viernes, 28 de febrero de 2025

Obscura: A Sonication (2025)

 "El derecho a extraviarse..."

Considerando la cantidad inmensa de músicos que durante todos estos años han pasado por Obscura, resultaba bastante meritorio que el proyecto no hubiese perdido nivel. Habrá quienes tengan al inmenso Akróasis (2016) como favorito o alguno de los primeros álbumes de la banda, incluso quienes se queden con los posteriores Diluvium (2018) + A valediction (2021), sin embargo, lo que nadie podía negar hasta ahora es que incluso con las concesiones melódicas entregadas en los últimos años, el proyecto de Steffen Kummerer no presentaba ripio alguno y se mostraba como un engranaje imponente de alto nivel dentro death técnico actual. Nada es para siempre, sin embargo, y debía llegar el momento en el que Obscura comenzase a mostrar las costuras, porque sostener un buque así de inmenso es imposible cuando una sola mente se encuentra a cargo, que es básicamente lo que acá ha comenzado a ocurrir. Ya fue una mala señal el que meses atrás nos enterásemos de que ex miembros de la banda como Alex Weber (bajista) y Christian Münzter (guitarra) acusaban a Kummerer de utilizar material compuesto por ellos en estas nuevas canciones publicadas, amenazando incluso con demandarlo, pero lo que definitivamente ha inclinado la balanza ha sido el darle play a este conjunto y verificar lo plano que suena, lo lamentable de la producción y la falta de ideas que expone. 

Nos encontramos acá con ocho canciones que en menos de cuarenta minutos (es un disco breve, al menos...) reitera bastante una propuesta: temas rápidos, de bastante vértigo y riffs simplones. 'Evenfall', de hecho, es el único tema que baja los tiempos a lo largo del disco (es también el que Weber apunto directamente como un plagio) y quizás por lo mismo resulta llamativo dentro del conjunto. Y es que sinceramente habría preferido más canciones como esta, confirmando el giro de Obscura hacia el death melódico que lo que realmente entrega un disco como A sonication: aceleración constante pero monótona. Digamos, el clásico disco en donde ninguna canción te entrega algo particularmente atractivo o recordable, casi como si oyendo una ya las hubieses oído todas. Por si esto fuese poco, la producción suena tremendamente plana con una batería +  bajo escondidos en la mezcla donde todo el protagonismo se lo llevan los solos de guitarra. 

Por supuesto que el disco no es un desastre, que Kummerer es un gran músico y death de correcto nivel técnico siempre será capaz de entregar, ahí el instrumental 'Beyond the seventh sun' entrega algún momento llamativos mientras que como curiosidad algo como 'The sun eater' al menos regala un cambio de registro vocal por parte de Steffen (quien en esta suena más grave y gutural que en el resto), sin embargo, la magia que siempre caracterizó el sonido de Obscura, tanto instrumental, interpretativa como estructural, acá se encuentra absolutamente ausente. Y bueno, los grandes músicos también tienen derecho a extraviarse y tenía que tocarle a este el darse contra un muro. El futuro dirá si logra recomponerse.  

¿Canciones? 'Evenfall' y 'The sun eater'.

5/10
Nada muy especial...


miércoles, 26 de febrero de 2025

The Weeknd: Hurry Up Tomorrow (2025)

 "Redundante en términos musicales y temáticos..."

Abel Tesfaye ha anunciado que este será el último álbum que publicará como The weeknd. ¿Le creemos o no? Como sea, hace sentido desde ahí el que abra su álbum de despedida (?) hablando de la soledad de la fama ("Todo lo que tengo es mi legado / Estoy solo cuando todo se desvanece...") para luego dar paso a un tema como 'Wake me up', marcado por ese sampleo al beat de 'Thriller' en compañía del dúo francés Justice. Es un buen tema y funciona como apertura, sin embargo, desde ya intuimos el que este álbum pecará donde viene pecando The weeknd desde hace bastante: en la falta de ideas y nuevas temáticas. 

En efecto, Hurry up tomorrow es otro disco en donde el artista insiste en armar la fiesta, en entregar una especie de continuo que de corrido y a alto volumen podría funcionar como música de fondo mientras bebes algo con tu gente en una noche algo alocada. Ahora, fuera de dicho contexto el conjunto muestra todos ripios propios de un The weeknd ansioso por entregar su obra maestra sin tener con qué. 

Y si bien el disco no comienza mal, con una contagiosa 'Cry for me' y una dinámica 'Sao Paolo' (junto a Anitta), rápidamente esta última entregará señales respecto a por donde irá el disco dando excesivas vueltas durante cinco minutos que te llevan derechamente al agotamiento. Y eso mismo ocurre con el álbum, son veinte canciones (+ dos interludios) que durante ochenta y cuatro minutos se mueven por los paisajes que el vocalista suele visitar, es decir, sentidas baladas ('Baptized in fear'), reflexiones en torno al desgaste que produce el éxito ('Reflections laughing') o temas que invitan al movimiento sobre una electrónica contagiosa ('Open hearts'), el problema es que llegando al nudo del disco ('Enjoy the show') este ya ha mostrado todas sus armas y desde entonces solamente redunda insistiendo en la misma tecla una y otra vez durante bastante tiempo. De hecho, toda la pasada entre 'Given up for me' y 'Niagara falls' es un somnífero. Terrible. Y en adelante el disco jamás repunta. 

A juzgar entonces por este Hurry up tomorrow, la decisión del vocalista de querer volver a comenzar vaya que se entiende. Y es que efectivamente el artista se ha quedado con poco que decir y nobleza obliga el darle la franqueza de admitirlo. Evidentemente el tipo es un talentoso, acá hay buenas intenciones, atmósferas interesantes e interpretaciones más que precisas, sin embargo, la constante redundancia en términos musicales y temáticos es innegable. 

¿Canciones? 'Wake me up' y 'Open hearts'.

6,5 / 10
Cumple y algo más...


Otras reseñas de The Weeknd:

domingo, 23 de febrero de 2025

Bad Bunny: Debí Tirar Más Fotos (2025)

 "Enriquece su discografía..."

El cáncer de los cantantes de reggaetón o posterior "música urbana" (como decidió llamarles el mercado) es que no tienen ambiciones musicales. Su objetivo es la fama, el dinero y las mujeres. Por eso no perduran. La prueba es que incluso aquellos más icónicos no han sido capaces de sobrevivir al éxito. Pasa uno y llega otro. Duran lo que dura un chicle. 

La reflexión anterior a propósito de Bad Bunny, quien abre su más reciente disco homenajeando a El gran combo de Puerto Rico y su hitazo de 1975  'Un verano en Nueva York'. Luego meterá su onda y esas líneas fanfarronas tan marca de la casa a estas alturas ("Porque pasan los años y sigo dando el palo / Vendiendo discos como cuadros de Frida Kahlo..."). El resultado, sin embargo, es fantástico, tres minutos (que se nos hacen nada, quisiéramos fueran cinco al menos) que introducen a la perfección ese ir y venir de un álbum que transmite la sensación de estar frente a un artista que (ahora si que si) hace lo que le da la gana, que ha encontrado un nombre, una identidad y se encuentra a otro nivel respecto a cualquiera de sus pares. Un tipo que ha entendido que para trascender (de verdad) debe aspirar a romper sus propios límites y ambicionar en serio el salir de ellos. Porque Bad Bunny podría haberse quedado en YHLOMDLG (2020) y sus millones de reproducciones, darse vuelta en esos temas simplones y morir ahí. Sin embargo, ha decidido el ir por más. Bravo por eso.

No por nada a la mencionada 'NuevaYol' le seguirá una cosa tan adictiva y divertida como 'Voy a llevarte pa PR'. Acá todo está bien pensado, en Debí tirar más fotos el vocalista se mueve a placer, encontrándose y conectando con sus raíces puertorriqueñas pero también haciendo el puente con su presente e impronta. 

Por eso nos regala la hermosa 'Baile inolvidable', una de esas salsas que ya no se hacen y te retrotraen a cuarenta años atrás, invita a una banda local y desconocida como Chiwi en 'Weltita', apunta a un sonido desnudo y orgánico en 'Café con ron' o le entrega tanto énfasis a las percusiones en 'Pitorro de coco'. Todos estos pasajes llegan para enriquecer la discografía del vocalista, sin embargo, este no se olvidará de quien es e intercalará su presente mediante esas miradas tan propias y descarnadas que suele entregar del desamor, abriendo de manera magnífica una columna vertebral del disco mediante 'El club' ("Qué estaba haciendo mi ex? / ¿Será que ya me superó? ¿Y le va bien? / Mientras que yo borracho pienso...") y continuando con 'Ketu tecré' + 'Bokete' + 'Kloufrens' + 'Turista', instaladas estas en el nudo del álbum previo a una recta final que retomará la diversidad, ya sea nuevamente yendo al minimalismo en la política (Has leído bien, ¿Bad Bunny hablando de política? Pues si) 'Lo que le pasó a Hawaii' ("Quieren quitarme el río y también la playa / Quieren al barrio mío y que tus hijos de vayan..."), al perreo más elemental en la electrónica 'EoO' o acertando de lleno mediante el hitazo que es 'Dtmf', otra que equilibra a la perfección la conexión con sus raíces ("Hoy voy a estar con mi abuelo to el día, jugando dominó / Si me pregunta si aún pienso en ti, le digo que no") con un coro magnífico marcado por el arrepentimiento y la nostalgia ("Debí tirar más fotos de cuando te tuve / Debí darte más besos y abrazos las veces que pude...").

Curiosamente los momentos musicales más débiles del disco serán aquellos donde colabora con otros artistas y suelta protagonismo, ocurre en 'Perfumito nuevo' o 'Veldá', dos que perfectamente podrían no estar acá y nadie las extrañaría. También es cierto que por segundos a Bad Bunny el personaje lo desborda y se pone en modo Residente a hablarle a "su gente", rozando el exceso de sentimentalismo, sin embargo, nada de esto le resta demasiado a un álbum con que el vocalista se ha detenido para mostrarle al mundo de donde viene y de qué está hecho. El resultado le ha quedado notable, un disco que es aporte a la escena y se anota desde ya como uno de los buenos discos que nos habrá dejado 2025.

¿Canciones? 'Voy a llevarte pa PR', 'Baile inolvidable' , 'Lo que le pasó a Hawaii' y 'Dtmf'.

8,5 / 10
¡Excelente!


Otras reseñas de Bad Bunny:

miércoles, 19 de febrero de 2025

Jinjer: Duél (2025)

 "Encorsetados..."

Digámoslo desde ya: Jinjer es una banda ucraniana que no realiza absolutamente nada que otros ya hayan realizado, sin embargo, cuentan con la singular Tatiana Shmayluk como atractivo al frente y aquello le entrega un cariz comercial llamativo al proyecto. En aquella línea también es que la banda ha entendido bien el negocio manteniéndose constantemente activos, lanzando álbumes bastante seguido con el fin de no permitir que el plato se enfríe. Lo anterior, sin embargo, no pretende invalidar en ningún caso la calidad de la agrupación, tanto en términos de ejecución instrumental (impecable todo el tiempo) como en cuanto al salvajismo vocal expuesto por la misma Tatiana, pero las cosas hay que decirlas, Jinjer no inventan la rueda sino más bien enrulan el rulo disco a disco dentro de un género que manejan a la perfección. Ni más ni menos.

Con este Duél insisten en la tecla del anterior Wallflowers (2021), es decir, ese metal desatado y violento, con elementos groove + djent que se matiza con incursiones limpias por parte de Tatiana de vez en cuanto. En esa línea es que abre el disco acelerando a fondo desde el primer segundo en 'Tantrum' y complementando el filo mediante 'Hedonist' + 'Rogue' (muy Gojira esta última), todas canciones de tres minutos que van al grano y entregan al seguidor de Jinjer lo que seguramente quiere oír. De hecho, la banda entiende tan bien el manual que pasado el tridente inicial es que introducen un tema que cambia el tono como 'Tumbleweed' (nada nuevo en todo caso pues es algo que también realizan en otros discos), bajando la intensidad, armando un sonido más denso y dando espacio también a una línea melódica melosa y marcada. Acá eso si quisiera detenerme pues me parece una lástima el que los ucranianos se conformen con estos límites cerrando una canción como esta rápidamente en lugar de atreverse a llevar su música un peldaño más arriba. Pareciese casi como si no tuviesen permitido explorar. Es algo que también ocurre más adelante en una canción como 'Dark bile', que abre con arreglos limpios bastante interesantes para luego volverse un completo lugar común de la banda, incluso un tema de relleno. Otra oportunidad desaprovechada. 

De todas formas en el nudo del disco 'Kafka' se anota como de lo más interesante en todo el conjunto gracias a esos arreglos de batería tan llamativos y una estructura que va insinuando el desate hasta efectivamente encontrarlo en su recta final. Es un temazo innegable que antecederá una recta final que básicamente redundará en ideas, metiendo velocidad en 'Fast draw', yendo al medio tiempo en 'Someone's daughter' o derechamente rellenando con 'A tongue so shy' + 'Duél', minutos finales que realmente interesan poco y nada dentro de un disco que en la sexta ('Kafka') parece haberse dejado sus últimas ideas interesantes. 

Sería una injusticia afirmar que este sea un mal disco, ni por si acaso. En lo suyo Duél de Jinjer se mueve a placer y en general funciona. Ahora, la banda transmite todo el tiempo la sensación de encontrarse encorsetada, casi como si el proyecto respondiese a una fórmula que no tiene permitido variar o escapar a lo obvio...

¿Canciones? 'Tumbleweed' y  'Kafka'.

7/10
Muy bueno.

domingo, 16 de febrero de 2025

Franz Ferdinand: The Human Fear (2025)

"Sobreviven..."

Desde hace un rato que cuesta tener claro el que esperar ante un nuevo álbum de Franz Ferdinand. Primero por el evidente contexto: el rock ha dejado (hace mucho) de ser popular, lo cual ha puesto a la banda en un limbo en donde los hits que alcanzaron a conseguir veinte años atrás les permiten seguir tocando en festivales aunque al mismo tiempo la gente se interese poco y nada en su nuevo material. Ahora, también está el que los escoceses han perdido integrantes durante estos años, en 2016 el guitarrista Nick McCarthy anunció su salida, a quien le siguió el batería Paul Thomson en 2021, dejando a Alex Kapranos junto al bajista Bob Hardy como únicos miembros originales de la formación. Es decir, el terreno que la banda pisa viene siendo irregular desde al menos una década por lo que el desafío para este nuevo The human fear básicamente se enmarcaba en un único concepto: el lograr sobrevivir. 

En dicho sentido hay cosas que acá funcionan, que Kapranos es un tipo competente capaz de seguir construyendo melodías atractivas. La dinámica inquieta y efectiva de las sólidas 'Audacious' o 'The doctor' , por ejemplo, va a andar bien en los conciertos de la banda, lo mismo con el sabor que imponen en 'Everydaydreamer' (la mejor del disco sin lugar a dudas) o 'Hooked'. El problema es que cuatro canciones no te hacen un disco y en medida que este avanza la sensación de que las composiciones se conforman con lo mínimo es algo evidente, lo cual resulta dramático considerando que las aspiraciones de Franz Ferdinand son de corto alcance, es decir, canciones de pop breves (todas andan por los tres minutos) y simples. 

Yendo a la música, entrando al nudo del disco 'Build it up' + 'Night or day' se dejan oír, lo más interesante de 'Tell me I should stay' está en las atmósferas tétricas que logra construir en sus dos minutos iniciales mientras que 'Black eyelashes' con sus aires de fiesta griego figuran como lo más simpático en toda la recta final, cerrando definitivamente con el rock obvio y plano de 'Bar lonely' + 'The birds'

The human fear en ningún caso es un desastre. El álbum mejora sensaciones tras aquel plano Always ascending (2018) pero las cosas por su nombre: el disco sabe a poquito tras siete años de silencio. Ahora, ¿les permite sobrevivir? Claro que si. 


6,5 / 10
Cumple y algo más...


Otras reseñas de Franz Ferdinand:

jueves, 13 de febrero de 2025

Dream Theater: Parasomnia (2025)

 "Cumple con las expectativas..."

No es secreto para nadie que siendo Mike Mangini un baterista excepcional, parte de la magia de Dream Theater se perdió con la salida de Mike Portnoy quince años atrás, por lo que cada uno de los álbumes que la banda lanzó desde 2010 en adelante tuvo que debatirse entre la sobrevivencia y la emulación de un legado. Por lo mismo, inevitablemente las expectativas explotaron cuando se supo del retorno de Portnoy a la banda, quienes sacaron provecho económico a la situación mediante una gira correspondiente y posterior noticia del lanzamiento de un nuevo álbum. ¿Mera justificación para poder nuevamente armar un tour? Lo cierto es que en estos casos hay algo que no se puede dejar de lado: Dream theater es una empresa. Como todas las grandes bandas son una máquina que no puede darse el lujo de parar. De ahí que este nuevo Parasomnia (disco cuyo concepto está centrado en distintos trastornos del sueño) llegue quizás demasiado pronto y pague un tanto el costo de lo mencionado, sin embargo, aún considerando lo anterior al disco hay que darle el que transmite a lo largo de su duración (setenta minutos) el estar compuesto en serio y con cariño. Dicho en simple: han querido efectivamente "volver" a lo grande. Otra cosa es que lo logren, pero de que lo han intentado, lo han intentado...

La banda ha logrado por tanto armar un conjunto que a lo largo de sus ocho piezas se deja escuchar sin mayor problema, incluso entregando uno que otro pasaje sobresaliente, lo cual no es poco considerando el que hablamos de una banda con más de treinta años de carrera. Por lo mismo es inevitable que tras esa tranquila apertura instrumental titulada atinadamente 'In the arms of Morpheus' el disco abrace bastantes lugares comunes de la banda. Les ocurre cuando buscan el tema efectivo en 'Night terror', concentrándose primero en una estructura pop bastante amena para luego (entrando al minuto seis) desembocar en esos clásicos pasajes de lucimiento instrumental, realizando un buen duelo entre el teclado de Jordan Rudess y la guitarra de John Petrucci (aunque en algún momento se les va la mano con el solo eso si), también yendo al corazón del metal progresivo en algo como 'Dead asleep' o entregándonos azúcar a cucharadas en la agotadora balada 'Bend the clock', siendo esta la más baja en todo el disco y una que estorba un tanto al sonar previo a los veinte minutos de 'The shadow man incident', que por si sola armaba un cierre de disco bastante denso pero al estar puesta tras una balada tan sosa, que decir, más difícil aún. 

Dicho lo anterior, el disco también sabrá entregar momentos realmente sabrosos, concentrados en el nudo de este. 'A broken man', por ejemplo, con todo su exquisito ataque inicial desenfunda armas que a lo largo del tema también lograrán mantenerte arriba, lo mismo con 'Midnight messiah' y esa aceleración en el coro en donde el criticado James LaBrie logra lucir de buena forma. 

Parasonmia de Dream theater cumple de sobra con las expectativas generadas aunque claro, tampoco da para destapar ninguna champaña. Es un disco que se ubica a la altura del homónimo de 2013 (el mejor disco publicado durante la "era Mangini") y que en ningún caso se sitúa entre las mayores glorias de la agrupación. Si es de agradecer el que considerando desde donde venían (me refiero a los tres anteriores discos) esta vez luzcan con más hambre creativa. Insisto en que no es poco tras tantos años de carrera...


¿Canciones? 'Night terror' y 'Midnight messiah'.

7/10
Muy bueno.


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lunes, 10 de febrero de 2025

Harakiri For The Sky: Scorched Earth (2025)

 "Innecesaria redundancia..."

La carrera de estos austriacos ha estado marcada por un sonido característico en donde la angustia y desesperación se han plasmado siempre de manera intensa, aunque al mismo tiempo con el "pero" de la constante repetición de esquemas, es decir, álbumes que te enganchan de entrada pero inevitablemente te terminan sacando en medida que avanzan debido a que el dúo pareciese insistir en la misma tecla una y otra vez. Desde ahí, la banda es un "lo tomas o lo dejas". La voz de Michael V. Mahntraum (JJ) no posee demasiados matices y se enfoca más bien en expresar un continuo de alaridos + lamentos, lo cual funciona para bien y para mal en el proyecto, para bien porque transmite a la perfección una sensación de constante sufrimiento (lo cual conecta perfecto con las ideas que Harakiri for the sky intentan transmitir, las cuales suelen estar relacionadas con ambientes opresivos causados por la depresión) pero también para mal porque esta falta de matices limita los registros, provocando el que la música tienda a la monotonía. Aunque tampoco seamos crueles con JJ, que las vocales no son el principal problema acá...

El caso es que este Scorched earth no escapa a la lógica mencionada entre canciones que (una vez más) dan muestras de un Matthias Sollak (MS) sólido e inquieto en materia instrumental pero también redundante hasta el hartazgo en cuanto a estructuras.  Y si bien el álbum abre de buena forma mediante 'Heal me' (la más "breve" en todo el disco con sus siete minutos), declarando drama desde sus primeras líneas ("Querida desolación : no fui yo mismo por meses y nadie lo notó / No fui yo mismo por años y a nadie le importó...") y más adelante expulsando miserias con cierto sentido del humor ("Si tuviese que resumir mi vida en ocho palabras sería: todo lo que temía que ocurriese, pues ocurrió..."), rápidamente este abraza esas canciones forzadamente grandilocuentes. Ocurre tanto en 'Keep me longing' como en 'Without you I'm just a sad song' (con los títulos dramáticos si que no fallan eh?), dos piezas que están muy bien en su trayecto pero llegan cada una a diez innecesarios minutos dando vueltas en círculos sin necesidad, casi como si el dúo quisiese aparentar una complejidad que no es real. 

Esta misma sensación se transmite con cada tema que suena, en 'With autumn I'll surrender', por ejemplo, son capaces de construir una delicada atmósfera cada vez que la distorsión desaparece y a los cuatro minutos la canción YA ESTÁ, sin embargo la banda decide meter otros cuatro minutos generando una sensación de redundancia inevitable. Y así. Dicho el simple: a prácticamente todas las canciones del disco le sobran por lo menos dos a tres minutos, lo cual no es poco.

En este sentido, lo realmente curioso es que teniendo la banda la respuesta frente a sus ojos no sean capaces de verla. Me explico: cierran el disco con una versión correcta de 'Street spirit (fade out)' de Radiohead. ¿Se imaginan esta hubiese durado nueve o diez minutos en lugar de sus cinco originales? ¿Habría conseguido el mismo efecto Radiohead si se hubiese dedicado durante su carrera a repetir estrofas + coros una y otra vez? Por supuesto que no. A veces menos es más. De igual forma, ¿Cuáles son los álbumes mejor logrados de Harakiri for the sky? El primero y el segundo. ¿Qué características tuvieron? El debut duró treinta y siete minutos mientras que en el segundo las canciones no iban más allá de los seis o siete minutos. 

No más preguntas su señoría. 

¿Canciones? 'Heal me' y 'With autumn I'll surrender'.

6/10
Bueno, cumple.


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jueves, 6 de febrero de 2025

The Halo Effect: March Of The Unheard (2025)

 "No escapa de las expectativas..."

Había dudas respecto a la continuidad de este supergrupo, el cual había debutado correctamente unos años atrás mediante Days of the lost (2022) y se encuentra compuesto básicamente por cuatro ex miembros de In flames + la participación de Mikael Stanne de Dark tranquillity como vocalista. El caso es que acá los tenemos y como era de esperar, han tirado por lo obvio: un death melódico de buen nivel que entrega lo que uno esperaría de este conjunto. Para bien y para mal por tanto, nos encontramos ante un disco absolutamente de manual, doce canciones de tres a cuatro minutos cada una y que durante un total de cuarenta y cuatro recurren a los trucos que mejor manejan estos músicos suecos. 

Estamos entonces frente al clásico álbum que te gustará si eres amante del género pues sorpresas acá no hay y la sensación de que las líneas se trazan en las tres primeras canciones es evidente. Sin ir muy lejos, el asunto ahí abrirá de manera activa mediante 'Conspire to deceive' y ese teclado que va marcando la melodía desde un comienzo a lo cual suma una dinámica cabalgata, 'Detonate' será una que acelerará más a fondo mientras que 'Our channel to the darkness' entrará en la lógica del medio tiempo que en los coros impondrá rapidez, dejándonos así un tridente inicial que marca claro camino para lo que sonará en adelante, un disco que en lo suyo funciona con ejecuciones precisas, un Mikael Stanne sólido en voces y donde nada parece haber sido dejado al azar. De esta forma, el álbum entregará momentos veloces en 'March of the unheard' (que emula en su riff inicial el 'Message in a bottle' de The police) o 'Forever astray' mientras que apostará por un relato algo más oscuro en cosas como 'Between directions', quizás la más singular del conjunto gracias a los fraseos limpios y la incorporación de vientos. Verdad sea dicha eso si, tras esta el disco entrará en una recta final bastante olvidable (incluso aburrida) que solo se salva por el pasaje instrumental acústico con que cierra el disco. 

Nadie podría alegar que el segundo disco de The halo effect está ni remotamente mal: el disco responde totalmente a las expectativas. Sin embargo, tampoco escapa de aquello pues este es uno de esos casos en donde el género y la fórmula parece encorsetar el resultado, lo cual inevitablemente deja una espinita clavada en aquel público que espera un álbumes que no jueguen TAN a la segura.

¿Canciones? 'Conspire to deceive', 'Detonate' y 'Our channel to the darkness'.

6,9 / 10
Muy bueno.

lunes, 3 de febrero de 2025

Mogwai: The Bad Fire (2025)

 "Dinámico e inquieto paso adelante..."

A estas alturas del partido está claro que los escoceses de Mogwai funcionan bajo parámetros absolutamente propios y con la tranquilidad de no tener que responder a terceros. Diez álbumes sumado una serie de bandas sonoras respaldan un camino que se viene construyendo desde hace más de dos décadas y que en estos últimos años ha parecido encontrar una meseta de conformidad. As the love continues (2020) había sido lo último, un trabajo que expuso buena parte de lo que la banda sabe hacer aunque, digámoslo, carecía de real impacto. Quizás por esto mismo es que para este regreso han decidido trabajar con John Congleton en producción, con quien han sido capaces de complementar sus (ya) clásicos paisajes con momentos bastante más atrevidos que aceleran las dinámicas respecto al antecesor.

En The bad fire (una referencia escocesa al infierno) encontramos entonces cincuenta minutos que oscilan entre canciones marca de la casa y otras que apuestan por la sorpresa. Dentro de lo esperable están esas piezas que abren en total calma para ir agarrando fuerza en el camino, ahí tienes 'Hi chaos', 'If you find this world bad, you should see some of the others' (que tarda cuatro minutos en encontrar sus explosiones) o la electrónica 'Hammer room' como claros ejemplos, o aquellas que más bien son regulares de comienzo a fin como 'What kind of mix is this?' o 'Pale vegan hip pain'

Medio disco por tanto va por donde siempre (que no son malos temas pero tampoco algo que no les hayamos oído antes), sin embargo, en la otra mitad está el encanto de este álbum y donde aparece el salto cualitativo entre canciones que apuntarán a una contundencia instrumental mayor y a dinámicas potentes llenas de fuerza, como ocurre en la partida con 'God gets you back', la cual se mueve en círculos entre guitarras y teclados, también en la distorsión que propone 'Fanzine made of flesh' (recurriendo al vocoder en una jugada que inevitablemente les acerca a Daft punk aunque en versión rock), llenando de capas el sonido psicodélico de '18 volcanoes' (My bloody valentine muy presente en esta) o incluso coqueteando con el pop en la explosiva 'Lion rumpus', que extrañamente la han dejado hacia el final del disco pero que representa un subidón de energía que ojalá hubiesen desarrollado aún más a lo largo del álbum.

En el global este The bad fire será un álbum que va y viene constantemente, que muestra esa faceta acomodada de Mogwai pero la matiza con ataques muy interesantes y exploratorios en cuanto a arreglos. Un disco que servirá como punto de partida para quien no conozca aún a la banda y seguro encantará a quienes les vienen siguiendo. Como sea, suena a paso adelanto, lo cual no es poco para una banda con tanto camino recorrido a estas alturas...

¿Canciones? 'God gets you back', 'If you find this world bad, you should see some of the others' y 'Lion rumpus'.

sábado, 1 de febrero de 2025

Patriarkh: Prophet Ilja (2025)

 "Un ritual constante (poco recordable)..."

Inauguramos 2025. Y lo hacemos recordando la lamentable telenovela de Batushka, banda polaca que se estrelló (incluso sin buscarlo) con el éxito allá por 2015 mediante la publicación de Litourgiya, lo cual lamenta e inevitablemente abrió el apetito de Bartlomiej Krysiuk (a.k.a Bart) quien intentó arrebatar la banda de las manos de Krzysztof Drabikowski (Derph) firmando un contrato con Metal Blade y lanzando por cuenta propia Hospodi (2019), lo cual provocó que Derph publicase vía Bandcamp su propio álbum (Panihida), es decir, llegando al ridículo de tener en 2019 dos álbumes de Batushka circulando. Todo un enredo finalmente resuelto en 2024 por la vía legal donde se dictaminó que el proyecto efectivamente siempre perteneció a Derph por lo que Bart ha debido continuar por sus propios medios, utilizando ahora el pseudónimo Patriarkh. Nos encontramos así ante un álbum debut (?) que posee de entrada un mérito: no intenta emular con descaro el sonido de Batushka, si no más bien sentar algunas bases propias. Ahora, cosa distinta es que en esa intentona el resultado efectivamente llegue a buen puerto, sin embargo, al vocalista hay que darle el punto inicial de que ha tomado el camino del riesgo en lugar de apostar a la segura. 

Lo que se nos entrega acá entonces son ocho piezas tituladas simplemente 'Wierszalin' (enumeradas del I al VIII) en donde Bart se entrega a esas atmósferas corales propias de iglesia, las cuales enlaza con momentos sinfónicos + uno que otro relato hablado, introduciendo cada cierto tiempo algún elemento que acerca el sonido al black metal pero siempre como complemento y no protagonizando. El conjunto por tanto, salvo contados momentos, está lejos de ser un desate y más bien tiende a la calma, a sonar como un trabajo contenido, un ritual constante en donde los coros eclesiásticos y los relatos (en ocasiones femeninos) son preponderantes. 

Habrán piezas que se moverán en tiempos lentos (las II y III) mientras que otras acelerarán (V), pasajes introductorios y otros que funcionan como puentes, sin embargo, el elemento común será lo poco recordable que suena el conjunto entre canciones que siendo de cuatro o cinco minutos se sienten realmente largas y en ocasiones agotadoras. Claros ejemplos de lo mencionado son las introducciones a las piezas III o VII, así como la totalidad de VI, un tedio total. En ese camino, el cierre a cargo de los siete minutos de VIII pareciesen encontrar cierta épica en el sonido (¡son buenas atmósferas!) pero se extraña algo más de emoción, que la música te provoque algo, dejándonos así un conjunto que durante cuarenta minutos suena frío e inerte, digamos, el clásico disco que no te das cuenta cuando siguió sonando y dejaste de ponerle atención. Tampoco es que este Prophet Ilja sea un completo desastre pero si un trabajo que más allá de las nobles intenciones no logra llegar. 

¿Canciones? 'Wierszalin IV y V' parecen ser dos canciones que interpretan de manera correcta los objetivos del álbum. 

 6,5 /10
Cumple y algo más...