sábado, 30 de septiembre de 2017

The Killers : Wonderful wonderful (2017)

"Intrascendente..."

La historia de la música está repleta de agrupaciones que lograron en uno o dos álbumes dar un golpe para luego quedarse ahí, únicamente en la promesa. Y si, todo parece indicar que The killers engrosará dicha lista. No pasa nada en todo caso, siempre habrá tiempo para volver a álbumes como Hot fuss (2004) o Sam's town (2006) y recordar con ellos la frescura de un sonido que inevitablemente nos ilusionó con un futuro mejor para la banda, instancia que hoy se ha vuelto presente y siendo francos, es bastante poco lo que nos dice...

Pero quitemos el velo y digamos las cosas como son: The killers como propuesta relativamente interesante acabó en 2008 tras la edición de su tercer álbum. El resto ha sido estirar el asunto porque de algo hay que vivir, pero musicalmente el asunto a estas alturas roza lo patético. Hablamos de una banda que ha tenido muy pronto que vivir de los grandes éxitos, recurrir a la nostalgia y que en menos de una década se quedó con muy poco que decir, asunto que se confirma tras la revisión de este aburridísimo Wonderful wonderful.

¡Y eso que el álbum no comienza nada de mal! 'Wonderful wonderful' (la canción) es una partida fantástica. Un tema que coquetea en la experimentación, que emerge de a poco entre las sombras para sobre el cierre encontrar una serie de explosiones. Repito: es una gran partida. Le sigue además 'The man', el single promocional que conocimos tiempo atrás y que gracias a su contagioso sonido logró ilusionarnos con el regreso de unos Killers en buena forma. Cualquiera de los dos caminos que hubiese continuado el álbum, uno oscuro/experimental o uno pop/bailable/fresco, me parece podría haber funcionado, sin embargo, la banda ha optado por entregarnos una tercera vía repleta de canciones sosas ('Some kind of love', 'Life to come'), algunas que encuentran un buen coro pero suenan demasiado predecibles ('Run for cover' , 'Out of my mind', 'The calling') y otras absolutamente olvidables ('Rut', 'Tyson vs Douglas')  Las estructuras que el álbum entrega en general son monótonas, hay temas que se alargan demasiado, los tiempos son los mismos de siempre por lo que la pregunta cae de cajón, ¿qué justifica la edición de este álbum? Y la respuesta es evidente: habían pasado cinco años desde el (también repetitivo) Battle born (2012) y había que cumplir con el sello. Caso cerrado. 

Dos buenas canciones acompañadas por la más absoluta de intrascendencia. Eso es Wonderful wonderful, la última excusa de The killers para poder salir de gira a tocar sus (ya viejos) éxitos. Pero de propuesta: cero. 

4/10
Malo.


Otras reseñas de The killers:
2012 // Battle born

jueves, 28 de septiembre de 2017

Foo Fighters : Concrete And Gold (2017)

"Lejos de decepcionar..."

En su momento a algunos nos sonó sensato e incluso necesario el que, tras la gira promocional del aclamado (por todos, menos mi persona) Wasting light, Dave Grohl esbozara la idea de darle descanso por unos años a Foo Fighters. Y es que 2012 parecía un buen momento para poner el freno, considerando sobretodo las buenas críticas obtenidas por el mencionado álbum, las cuales lograron aplacar la falta de ideas que comenzaba a visualizarse en las composiciones de la banda.  Además, fuera de lo musical, estaba la sobre exposición de Dave Grohl, quien dicho en simple: nos aparecía hasta en la sopa. 

El tiempo, sin embargo, demostró que eso de la pausa no fue más que una charada o mera estrategia comercial por parte del guitarrista, ya que la banda, lejos de descansar, regresó en 2014 con un ambicioso (y fallido) Sonic highways, y no conformes, en 2015 con un peor aún St. Cecilia. Dos trabajos para el olvido.

Por todo esto, que un par de meses atrás llegase a nosotros un single como 'Run' resultó ser una gratísima sorpresa. Un single maravilloso (una de las canciones del año para quien escribe) que fue capaz de conjugar peso y melodía de manera impecable, con un puente/coro sensacional y, por si todo esto fuese poco, un videoclip a la altura de sus mejores y más irreverentes momentos. 

¿Se vendría entonces el gran disco de Foo Fighters que Grohl viene prometiendo desde hace una década? La respuesta es clara: NO. Sin embargo, algo si esta vez hay que darles: han estado lejos de decepcionar.


Podríamos comenzar afirmando que desde In your honor (2005) no oía a unos Foo fighters tan diversos/furiosos/ruidosos pero atinados a la vez. Además de la mencionada 'Run', canciones como 'Arrows' (un manjar de tema), 'Le dee da' (que si, es auto plagio descarado de 'White limo', pero funciona), el rock & roll de 'Make it right' (algo repetitiva y predecible, si) o el medio tiempo 'The sky is a neighborhood', dan muestras de una banda que ha logrado escapar de la comodidad de sus últimas dos a tres entregar para conjugar esta vez de manera impecable un rock duro con la frescura de un sonido a estas alturas característico. 

Si a estas cinco agregamos a 'Dirty water', que comienza en acústico y mostrándose inofensiva para acabar entre explosiones (que si se extendían por un minuto más no me molestaba), la melódica pero convincente 'The line' y el cierre a cargo de 'Concrete and gold' (la canción), donde Grohl se disfraza durante cinco minutos de su amigo Josh Homme, que decir, resulta imposible no reconocer que estamos frente a un trabajo que convence y se deja disfrutar sin ningún problema.

Las pausas del álbum vienen dadas, en primer lugar, por la acústica 'Happy ever after (zero hour)' (muy McCartney esta, una especie de mix Beatle entre 'Blackbird' +  'She came in through the bathroom window'), y luego por 'Sunday sun', interpretada por Taylor Dawkins, quien claramente ha solicitado algo de protagonismo en este álbum. Las melodías de estas dos son agradables pero ocurre en ambos casos el que estas se extienden demasiado (a 'Sunday sun' le sobra más de un minuto) y la banda no ha sabido cerrarlas, siendo este uno de los pocos defectos que se le pueden encontrar a un álbum sólido, fresco y dinámico.

Concrete and gold me parece es el álbum que, quienes habíamos perdido la fe en Foo fighters, necesitábamos. Quizás la vara venía muy abajo, puede ser, pero esto es lo "mejor" que han parido en al menos una década.

6,5 / 10
Cumple y algo más...


Otras reseñas de Foo Fighters:

jueves, 21 de septiembre de 2017

Foster The People: Sacred Hearts Club (2017)


En 2014 Foster the people regresaba con un álbum que de cierta forma daba continuidad al pop dinámico y contagioso de su debut Torches (2011) pero que al mismo tiempo entregaba pinceladas de avances en lo musical. Digamos entonces que sus dos primeros álbumes estuvieron bien (¡incluso muy bien!), pero quedaba constatar por donde irían los tiros en el siempre jodido tercer disco, ese que debería demostrar para que y para que no está una banda. 

Desde hace un tiempo este vive entre nosotros dejando sensaciones más que gratas respecto a su sonido. Y es que son varios los méritos con que cuenta este Sacred hearts club. En primer lugar, y probablemente el más importante de todos, es que posee identidad. Con tres discos bajo el brazo la banda ha logrado consolidar un sonido que entre guitarras + sintetizadores resulta fácilmente identificable. Pero también están las canciones, que acá continúan regalando momentazos imposibles de no disfrutar, lo cual demuestra que la fórmula pop que la banda utiliza no parece tener intenciones de por ahora agotarse. 

En ese sentido, basta oír las primeras cinco del álbum para comprender por donde va este asunto. Mucho movimiento, dinámica, coros contagiosos, alegría... que decir, uno escucha cosas como 'Pay the man' + 'Doing it for the money' + 'Sit next to me' y realmente cuesta entender al mundo. ¿Por qué esto no suena en todos lados? ¿Por qué Foster the people sigue siendo considerada una banda indie de bajo perfíl? En fin...

Lo cierto es que toda la primera mitad del disco funciona de manera impecable. En la segunda aparecerá el rock & roll de 'Lotus eater' más cosas juguetonas como 'Loyal like Sid & Nancy'. El cierre quizás es lo más débil del disco, con 'Harden the paint' + 'III' dejando esa sensación de no estar a la altura de todo lo que anteriormente había sonado. 

Con todo, y para sorpresa de muchos, lejos de agotar las fórmulas, Foster the people se las han arreglado en este Sacred hearts club para seguir sorprendiendo e instalándose como una de las buenas propuestas que presenta el pop actual. Aunque el mundo no se entere...

3.5 // Muy bueno !

Otras reseñas de Foster the people:

domingo, 17 de septiembre de 2017

Paradise Lost : Medusa (2017)


Tras un álbum tan notable como The plague within (2015), disco que acabó de revitalizar por completo la fantástica oscuridad de Paradise lost, el desafío para los de Nick Holmes no era poca cosa. Dos años más tarde han decidido, como era de esperar, darle continuidad a la linea musical que buenos dividendos les ha venido trayendo desde 2007 aproximadamente (desde la aparición de In requiem para ser exactos) pero, la verdad sea dicha, esta vez han fallado al entregar un disco que contiene todos los elementos clásicos de la banda pero carece de lo más importantes: canciones que vayan hacia alguna parte. 

Si alguien llegase acá a quejarse respecto a lo denso y pesado que suena Medusa, me parece sería alguien que no conoce el sonido de Paradise lost. Y es que el problema del álbum no se encuentra ahí ya que insisto, los condimentos correctos están, el problema es que esta vez no los han sabido mezclar bien, entregando así un plato con poco sabor. Los murallones de guitarras, las voces que van desde el gutural al registro limpio, el sonido áspero y afilado... todo está bien, pero las estructuras de las canciones son tan monótonas, los tiempos tan similares, la ausencia de coros o secciones que enganchen es tan marcada, que la sensación de siempre estar oyendo el mismo tema es evidente por lo que no podemos sino llegar a la conclusión de que Medusa es, por sobretodo, un disco plano.

Llama la atención positivamente la partida del disco, a cargo de los ocho minutos de 'Fearless sky', con una estructura repetitiva que pasando la mitad quiebra a lo Sabbath para luego volver y acabar en paz. Digamos que el asunto comienza bien, sin embargo, pese a que con 'Gods of ancient' sacan el manual e intentan introducir un tema más ágil y agresivo (¡que lo es!) poco a poco el álbum comienza a empantanarse en la falta de chispa o magia, llámenlo como quieran.  A destacar la dinámica de 'Blood and chaos' o ciertos pasajes al cierre de de 'No passage for the dead', pero del resto no hay mucho que decir, riffs muy pesados, un sonido oscuro pero que carece de gancho, algo que a The plague within le sobraba... 

Tampoco pasa nada. Tras casi treinta años de carrera y quince álbumes bajo el brazo resulta esperable el que la inspiración no fluya siempre de la misma forma. El camino para Paradise lost prácticamente no ha sabido de pausas y quizás, solo quizás, este sería un buen momento como para repensar mejor la siguiente jugada ya que el camino de regreso a las raíces parece haberse agotado un tanto...

5/10
Nada muy especial.


Otras reseñas de Paradise Lost:

viernes, 15 de septiembre de 2017

Leprous : Malina (2017)

"Más desnudos, igual de talentosos..."

Varios de los discos más esperados de estos años han visto la luz en este par de meses y hoy me siento a escribir respecto al que, dentro del mundo del metal progresivo, debe ser uno de los álbumes que más ansiosos nos tenía. Y es que había que ver si los noruegos de Leprous sostenían su lento pero claro distanciamiento con la música extrema o reculaban de alguna forma hacia el sonido de sus inicios. Lo cierto es que mirado a distancia, da la sensación de que tras Coal (aquella obra maestra de 2013 y uno de los discos más grandes que hemos oído en este siglo) la banda comprendió que en aquella dirección era imposible avanzar más por lo que The congregation (2015) no fue sino una forma de ganar tiempo (gran forma por cierto) mientras pensaban bien hacia que estación ahora debían moverse. El resultado de aquella búsqueda se resume en la hora de música que nos entregan en Malina, el quinto álbum en la carrera de Leprous.

Los adelantos entregaban señales y lo comentábamos un par de semanas atrás: todo parecía indicar que el asunto se venía esta vez más ligero y, digámoslo con todas sus letras, comercial. Sin embargo, con el álbum entre nosotros es necesario realizar la aclaración: tanto 'Stuck' como 'From the flame', dos temas relativamente inmediatos, de estructuras reconocibles y que anticipaban un The congregation en versión soft, mueven a engaño. Malina es un disco de música progresiva y en su extensión, pese a que se confirma el abandono del sonido duro por parte de la banda, resulta un trabajo cuidado, muy oscuro y por cierto, tremendamente diverso, un disco que continúa mostrando a los noruegos en estado de gracia.  

La partida de hecho, a cargo de 'Bonneville', que va desde la sutileza y el coqueteo con el jazz hasta una serie de golpeadas explosiones, habla de un álbum instrumentalmente pensado al detalle, con unos Leprous que controlan la intensidad a placer. A las inmediatas 'Stuck' + 'From the flame', que desde ya dan muestras de un Einar Solberg que tras la perdida del gutural ha logrado reinventarse de gran forma entre vocales altos y agudos, le siguen 'Captive', golpe seco al mentón, e 'Illiminate', que para mi debe ser el tema al que más cuesta entrar en el disco debido a su sonido entre cortado constante que juega entre guitarras, batería y sintetizador de manera notable. Y a partir de acá, Malina comienza a volar...

'Leashes' baja las revoluciones e se instala sobre una melodía dulce que en los coros explota aunque nuevamente conteniendo el sonido. El resultado es fenomenal. Algo similar realizarán más adelante en 'Malina' (la canción), aunque generando sensaciones intensas con un Baard Kolstad que logra sincronizarse de manera magistral con los vocales de Solberg, entregando un resultado enorme. Entre las mencionadas 'Mirage' + 'Coma' se instalan desde ya como las dos piezas del disco que realizan claros guiños al pasado inmediato de la banda (Coal y The congregation), con un sonido que continúa moviéndose en tiempos entre cortados y estructuras progresivas que no regalan tregua. 

Para el cierre, otro tema directo que golpea fuerte como 'The weith of disaster' y los casi ocho minutos de una teatral y dramática 'The last milestone', cierre que quizás se extiende demasiado y me parece no conecta de manera acertada con todo lo que venía sonando, marcándose un exceso que creo se lo podrían haber ahorrado.

En definitiva. Malina de Leprous es la demostración de que los noruegos por ahora siguen sin tocar techo. Abandonan definitivamente (?) el metal, entregan su trabajo más limpio y desnudo a la fecha pero lo realizan sin perder un segundo su esencia y calidad. Creativos a rabiar e instrumentalmente impecables. Estamos frente a otro de los buenos discos del año. 


7,8 / 10
¡Excelente!


Otras reseñas de Leprous:

jueves, 14 de septiembre de 2017

Adelanto: Marilyn Manson // We Know Where You Fucking Live


Ha vuelto el reverendo. Y ha vuelto como nos gusta que vuelva... lleno de ira. Vuelve en un tono que hace mucho no le oíamos, uno más agresivo y que inevitablemente trae el recuerdo del Manson de dos décadas atrás, lo cual sorprende y digámoslo, incluso emociona. 

Octubre 6 es la fecha en que verá la luz Heaven upside down, el álbum número once en la carrera de Marilyn Manson. Esperaremos ansiosos...

martes, 12 de septiembre de 2017

Adelanto: U2 // You're The Best Thing About Me


Aclaración: Días atrás publiqué una mini reseña a propósito de 'The blackout', un adelanto del que será el nuevo álbum de U2. Sin embargo, dado que han eliminado dicho adelanto de la red, para publicar oficialmente 'You're the best thing about me' como el primer single promocional de Songs of experience, eliminaré dicha reseña y la actualizaremos mediante esta. 

¿Y qué había dicho respecto a 'The blackout'? Pues que no estaba del todo mal. Que si bien el coro era algo débil, musicalmente dejaba la sensación de "algo aportar". Al menos un bajo + guitarra interesante ahí había. Sin embargo, con 'You're the best thing about me' vuelven los lugares comunes, el sonido Coldplay y el absurdo de el maestro imitando al aprendiz...

Independiente de que U2 ha sido, por esencia, siempre una banda "emocional", nunca pero nunca debemos dejar de lado que desde sus inicios tuvieron una inclinación por la masividad y la gestación de singles. En esa linea nacieron himnos como 'Pride (in the name of love)', 'With or without you', 'One', 'Discotheque', 'Beautiful day' o 'Vertigo'. Y si, que también los tipos tuvieron la grandeza de conjugar dichos hits con cosas como 'The unforgettable fire', ' Red hill mining town', 'The fly' o 'Numb', pero insisto: U2 desde siempre ha buscado sonar hasta en la cocina. Y 'You're the best thing about me' llega para confirmar aquello de la mano de un sonido fácil, que pretende sonar jovial pero que francamente como single aporta muy poco dentro de la discografía de la banda. 

Musicalmente acá no hay nada, una canción bonita y sería. A rescatar las intervenciones de The edge, tanto con su guitarra en el coro como en ese quiebre casi al cierre, pero en general el tema insiste en aquello de conservar vigencia sacrificando espíritu y esencia. Pero bueno, U2 desde hace rato nos viene acostumbrando a esta irregularidad, y así como 'The blackout' aportaba... este, el primer single oficial de Songs of experiencie, se queda únicamente en el intento.

domingo, 3 de septiembre de 2017

Bomba Estéreo : Ayo (2017)

"En piloto automático..."

Primer disco colombiano del que escribo en mi blog. ¡Salud por eso! Y es un honor debutar con este (ahora) dúo, quienes en 2015 lograron dar que hablar gracias al fabuloso Amanecer (álbum al que le quedé debiendo una reseña) y un sonido que entrelazaba de manera magistral la electrónica con elementos folclóricos y ritmos latinos (reggaetón incluso) de la mano de una producción moderna, lo cual por cierto ya se había manifestado en 2013 con el sub valorado Elegancia tropical, disco que tal como Amanecer sigue mereciendo toda nuestra atención. Por todo esto, el desafío frente a esta nueva entrega no era menor, había que ver si la banda era capaz de reinventarse en el éxito y , sino superar, al menos mantener cierto nivel para no quedarse únicamente en el recuerdo de lo que fue un tremendo momento.

Ahora, considerando el que han pasado tan solo dos años desde Amanecer, y que la banda se la pasó buena parte de 2016 en gira de promoción, cabe el comentario de que quizás este Ayo ha llegado demasiado pronto, lo cual se evidencia con el correr del trabajo, el cual comienza muy bien pero a poco andar se enreda entre canciones de tónica muy similar y que dejan la impresión de ser sobras de su antecesor en lugar de temas efectivamente nuevos. Me explico. Si algo destacó en el de 2015 fue la capacidad extraordinaria del dúo para conjugar el sabor de temas como 'Fiesta', 'Caderas' o 'Soy yo' con piezas más dulces como 'Somos dos', 'Mar (lo que siento)' o 'Algo está cambiando'. Esa diversidad en Ayo no aparece. 

Tenemos una partida espectacular en la creciente 'Siembra', que desarrolla un mix electrónica + folclor notable (punto negativo eso si: el exagerado autotune, que le entrega a la voz de Li Saumet un efecto pito bastante molesto), seguida de las contagiosas 'Ayo' + 'Química (Dance with me)' y la excelente 'Duele', que rompe de buena forma el tono bailable que el disco traía. Hasta acá, con las cuatro primeras, nada que decir, sin embargo desde acá el álbum no levantará. Con 'Amar así' se instala la fiesta y le seguirán una serie de temas de buenas intenciones pero trabajados de manera básica, sin elegancia, volviendo al trabajo muy monótono y poco atractivo. Intentan, por ejemplo, instalar temáticas interesantes en la feminista  'Flower power' o en la americanista 'Internacionales', y ambas están bien pero se complementan con cosas como 'Money money money' o 'Taganga', derechamente terribles... 

¿Y para cerrar? Un refrito. El álbum finaliza con 'Vuelve', que es una versión acústica (e innecesariamente larga) de 'Siembra', lo cual llega para confirmar que se quedaron sin ideas durante el período de composición de Ayo y han puesto acá "lo que tenían" con el único objetivo de no permitir que se enfriase el plato tras el éxito de Amanecer. El disco en definitiva tiene sus momentos, dos o tres, pero en el global no se acerca jamás a la magia que en 2013 o 2015 esta banda nos hizo sentir. 

6/10
Bueno, cumple.

sábado, 2 de septiembre de 2017

Queens Of The Stone Age : Villains (2017)


Mirado a la distancia, se entiende el que tras un álbum tan oscuro como ...like clockwork (2013) el bueno de Josh Homme probase el realizar un giro hacia latitudes más optimistas. Sin embargo, el que nace chicharra... El caso es que se ha reunido para tales efectos con Mark Ronson y junto a su banda han intentado barnizar un tanto su sonido, digamos, engañarnos un poco haciéndonos creer el que acá hay una especie de re conversión cuando en realidad no la hay. Y es que no la hay, en 'Villains' están los Stone age... de siempre, manoseados por Ronson claro está, pero los de siempre.

Leeremos por ahí el que estamos frente al disco más "bailable" de la banda, y si, que ahí tenemos a las contagiosas 'Feet don't fail me', con ese comienzo notable que recuerda el 'Take me out' de los ya olvidados Franz Ferdinand, y 'The way you used to do', dos que abren el álbum y efectivamente gracias a sus adictivos jugueteos de guitarra acompañados de un sonido sucio pero tremendamente dinámico, logran el que abramos los ojos a más no poder, sin embargo, no pasará demasiado antes de que aparezcan los cables a tierra, me refiero a 'Domesticated animals', 'Fortress' o 'Un-roborn again', temas que por su tono perfectamente podrían haber entrado en ...like clockwork. Y hablando de ellas, 'Domesticaded...' se sostiene sobre un repetitivo riff que durante cinco minutos no hace más que pedir a gritos algo de explosión, la cual jamás llega, 'Fortress' en materia de estructura tampoco aporta mucho pero se salva gracias a los juegos de guitarras que esconde tras cada estrofa + coro mientras que 'Un- reborn again' claramente se extiende por demasiados minutos, cayendo en la monotonía de lo predecible. Entre estas eso si, sonó un rock & roll muy agradable y veloz, 'Head like a haunted house', que divierte con su sonido directo.  

Las sensaciones por tanto, llegando a la recta final del álbum (si, es un disco corto, lo cual se agradece), son diversas. Tenemos tres temas dinámicos, que marcan un camino que habría sido interesante que la banda desarrollada con mayor fuerza, y otros tres que traen a la banda de siempre, realizando uno que otro guiño interesante (algún solo o guitarras que suenan por ahí) pero en general cayendo en la monotonía. En esa linea, 'Hideaway' es otro medio tiempo que funciona en piloto automático (y ya van...), a diferencia de 'The evil has landed' que nos regala un subidón en el minuto final que en conciertos seguramente funcionará muy bien. El bar se cierra con la llegada de la que probablemente es la canción mejor lograda en todo el disco: 'Villains of circumstance', una de esas que comienza al desnudo para poco a poco ir creciendo en intensidad.

¿Con qué nos quedamos finalmente? Dos o tres canciones de nivel, un puñado de temas bastante tradicionales dentro de la carrera de Queens of the stone age y una producción interesante que logra por momentos engañarnos y ocultar lo evidente, que Villains no es más (ni menos) que la sucesión lógica tras ...like clockwork. De re invención, nada. 

6/10
Bueno, cumple...


Otras reseñas de Queens of the stone age:
2013 // ... like clockwork