jueves, 24 de noviembre de 2011

MuteMath - Odd soul (2011)

Mutemath
Odd soul
2011

Esta reseña la voy a disfrutar. Una de las mejores bandas de la última década está de regreso con su tercer álbum. Una de las mejores y más sub valoradas a la vez. Quizás sin el carisma adolescente de The Killers, sin la actitud rock star de Arctic Monkeys o sin la facilidad melódica de Coldplay, lo de Mutemath ha pasado algo desapercibido frente a los oídos del mundo, pero acá el talento y la creatividad sobra, Odd soul ratifica aquello.

Los dos discos anteriores de Mutemath son realmente excelentes (si no los has oído no se que esperas) por lo que el desafío acá no era menor y el dilema era ver por donde disparaban esta vez. La banda ha estado a la altura de las circunstancias entregándonos un trabajo solido, que conserva el sonido siempre inquieto y característico de sus primeros trabajos pero que no se cansa de experimentar al mismo tiempo. Hoy se han ido más por los teclados que por las guitarras, por una producción exquisita que huele a psicodelia setentera y que se disfruta por montones. 

El disco comienza con esta linea mencionada, muy retro en el sonido. Sorprenden "Odd soul", "Prytania" y "Blood presures" ya que no suenan al Mutemath de siempre, la partida no es comercial, ni melódicamente tan fácil de aceptar como en trabajos anteriores. No es que se trate de un álbum alternativo ni nada por el estilo, pero es evidente que esta banda trabaja pensando en la música, en su riqueza y no en cuantos estadios van a llenar con tal o cual canción (¿Alo, Coldplay?). Hay mucha riqueza instrumental y en ningún momento sientes estar frente a un "posible hit" (asunto que si ocurría en sus dos primeros discos). La bofetada se siente pero el trabajo está tan bien llevado que el golpe viene bien. 

Recién al cuarto tema reconocemos a la banda. Vuelven a sonar modernos gracias al ritmo acelerado de "Heads up" y el exquisito coqueteo electrónico de "All or nothing" (si esta canción la compone Radiohead estoy seguro que todos babean, pero como es Mutemath la locura no se desata ... ¿Qué injusto el mundo , no? ) . 

La segunda parte del álbum se carga más aún a la psicodelia, la indagación en el pasado y la producción retro. El disco vive sus mejores momentos en la pasada por "Allies", la increíble "Calvaries" y "Walkind paranoia". Luego "Equals" + "Quarentina" funcionan como una sola canción y nos recuerdan durante 10 minutos el que estamos frente a una banda realmente brillante y para el final Mutemath entiende que todo gran disco debe acabar con un buen lento, en este nos regalan "In no time", cierre soberbio para un álbum que debería ser mencionado a fin de año como uno de los grandes. Un verdadero derroche de creatividad que en lo personal me ha dejado muy pero muy feliz, creo que se nota. 

4 / 5
Excelente






sábado, 12 de noviembre de 2011

Björk: Biophilia (2011)

"Oscuro, personal y vanguardista..."

Mirado a distancia, un álbum como Volta (2007) ha acabó por funcionar como disco bisagra para Bjork, este se dividió entre auto homenajes ('Earth intruders', 'Innocence', 'Declare independence'), momentos melódicos e instrumentales de alto nivel ('Wanderlust', 'The dull flame of desire') y otros realmente difíciles de seguir ('...'), dejándola en el global en tierra de nadie, con un poco de aquí, otro de allá pero sin direcciones claras. El de 2007 fue un buen álbum, que duda cabe, pero por primera vez (quizás en toda su carrera) la islandesa entregó un trabajo confuso en materia de rutas, por primera vez parecía no tener del todo claro hacia donde ir. Por esto mismo, caía de cajón el que para una siguiente entrega la vocalista decantaría por un camino, que es lo que ha hecho en Biophilia, tomando ruta propia, personal, íntima y, por cierto, cohesionada, para bien y para mal...

Nadie podría negarle a Björk el que en Biophilia no suena a ella, y aquello hay que dárselo de entrada, mira que hay que tener los ovarios bien puestos para jugársela por algo como esto, cincuenta minutos que se alejan prácticamente por completo de las melodías para centrarse más bien en sonidos oscuros y ciertamente difíciles de seguir. En lo concreto, existen pequeños momentos en el álbum donde la islandesa busca conectar a través ciertas armonías, instantes donde encontramos desates electrónicos ('Crystalline', 'Sacrifice, 'Mutual core') y otros donde las melodías vocales toman fuerza ('Cosmogony'). En esos momentos el álbum funciona e impacta, sin embargo, el resto del álbum, se debate entre arreglos mínimos (es un trabajo bastante desnudo en ese sentido), en ocasiones sonando casi con ternura ('Moon', 'Virus', 'Solstice'), a veces yéndose a un pozo tremendamente lúgubre ('Dark matter', 'Hollow'), en ocasiones apostando por la repetición de estrofas hasta la exasperación ('Thunderbolt').

El resultado es singular y de enorme identidad. Björk acude a la intimidad para dialogar consigo misma prácticamente sin concesiones con el auditor. Para bien y para mal, va a lo suyo. En la total vanguardia mediante un disco que a primeras cuesta pero al que seguro el paso del tiempo le hará tremendamente bien...

¿Canciones? 'Crystalline', 'Sacrifice', 'Mutual core'.


7 / 10
Muy bueno.

jueves, 10 de noviembre de 2011

Machine head: Unto the locust (2011)

"Lucen ganando tiempo..."

Estos eran otros que la tenían complicada. Luego de un aclamado The blackening (2007) , la pregunta caía de cajón: ¿Y ahora qué? Porque intentar superar ese álbum en una linea técnica, creativa e interpretativa era tarea inútil, el mencionado fue uno de loa grandes álbumes de metal de la pasada década y sin lugar a dudas un punto tope en la carrera de Machine head. Por tanto, frente a tamaño desafío la banda ha decidido, como era de esperar, entregarnos un álbum de continuidad, un disco más sencillo que juega a la segura, yendo al hueso con tan solo siete canciones (aunque casi todas extensas, sobre pasando los seis minutos) y un sonido de peso, con momentos veloces, agresivos y estructuras cambiantes, aunque digámoslo, predecibles. Unto the locust luce entonces como un álbum correcto, que sabe aguantar el peso de su antecesor aunque claro, jamás intenta ir por más sino más bien transmite la sensación de buscar ganar tiempo mientras llegan nuevas ideas. Ahí, funciona a ratos...

La partida de la mano de los ocho minutos y medio de "I am hell (Sonata in C#)" suena ambiciosa, se trata de un tema dividido en tres secciones donde la banda se pasea a gusto por diversos sonidos. Sin embargo, desde entonces en adelante el sonido del álbum se vuelve bastante convencional en la línea de lo que suele ser Machine head"Be still and know"  es un claro ejemplo de lo mencionado, un tema que juega a ser complejo pero en realidad posee una estructura cambiante pero simple, lo mismo que "Locust" (un single evidente, muy cercana al nu metal) y "This is the end", canciones extensas (ambas rondando los 7 minutos) pero con idas y vueltas bastante reconocibles. La primera funciona, sin embargo, la segunda es completo manual, representando el primer bajón del álbum, uno que se acentuará con las tres finales, siendo la balada "Darkness within" la única que algo propone con un cierre bastante intenso pero tanto "Pearls before the swane" como "Who we are" continúan con la senda directa y ganchera pero que en lo concreto aporta bastante poco.

El disco cuenta además con tres canciones a manera de bonus. Versiones más que dignas de "The sentinel" de Judas Priest y "Witch hunt" de Rush, además de una toma acústica de la balada "Darkness within"Concluye así un correcto Unto the locustcon el cual me parece que Machine head se sacan la presión del éxito que significó The blackening y ganan tiempo, pero verdad sea dicha, más allá de un par de canciones no nos dejan nada realmente relevante. Habrá que ver si a futuro retoman el nivel o efectivamente lo de 2007 marcó un techo desde el cual la banda solo podrá descender...

¿Canciones? "I am hell (Sonata in C#)" y "Locust".


6 / 10
Bueno, cumple...

viernes, 4 de noviembre de 2011

Opeth - Heritage (2011)

"Necesario punto de inflexión ..."

A dos meses ya de su lanzamiento me lanzo con uno de los álbumes más interesantes de este 2011 y que bastante ha dado que hablar. Para muchos uno de los mejores del año, una maravilla, para otros un experimento completamente olvidable. Me refiero al más reciente y décimo trabajo del quinteto sueco Opeth. Quienes lo critican apuntan al cambio de estilo, a que la influencia de Steven Wilson (líder de Porcupine Tree) entre otros músicos lograron que el álbum "no suene a Opeth", a que esto ya no es metal, a que el disco no tiene nada de original ya que solo toma una serie de sonidos de bandas de rock progresivo de los 70's y los mezcla, pero que de novedad acá no hay nada, etcétera, etcétera. Quienes lo valoran lo hacen por su riqueza instrumental y por la osadía que muestra una banda por romper sus propios límites

Lo cierto es que la banda liderada por Mikael Akerfeldt nos ha entregado un álbum que efectivamente se aleja muchísimo del sonido clásico de la banda. Probablemente ciertos pasajes de su anterior trabajo, Watershed (2008), insinuaban un tanto el camino que acá con Heritage han explotado, pero creo que nadie en su sano juicio habría apostado con seguridad por la ruptura total que la banda ha establecido con el black metal y sus variantes.  ¿Es esto negativo? En lo personal me parece que si un disco funciona da realmente lo mismo el estilo del que sea y acá el asunto musical anda muy bien en gran parte de los 55 minutos del trabajo.

La partida del álbum cargo de la magnífica tripleta compuesta por " The devil's orchard/ I feel the dark / Slither" te habla de inmediato de un disco muy bien pensado, de arreglos que cambian todo el tiempo y que claramente pretenden llevar el sonido de Opeth a una nueva estación. Más adelante el álbum se moverá entre tiempos más lentos y probablemente acá nos encontremos con el gran defecto que posee el disco: se entrampa en su propio sonido. Tanta vuelta eterna termina, en ciertos momentos, agotando (los 16 minutos de "Famine" + "Folklore" me parece que terminan siendo demasiado ). 

No sabemos si Heritage representará un paréntesis creativo en la carrera de Opeth o definitivamente el primer paso dentro de una nueva etapa de la banda, aunque tal parece que el asunto está más cerca de esta última opción. Sea como sea, se agradece la actitud y la música que nos han entregado. Otro de los buenos discos de este año. 


7 / 10
¡Muy bueno!