"Un viaje en el tiempo..."
Desde un comienzo entonces, mediante el tridente armado por 'Nero', 'Land lord' y 'Army of non', Godflesh se lanzan con fuerza a verdadero un loop industrial, ese sonido que da vueltas y vueltas utilizando riffs hipnóticos que se replican sobre alguna base programada mientras la voz de Broadrick reitera un concepto una y otra vez. Sin ir muy lejos algo como 'Lazarus leper' repetirá un depresivo "The same / No sense / Nothing makes sense" durante seis minutos haciendo gala de un notable manejo de los ambientes, siendo 'Permission' o 'The father' dos pasadas que rompen de alguna forma la línea monocorde del álbum, la primera por acercarse más a la electrónica mientras que la segunda por hacer uso de voces limpias en lugar de los clásicos gritos desesperados del vocalista.
En la recta final el disco irá muy, muy abajo en cuanto a las emociones, sumergiéndose en un pozo lúgubre y gutural en 'Mythology of self' para luego cerrar en total oscuridad con los ocho fascinantes, tristes y melancólicos minutos de 'You are the judge the jury and the executioner', finalizando así un álbum tremendamente franco, a momentos desgarrado y que responde unicamente a los parámetros alternativos que Godflesh ha defendido durante toda su carrera. Lo dicho, que para bien y para mal, sin ningún afán por "sonar modernos" ni mucho menos vanguardistas, siguen siendo ellos mismos. Se les oye muy conscientes de que ellos ya hicieron lo suyo, pero vaya que se les necesita...
¿Canciones? 'Nero', 'Land lord' y Mythology of self'.
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