miércoles, 5 de junio de 2024

Beyoncé: Cowboy Carter (2024)

 "En modo enciclopedia..."

En 2022 regresaba Beyoncé tras seis años de silencio. Lo hacia mediante un excelente y ambicioso Renaissance, álbum que echaba mano a una serie de referencias de ayer y hoy en el afán de armar un conjunto contundente desde lo musical y que políticamente buscaba también reivindicar el legado de la música negra dentro de la música pop. La jugada tenía enorme mérito considerando los tiempos inmediatos que vivimos donde todo dura veinte segundos y mucha música pensada "en exceso" no es valorada por el público. Por lo mismo, tras una aventura así de imponente uno habría esperado algo más de tiempo para pensar la siguiente jugada, sin embargo, la vocalista se lo traía todo fríamente calculado por lo que en menos de dos años la tenemos de vuelta con Cowboy Carter, disco aún más extenso y desafiante que Renaissance, una aventura country compuesta por nada más ni nada menos que veintisiete canciones y ochenta minutos de música con los que Beyoncé vuelve a dar muestras de su estatura como artista. 

Al parecer la vocalista ya no puede publicar sin apuntar a lo alto, instalándonos así frente a otro álbum en modo enciclopedia, complejo y desafiante, un trabajo que nuevamente va en busca de la reivindicación de la música afroamericana dentro de la cultura estadounidense. De ahí que utilice como herramienta el country, un género asociado tradicionalmente con el "mundo blanco", desarrollando un mestizaje musical profundo y cuidadosamente pensado, el cual evocará tanto a próceres de ayer como a artistas actuales. Dentro de esto último lucen las baladas 'Just for fun' (junto a Willie Jones), 'II most wanted' (con Miley Cyrus, en la que debe ser la más melosa en todo el disco) y 'Levii's jeans' (en compañía de Post Malone), mientras que las referencias históricas más entrañables se encontrarán con Willie Nelson cambiando el dial de una radio en el que a la pasada suenan artistas como Sister Rosetta Tharpe, Chuck Berry o Roy Hamilton, mientras que Linda Martell (la primera cantante negra en publicar un álbum de country) aparecerá en un par de introducciones, particularmente antecediendo a la singular 'Ya ya', otra donde Beyoncé declara intenciones con fuerza recordándonos la fuerza de una Tina Turner en la interpretación.

El asunto, sin embargo, no se limitará a lo anterior. La vocalista también meterá mano a cosas realmente clásicas, como 'Jolene' de Dolly Parton, a la cual ha modificado la letra cambiándole por completo el enfoque (pasando del "por favor, no te lleves a mi hombre" a un desafiante "¡no te atrevas ni a mirarlo!"), o la siempre preciosa 'Blackbird' de The beatles, que aparece acá a propósito de haber sido escrita por Paul McCartney en homenaje a aquellos nueve estudiantes a quienes en 1957 les fue prohibido el entrar a una escuela por su origen racial, siendo que tres años atrás la segregación en educación ya había sido declarada inconstitucional en los Estados Unidos.

Entre todas estas múltiples referencias que son parte de la historia política/musical estadounidense, la vocalista intercalará con tino una serie de ambiciosas canciones, abriendo fuegos con el carácter épico de 'Ameriican requiem', de estructura fascinante yendo desde el góspel hasta una sucesión de explosiones que muestran a una Beyoncé tremenda en términos vocales (¿canción al año desde ya? Puede ser), pasando por otra búsqueda pomposa y grandilocuente en '16 carriages', algunas más amigables como el country juguetón de 'Texas hold'em', momentos acústicos y delicados en 'Alliigator tears' o 'Daughter', abordando la maternidad como temática en 'Protector' o una arista más directamente sexual en 'Bodyguard'

Ahora, verdad sea dicha, a la recta final del disco (particularmente las últimas cinco) llegamos algo cansados por lo que si hubiese que encontrarle un problema a este Cowboy Carter, ese sería evidentemente el que se le va la mano con su extensión, sobre todo considerando que el álbum no se enfoca jamás en lograr canciones "efectivas", lo cual vuelve al viaje aún más denso. Pero bueno, ¿quién podría culparla por conceptualizar a este nivel y querer lanzarlo todo llegando a los ochenta minutos de música? Lo innegable es que Beyoncé vuelve a anotarse con otro gran disco, uno que la consagra como una mujer que juega en liga propia, algo que muy pocos/as artistas dentro del mundo del pop pueden declarar.

¿Canciones? 'Ameriican requiem', 'Texas hold'em', 'Protector', 'II most wanted' 'Just for fun'.

9/10
Brillante.


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