lunes, 29 de octubre de 2012

Devin Townsend Proyect: Epicloud (2012)

"Ambición desmedida..."

Dentro de la escena metalera, el multi-intrumentalista canadiense Devin Garrett Townsend debe ser uno de los personajes que más ha llamado la atención durante los últimos años. En poco más de una década el tipo ha editado una cantidad de material impresionante, todo bajo proyectos diferentes (con esta, son cuatro las bandas que ha formado), paseándose por una multiplicidad de estilos (la mayoría ligados al mundo del metal eso si) y haciendo gala de un inmenso talento que por estos días cuesta encontrar en tales magnitudes. No, no estoy exagerando. Los invito a internarse en el universo sonoro de Townsend para que comprendan que mis comentarios no son mero delirio.

Quienes estuvieron ligados a la música extrema durante los años noventa seguro recordarán a los míticos Strapping young lad (si no los ubicas, ve allá de inmediato), el caso es que Townsend lideró dicho proyecto pero acabó en 2006 por evidentes inquietudes musicales. En ese camino, Epicloud vendría a ser el quinto trabajo a cargo del David Townsend proyect. Antes había realizado algo similar con David Townsend band, etapa que se cerró en 2007 con un simpático disco conceptual titulado Ziltoid: The omnicient

Como sea, a juzgar por los resultados, el final de Strapping young lad ha acabado por justificarse plenamente pues Townsend ha dado muestras de una curiosidad en términos creativos que se encuentra por sobre cualquier etiqueta, mejorando lo que parecía inmejorable y lo más increíble es que lo hace desde una vereda musical completamente diferente, apostando por un sonido grandilocuente, obsesivo en materia de arreglos, que por momentos coquetea con el metal pero también sabe acercarse a las melodías, y por que no decirlo, a la belleza.

El álbum da la partida con un coro góspel que de entrada te deja perplejo y cuando aún no logras comprender hacia donde va esto aparece la voz dulce/angelical/hermosa de Anneke Van Giersbergen (invitada de honor a lo largo del álbum) en 'True north', quien repite una y otra vez un maravilloso "I love you, I need you, I've always been around you..." , complementándose luego con la voz de Devin Townsend y armando un cóctel irresistible que estructuralmente cambia de forma cada treinta segundos. Que decir, brillante es poco. 

A partir de acá el disco se paseará por un abanico de estilos que impresiona tanto por su variedad como por el trabajo de arreglos que ostenta segundo a segundo, donde Townsend se muestra creativo a rabiar y un verdadero perfeccionista innato. Sin ir muy lejos, 'Lucky animals' aparece como una cosa más directa y golpeada, con un coro reconocible donde Townsend sabe jugar con buen humor, sin embargo, rápidamente el álbum nos ubicará en una montaña rusa que no tendrá compasión con el auditor. Primero lanzándose sobre sonidos veloces y afilados en 'Liberation', que es fuego puro, para en 'Where we belong' detener la marcha, irse a las guitarras acústicas y armar una preciosa balada, mientras que en 'Save our now' encontrará uno de los momentos más brillantes del álbum, de la mano del pop (si, dije pop) y un sonido cercano al new age ochentero, en un momento esplendido donde Anneke vuelve a lucirse y Townsend demuestra lo grande que es al lograr internarse en terrenos completamente ajenos al metal y no solo salir bien parado si no que dejarnos pidiendo más. Devin, ¿un disco bailable en esta línea a futuro? ¿Por qué, no?

Ahora, como este hombre no es capaz de quedarse ni dejarnos quietos, tras aquella maravilla que es 'Save our now' rápidamente nos golpeará con el metal duro de 'Kingdom' , una donde se auto referencia pues la canción es original de un álbum suyo del año 2000 (Physicist para ser exacto).

En adelante, el álbum continuará con este vaivén constante que oscila entre piezas que coquetean con el progresivo y la grandilocuencia del sonido (como ocurre en 'Grace' o en ese espectacular cierre a cargo de 'Angel'), algunas pasadas donde el metal se hace presente ('More!', espectacular) y momentos más íntimos, incluso románticos ('Divine' o 'Hold on'), consolidando un disco que no tiene punto medianamente bajo y que da muestras de un artista absolutamente brillante que acá lo encontramos en su punto más alto en términos de confianza y creatividad. 

Epicloud es un álbum dispuesto a envolverte, que se caracteriza por sus cambios constantes, una ambición desmedida (pero bien encausada) y un sonido potente que desde la producción puede suene exagerado (seguro a más de alguien le causará rechazo por esta razón, pues hay momentos en el cierre donde realmente el sonido parece ser DEMASIADO), con una cantidad enorme de capas de guitarras y vocales (cada aparición de Anneke es superlativa), pero que funciona gracias al nivel de sus composiciones. Estamos frente a un disco enorme (en el amplio sentido de la palabra), épico de comienzo a fin, lleno de grandiosos detalles instrumentales y vocales que hablan de un autor que claramente está por sobre la media. El disco no contiene nada, se acerca y se aleja del metal todo el tiempo, pero aquello da igual, el álbum seguro encantará a quienes aman la música sin importar por donde esta transite. Claro aspirante a disco del año y sin duda uno de los grandes álbumes que nos habrá dejado esta década. 

9 /10
Brillante.

miércoles, 24 de octubre de 2012

Animal Collective: Centipede HZ (2012)

"Vuela con alas propias..."

Lo nuevo de Animal Collective era para muchos (me incluyo) uno de los lanzamientos más esperados de este 2012. Y es que tras su anterior maravilla inevitablemente las expectativas quedaron arriba, para muchos Merryweather post pavillon (2009) fue una maravilla moderna, una obra de arte enorme. Por tanto, había que verificar si el colectivo animal era capaz de seguir escalando o simplemente habían tocado techo. Y bueno, tras 3 años de silencio finalmente nos han entregado un trabajo que, tal como era de esperar, mandó la presión a volar y simplemente viajó hacia donde sus autores quisieron que volase.

La primera señal positiva que entrega Centipede Hz es la de no sonar a nada esperable. Si Merryweather post pavillon utilizó la electrónica como un generador de ambientes cargados a la psicodelia acá el asunto va por las percusiones y estructuras bastante más reconocibles que las trabajadas en el pasado por la banda. Entonces, si bien la comparación entre obras es tan odiosa como inevitable, me parece que esta nueva entrega posee el mérito de lograr resaltar por méritos propios. 

Un golpeteo incesante da la partida en 'Moonjock' y notamos de inmediato que esta vez los palos van por el lado de la dinámica, de los ritmos inquietos en lugar de las atmósferas, 'Today's supernatural' y sus delirantes juegos vocales confirman esta sensación. Más adelante las excelentes 'Applesauce' (mi favorita) o 'Father time' se moverán en la misma linea mientras que 'Rosie Oh' probablemente sea lo más tradicional y melódicamente reconocible que escuchemos en el disco. La verdad es que ya con las 6 primeras canciones Centipede Hz te entrega suficiente material como para sentirte satisfecho. 

Tras el séptimo tema, cuando suelen aparecer los "descartes" o temas de relleno, en realidad lo que acá se desata es la experimentación. Se aprecia en los casi 7 minutos de 'Monkey rishes' o en la exquisita electrónica de 'Mercury man' el afán de la banda por dar rienda suelta a los juegos de sonidos y vocalizaciones.  El nivel nunca baja y el disco finaliza muy bien. 

Estamos frente a un manjar de agrupación, los Animal Collective siguen sonando creativos y no han temido el llevar su sonido hacia lugares novedosos. El tiempo colocará este Centipede Hz en su lugar, lo que si queda claro es que es un muy buen álbum, que no vive a la sompra de su glorioso antecesor.  

7 /10
Muy bueno.


Otras reseñas de Animal Collective:

lunes, 15 de octubre de 2012

Bloc Party: Four (2012)

"Al hueso, sin pensar en los resultados..."

Silent alarm de Bloc party fue uno de los discos debut más sólidos de la pasada década, sin embargo, las buenas criticas con estos británicos duraron poco ya que sus siguientes arrebatos, justa o injustamente, no fueron bien recibidos. Si a eso agregamos el que durante 2011 se hicieron públicas las disputas que existían al interior de la banda, en donde se llegó a hablar incluso del alejamiento Kele Okereke (voz), el panorama no pintaba bien para Bloc party por ningún lado.

No sabemos si los rumores de ruptura fueron reales o una mera estrategia publicitaria que perseguía generar ruido e interés, el punto es que de pronto surgió la noticia de que la banda seguía unida y que editaría Four, álbum que (como suele ocurrir) sus integrantes calificaron como "lo mejor que hemos hecho en mucho tiempo". Y bueno, la verdad es que tan lejos no andaban. Four no supera a Silent alarm pero, sin ser un disco extraordinario recupera por momentos el nivel que Bloc party había extraviado desde hace bastantes años.

La partida con "So he begins to lie" te habla de inmediato de un álbum cargado a un rock directo, sucio en su sonido y sin demasiados adornos. Más adelante "3x3", "Octopus", o "Ketting" (que con sus guitarras me recordó algo el "Where is my mind?" de Pixies) se moverán en la misma linea. El trabajo incluso encontrará momentos caóticos con "Coliseum" o en ese ruidoso (e incomprensible) cierre de disco a cargo de "We are not good people"/"Clack crown". La calma aparecerá con medios tiempos más melódicos tales como "Real talk" o "Day four" y el sonido inquieto de su primer trabajo se intentará recordar en canciones como "V.A.L.I.S" o "A Team".

El problema que se palpita en Four es que pese a ser un álbum efectivo por momentos, el el global suena desordenado. Si tuviese que definirlo en una palabra diría que se trata de un trabajo visceral, uno de esos que disparan al hueso y no se preocupan demasiado por los resultados. El álbum se mueve por diferentes estados pero en realidad no desarrolla ninguno a cabalidad, lo cual, al finalizar el disco te deja una sensación de incertidumbre. No es un mal disco pero tiene un olor a final impresionante...

6/10
Bueno, cumple.

lunes, 8 de octubre de 2012

Muse : The 2nd law (2012)

"Continuismo más consolidado..."

Genio moderno para algunos, un pomposo pedante para otros. Lo cierto es que a estas alturas, Matthew Bellamy es un personaje que a nadie deja indiferente. El líder de Muse generó buenas críticas y aceptación masiva tras la edición de Absolution (2004) y Black hole and revelations (2006) pero en 2009 cayó en la auto complacencia con The resistance, un disco en donde el tipo se cantó a si mismo todo el tiempo y las direcciones fueron poco claras. Hoy lo tenemos de regreso junto a su banda y un álbum dispuesto confirmar el camino, es decir, insistir sobre la misma tecla aunque con un conjunto más consolidado que el entregado tres años atrás. 

Todos los discos de Muse (excepto The resistance) comenzaron con uno de esos temas colosos y The 2nd law retoma aquella tradición de la mano de 'Supremacy', una partida imponente que llega para poner las cosas en su lugar con tiempos que varían y arreglos orquestales imponentes, algo que más adelante en el disco volverá aparece en una canción exageradísima como 'Survival' y junto con ella toda la rimbombancia (muy Queen claramente) que suele desatar Bellamy, y de la cual abusó en The resistance. 

El alma del disco, sin embargo, estará puesta en su espíritu romántico. Porque si, The 2nd law es, salvo excepciones, una verdadera declaración de amor. Aspecto que rápidamente se insinuará en la preciosa 'Madness',  una maravilla que comienza entre susurros a lo Prince para terminar reventando, tributando a U2 en los agudos y melódicos coros finales. Un single espectacular que toca una vibra que se retomará más adelante en la pasada por 'Follow me', donde coquetean con el dubstep, luego Animals' con un teclado muy Radiohead da la partida y finalmente en 'Explorers' + Big freeze', la primera muy delicada y la segunda recuperando con fuerzas las guitarras. 

Párrafo aparte merece una canción como 'Panic station' , donde Bellamy y compañía encuentran pop del bueno, un tema lleno de sabor que vuelve a reinventar el sonido de Muse con un bajo muy funk que pasaría perfectamente por Red hot chili peppers , un riff de guitarra que recuerda a INXS y un solo a lo John Frusciante, todo aquello adornado por la inspiradísima voz de Bellamy. 

Sin embargo, no todo será positivo en The 2nd law y los errores no forzados aparecerán todos en la recta final. Ahí, nos llegan de sorpresa dos composiciones de Chris Wolstenholme (bajista de la banda), que ciertamente no están nada mal, sobre todo la atmosférica 'Save me', pero...¿qué pintan acá puestas al final del disco de manera forzada? ¿No habría sido mejor incorporarlas en algún lugar del álbum donde tuviesen mayor sentido? Por si fuese poco, el trabajo cerrará con dos instrumentales que definitivamente aportan cero al conjunto y lucen más bien como capricho de Bellamy (uno más...), quien insiste en tratar de demostrar sus dotes de compositor cuando nadie ni nada se lo pide, salvo él mismo. 

Fuera del cierre lamentable, estamos frente a un disco efectivamente mejor logrado que The resistance, un trabajo que derrocha diversidad y encuentra momentos individuales fabulosos. No está ni cerca de sus mejores tiempos pero al menos repuntan...

7/10
Muy bueno.

miércoles, 3 de octubre de 2012

The Killers: Battle born (2012)

"No aporta, tampoco desagrada..."

Tras un comienzo de carrera comercialmente exitoso, el momento de la verdad para The Killers ha llegado y tal parece que la banda no tiene intención alguna de ir muy lejos con su sonido. Hasta ahora se habían conformado con mantener y estirar la fórmula del coro pegajoso, asunto que por cierto trabajan bastante bien y esta vez, con Battle born, lo han vuelto a hacer sin vergüenza alguna.  En ese sentido este disco me recordó muchísimo al de Keane (también editado este 2012) ya que me vuelvo a encontrar con una banda que pareciese tener potencial para entregar algo más pero que termina conformándose con presentar lo obvio. 

Ahora, siendo igual de claro, Battle born es un disco que tras repasarlo canción a canción resulta imposible odiar. Tenemos temas muy dinámicos como la pegajosa partida a cargo del combo "Flesh & bones"/"Runaways" (esta última destinada desde ya a convertirse en un neo clásico de la banda), o el auto plagio descarado de "A matter of time" (una copia calcada de "Somebody told me", un viejo hit de la banda), así como aparecen los medios tiempos en "The way it was" e incluso las baladas como "Here with me". Todo esto muy bien arreglado en donde cada cosa se encuentra en su lugar. El disco es claramente comercial, sin embargo, no es un mal álbum, los temas defienden bien la propuesta que suele ofrecer The Killers. El problema es que, tras 10 años de carrera, sentir que la banda recurre al auto plagio una y otra vez tiende a cansar. 

Battle born no aporta nada nuevo a la carrera de The Killers salvo unos cuantos buenos puentes y coros que en una pasada rápida no desagradan. Probablemente los fans de la banda quedarán satisfechos mientras que el resto masticaremos un rato estas canciones para rapidamente dejarlas en el olvido.

6 / 10
Bueno, cumple.