"Pop sobrecargado de artificios..."
Me explico. Para nadie es secreto que Bring me the horizon se han transformado en una especie de Coldplay del metal mainstream, es decir, una banda que tiempo atrás fue capaz de captar un importante target adolescente y viven de aquello. Saben que hagan lo que hagan habrán millones dispuestos a acompañarles de manera incondicional por la simple y sencilla razón de que han formado parte de sus vidas. Así funciona el fenómeno fan, no lo vamos a descubrir hoy. Por ello, cuando en 2020 la banda regresó a su veta más chillona/comercial entre canciones como 'Parasite eve' o 'Teardrops' muchos seguro se emocionaron al sentir que la banda re encaminaba su carrera hacia un álbum como Sempiternal (2013), pero hoy cuando abren con algo tan insulso, meloso y obvio como 'Youtopia' (lo siento eh? pero yo me rebelo a la ridiculez de titular canciones entrelazando mayúsculas con minúsculas), los mismos también se emocionan porque sienten el regreso de anda a saber que. Lo cierto es que los fans se van a emocionar siempre que sus ídolos vuelvan, y no hay más.
No deja de ser cierto, sin embargo, que Bring me the horizon se encuentran para bien y para mal en un punto donde pareciese que todo vale, porque efectivamente en esta etapa Post human han vuelto a las melodías con fuerza pero incorporando una mescolanza elementos tomados de distintos lugares. ¿El resultado? Un pop sobrecargado de artificios (¿mencioné la relación con Coldplay, no?) que a veces funciona, como en el caso de 'Kool-Aid' (donde Oliver Sykes se mueve en diferentes registros aportando diversidad), pero en ocasiones no hace si no esconder estructuras simplonas que les acerca al pop punk comercial post 2000 de bandas tipo My chemical romance (ahí tienes 'Top 10 statues that cried blood', 'Darkside', 'Lost' o 'Strangers'). En ese camino, resulta curioso el homenaje evidente (que roza el plagio) que realizan a Deftones en 'Limousine' (junto a la noruega Aurora en voces) o el que en 'n/a' abran en un sencillo acústico para luego buscar la explosión mientras que en otros momentos se lanzarán de plano al sobrecargo armando canciones realmente insoportables, como 'Bullet w/th my name on' o 'R.i.p', donde cargan la balanza hacia el sonido hiperactivo.
En definitiva, estamos ante otro álbum de Bring me the horizon cuya principal foco está puesto en el confeti de la producción. De hecho, si quitamos todo el maquillaje electrónico que adorna cada una de estas canciones, ¿qué nos queda? Pues un pop de estructuras (en su mayoría, que no todas) bastante tradicionales y coros contagiosos. La banda busca el impacto por tanto de manera artificial, desde los títulos ('[ost] p.u.s.s.-e', o sea...) hasta la estridencia del sonido, lo cual por si solo no es un punto negativo pero si en ocasiones terminan opacando canciones que sin todo el ruido habrían funcionado mejor ('Dig it', claro ejemplo).
¿Canciones? 'Kool-Aid' y 'Lost'.
2019: Amo
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