jueves, 13 de mayo de 2021

Gojira: Fortitude (2021)

"No reculan pero afinan puntería..." 

¿Evolución o involución? El clásico debate. Se vivió décadas atrás ante el álbum negro de Metallica (y posteriores Load/Reload) y recientemente tras The satanist (2014) / I loved you your darkest (2019) de Behemoth, por mencionar dos ejemplos de discos que marcaron un quiebre en el sonido de bandas, y también entre los fans. Y bueno, esta pasada de Gojira por Magma (2016)Fortitude claramente no se ha quedado atrás en cuanto a polémica. En el caso de los franceses podríamos decir que L' enfant sauvage (2012) fue el disco en donde la banda descubrió que podía equilibrar el poderío técnico de sus primeros álbumes con estructuras más accesibles, digamos, ya no tan esquizofrénicas como las trabajadas en The link (2003) o From mars to sirius (2005). Esta tendencia a acercar el sonido fue llevada aún más lejos mediante la publicación del mencionado Magma (2016), un álbum que definitivamente quebró posiciones al abordar un metal más lento y experimental, limpio a momentos y atmosférico, aunque no exento de momentos directos y furiosos, como quien intenta irse por la tangente pero conservando cierta esencia. En ese ir y venir cabe mencionar que el álbum les mostró menos inspirados en relación a lo habitual, por lo que las alarmas se encendieron y quedaba por verificar si efectivamente comenzábamos a presenciar el comienzo del fin para Gojira (o de cierta etapa al menos, para no ponernos tan melodramáticos), o Magma representaría un mero paréntesis en la carrera de los hermanos Duplantier.  

Lo nuevo ya está acá, y fue adelantado a goteos mediante una serie de adelantos (¡en total cinco!) que no hicieron sino elevar la ansiedad a tope. Ahora, con el conjunto dispuesto cabe confirmar desde ya dos asuntos: que mejoran respecto a su antecesor pero no reculan en la dirección sino más bien afinan puntería. Y es que las cosas que funcionaban en Magma acá se replican con bastante exactitud, insistiendo sobre canciones sólidas, efectivas y potentes, marcadas por furiosos coros como ocurre en 'Another world', 'Sphinx' o 'New found', que dan continuidad a lo trabajado cinco años atrás en 'The cell', 'Silvera' o 'Stranded', mientras que la pasada por 'Fortitude' + 'The chant' o llegando al cierre en 'The trails' (las tres son lo más aburrido del disco, hay que decirlo), da cabida a ese rock limpio que coloca a las atmósferas por sobre la agresividad. Donde si el álbum se muestra sólido es al lograr en general sonar coherente y mantener un componente atractivo en gran parte de su duración, incorporando mucho groove en canciones como 'Amazonia' o 'Hold on' (ambas en modo Sepultura todo el rato) o derrochando energía en 'Born for one thing', 'Into the storm' o 'Grind', esta última toda una reminiscencia nu metal bastante digna.  

No se han complicado, sin embargo, y esa es la sensación que acaba dejando el álbum. ¿Funciona? Si. Absolutamente. Pero lucen en exceso cómodos, dándole un par de vueltas a cada canción para en cuatro o cinco minutos conformarse con sonar efectivos. Nunca complejizan, no sabemos si porque no quieren o no pueden. ¿Lo positivo? Que cuando comienzan a cansar (en el nudo del disco) rápidamente reculan con algún temazo, por lo que el resultado ha cuajado mejor que en Magma, que tenía toda una recta final intragable ¿Lo negativo? Que cinco años de espera para un disco tan poco ambicioso, inevitablemente sabe a poco. Con todo, cabe el reconocer que insistiendo sobre la misma tecla, convencen de sobra. 

¿Canciones? 'Born for one thing', 'Into the storm', 'Sphinx'.

7/10
Muy bueno.


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1 comentario:

  1. Como desmenuzas cada detalle colega, creo q es un buen disco, ya The Chant (pq es un gran tema) vale cualquier otra cosa q hayan olvidado ponerle a este tributo a roots, jajaja ya mejor no sigo

    saludos!

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