martes, 29 de octubre de 2013

20 Años De... U2: Zooropa (1993)

"Inspirados y brillantes..."

Año 1991 y U2 da un salto que haría historia. Todo gracias al fantástico Achtung baby! , un álbum que transforma el sonido y la imagen de la banda permitiendo que el cambio de década fluya con naturalidad para los irlandeses. Pocas veces en la historia hemos visto una mutación tan impactante (y exitosa) como la que U2 encarnó en el paso desde Rattle & hum (1989) a Achtung Baby! (diez años más tarde Radiohead protagonizaría algo comparable con el paso desde Ok Computer a Kid A) y es que los tipos vivían los años más creativos de su carrera por lo que el éxito del álbum, sumado al buen recibimiento obtenido por una pretenciosa gira titulada Zoo Tv Tour, desencadenó en la idea de en plena gira meterse al estudio con objeto de grabar un EP, cuatro o cinco canciones que viniesen a confirmar el buen momento de la agrupación. Pero nuevamente, los tipos estaban tocados y la inspiración fluyó al punto de que el pensado EP terminó convirtiéndose en Zooropa, uno de los álbumes más fascinantes en la carrera de U2.

Si con Achtung Baby! la banda consiguió encontrar un perfecto equilibrio entre talentosas melodías con vocación masiva ("One", "Even better than the real thing, "Mysterious ways"), cierto nivel de oscuridad ("Love is blindness", "So cruel", "Acrobat") y un moderno rock que coqueteaba con la vanguardia ("Zoo Station", "The fly", "Until the end of the world"), con Zooropa la banda se atreve a expandir más aún los límites de su sonido entregando un álbum más arriesgado e incluso, alternativo. Confían plenamente en su material por lo que pierden el miedo a jugar sobre los margenes de lo esperable y bueno, vuelven a salir bien parados. 


En general Zooropa es un álbum oscuro e íntimo, con momentos en donde realmente cuesta visualizar el que estemos oyendo a la misma banda que cinco años atrás componía canciones como "I still haven't found what I'm looking for" o "Desire". Acá incluso en los momentos más melódicos del álbum ("Babyface", "Stay" o "The first time") se aprecia un sello musical característico y una producción exquisita (a cargo de Brian Eno + Flood, quien ese mismo año grabaría junto a Depeche mode el Songs of faith and devotion) , cargada a los teclados y que entrega atmósferas increíbles en temas como "Zooropa" o la oscura "Dirty day". Durante todo el álbum David Evans Adams (a.k.a The Edge) suena fabuloso en las guitarras, experimenta más que nunca en canciones como "Numb" o en las capas que envuelven el sonido de la ya mencionadas "Zooropa" o "Stay (faraway, so close)", Bono en las voces aparece lleno de filtros e incluso se da el lujo de reinventar sus registros en una inovidable y absolutamente confrontacional "Lemon" (¿un single de siete minutos?, un single de siete minutos...), la batería de Larry Mullen suena seca y particular, robándose la película en la mecánica "Daddy's gonna pay for your crashed car" y por si todo esto fuese poco, el cierre a cargo de "The wanderer", con un legendario Johnny Cash en las voces, llega a confirmar el que la banda se sentía con la confianza como para realizar lo que fuese. 

Estamos frente a un trabajo de lujo, un disco al que cuesta encontrarle defectos. Un álbum que se suponía venía a ser el hermano menor de Achtung Baby! y terminó ganándose su espacio por méritos propios. Un verdadero neo clásico. 

La historia de U2 alcanza su máximo creativo con Zooropa, a partir de acá solo quedaba el inevitable descenso y es que superar algo como esto realmente era complicado, por no decir imposible. En 1995 buscarían inspiración (y aire) en un proyecto más alternativo que Zooropa, titulado Passengers y en 1997 llegaría Pop, el comienzo del fin para la banda, pero bueno,  aquello es parte de otra historia, una que espero revisar en 2017, si la vida y las energías me siguen acompañando. Será hasta ese entonces...


9/10
¡Brillante!

sábado, 26 de octubre de 2013

Soulfly: Savages (2013)

No suma, tampoco disgusta.

Desde hace rato que Max Cavalera, junto a su proyecto Soulfly, dejó de lado la experimentación para lanzarse de lleno en la búsqueda de un trash metal bastante directo y que siento pretende acercarse cada vez más a lo que alguna vez el cantautor realizó junto a Sepultura. Su anterior trabajo, Enslaved  de 2012, me pareció en su momento el mejor álbum de Soulfly hasta la fecha (junto con Dark ages de 2005) y debo admitir que la noticia de un nuevo disco me agarró de sorpresa, no esperaba un trabajo tan pronto e inevitablemente temí por un retroceso. Ahora, con el disco entre nosotros debo comentar que mis aprensiones quedaron de lado, Savages, el noveno álbum de Soulfly, sin sorprender logra cumplir con lo que venía siendo la ascendente carrera de la banda. No estamos frente a un disco que sitúe a Soulfly un peldaño más arriba de donde estaban pero al menos no bajan.

¿Y que tenemos esta vez? Fuera de una portada horrible y de bastante mal gusto, como era de esperar, dado el poco tiempo que Cavalera ha dejado entre disco y disco,  nos encontramos frente a un álbum que en lo musical pretende ser inmediato y volar cabezas con su sonido. Acá no hay sorpresas, son las guitarras de siempre, la velocidad y las interpretaciones con marca registrada. El punto es que en parte importante del álbum el asunto funciona, no maravilla pero el cuento avanza. 

Como suele ocurrir con este tipo de discos (aquellos que pretenden ser efectivos), lo mejor se concentra en la primera mitad. La partida a cargo de los siete minutos de "Bloodshed" da continuidad a lo que la banda venía realizando en sus anteriores trabajos. Muchos cambios de tiempos, momentos veloces que se enlazan con otros muy densos  y oscuros, algo similar se vivirá más adelante con la excelente "Ayatollah of rock n' rolla". Entre estas aparecerá la velocidad de "Cannibal holocaust" y algunas de tiempos más lentos como "Fallen" o la excelente "Master of Savagery". La segunda parte del disco se volverá algo más monótona, la seguidilla "Spiral / This is violence / K.C.S / El comegente" funciona en una linea muy similar por lo que el álbum encuentra 20 minutos que terminan agotando. Recién para el final el asunto repunta un tanto gracias a la velocidad de "Soulfliktion" pero lo cierto es que pasando el quinto tema Savages no recupera jamás el nivel inicial. 

Algunos dirán que Max Cavalera ha perdido el factor sorpresa, yo al menos sigo rescatando el que sus trabajos mantienen un nivel digno. Ahora, la pregunta queda en el aire y tiene sentido: ¿se deberá este apresurado lanzamiento al hecho de que este 2013 también Sepultura sacaba nuevo disco? ¿Seguirá Max aún más preocupado de su ex banda que de sus propios proyectos? Mejor no darle demasiada vuelta al asunto y simplemente disfrutar de la música.

6/10
Bueno, Cumple. 


Reseñas anteriores de Soulfly:

lunes, 21 de octubre de 2013

Paul McCartney : New (2013)

Genio en vida

Decir a estas alturas que Paul McCartney no tiene nada que demostrarle a nadie es una obviedad, sin embargo, no puede dejar de sorprenderme el que con más de 70 años el tipo aún sea capaz de entregarnos un álbum como NewY es que no tendría porque hacerlo, discos como Flaming pie (1997), Chaos and creation in the backyard (2005) o Memory almost full (2007) ya habían demostrado sus (a estas alturas) inagotables capacidades como creador por lo que el hombre perfectamente podría estar, como tantos otros, viviendo del legado o sacándole dinero fácil a alguna obra de 30 años atrás (alo? Roger Waters?) pero McCartney es un genio de esos inquietos, un tipo al que las canciones parecen fluirle con la respiración y bueno, no queda más que sentirse afortunado por poder disfrutar de sus creaciones en vida. 

Con New recuperamos al Paul más luminoso de todos, de hecho, la buena vibra que desprende este álbum además de su sonido cargado a las guitarras (esta vez el piano no es protagonista) me recordó en una primera impresión mucho de lo que fue Flaming pie, probablemente mi disco favorito de la carrera de McCartney. Pero fuera de la luminosidad, hay algo maravilloso en la música de este álbum, algo realmente difícil de explicar con palabras, cierto sentir que va más allá de las buenas canciones (que las hay de sobra) y que conecta contigo de manera muy especial.  Pero bueno, dejémonos de misticismo y hablemos de las canciones... 

New es un álbum armado en perfecto sentido ascendente, comienza con un rock & roll muy sencillo y energético titulado "Save me", continúa con la melódicamente exquisita "Alligator" y encuentra su primer momentazo con la balada acústica "On my way to work", acá Paul conmueve con su tono reflexivo, el cual volverá a aparecer más adelante con "Early days" y el recuerdo de aquellos días en que junto a un grupo de amigos en Liverpool se dedicaban a tocar y componer música, visualizando en ese entonces la fama como algo muy distante. 

El segundo momentazo del disco llega con el tridente "New /Appreciate / Everybody out there". La primera es un manjar beatlesco, una mezcla entre el fraseo de "Got to get you into life" y el piano de "Penny lane", acá Paul se despacha un optimista "We can be what we want , we can live as we choose..." marca de la casa, nos habla de asumir el riesgo de vivir la vida como algo nuevo y bueno, se lo creemos todo. "Appreciate" se interna en terrenos musicalmente más arriesgados, suena moderna, mira hacia el futuro enmarcando entre teclados y baterías electrónicas una melodía muy tranquila pero que explota gratamente a momentos, un verdadero temazo. Finalmente llega el rock en acústico de "Everybody out there", el mejor tema del disco por excelencia, uno de esos himnos creados para ser recordados y en donde Paul pareciese recomendarse a si mismo un "Do some good before you say goodbye...".   La verdad es que tras "Everybody out there" podría haber sonado lo que fuese y de todas maneras me habría sentido satisfecho con el álbum pero las sorpresas acá continúan. La recta final del álbum funciona a modo de epílogo bajando poco a poco la intensidad pero no por esto el nivel. "I can bet" es el último rock & roll que aborda el disco, "Hossana" es una agradable balada acústica y la dupla "Looking at her/Road" funciona en la linea electrónica e íntima que antes entregó "Appreciate", es un gran cierre. 

En síntesis, dejando la historia, el pasado, el nombre, el cariño.... dejando todo aquello de lado (y vaya que cuesta), New sigue pareciéndome un tremendo disco, un álbum completísimo que seguro aparecerá destacado dentro de los recuentos de fin de año, un disco repleto de melodías talentosas las cuales han sido trabajadas al detalle (cuatro productores participaron en el trabajo) dejando poco o nada al azar.  

La carrera de Paul McCartney no ha sido perfecta, su discografía está repleta de altos y bajos, sin embargo, sus últimos 20 años han sido fabulosos. Hoy lo vemos muy consciente de la etapa que vive e insiste en entregarse por completo a la composición de discos memorables. 

8,5 / 10
¡ Excelente !

viernes, 18 de octubre de 2013

Placebo: Loud Like Love (2013)

Como quien se niega a crecer

Resulta rentable impactar en adolescentes, el problema es que tarde o temprano todos crecemos y aquello que a los 17 nos parecía extraordinario a los 27 nos damos cuenta de que no lo era tanto. Hay bandas que saben madurar junto a nosotros por lo que pese al paso de los años siguen sonándonos interesantes, se aprecia una evolución en ellas (en mi anterior reseña comenté a Pearl Jam, claros exponentes de lo que menciono), pero también están las que se niegan a crecer y ahí me parece que juegan bandas como Placebo, una agrupación que durante fines de siglo pasado tuvo llegada en muchos jóvenes gracias a un sonido y una imagen determinada pero a partir de ahí, ya sea por falta de ideas o coraje, les ha costado mucho romper con todo aquello. Insinuaron cierto crecimiento en algún momento (Meds de 2006 es para mi su mejor álbum precisamente por eso) pero hoy los tenemos con un nuevo disco que da evidentes señales de fatiga y falta de ambición

Dentro de los 45 minutos que Loud like love dura nos encontramos con uno que otro guiño atractivo, "Exits wounds" por ejemplo es un interesante ejercicio que conjuga electrónica y guitarras de buena forma mientras que "Begin the end" es otro tema que funciona bien gracias a su estructura creciente, canciones como "Loud like love", "Scene of a crime" o "Purify" pese a ser los ya típicos temas gancheros de Placebo, entretienen, el problema es que dos canciones y un par de ganchos es muy poco para sostener un álbum, sobretodo si este posee un constante perfume a fórmula añeja, asunto que termina agotando a cualquiera. Ahora, por si todo esto fuese poco, las letras son tema aparte. Básicas a más no poder. 

El mundo ha cambiado pero pareciese que para Placebo no. Los fans han crecido y las fórmulas juveniles hoy también son otras (el pop con toques de glam ya no entra) por lo que la banda poco a poco se ha ido quedando solo con la fanaticada dura, esa que se sigue aferrando a sus viejos éxitos y a la nostalgia.  

4 / 10
Malo, intrascendente.

martes, 15 de octubre de 2013

Pearl Jam : Lightning Bolt (2013)

Siguen sobreviviendo a la madurez

Pearl Jam es una banda que jamás me ha entregado un mal disco. Afirmo esto dejando el fanatismo afuera (aunque no lo parezca). Tendrán sus altos (Ten, Vs, Yield, Pearl Jam) y sus no tan altos ( Rioc Act, Backspacer), sus experimentos acertados (No code) y otros no tanto (Binaural) , pero en el global me parece que la agrupación no solo ha logrado sobrevivir a la (siempre complicada) madurez si no que también ha sabido conservar elementos de frescura en su música pese al paso de los años. Sin embargo, soy muy consciente de que nada es eterno en esta vida y Backspacer (2009), su anterior entrega, pese a de todas maneras ser un álbum que se encontraba sobre la media, daba ciertas señales de agotamiento por lo que en la previa a este trabajo temí el llegar a encontrarme con un disco cargado de auto complacencia y de cierto estancamiento creativo. Finalmente no ha sido así,  Lightning bolt, el décimo álbum de Pearl Jam, pese a que no da para lanzar cohetes de alegría (Pearl Jam y Backspacer me dejaron mejores sensaciones en un inicio) y sin descubrir la rueda (ya no hace falta por cierto), continua pasando la prueba de la blancura tanto en lo individual como en lo colectivo.

¿Qué le podemos pedir a un disco de Pearl Jam a estas alturas? En realidad creo que la pregunta es a la inversa ... ¿Qué no queremos oír en un disco de Pearl Jam? En lo personal no deseo verlos faltos de hambre, podrán acertar o no pero quiero verlos siempre mirando con osadía el presente, no quiero verlos existir solo por cumplir. Y bueno, mirándolo desde aquella perspectiva se percibe en Lightning bolt a una banda que sigue mostrando ansias por dar pasos hacia adelante y lucha por encontrar canciones notables pero en esta ocasión el resultado carga con muchos altos y bajos por lo que el producto final es tremendamente irregular. 

Pero pasemos a las canciones, lo realmente importante acá. La partida de Lightning bolt se mueve dentro de lo que ultimamente Pearl Jam nos viene entregando, es decir, tres temas de garage y que apuntan directo a la médula del rockero. "Getaway" , "Mind your manners" y "My father's son" son directas y no dan tregua. Las dos primeras están muy bien pero en lo personal "My father's son" (la "Comatose" de este álbum) me ha parecido el primer real momentazo que vive este disco, encontrando en estos tres minutos a una banda inspiradísima y a un Eddie Vedder que se entrega por demostrar el que aún puede interpretar temas de manera soberbia. Más adelante en el disco sonará "Lightning bolt" (la canción) , otra muy potente y ágil que funcionará en una linea similar a las inicialmente mencionadas, sin embargo, entre ellas aparecerá "Sirens", una hermosa balada que logra el equilibrio gracias a una sensibilidad muy bien lograda de la mano de guitarras y teclados que funcionan muy bien y en donde nuevamente Vedder alcanza altas cotas interpretativas. Desde ya se aprecia que el vocalista será, para bien y para mal, actor principal de este trabajo.

Las primeras cinco del álbum son un verdadero viaje sin desperdicio, sin embargo, a partir de acá comenzarán los altibajos del álbum, probablemente el gran punto débil con que cuenta Lightning bolt: el no lograr sostener durante toda su duración el mismo nivel. "Infalible", por ejemplo, es un tema demasiado inofensivo en relación a lo que venía sonando y algo similar ocurre con "Swallowed whole", otro medio tiempo que tiende a caer en la intrascendencia. Mucho más arriesgada suena "Pendulum", básicamente gracias a los oscuros e íntimos ambientes que encuentra, los cuales lamentablemente no se conectan con nada que funcione en la misma linea. De igual manera "Let the records play" juega mucho con guitarras cargadas de rock and roll , el problema es que el tema es tímido y se queda solo en la insinuación de algo que jamás llega. 

La recta final del álbum es casi un disco en solitario de Eddie Vedder. De hecho comienza con "Sleeeping by myself", un tema que ya conocíamos de la edición del Ukelele songs (2011) y que realmente no se que pinta acá ya que no aporta demasiado en relación a la versión original. "Yellow moon" y "Future days" mejoran bastante el asunto entregando un grato final cargado de nostalgia pero que siento no se encuentra a la altura de otros cierres que le habíamos conocido a la banda ("All or none" , "Inside job" o "The end", sin ir demasiado lejos). Sin que sea un mal final siento que faltó la intensidad que en otras ocasiones sobró, creo que desde Binaural (2000) no me encontraba con un cierre de disco tan frío como este. 

Lightning bolt es un disco agradable en el global y que seguramente no dejará disconforme a los fans, de las doce canciones que lo componen al menos siete son de alto nivel, el problema es que la mayoría de ellas están concentradas en la primera parte del disco, de hecho solo "Pendulum" y "Yellow moon" me parecen realmente destacables dentro de los últimos 25 minutos de álbum y aquello creo que termina dejándote sensaciones encontradas. Es un buen álbum pero dentro de la discografía de Pearl Jam se mueve entre lo "menos bueno" junto a Binaural y Rioc Act.   

6 / 10 
Bueno, cumple. 

viernes, 11 de octubre de 2013

Korn // The Paradigm Shift // 2013

La creatividad cuesta abajo

Lo de Korn viene siendo errático desde hace tiempo. Hasta 2002 conocimos cinco grandes álbumes de la banda, algunos preferirán Korn (1994) o Life is peachy (1996) por su agresividad y actitud, otros habrán enganchado con el carácter comercial de Follow the leader (1998) o Issues (1999) y estamos los que disfrutamos hasta el día de hoy con Untouchables (2002) por lo exploratorio que resultó su sonido. Sea como sea, los primeros diez años de la banda resultaron interesantes, el problema fue que a partir de ahí la creatividad se les fue a pique. En 2007 Untitled encontró agradables momentos de oscuridad (solo momentos) , luego vino un Unplugged, un intento descarado y fallido por volver a las raíces en Korn III (2010) y lo último que habíamos escuchado de ellos fue el experimento cargado el dubstep que entregaron en 2011 titulado The path of totality.  Estoy entre quienes no engancharon con su último disco, incluso en su momento ni siquiera lo quise comentar acá en el blog ya que me pareció un intento tan forzado por sonar "modernos", tan poco auténtico, que preferí simplemente ignorar la jugada (algo parecido a lo que me ocurrió con el St. Anger de Metallica en 2003), eso además de que el disco no me pareció nada del otro mundo, era el Korn de siempre con dupstep de fondo.

Todos estos irregulares pasos dados por la agrupación en los últimos diez años me llevaban a no saber que esperar de este nuevo disco, el cual además contaría con una novedad no menor, me refiero al regreso tras ocho años de alejamiento de Brian "head" Welch, guitarrista original de la banda que había jurado jamás volver a Korn, pero bueno, bien sabemos que poderoso caballero es Don Dinero. Ahora, de todas maneras la vuelta de Welch a Korn probablemente habrá a ilusionado a muchos, sin embargo, le tengo un consejo a los nostálgicos: sigan escuchando los discos viejos, acá no encontrarán lo que esperaban.

The paradigm shift es escuchar el The path of totality pero sin el dubstep. Evolución cero. Las mismas estructuras tradicionales, los mismos quiebres que intentan aportar intensidad pero suenan predecibles, el mismo intento todo el rato por encontrar coros pegajosos, en pocas palabras: lo mismo de siempre pero con cada vez menos talento. Recuerdo que incluso en Korn III de 2010 se encontraban algunas canciones como "Holding all these lies" o "Are you ready to live" en donde se apreciaba desgarro y entrega pero acá nada de eso aparece, ni siquiera a gotas como en aquella ocasión. Y cuando un disco no propone novedades ni en su sonido, arreglos, ni en estructuras el asunto solo se remite a analizar las canciones y ver si estas funcionan, asunto que en mi opinión no ocurre. Me entretuvieron hasta cierto punto "What we do" , "Mass of hysteria", el cambio de velocidad que tiene a medio tema "Paranoid and aroused" (auto plagio de "Somebody someone" eso si) o los registros guturales que logró Jonathan Davis en "Tell me what you want" pero tres o cuatro canciones no justifican los 45 minutos que dura el disco.

La vuelta a las raíces no resultó, el dubstep tampoco, un disco tradicional y popero como este menos. Tal parece que a Korn ya no hay como resucitarlo. 

4 / 10
Malo.

miércoles, 9 de octubre de 2013

Dream Theather: Dream Theater (2013)

Un intento por abarcarlo todo

Desde hace un buen tiempo que cada nuevo álbum de Dream Theater es observado con especial atención por parte importante del mundo de la música. Y es que a estas alturas de la historia estamos hablando de un verdadero neoclásico del rock, una banda que durante estas dos últimas décadas ha marcado pauta dentro de lo que ha sido el metal progresivo y cuya influencia dentro de las nuevas generaciones es innegable. Ahora, independiente de todo aquello, este álbum poseía un condimento especial ya que vendría a ser el segundo de la era post Mike Portnoy, baterista y lider de la banda hasta 2010, año en que decidió abandonar el proyecto. Fue en 2011 cuando la banda lanzó A dramatic turn of events, un disco que fue comprendido por la mayoría como un álbum de transición, sin embargo, para esta nueva entrega no habría excusas, el doceavo álbum de Dream Theater debía marcar claramente el nuevo camino que la banda pretendía seguir y demostrar que sin Mike Portnoy eran capaces de volver a componer un gran disco.

Acorde con el título homónimo del álbum nos hemos encontrado con un trabajo que pretende definir a Dream Theater, un disco que siento de cierta forma intenta abarcar las distintas etapas que la banda ha recorrido durante todos estos años. Es así como luego de un excelente instrumental muy cargado de power/epic metal nos encontramos con "The enemy inside", un tema potente y directo que engancha con el sonido que le hemos oído a la banda durante esta última década, seguido de "The looking glass", un medio tiempo melódico que conecta más con la etapa noventera de la agrupación. Posteriormente el álbum vive uno de sus mejores momentos gracias al instrumental (otro más, pero la apuesta no molesta) "Enigma machine", acá la banda desata las tradicionales vueltas de tuerca que trabaja el rock progresivo y uno que otro acertado cambio de velocidad que se disfruta bastante. Hasta acá musicalmente no hay reparos, estamos frente a un gran trabajo que muestra diversidad, trabajadas composiciones y una producción que sin exponer demasiado la labor de Michael Mangini (el, ya no tan nuevo, baterista) logra dar espacios para que el hombre realice un buen trabajo.

Con la segunda parte del álbum lamentablemente aparecen los tropiezos y es acá cuando el disco pierde fuerza volviéndose algo predecible. En la pasada por "The bigger picture" , "Behind the veil" y "Surrender to reason" se visitan lugares demasiado comunes dentro del sonido de Dream Theater, son 20 minutos que tienden a cansar con temas que, sin ser malos, no sorprenden y huelen a relleno descaradamente. Todo mejorará eso si llegando la recta final gracias a la correcta balada "Along for the ride" seguida del enorme cierre que es "Illumination theory", una pieza de 22 minutos de duración que por si sola pesa muchísimo dentro del disco y en donde la banda realmente se esmera por entregar su máximo potencial tanto a nivel de composición, técnico como interpretativo. Se trata en realidad de dos canciones de 7 y 8 minutos respectivamente, unidas por un segmento de 4 minutos orquestados y cerradas (quizás innecesariamente) con un piano que durante 3 minutos marca una melodía. 

El final del disco a cargo de "Illumination theory" me parece que resume de buena forma las intenciones de este álbum, un disco que intentó abarcarlo todo y ser carta de presentación para esta nueva etapa que vive la banda . ¿Lo logra? En gran parte de su duración me parece que si, sin embargo, creo que en ese afán de precisamente sonar demasiado completo el trabajo cansa en determinados momentos. De todas maneras siento que Dream Theater pasa la prueba tranquilamente entregándonos un disco complejo, equilibrado, que no cae en excesos y mantiene en buen pie a los padres del metal progresivo. Uno de los discos más esperados del año ha estado a la altura, lo cual no es poco decir. 

7/10
Muy bueno.

sábado, 5 de octubre de 2013

MGMT: MGMT (2013)

Rompiendo bruscamente con el mainstream

Así como existen artistas que sueñan día y noche con la masividad, dando todo lo que pueden (y más aún) con tal de lograr encajar algún éxito en los medios, hay quienes se dan el gusto de entrar y salir de ahí cuando les da la gana. Algo por el estilo ha ocurrido con el dúo MGMT, quienes gracias a canciones como "Time to pretend" o "Kidz", incluidas en su álbum debut Oracular spectacular (2008), encontraron buena recepción masiva en sus inicios. Posteriormente, ya en 2010 con la llegada de Congratulations se pudo observar cierta intención por desmarcarse un tanto del pop facilón de su álbum debut pero con este, su tercer disco, si que la ruptura es absoluta. MGMT se distancia brusca, intencionada y decididamente del mainstream mediante un disco cargado de psicodelia, experimentación y en donde durante largos pasajes no encontramos rastros de lo que algún día pareció ser este dúo.

Estamos frente a un álbum, por sobre todo, valiente. Porque cuando una banda logra reunir a un grupo de seguidores, lo lógico es cuidarlos y no salirse demasiado de los márgenes, sin embargo, acá nos encontramos frente a lo contrario, MGMT golpea la mesa desarrollando un trabajo que no cae en medias tintas y desde sus primeros acordes suena desafiante. Lo lindo es que funciona. A mi al menos el álbum me ha encantado y de paso me ha recordado muchísimo el sonido y actitud que me encontré en The terror, el más reciente álbum de los Flaming lips, aunque en aquella ocasión recibimos un álbum cargado de desolación mientras que acá los ambientes son más vivos y alegres.

El disco abre con "Alien days" y "Cool song N°2", la primera es un medio tiempo acústico que se encuentra adornado con teclados muy juguetones, baterías saturadas y una serie juegos vocales dignos de destacar. La segunda marca la melodía con un piano pero nuevamente genera ambientes gracias a la mezcla de sonidos, los cuales entran y salen del tema constantemente. Ahora, en el tercer tema es cuando el ácido y la psicodelia se toman decididamente el álbum. Aparece entonces la fantástica "Mystery disease", en donde una batería en plan "Tomorrow never knows" de The Beatles sostiene una melodía que se repite constantemente (olvídate del estrofa/puente/coro) y conecta a la perfección con los juegos de teclados que el dúo introduce todo el tiempo. Más adelante sonará "Introspection", un cover que data de 1968 (original de Faine Jade) que si bien respeta la estructura de la versión original aporta crudeza en el sonido de los arreglos (las baterías y teclados básicamente) y la primera parte del álbum llegará con la golpeada "Your life is a lie", sucia en su sonido y desafiante en estructura, como prácticamente todo lo que hemos oído del disco hasta ahora.

Como era de esperar, para la segunda parte del álbum el dúo se guardó los abusos. Aparecen acá esos momentos en donde la banda se termina de olvidar de quien está al otro lado y se entrega completamente a la experimentación.  El momento más onírico del disco aparece con los quince minutos de "A good sadness" seguida de "Astro mancy" y "I love you too, death". Mucho sintetizador, susurros, ruidos, maquinitas y de melodías nada. Acá el disco se empantana un tanto y vive para mi su momento más bajo. Repunta un tanto el asunto eso si con las dos últimas, "Plenty of girls in the sea" debe ser el tema más bonito y armónico del disco mientras que "An orphan of fortune" el más oscuro del mismo, conviven muy bien ambas eso si gracias al ambiente que generan los arreglos. 

Cuando una banda pone su nombre a uno de sus discos suponemos el estar frente a un trabajo que pretende definirlos. Resulta curioso entonces el que MGMT hayan decidido que precisamente este, su álbum más arisco e inaccesible hasta hoy, sea aquel trabajo, un disco que pone a jugar a la banda en otras ligas, unas que no tienen ninguna relación con los ámbitos comerciales. 

7/10
Muy bueno.

jueves, 3 de octubre de 2013

Kings Of Leon // Mechanical Bull // 2013

Volviendo (de a poco) a las pistas 

Tras un intrascendente Come around sundown (2010) y una gira suspendida por problemas tanto vocales como de abuso de alcohol por parte de Caleb Followill ( con cierre bochornoso incluido), un receso mayor para Kings of leon se habría entendido, sin embargo, a tan solo tres años de su anterior trabajo tenemos de regreso a los hermanos Followill con un disco que en lo personal me ha sorprendido positivamente. No es que Mechanical bull sea una obra maestra (ni cerca) pero cumple mucho más de lo que, luego de todo lo ocurrido, habríamos esperado e incluso se da mañana para encontrar momentos de alto nivel pese a contar con un sonido muy simple.

Comencemos reconociendo el que no estamos frente a un trabajo ambicioso, en ese sentido las intenciones tras Mechanical bull están clarísimas: lanzar un álbum que vaya directo al grano y reincorpore a la banda. Y en aquello el álbum funciona. Nos encontramos así con un disco que durante sus poco más de 40 minutos de duración intercala constantemente un rock que derrocha energía con baladas o medios tiempos bastante amenos. Tenemos entonces a la banda de regreso a las guitarras y al sonido country que tan buenos dividendos le generó a la banda en el pasado. La partida es clarificadora, "Supersoaker" y "Don't matter" (la mejor del disco para mi) son rock directo y golpeado, en la primera tenemos a un Caleb muy efectivo que raspa su garganta al límite, mientras que la segunda encanta de inmediato gracias a su dinámica. Ahora, entre ellas suenan "Rock city" y "Beautiful war", dos medios tiempos muy folk que resultan simpáticos. Este ir y venir continuará dándose en medida que el disco avance, "Temple" es muy popera y ganchera gracias a sus guitarras mientras que la balada "Wait for me" (otra de las buenas del álbum) traerá de regreso la calma y protagonizará el momento más íntimo del disco.

En la recta final del trabajo viene el relleno. Acá nos encontramos con temas un tanto más débiles que tienden a pasar desapercibidos al oído. Cerramos de esta manera un disco cuyo único propósito era mantener con vida a Kings of leon y bueno, el objetivo se ha logrado. Nos quedamos con 3 o 4 buenas canciones y un álbum que al menos mejora lo realizado en 2010.

3 / 5
Bueno, cumple.


KINGS OF LEON MECHANICAL BULL DESCARGAR