargo, su meta no éramos nosotros, ellos deseaban nuevas (¡y jóvenes!) audiencias para agigantar su legado. Desde ahí entonces la jugada funcionó. ¿Qué el disco es una completa mediocridad? Da un poco igual. Porque cuando los objetivos son comerciales y no artísticos, ocurre esto. Así suele funcionar el pop: coloca los resultados por sobre los medios. 

¿Canciones? 'Vertigo', 'Sometimes you can't make it on your own' y 'A man and a woman'.

sábado, 8 de julio de 2023

30 Años De... U2: Zooropa (1993)

 "En su más alto momento..."


Año 1991 y U2 da un salto que haría historia. Todo gracias al fantástico Achtung baby! , un álbum que transforma el sonido y la imagen de la banda permitiendo que el cambio de década fluya con naturalidad para los irlandeses. Pocas veces en la historia hemos visto una mutación tan impactante (y exitosa) como la que U2 encarnó en el paso desde Rattle & hum (1989) a Achtung Baby! (diez años más tarde Radiohead protagonizaría algo comparable con el paso desde Ok Computer a Kid A) y es que los tipos vivían los años más creativos de su carrera por lo que el éxito del álbum, sumado al buen recibimiento obtenido por una pretenciosa gira titulada Zoo Tv Tour, desencadenó en la idea de en plena gira meterse al estudio con objeto de grabar un EP, cuatro o cinco canciones que viniesen a confirmar el buen momento de la agrupación. Pero nuevamente, los tipos estaban tocados y la inspiración fluyó al punto de que el pensado EP terminó convirtiéndose en Zooropauno de los álbumes más fascinantes en la carrera de U2.

Si con Achtung Baby! la banda consiguió encontrar un perfecto equilibrio entre talentosas melodías con vocación masiva ("One", "Even better than the real thing, "Mysterious ways"), cierto nivel de oscuridad ("Love is blindness", "So cruel", "Acrobat") y un moderno rock que coqueteaba con la vanguardia ("Zoo Station", "The fly", "Until the end of the world"), con Zooropa la banda se atreve a expandir aún más los límites de su sonido entregando un álbum arriesgado e incluso alternativo. Confían plenamente en su material por lo que pierden el miedo a jugar sobre los margenes de lo esperable y bueno, vuelven a salir bien parados. 


En general Zooropa es un álbum oscuro e íntimo, con momentos en donde realmente cuesta visualizar el que estemos oyendo a la misma banda que cinco años atrás componía canciones como 'I still haven't found what I'm looking for' o 'Desire'. Acá incluso en los momentos más melódicos del álbum ('Babyface', 'Stay' o 'The first time') se aprecia un sello musical característico y una producción exquisita (a cargo de Brian Eno + Flood, quien ese mismo año grabaría junto a Depeche mode el Songs of faith and devotion) , cargada a los teclados y que entrega atmósferas increíbles en temas como 'Zooropa' o la lúgubre 'Dirty day'. Durante todo el álbum David Evans Adams (a.k.a The Edge) suena fabuloso en las guitarras, experimenta más que nunca en canciones como 'Numb' o en las capas que envuelven el sonido de la ya mencionadas 'Zooropa' o 'Stay (faraway, so close)'Bono en las voces aparece lleno de filtros e incluso se da el lujo de reinventar sus registros en una inolvidable y absolutamente confrontacional 'Lemon' (¿un single de siete minutos?, un single de siete minutos...), la batería de Larry Mullen suena seca y particular, robándose la película en la mecánica 'Daddy's gonna pay for your crashed car' y por si todo esto fuese poco, el cierre a cargo de 'The wanderer', con un legendario Johnny Cash en las voces, llega a confirmar el que la banda se sentía con la confianza como para realizar lo que fuese. 

Estamos frente a un trabajo de lujo, un disco al que cuesta encontrarle defectos. Un álbum que se suponía venía a ser el hermano menor de Achtung Baby! y terminó ganándose su espacio por méritos propios. Un verdadero neo clásico. 

La historia de U2 alcanza su máximo creativo con Zooropa, a partir de acá solo quedaba el inevitable descenso y es que superar algo como esto realmente era complicado, por no decir imposible. En 1995 buscarían inspiración (y aire) en un proyecto más alternativo que Zooropa, titulado Passengers y en 1997 llegaría Popel comienzo del fin para la banda, pero bueno,  aquello es parte de otra historia...


9/10
¡Brillante!

martes, 28 de marzo de 2023

U2 : Songs Of Surrender (2023)

 "Rendidos..."

¿En qué momento fue que U2 perdieron el rumbo? ¿Tras el patinazo de Pop (1997)? ¿Durante la concesión comercial que representó la pasada por All that you can't leave behind (2000) + How to dismantle an atomic bomb (2004)? ¿En el fallido intento por volver a sonar interesantes en No line on the horizon (2009)? ¿Tras la intrascendencia del álbum conceptual doble Songs of innocence (2014) + Experience (2017), lanzado con tres años de diferencia entre si? Como sea, claramente los irlandeses no han sabido envejecer haciéndole honor a su carrera (inmensa y prácticamente impoluta hasta 1993) y algo como Songs of surrender no hace si no confirmar el punto, un álbum que nadie pidió pero que Bono + The Edge decidieron era necesario grabar a toda costa, incluso en ausencia del 50% de la banda.  Y bueno, el resultado no podía ser otro: cuarenta canciones (si, cuarenta canciones) que dan muestras de una completa confusión, casi tres horas de música (si, casi tres horas) sin dirección alguna, una supuesta revisión del catálogo de U2 que enlaza algunas canciones en donde efectivamente han intentado re pensar el concepto original (las menos) y otras (la inmensa mayoría) que son meras versiones acústicas o reciclaje de arreglos. 

En la primera categoría cabría destacar aquellas que, gusten más o menos, han propuesto algo "diferente", como ocurre en 'One' (ese góspel que meten al 2:48 en el "Love is a temple..." les ha quedado precioso), 'Where the streets have no names' (lástima el no aprovechar la ocasión para revitalizar la estructura original), 'The fly', 'Miracle drug' (atractivo lo de las percusiones) o en las acústicas 'Stories for boys', '11 o'clock tick tock' o 'Two hearts beat as one', mientras que en cosas como 'Dirty day' o 'With or without you' lo han intentado, con resultados no tan memorables... pero lo han intentado. 

¿Y el resto? Pues lo dicho, reciclaje de arreglos (en 'Red hill mining town' utilizan los vientos que presentaron para la gira de los 30 años de Joshua Tree en 2018, por ejemplo, mientras que 'Every breaking wave' no es otra cosa que la versión desnuda que Edge + Bono siempre interpretaron en conciertos) + versiones acústicas (o al piano) que respetan las estructuras originales, algunas funcionan (más que nada porque hablamos de temazos que se cantan solos) como 'Until the end of the world'  o 'Who's gonna ride your wild horses', otras te dejan indiferente al aportar nada nuevo ('Song for someone', 'All I want is you', 'Sunday bloody sunday', 'Out of control', 'Stuck in a moment you can't get out of' o Stay') mientras que 'Bad', 'Walk on  (¿qué carajos es esto de "versión Ucrania"), 'Desire' (¿alguien me podría explicar que aporta esta jugarreta ridícula a la carrera de U2? ) o 'Peace on earth' (con un flojísimo The Edge en las voces) son verdaderos asesinatos sin tino alguno. 

Tema aparte es Paul Hewson (a.k.a Bono), quien está acá inmerso en una producción que le entrega bastante protagonismo a su voz (aviso: no escuchen 'Electrical storm' con audífonos, que el hombre te deja sordo), lo cual evidencia el daño inevitable causado por el paso del tiempo pero también la falta de auto crítica del vocalista. Lo que hace en 'Beautiful day', 'I still haven´t found what I'm looking for', 'Dirty day' o 'Every breaking wave' (ese agudo final, por favor...) roza lo indigno, cantando con total desgano y pereza. 

Songs of surrender podría en algún momento haber sido una buena idea, de haberse trabajado con la seriedad que ameritaban estas canciones. Si hubiesen entregado un recorrido cronológico por su carrera mediante trece o quince canciones, todas trabajadas al detalle, podría haber funcionado. Sin embargo, la realidad es que presentan un cajón de desastres en donde entró de todo. El disco no es una re imaginación de sus canciones (aquello solo ocurre en contadas ocasiones) si no más bien una especie de álbum Unplugged poco prolijo. Si lo que buscaban era reflejar el real estado de U2 en 2023 mediante versiones casi improvisadas en el patio de la casa en plan fogata, pues bueno, han cumplido el objetivo. Los fans menos exigentes e incondicionales seguro considerarán esto como un regalo pero el resto solo lamentará ver el triste estado de una banda que alguna vez, más de veinte años atrás, fue absoluta y total vanguardia. 

lunes, 23 de noviembre de 2020

20 Años De... U2: All That You Can’t Leave Behind (2000)

 "Lo necesario para sobrevivir ..."

A la hora de analizar la carrera de U2 jamás hay que dejar de lado la obsesión de la banda por el éxito y la masividad. Y es que si bien durante los años noventa los irlandeses se dieron el gusto de romper sus fronteras pasando desde mesianismo de álbumes como The Joshua tree (1987) + Rattle and hum (1989) a la arrogancia y el descaro de Achtung baby (1991) + Zooropa (1993), dicha etapa no habría sido posible de no haber existido hitazos como 'One', 'Mysterious ways', 'Lemon' o 'Stay', canciones que le entregaron a U2 piso suficiente como para atreverse a más, primero mediante el absolutamente alternativo proyecto Passengers y luego a través de la confusa aventura que significó Pop (1997). Pero ahí toparon. Básicamente porque la humorada de 'Discotheque' no se entendió, 'Staring at the sun' como single algo sonó pero no se transformó en ese clásico inmediato que la banda esperaba y de canciones como 'Last night on earth', 'Please' o 'If god will send his angels' pocos se enteraron. Lo cierto es que con Pop los irlandeses (y su sello) cometieron el error de invitar al público a una fiesta teniendo en las manos un disco bastante oscuro, áspero, poco amable y, digámoslo, incluso triste. 

Aquel álbum de 1997, complementado con una gira como Popmart en donde la banda no reparó en gastos para acabar recorriendo Estados Unidos con estadios semi vacíos, acabó dejando a U2 en tierra de nadie, por lo que la única salida que la banda vio posible fue el recular, abandonar las luces, artificios, experimentaciones y personajes para volver a la simpleza del sonido, centrarse en melodías accesibles al gran público y tantear terreno desde ahí. Y eso fue All that you can't leave behind, el regreso a lo básico de una banda temerosa por acabar de perder lo ganado y que sintió el golpe de haber ido demasiado lejos. Sin embargo, algo hay que dejar claro: U2 lanza en 2000 un álbum por sobre todo comercial, y que si bien está compuesto en su mayoría por canciones agradables (una que otra notable), el énfasis estuvo puesto en publicar un disco en donde cualquiera de sus canciones fuese un single potencial, en la evidente idea de hacer todo lo contrario a la era Pop, cuando en el afán de comerse al mundo acabaron complicándose demasiado. 

De ahí que el álbum abra en plan optimista con 'Beautiful day', un golazo de entrada con el que la banda efectivamente logró su objetivo: sonar hasta en las cocinas. En ella percibimos de inmediato el que U2 no mira hacia atrás para conservar su identidad, pues no se emulan los punzantes riffs de Boy (1980) ni el espíritu combativo de War (1983), si más bien se concentran en ser efectivos con guitarras que aparecen solo en los coros y un mensaje contagioso que invita a mirar el vaso medio lleno de la vida ("Lo que no tienes no lo necesitas ahora..."). 


Esta idea de lograr bastante con poco se replicará de inmediato encontrando al mismo tiempo los primeros tropiezos del disco, primero en la hiper melosa 'Stuck in a moment you can't get out of' (dedicada a la memoria de Michael Hutchence, con Bono emulando aquellas palabras que no alcanzó a decirle a su amigo) y luego en una tremendamente mediocre 'Elevation', canción definitivamente indigna de la leyenda que tras un par de estrofas + coros + "Uuuuh uuuh" acaba por ir hacia ningún lugar. Esta irregularidad evidente acabará por inundar por completo al álbum, el cual de manera increíble y a la vuelta de la esquina recuperará el nivel en la apuesta por el himno y la épica que es 'Walk on' ("Y si la oscuridad nos mantuviese separados / Se fuerte") o la emocionante pasada por 'Kite' ("Quiero que sepas que ya no me necesitas más, ni a mi ni a nadie...") seguida de la delicada pero singular 'In a little while', con un Bono que se rompe vocalmente en la interpretación llevando al límite su dañada garganta (no hay que olvidar que tras la gira 1997/98 el hombre fue operado de sus cuerdas vocales) pero transmitiendo al mismo toda la intensidad que el tema requiere.  

Hacia el final del álbum este volverá a encontrar un momento particularmente desnudo y honesto en la excelente 'When I look at the world' y cierto grado de visceralidad en el sonido llegará con 'New York', sin embargo, gran parte de la cara b continuará dando muestras de la irregularidad mencionada, entre una totalmente olvidable 'Wild honey' (que realmente parece un demo) y dos piezas que son azúcar a cucharadas como 'Peace on earth' (¡malditas campanadas!) y 'Grace', cerrando así un álbum que regala momentos pero que en general evidencia que los momentos más inspirados para U2 habían quedado atrás.

All that you can't leave behind debe ser el álbum "más Bono" en la carrera de los irlandeses, un disco donde el fuerte está en las letras + producción melosa pero donde (valga la redundancia) el filo de la guitarra de The edge se encuentra en general ausente. El resultado, sin embargo, en términos de resonancia fue positivo para la banda. Habrán perdido audacia y sacrificado el espíritu salvaje de años anteriores pero ganaron sin duda en aceptación masiva, metiendo al menos tres singles entre las masas, llenando recintos y abriéndose espacio para una tercera década de existencia con altas expectativas. Mirado a la luz del tiempo quizás esta era la única manera que tenían para sobrevivir.

¿Grandes canciones? 'Kite', 'In a little while' y 'When I look at the world'

6,5 / 10
Cumple y algo más...


sábado, 23 de diciembre de 2017

U2 : Songs Of Experience (2017)

"Exceso de manos que no suplen la carencia de ideas..."

Hay dos maneras de encarar el nuevo álbum de una vieja gloria: desde la complacencia o la exigencia. Nos conformamos "con lo que hay" y agradecemos de paso el que aún existan en activo o realizamos la crítica despiadada al constatar lo poco que queda de aquella banda que alguna vez remeció el planeta con nobles armas. Y bueno, el caso de U2 encaja a la perfección en dicho dilema. No es secreto para nadie de que desde 2000 a la fecha los irlandeses vienen patinando, aunque de igual forma cabe mencionar el que, sea como sea, se las han arreglado para incluso en sus momentos más mediocres (How to dismantle an atomic bomb, 2004) entregarnos dos o tres gemas que lograron hacer el momento más llevadero. De hecho, su más reciente entrega, Songs of innocence (2014) estuvo muy bien, con un concepto claro que nos retraía a la infancia y juventud de la banda, además de un puñado de canciones más que dignas ('Iris' o 'Cedarwood road', claros ejemplos de que el fuego inolvidable seguía ahí). No podemos, sin embargo, afirmar lo mismo respecto a Songs of experience, un álbum que lejos de sentar bases respecto al presente de los irlandeses se muestra confuso, sembrando más que certezas e incluso por momentos llevándonos a la inevitable pregunta: ¿Donde diablos está la experiencia? 

Nos encontramos entonces frente a un álbum que dispara en múltiples direcciones, esperando (supongo!) con alguna de ellas acertar. De hecho, las primera parte del disco, en materia de arreglos y estilos, no poseen conexión alguna. Abren, por ejemplo, con 'Love is all we have left', una oscura introducción digna de los gloriosos tiempos de Zooropa (1993) donde Bono recita filtrado en un auto tune exagerado (muy a la moda claro está) pero que no molesta dada la atmósfera lúgubre y adictiva que encuentra, para luego abordar el rock en acústico mediante 'Lights of home', donde oímos al vocalista reflexionar respecto a la mortalidad inspirado en un acontecimiento ocurrido a fines de 2016 que, en sus palabras, modificó en parte las direcciones de este Songs of experience. Ojalá dicha reflexión hubiese sido más profunda aún ya que 'Lights of home', pese a que no conecta musicalmente en absolutamente nada con 'Love is all we have left', debe ser la mejor pieza de todo el álbum. Ahora, si con el puntapié inicial el asunto mostraba un hilo conductor confuso, es con la aparición de 'You're the best thing about me' + 'Get on your own way' donde el disco definitivamente se va hacia cualquier parte. Aparece acá el U2 meloso y que se muestra desesperado por encontrar fórmulas comerciales a como de lugar. La primera, sin embargo, funciona pero la segunda (que cuenta además con un auto plagio descarado a la partida de 'Beautiful day') es irrisoria e irrelevante. 

Entrando en el nudo del álbum el asunto no repuntará. En 'American soul' se lanzan sobre un rock inofensivo, además de mostrar un burdo discurso de admiración por la cultura norteamericana, y la sosa balada 'Summer of love' tampoco aporta demasiado. ¿El problema? No hay filo en estos temas, juegan a la segura con arreglos tímidos y un The edge por cierto que nunca sonó tan imperceptible como acá. Posteriormente intentarán emular sus inicios con el sonido limpio y esos coros que recuerdan los tiempos de War (1983) en 'Red flag day' para luego entregar un simpático (que de ahí no pasa) medio tiempo acústico titulado 'The showman (little more better',' llegando así a 'The little things that give you away', que pretende ser el plato fuerte de la segunda parte del álbum pero que en lo personal me ha parecido un patético intento por emular un 'Fix you' de Coldplay (quien lo diría, el maestro imitando al aprendiz, para no creerlo). Por cierto, no sería nada el que intentasen imitar una fórmula si lo hiciesen bien, pero el tema no acaba por funcionar por lo que tras la pirueta no han hecho sino quedar en evidencia.

Donde si me parece el álbum logra repuntar es llegando a la recta final. Suena 'Landlady', una donde si han encontrado (¡que ya era hora!) una estructura sencilla pero que conecta de manera muy emocional arreglos, atmósfera e interpretación. También funciona 'The blackout', que realiza guiños (y ya van...) en su partida a esa vieja gloria que fue 'Even better than the real thing' pero que se disculpan gracias a que el tema cuenta con gancho suficiente como para convencer, y 'Love is bigger than anything in its way' , que con su potencia interpretativa debió ser (me parece) el cierre del álbum en lugar de '13 (There is a light)', que además de ser un refrito de 'Song for someone' (que aparecía en Songs of innocence) parece una cara B más que otra cosa. Por cierto, cabe acá el comentario de que en la versión de lujo del disco aparece un tema llamado 'Book of your heart' que incomprensiblemente han dejado afuera siendo superior a gran parte de lo que efectivamente incluyeron. Una muestra más de lo confundidos que van...

En definitiva, uno que otro momento agradable, un par de retazos que ilusionan pero que únicamente nos dejan ahí, en la ilusión. El disco es irregular, evidencia el exceso de productores que han estado sobre el proceso creativo (con Ryan Tedder como principal mano eso si) y me parece abusa descaradamente del auto plagio, quedando pequeño en comparación con lo que fue Songs of innocence, que resultó finalmente un trabajo con mayor conexión y claridad individual que este. 

5/10
Nada muy especial...


Otras reseñas de U2:

domingo, 3 de diciembre de 2017

20 Años De... U2: Pop (1997)

"Caótico, confuso y valiente..."

La mutación vivida por los irlandeses de U2 a comienzos de los años 90 debe estar entre las más exitosas e impresionantes en la historia de la música. El paso desde la dupla The Joshua Tree/ Rattle & Hum a Achtung Baby/Zooropa da muestras de una agrupación que, cual Zenedine Zidane, en un momento complicado y clave del partido, agarró el centro de volea y logró meterla en el ángulo. Con esta jugada los irlandeses se despeinaban estéticamente (Bono dejaba de ser el personaje político mesiánico para meterse en cueros y disfrazarse de una especie de arrogante Elvis moderno) mientras en lo musical lograban conjugar vanguardia, modernidad y masividad. Sin embargo, y para sorpresa de todos, por ahí por 1995, la banda se siente tan pero tan genial que, en la cresta de la ola, decide hacer una pirueta suicida, la cual desembocaría un un álbum titulado simplemente: Pop

El contexto es el siguiente. La maratónica gira Zoo TV, que promocionaba los álbumes Achtung Baby + Zooropa, había terminado por lo que se toman entonces un (merecido) descanso para repescar ideas. En esa búsqueda es que deciden desarrollar un proyecto paralelo alternativo junto a Brian Eno titulado Passengers (desde donde emerge la fabulosa colaboración 'Miss Sarajevo' junto a Luciano Pavarotti) y regalan la fantástica 'Hold me, thrill me, kiss me, kill me' para la banda sonora de la película que fue Batman Forever. Llega 1996, van tres años desde Zooropa, el plato aún sigue caliente y el sello presiona, por lo que se meten al estudio. Hay un pequeño problema eso si: las canciones no están. Hay ideas, maquetas, discusiones respecto a que dirección tomar, pero el grueso de las canciones no está, lo cual los lleva a posponer el lanzamiento y comenzar a decidir a contratiempo. El plazo fatal para el lanzamiento sería marzo de 1997, ya que la gira está contratada (¡error fatal!) y esta debía partir en abril de dicho año, lo cual los obligaba a tener el single promocional en Diciembre y el disco terminado en Enero, estuviese como estuviese. Colocan entonces la carreta antes que los bueyes, por lo que el resultado no podía ser otro: un álbum confuso, que proyecta algo que no es y contiene muchas canciones que evidentemente no están terminadas (de hecho, las finalizan en vivo, en medida que avanza la gira). En palabras del mismo The Edge: "en el estudio queríamos expresar todo aquello que estábamos conociendo en la vida nocturna, y si hubiésemos sido Prince creo habría sido más fácil, pero no somos Prince..."

¿Y qué pretendía U2 proyectar con Pop? Una especie de crítica inteligente respecto a la cultura de consumo. Querían ser un enemigo interno del mercado. El álbum fue, de hecho, promocionado meses previo a su salida por 'Discotheque', cuyas líneas insinuaban estas intenciones ("Tu sabes, estás masticando chicle / Tu sabes lo que es pero quieres algo más...") enmarcadas además en un sonido que buscaba ser tan divertido como sofisticado. Sin embargo, el chiste no se entendió. 

¿Qué proyectó en lo concreto Pop? La idea de que la banda se había aligerado al abandonar el rock, abrazar la música nocturna y la electrónica de manera forzada, además de encarnar una incoherencia musical enorme: el disco pretende avanzar hacia muchos lugares, demasiados diría yo...

Dicho por Bono en su visita a Sarajevo en 1997: "promocionamos Pop como el álbum más alegre de nuestra carrera, siendo que probablemente es el más triste de todos". Y esa es una gran verdad. El disco abre con tres potentes temas que se lanzan a la electrónica de lleno, 'Discotheque' + 'Do you feel loved' + 'Mofo', las cuales cuentan con capas y capas de sonidos, mezcladas todas por los productores del álbum, Howie B y Flood, sin embargo, baja a terreno bruscamente con dos baladas: 'If god will send his angels' (que es una crítica al mercadeo religioso) y 'Staring at the sun', una gran canción de amor inmersa en un contexto bélico ("Intransigencia a nuestro alrededor / Los militares aún están en la ciudad..."). Posteriormente aparece el rock, primero en 'Last night on earth', uno de los temas que sufrió la inclemencia de haber sido incluido casi como una maqueta en el disco, la extraordinaria 'Gone', profunda reflexión personal de Bono respecto a la fama ("Querías llegar a ese lugar tan rápido / Que tuviste que perderte durante el camino...") y probablemente una de las mejores canciones de U2, no solo de esa década, sino que de su carrera entera, y la mixtura electrónica/guitarras que es 'Miami' (otra que evidentemente entra en el disco sin estar acabada) que en algún momento se barajó como nombre del álbum. 

Entrando en la recta final Pop se adentrará sobre ambientes muy oscuros de los que no volverá a salir, sonará la irónica y astuta 'The playboy mansion' ("Si la coca es un misterio / Michael Jackson, historia / Si la belleza es verdad y la cirugía fuente de juventud...") , la increíblemente elegante 'If you wear that velvet dress' (que venía de las sesiones de Zooropa), luego 'Please' (la única que retoma con fuerza el carácter político de la banda) y el cierre con otra reflexión espiritual notable por parte de Bono en 'Wake up dead man' El disco cierra por tanto en un lugar completa y absolutamente diferente a donde comenzó, lo cual habla claramente de que la banda no logró ensamblar con coherencia en estas doce canciones, probablemente por un exceso de ambiciones, una sobre estimación de sus capacidades y también lo apurados que debieron trabajar al haber firmado contratos con un disco en pleno proceso de gestación. En definitiva la banda acabó siendo devorada por su propia sombra. 

En materia de direcciones por tanto Pop resulta un ejercicio algo caótico, sin embargo, mirando el vaso medio lleno, acá hay excelentes canciones (algunas derechamente brillantes) y en lo suyo la mayoría de estas funcionan, además de dar muestras de una dupla Bono/The Edge aún en éxtasis creativo, tanto en materia lírica como en cuanto al tratamiento de las guitarras (lo que Edge logra en 'Mofo' o 'Gone' es un asunto de otro planeta). Pop representa además el último gran salto al vacío que U2 dio en su carrera. En 1997 una facción de los irlandeses, esa valiente y arriesgada, dejaba de existir, dando paso a una agrupación mucho más temerosa, cuidadosa de cada paso a dar y que desde 2000 en adelante se sumergiría en terrenos realmente comerciales y seguros (porque Pop fue cualquier cosa, menos un disco comercial). Pero aquello será motivo de una futura reseña de aniversario, la de All that you can't leave behind, que en 2020 cumplirá dos décadas de existencia...

7,5/10
¡Muy bueno!


Otras reseñas de U2:

martes, 12 de septiembre de 2017

Adelanto: U2 // You're The Best Thing About Me


Aclaración: Días atrás publiqué una mini reseña a propósito de 'The blackout', un adelanto del que será el nuevo álbum de U2. Sin embargo, dado que han eliminado dicho adelanto de la red, para publicar oficialmente 'You're the best thing about me' como el primer single promocional de Songs of experience, eliminaré dicha reseña y la actualizaremos mediante esta. 

¿Y qué había dicho respecto a 'The blackout'? Pues que no estaba del todo mal. Que si bien el coro era algo débil, musicalmente dejaba la sensación de "algo aportar". Al menos un bajo + guitarra interesante ahí había. Sin embargo, con 'You're the best thing about me' vuelven los lugares comunes, el sonido Coldplay y el absurdo de el maestro imitando al aprendiz...

Independiente de que U2 ha sido, por esencia, siempre una banda "emocional", nunca pero nunca debemos dejar de lado que desde sus inicios tuvieron una inclinación por la masividad y la gestación de singles. En esa linea nacieron himnos como 'Pride (in the name of love)', 'With or without you', 'One', 'Discotheque', 'Beautiful day' o 'Vertigo'. Y si, que también los tipos tuvieron la grandeza de conjugar dichos hits con cosas como 'The unforgettable fire', ' Red hill mining town', 'The fly' o 'Numb', pero insisto: U2 desde siempre ha buscado sonar hasta en la cocina. Y 'You're the best thing about me' llega para confirmar aquello de la mano de un sonido fácil, que pretende sonar jovial pero que francamente como single aporta muy poco dentro de la discografía de la banda. 

Musicalmente acá no hay nada, una canción bonita y sería. A rescatar las intervenciones de The edge, tanto con su guitarra en el coro como en ese quiebre casi al cierre, pero en general el tema insiste en aquello de conservar vigencia sacrificando espíritu y esencia. Pero bueno, U2 desde hace rato nos viene acostumbrando a esta irregularidad, y así como 'The blackout' aportaba... este, el primer single oficial de Songs of experiencie, se queda únicamente en el intento.

domingo, 23 de julio de 2017

30 Años De... U2: The Joshua Tree (1987)

"Contundencia y poesía..."

¿Con qué características debe contar un álbum perfecto? Enunciemos: dos o tres himnos, digamos, aquellas canciones absolutamente incontestables, un par de éxitos masivos e inolvidables, una medianía de canciones que dejen la sensación de jamás bajar el nivel, un conjunto de líricas que entreguen ideas interesantes, un vocalista que logre impregnar un determinado sello en sus interpretaciones, una banda en estado de gracia y una producción capaz de hacer lucir de buena forma dicho estado. Y bueno, todas estas variables se conjugaron en 1987 con U2, una banda que venía en ascenso y que en 1984 ya había golpeado fuerte la mesa con The unforgettable fire pero que tres años más tarde se metería definitivamente en la historia con The Joshua Tree, su fabulosa obra cumbre

Musicalmente The joshua tree se entiende como un álbum que aterriza la experimentación desarrollada tres años atrás en The unforgettable fire. En ese sentido, el de 1987 es un álbum que deambula entre el mesianismo y la crudeza, pero que salvo pequeños chispazos no entrega demasiado espacio a los excesos, sonando de esta forma más compacto y sólido que su antecesor. Es un álbum pensado al detalle, donde varias cabezas estuvieron detrás de lograr el sonido perfecto (Brian Eno y Daniel Lanois principalmente), el cual tras largos períodos de locura pudo conseguirse.

Pero vayamos a la música. Abre el disco, una melodía en ascenso señala el rumbo, el rasgueo de la guitarra de Dave Evans (a.k.a The Edge) comienza a pronunciarse para que tras unos cuantos segundos la banda entre en pleno. Es 'Where the streets have no names', un himno, una de las canciones más fabulosas en la carrera de los irlandeses, un tema que por si solo merecería una reseña y que por cierto, nos deja de entrada muy arriba. Curiosamente, en lugar de mantenernos en la cresta de la ola y entregarnos un tema de rock directo ('In god's country', por ejemplo), la banda a continuación opta por bajar las revoluciones, primero mediante el personal medio tiempo 'I still haven't found what I'm looking for', una canción de arreglos muy simples pero que destaca gracias a la interpretación y letra de un Bono conmovedor ("He hablado con la lengua de los ángeles / He tomado la mano del diablo / Era cálida en la noche / Yo estaba frío como una roca / Pero aún no encuentro lo que andaba buscando..."), y luego con la fabulosa balada 'With or without you', canción marcada por el bajo de Adam Clayton y que poco a poco comienza a ganar fuerza hasta acabar orgásmicamente con múltiples explosiones para nuevamente finalizar sobre la calma. Por cierto, los tres temas más contagiosos del álbum ya han sonado por lo que desde acá queda comprobar si el resto logra sostener el nivel.


Un viaje a centro américa influenciaría a Bono a escribir 'Bullet the blue sky' , uno de los temas más políticos en la carrera de la banda, con directas alusiones a la guerra y un sonido marcado (nuevamente) por el bajo de Clayton, una batería de Larry Mullen Jr. que desde los tiempos de 'Sunday bloody sunday' no era así de protagonista y, por supuesto, la fantástica guitarra de The edge, que interrumpe brusca pero acertadamente el relato del vocalista en un par de momentos. La primera parte del álbum finaliza con la sensibilidad de 'Running to stand still', que con sus referencias al mundo de las adicciones se transformaría en otra de las tantas joyas ocultas en la discografía de U2

La cara B del disco abre con una dupla incontestable, dos temas aparentemente menores que vienen a demostrar la grandeza de The Joshua Tree, me refiero a la soberbia 'Red hill mining town', cuyo peso reside completamente en la emocionante interpretación de un Bono que va al límite de su registro, e 'In god's country', con unos guitarrazos inolvidables sobre los que danza una hermosa letra que consagra al Bono letrista ("Los ríos corren pero pronto se secarán / Necesitamos nuevos sueños esta noche..."). Nos acercaremos al final con 'Trip through your wires', el tema más estadounidense del trabajo y otra muy política, 'One tree hill', que es toda poesía (con cierre en tono de oración gospel incluido) para acabar definitivamente este viaje con la oscuridad de 'Exit' y el lamento 'Mothers of the disappeared', dedicada a las madres cuyos hijos o familiares desaparecieron durante distintos periodos dictatoriales ocurridos en Latinoamérica durante los años 70's. 

The Joshua Tree es U2 en estado de gracia. Un álbum perfecto en donde cada canción es un mundo, una historia y que en materia de composiciones encontró a una banda inspirada, capaz de conjugar potentes melodías, cargadas de carácter, con momentos igual de crudos. El disco marcaría por cierto un antes/después para los irlandeses, quienes a partir de acá abrazarían una vocación masiva, de grandes estadios, que hasta el día de hoy los ha marcado. Encuentran así el reconocimiento definitivo y la consagración, desde acá les tocaría re inventarse en el éxito, lo cual no sería fácil tarea, en 1989 tropezarían con Rattle & Hum, aunque aquello será motivo de una futura reseña...

10 / 10
Obra maestra.


Otras reseñas de U2:

miércoles, 24 de diciembre de 2014

30 Años De... U2: The Unforgettable Fire (1984)

"Atmósferas enormes e inolvidables..."

Los tres primeros álbumes de U2 estuvieron bien pero fue en 1984 cuando los irlandeses dieron el salto creativo que acabó marcando su futuro. Y es que tanto Boy (1980), October (1981) como War (1983) lograron dar a conocer a una banda que tenía potencial para llegar lejos gracias a un rock jovial, inquieto, dinámico y que al mismo tiempo daba señales de una particular sensibilidad, sin embargo, The unforgettable fire fue el disco con que U2 demostró tener talento suficiente como para pulir su sonido y definitivamente crecer como banda. Digamos que, si bien los premios, el éxito, la masividad, la consolidación como banda de estadios, las ventas millonarias y los clásicos instantáneos llegarían en 1987 con el fantástico The Joshua tree, el paso importante se había logrado tres años antes.

El gran mérito con que cuenta The unforgettable fire es el de mostrar a una banda capaz de ir más allá de la canción potente e inmediata que había marcado sus inicios. Mérito importante de aquello recae en las labores de producción a cargo de Brian Eno y Daniel Lanois, quienes fueron capaces de sacar desde las entrañas de U2 un sonido que hasta ese entonces era impensado. Existen canciones en el álbum que contienen aún la actitud post punk de los inicios de la banda, 'Wire' o 'Indian summer sky' son los restos de ese sonido directo y dinámico en donde las guitarras de el ya inconfundible Dave Evans (a.k.a The edge) y el bajo de Adam Clayton eran absolutos protagonistas, a las que podría sumarse también el clásico instantáneo 'Pride (in the name of love)', sin embargo, el resto del trabajo funciona en una dirección muchísimo más íntima y atmosférica.

'A sort of homecoming' abre el álbum de manera fantástica, estamos frente a una de las más grandes e injustamente olvidadas canciones de U2, con un Bono que interpreta muy arriba en los registros, quizás a momentos de manera incorrecta pero con una emoción que desborda. Más adelante sonarán las grandes joyas con que cuenta el álbum, en primer lugar 'The unforgettable fire' (la canción), el momento más maduro y mejor logrado del álbum (la mejor canción compuesta por U2 al menos hasta aquel 1984), una combinación perfecta entre teclados y guitarras, mientras que en el nudo del disco aparecerá 'Bad', una balada rock muy cruda e intensa que aborda la temática de las adicciones. También dentro de lo positivo del disco, aunque generando ambientes de paz y calma figuran 'Promenade' y la prédica 'MLK'En toda esta pasada hay que decir que Bono está soberbio transmitiendo potencia, tranquilidad e incluso jugando en 'The unforgettable fire' con agudos por primera vez en su carrera. 

Finalmente, los momentos más experimentales del álbum son con seguridad los más débiles de este y el único "pero" que podríamos encontrarle. El instrumental '4th of July' aporta bastante poco dentro del global y casi en el cierre 'Elvis Presley and America' no es más que un exceso de seis minutos que rompe completamente con la continuidad del disco y que perfectamente podrían habérselo ahorrado. 

Mirado con treinta años de distancia The Unforgettable fire figura como un paso de transición en la carrera de U2. El nexo entre la promesa de sus tres primeros álbumes con el éxito, la madurez y la completa reinvención del período (1987/1993). Hay ripios en este trabajo que serían corregidos tres años más tarde, sin embargo, nada resta méritos a un disco enorme e inolvidable, un álbum que tal como mencionaba en un comienzo, dio claras muestras de que estos irlandeses estaban para hacer historia, y así efectivamente fue. 

¿Canciones? 'A sort of homecoming', 'Pride (in the name of love)', 'The unforgettable fire' y 'Bad'.

8,9 / 10
¡Excelente!


Otras reseñas de U2:
1993: Zooropa
2014: Songs of innocence

miércoles, 17 de septiembre de 2014

U2 : Songs Of Innocence (2014)

Que 30 años no es nada...

No era un lanzamiento cualquiera para U2, era el todo o nada para una banda que desde sus inicios se trazó como objetivo el estar siempre al tope de todo. De ahí que la baja repercusión mediática obtenida por No line on the horizon (2009) golpease duro a los irlandeses, el riesgo de convertirse en otros Rolling Stones era inminente, es decir, una banda dinosaurio cuyos lanzamientos en estudio ya a nadie importasen y todo su actuar se limitase a las giras de grandes éxitos. 

Por todo esto la banda se tomó bastante tiempo para pensar su siguiente jugada, cambiando incluso de dirección en muchos momentos. De partida hubo cambio de manager (se jubiló Paul McGuinness, su gurú de toda la vida) y trabajaron junto a parte importante de la creme de la creme en materia de productores del momento, desde Danger Mouse hasta Paul Epworth (Coldplay, Florence + the machine, Foster the people, etc) y Ryan Tedder (Adele, One republic). Todos los pasos apostaban en una clara dirección: U2 quería recuperar trascendencia y relevancia. La estrategia de difusión, vendiendo el trabajo a Apple y regalándolo en Itunes a millones de suscriptores, ha sido parte de lo mismo, un intento por captar nuevas masas de fans, de volver a ser tema de sobre mesa.

Pero estamos acá para hablar de música, no de movimientos comerciales (aunque en el caso de U2 ambas cosas están directamente relacionadas), porque al final del camino todo se reduce a lo que nos provoquen estas once canciones luego de dar el play y ahí, digámoslo fuerte y claro: U2 han vuelto a salir bien parados, mejor de lo que cualquiera de nosotros habría esperado. Songs of innocence trae de regreso a unos U2 talentosos a la hora de encontrar melodías, líricas y arreglos consistentes, todo además cubierto por una cuidada producción que, a diferencia de discos como All that you can't leave behind (2000) o How to dismantle an atomic bomb (2004), esta vez no ha dejado ripios en el sonido de la banda. En Songs of innocence percibimos a unos U2 rejuvenecidos, con una confianza que no observábamos desde hace mucho tiempo y regulares, por sobretodo regulares, no hay relleno en este álbum, es un disco que se puede oír de corrido sin problemas. Hay ripios, por supuesto que los hay, pero esta vez lo positivo acaba aplastando los matices que uno pueda tener.

El álbum abre con "The miracle (of Joey Ramone)", referencia/tributo a uno de los reconocidos mentores de Bono, con una letra que habla de recuperar la inspiración y un sonido directo, que pese a no sonar ni por si acaso a los Ramones, si cuenta con suficiente frescura como para enganchar de partida. Mucho más adelante en el disco sonará "Volcano" (dispuesta a ser la "Elevation" de este álbum), la cual retomará las guitarras efectivas aunque de forma más tradicional dentro de lo que ha sido el U2 de este siglo. Entre estas dos mencionadas aparecerá esa reconocible faceta melosa y dulce de la banda, marca de la casa a estas alturas, en "Every breaking wave" encuentran una de las armonías más hermosas que U2 ha entregado en mucho tiempo (auto plagio de "Withor without you" en el comienzo incluido), "Song of someone" es la única del álbum donde podemos percibir a la banda al desnudo y sin tanto adorno, aquello se disfruta, y "Iris (hold me close)", apuesta a ser uno de los momentos más emocionales que contiene el disco (es uno de los más notables de hecho), Bono dedica el tema a su madre, quien falleció cuando él era un adolescente y The Edge emula las guitarras de "City of blinding lights" intentando generar ambientes igual de intensos.  

La primera parte de Songs of innocence es, entonces, bastante convencional aunque muy bien lograda. La única sorpresa llega con "California (There is no end to love)", un tema difícil de hacer encajar en el pasado de U2, comienza con un tributo en voces a Beach Boys y luego se lanza al pop entre teclados, sintetizadores, alegres guitarras y un bajo formidable que todo el tiempo marca el paso encontrando un sonido atrevido y fresco. Sin embargo, lo más interesante del disco llegará en la recta final, es ahí donde U2 da un salto cualitativo escapando de lo predecible. "Raised by wolves" revive la magia y el rock de los primeros años de la banda mientras que en "Cedarwood road" oímos a unos U2 tremendamente intensos y "Sleep like a baby tonight" es Bono sobre unos sintetizadores, es recuperar por unos minutos al U2 explorador de los tiempos de Zooropa (1993) y Pop (1997), un momento sencillamente perfecto.  

En los últimos dos temas se percibe con claridad el aporte de Danger Mouse en la producción, en "This is where you can reach me now" y "The troubles" la banda empatiza con el sonido retro de los Black Keys, primero con guitarras, velocidad y coro de multitudes, luego en plan balada sobre vientos y con el correcto aporte de la sueca Lykke Li en las voces. Lamentable eso si el apresurado y torpe cierre que llega con un fade out cuando el tema pedía a gritos un solo más extenso. 

En definitiva, U2 regresa tras cinco años de silencio con un álbum que cumple de sobra cuando apuesta a la segura y que cuando se da el gusto de ir más allá de lo evidente encuentra uno que otro momento brillante. Seamos claros, Songs of innocence no reinventa nada (tampoco hace falta), pero si nos regresa a un U2 equilibrado, trabajado al detalle y lo más importante, ambicioso. 

Para cerrar, una reflexión final: ¿Cuántas bandas en la historia de la música han sido capaces, luego de 30 años de carrera, de defender la categoría con algo del nivel de Songs of Innocence

7 / 10
Muy bueno.


Otras reseñas de U2:
1993 // U2 // Zooropa