domingo, 14 de junio de 2020

Bunbury: Posible (2020)

"Profundo, atrevido y pesimista..."

Hay quienes se han sorprendido un tanto con el tono reflexivo y pesimista que marca el más reciente álbum de Enrique Bunbury. No deberían. Desde siempre la carrera del compositor español ha estado marcada por confesiones intimas, personales y existenciales, las cuales ciertamente se han intensificado en los años más recientes. De esta forma en Palosanto (2013) llegaron canciones fatalistas como 'Salvavidas' ("Todo lo que necesito hoy quítamelo / Y déjame seguir atrapado en este bote navegando a la deriva y sin timón..."), en el MTV Unplugged (2015) el artista decidió declarar principios mediante las profundas 'Ahora', 'Dos clavos a mis alas' o 'El boxeador' mientras que en Expectativas (2017) pudimos verlo algo más incisivo frente al poder político ('La ceremonia de la confusión', 'Bandeja de plata' o 'Parecemos tontos'). Las temáticas lúgubres por tanto, siempre han estado ahí, sin embargo, los arreglos esta vez han marcado una clara diferencia, intensificando las atmósferas y logrando que el álbum se perciba aún más intenso.  

Y es que lejos de su zona de confort, Posible se anota como uno de los discos más oscuros (junto a Las consecuencias, 2010) y atrevidos (junto al extraordinario Radical sonora, 1997) en la carrera de Enrique Bunbury, un álbum en donde el vocalista ha trabajado su sonido con herramientas que incluso ha admitido le causaron más de un dolor de cabeza al no saber manejarlas adecuadamente. Pero así lo quería Enrique, la idea era aprender, crecer y encontrarse con un trabajo que escapase intencionadamente de lo analógico y el formato de banda de rock, lanzándose de lleno a los sintetizadores y baterías electrónicas, con contados momentos en donde la guitarra adopta protagonismo. 

En esa linea el disco conectará con momentos notables, como en 'Cualquiera en su sano juicio (se habría vuelto loco por ti)', una partida enorme y elegante (muy en la línea del Depeche mode más reciente, el de Spirit) donde un piano comenzará marcando el tiempo para que luego los teclados vayan aumentando la intensidad. Más adelante la sutileza volverá a funcionar en 'Mis posibilidades (Interestellar)' o 'Mariachi sin cabeza' ("Equivocado pero convencido / Inquilino de una soledad devastadora..."), mientras que los momentos más dinámicos del disco llegarán con ''Hombre de acción' (lo más parecido a un single tradicional que contiene el disco) o 'Las palabras', el único tema del álbum donde se un redoble clásico de batería adopta protagonismo.

Los puntos más altos llegarán cuando este vaya más adentro en lo personal, como ocurre en la arrogante 'Arte de vanguardia', que toma prestado el saxofón de 'Early to bed' de los olvidados Morphine, y el increíble cierre a cargo de 'Indeciso o no' ("Cuando ya no sabes navegar a que puerto / Da igual a que lado sople hoy el viento...") + 'Los términos de mi rendición' ("Se que el romper de una ola no puede explicar todo el mar..."), que acaba el disco con un solo de guitarra que si se alargaba un minuto más no nos quejábamos. 

El disco carece de canciones contagiosas, de ganchos comercialmente atractivos y apuesta más bien por la intimidad y profundidad del sonido, pero nadie podría criticarle algo a un álbum trabajado con tal nivel de transparencia. En 2013 escribí en la reseña de Palosanto el que extrañaba los tiempos más osados de Bunbury, pues bien, he aquí el disco que muchos llevábamos demasiados años esperando. De lo mejor que ha grabado en su carrera...

8,8 /10
¡Excelente!


Otras reseñas de Bunbury:

4 comentarios:

  1. con lo que decís me dan ganas de escuchar algo de alguien que nunca me interesó jaja... le voy a dar la chance a este video entonces por tu culpa, saludos, acá estamos de nuevo por tu comentario... la seguimos!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. tuve que volver porque me encantó... el tono grave de la música, lo que dice, hasta su aspecto avejentado... saludos de nuevo y gracias entonces!

      Eliminar
    2. Pero que bien! Ya me puedo morir tranquilo entonces. Hice algo por la humanidad je je
      Bunbury es un grande, ocurre que el personaje muchas veces se lo come y tiene esa cosa tan Raphael, tan exagerada (desde su forma de vocalizar hasta las poses) que claro, chocan un tanto. Pero pasando de eso, es un grande, y en este disco ha lanzado todo el pesimismo al carruaje y wow, a mi me ha encantado. La primera del álbum y las últimas dos del disco me tienen pegado. Esas tres son una fuckin maravilla.
      Saludos! Un gusto volver a leerte. Retomaré tu blog, que hace rato no lo veía.

      Eliminar
  2. paso de nuevo: lo incluí en mi última entrada, mirá si me habrá gustado! y otra cosa; no me deja pasarte el gadget por el blog porque tiene HTML o lo que sea... necesito un mail así te llega... está bueno porque no hay que hacerle nada extra, lo colocás y funciona... saludos!

    ResponderEliminar