miércoles, 19 de junio de 2024

Pallbearer: Mind Burns Alive (2024)

 "Sin medias tintas..."

Con un camino de avance sostenido, marcado por atmósferas densas cercanas doom y coqueteos con el progresivo (con mucho de Black sabbath obviamente en el sonido), la carrera de Pallbearer pareció de cierta forma tocar techo en un álbum como Heartless (2017), ese disco que uno le pediría oír a cualquiera que quisiera conocer a la banda. Tres años más tarde tuvimos un correcto y sólido Forgotten days (2020) que pareció sostener la fórmula, una que en cierto modo se modifica este quinto álbum al escapar de ese peso característico de las guitarras para dar paso a construcciones bastante más calmas y que ciertamente carecen de explosiones marcadas (sin que esto se transforme necesariamente en un aspecto negativo). 

En este sentido, Mind burns alive se muestra como un álbum implacable con el auditor desde su primer minuto, seis canciones (extensas todas) que en cincuenta minutos no entregan concesión alguna, un lo tomas o lo sueltas sin medias tintas que se manifiesta de inmediato en la partida limpia y marcadamente dramática a cargo de 'Where the light fades', con una producción que coloca la sentida (y desnuda) interpretación vocal de Brett Campbell siempre en un primer plano y una estructura que va haciendo crecer el tema lentamente entre suaves olas de guitarras (jamás acudiendo a la estridencia eso si), algo que volverá a ocurrir más adelante en algo como 'Signals', con un tono melancólico aún más marcado que en la anterior aunque esta vez si añadiendo algo más de peso entrando en la recta final, pasado el minuto cinco.  

Las dos mencionadas por si solas hablan de un trabajo que se cuece a ritmo propio, desafiante y claramente de difícil entrada pero al mismo con una carga emocional importante y un trabajo melódico que vale la pena vivenciar. Ahora, tampoco cambiará el tono cuando el álbum incorpore guitarras y fuerza (aunque siempre manteniendo los tiempos lentos y bastante abajo), como ocurre en 'Mind burns alive' (con unos toques de oscuridad que incluso les acercan al gótico) o en la tremenda 'Endless place', la única en todo el disco donde apuntan a conseguir momentos orgásmicos de la mano de un saxo que hace presencia hacia el cierre del tema. 

Tras media hora de música aparece, sin embargo, la única carga que podemos criticarle al álbum, el cual acaba abusando de las atmósferas oscuras en su segunda parte. Y es que si bien los diez minutos de 'With disease' funcionan perfecto como cierre entregando los momentos más tétricos en todo el trabajo (6:00 en adelante), antes hemos pasado por 'Daybreak' y la sensación de que esta perfectamente se la podrían haber ahorrado en función de la dinámica del trabajo. 

Con todo, estamos ante otra experiencia fantástica propuesta por Pallbearer, una banda destinada injustamente a moverse en medio del anonimato pero que acá han regresado en gloria y majestad, y ojo: sin necesidad de repetir el plato si no más bien extremando las aristas más oscuras, melancólicas y emocionales de su sonido. Con alguna canción menos y algún momento más explosivo (aunque evidentemente no lo han querido así) quizás hablaríamos de un serio candidato a ser disco del año. No ha sido así y nos hemos quedado con un álbum excelente de todas formas y ciertamente otro paso firme en la carrera de la banda. Que no es poco...

¿Canciones? 'Mind burns alive', 'Signals' y 'Endless place'.

8,2 /10
Excelente.


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