sábado, 13 de julio de 2024

Ulcerate: Cutting The Throat Of God (2024)

"La vara demasiado alta..."

Mirado a distancia, podríamos afirmar categóricamente que una década atrás mediante un álbum como Vermis (2013) fue que Ulcerate acabó de pulir su fórmula volviéndose de pronto una máquina sonora verdaderamente aplastante. Hoy el death progresivo que trabajan funciona como una apuesta segura que enroca contundencia con virtuosismo y atmósferas tan angustiantes como a momentos asfixiantes, una labor nada sencilla y que explica el que la banda venga tomándose cuatro años entre lanzamientos desde hace un rato. Ahora, el que los neozelandeses hayan encontrado su lugar seguro presenta, sin embargo, también algunas dificultades, las cuales me parece se evidencian por primera vez en su carrera en este Cutting the throat of god, un disco impecable desde todo punto de vista donde todo se encuentra exactamente en el lugar indicado pero que al mismo tiempo carece de sorpresa, dejando la sensación de que la cima la han alcanzado en el pasado Stare into death and be still (2020) y en este no han hecho si no replicar la fórmula. 

¿Es esto último un gran problema? ¡En absoluto! O sea, por favor, ya se quisiera cualquier banda un álbum como este, poderoso desde un comienzo, cuando 'To flow through ashen hearts' abra en calma para al minuto lanzarte encima una tonelada de buen metal, impactando tu ser contra la fuerza de un sonido incontestable, ejecutado con la precisión acostumbrada (lo de Jamie Saint Merat en batería nuevamente es fenomenal) y unos cambios de velocidad ante los que no queda si no rendirse. Pasa la primera y quedamos sinceramente extasiados, esto es Ulcerate en toda su esencia desenfundado su poder y la tentación de escribir "disco del año" es enorme. Pero existe un problema: que se vienen seis más en la misma línea (todas muy extensas además, siete a ocho minutos cada una). Los mismos tiempos, los mismos parones para tomar aire y las mismas aceleraciones, por lo que inevitablemente la monotonía se apropia del lugar y la sensación de que "ya lo hemos oído todo" se hace presente demasiado pronto en el disco. 

¿Y es que alguien podría alegar algo ante cosas tan colosales como 'The dawn is hollow' o 'Transfiguration in and out of worlds'? Son todo estructuras intrincadas, complejas, rebuscadas y muy pensadas, con un Paul Kelland enorme en las voces relatando guturales y donde la descarga de intensidad es constante pues la banda solo suelta el acelerador para tomar impulso. Sin embargo, los temas son tan extensos y mono sonoros que otras, verdaderas joyas como 'Further opening the wounds' (o toda la recta final) se te vuelven eternas, dejándose sonar como un río que corre y corre y corre. ¿Agradable? Claro que si. ¿Monótono? También. 

¿Te imaginas comiendo el mismo plato sabroso y gourmet todos los días durante un mes? Algo así es Cutting the throat of god. Los primeros cinco días seguro lo encuentras exquisito y te sientes maravillado con lo que tu paladar recibe, pero al quince seguro ya extrañas el arroz y al veinte matarías por unas ordinarias papas fritas...

En definitiva. Si este es el primer disco que oyes de Ulcerate, seguro te parecerá grandioso e impactante (¡que lo es!), ahora, para quienes les venimos siguiendo desde hace un buen tiempo, la experiencia resulta satisfactoria aunque redundante. Acá hay técnica, oscuridad, violencia en el sonido, ejecuciones de primera y atmósferas inmersivas dispuestas a no dar tregua. El problema es que todo eso ya lo teníamos en discos anteriores por lo que la vara estaba muy arriba y aquello inevitablemente merma un tanto la experiencia. 

¿Canciones? 'To flow through ashen hearts', 'The dawn is hollow' y 'Transfiguration in and out of worlds'.

8,2 / 10
Excelente.


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