"Estancamiento que asusta..."
La extensión de los álbumes de Soen viene dando señales respecto a por donde van los tiros para la banda. En el caso de Memorial hablamos de diez canciones en cuarenta minutos de música, es decir, cuatro minutos por canción, menos que los cinco que promediaba Imperial y los seis de Lotus. ¿Es que necesariamente canciones más largas implican mayor calidad? No, para nada, pero el fenómeno si te habla de piezas con menos vueltas y por ende, también predecibles. Hay casos patéticos en esta lista, sobre todo en la segunda mitad del álbum, inundada por cosas sosas a más no poder como 'Memorial' (la canción) o 'Incendiary', a la que ni siquiera su simpático trabajo de batería y exquisita producción alcanza a salvar del letargo. Antes de estas habrá sonado una seguidilla que constantemente quiere pero no puede, o derechamente no quiere. A destacar lo que hacen en 'Violence' , en las guitarras de 'Fortress' o casi en el cierre con 'Icon', los únicos momentos del disco donde se huele algo de mal rollo, sin embargo todo lo demás estará embalsamado por una ausencia de riesgo que espanta.
'Sincere' cuenta con una partida muy similar al 'The grugde' de Tool (aunque evidentemente sin todo lo demás que engrandeció a los de Maynard James Keenan) pero prontamente se volverá un tema dramáticamente meloso y poco agraciado, lo mismo que el pop descarado de 'Unbreakable' o baladas forzadas en el álbum de tanto en tanto como 'Hollowed (Elisa)' o 'Tragedian', cual de las dos más flojas.
La sensación tras oír Memorial es que Soen han tocado techo, no en 2023 sino que cinco años atrás. La incógnita por tanto es verificar si desde ahora se transforman en una banda de rock/pop que replica este tipo de cosas, apuntándole de vez en cuando, o intentan ir por más haciéndose cargo de las expectativas que alguna vez generaron.
¿Canciones? 'Violence', 'Fortress' y 'Icon'.
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