lunes, 31 de mayo de 2021

Panopticon: ... And Again Into The Light (2021)

 "No se guarda nada..."

Cuesta seguirle los pasos a Austin Lunn, pero el hombre lo vale. Nueve álbumes en doce años hablan de una productividad impresionante, más aún considerando el nivel de profundidad y complejidad que suele alcanzar entrega tras entrega, fuera del mérito de componer e interpretar prácticamente todo en sus discos. En esta ocasión ha tocado batería, guitarras, bajos, teclados, banjo, mandolinas y varias cosas más, pidiendo ayuda únicamente con el violín, cello, más una que otra voz en determinados temas, que decir, todo un coloso que esta vez llega a nosotros luego de tres años de silencio. Lo último que le conocimos fueron las dos horas entregadas en el contundente The scars of man on the once nameless wilderness (2018), y como era de esperar tras un álbum así de ambicioso, regresa esta vez algo más medido (digamos, "medido" en el contexto Lunn): ocho canciones y 70 minutos de música donde el músico ha vuelto a dar rienda suelta a los ambientes que rondan en su cabeza, mucho black atmosférico mezclado con elementos folclóricos, eso que los amantes de las etiquetas gustan llamar folk metal, aunque aquí encontramos muchísimo más que esto.

Como suele ser costumbre en cada álbum de Panopticon, el asunto comienza a cocerse a fuego lento, primero mediante la preciosa 'And again into the light', una pieza acústica donde incluso lucen delicados violines, y luego entregándose a la melancolía (esta vez en eléctrico) que proponen los tres minutos iniciales de 'Dead loons', los cuales darán paso a dos minutos de potentes redobles y una posterior recta de black desenfrenado, armando una pieza absolutamente incontestable, un terremoto sonoro que vaya que impacta. Verdad sea dicha, es tanta la contundencia que Lunn logra con los primeros doce minutos de música que la sensación de necesitar una pausa para procesar lo oído es inevitable. No habrá tal pausa, sin embargo, pues el disco desenfundará de inmediato ocho minutos de oscuridad y caos en 'Rope burn exit', y luego doce minutos más de vértigo en 'A snowless winter', una en donde las guitarras serán protagonistas en el diseño de atmósferas (algo que se volverá a repetir en el cierre a cargo de 'Know hope'), aunque claro, estas dos comienzas ya a evidenciar un exceso de vueltas en las estructuras por parte de Lunn, lo cual sumado a que no se le entiende un carajo cuando canta, vuelven algo monótono el trámite a momentos. 

Atravesando el nudo del disco sonará 'Moth eaten soul', casi ocho minutos en donde Lunn saca a la luz su veta más death y brutal, una maravilla de canción que dará paso nuevamente a una pasada muy similar a la del comienzo del álbum, es decir, sonidos limpios, pulcros y cargados de melancolía que acabarán desembocando nuevamente en un torbellino black. El resultado suena bien, pero digámoslo: te esperas lo que viene. 

Con sus pros y contras, en ... And again into the light nos encontramos con todo lo que Panopticon puede ofrecernos en este 2021, digamos, un álbum en donde el artista no parece haberse guardado nada. Cae en excesos y también ha perdido algo de sorpresa, pero con todo el disco gustará entre quienes le vienen siguiendo el paso a Lunn o servirá como excelente muestra para quienes recién se enteran de su existencia. Que nunca es tarde... 

¿Canciones? 'Dead loons' y 'Moth eaten soul'. 

8,2 /10
Excelente.


Otras reseñas de Panopticon:
2015: Autumm eternal

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