"Corriendo (sus) límites..."
Por supuesto que la columna vertebral de Grasa estará puesta en la búsqueda del placer, con temáticas marcadas por el hedonismo en donde Nathy Peluso va siempre hacia si misma. En esa línea sonarán cosas bastante tradicionales, la oiremos sacando toda la actitud en 'Aprender a amar' o 'Roto', donde rapea violento yendo en ambas hacia a una lírica agresiva, la primera con una connotación social ("Todos queremos la revolución pero, ¿quién le dedica un momento...?") mientras que en la segunda vomita líneas desde el despecho (maravilloso ese: "Vos no me vas a decir a quien se lo reboto..."). Camino similar será el que recorran más adelante cosas como 'Menina' o 'Manhattan' mientras que 'Real' adoptará un tono algo más romántico e incluso tierno, desatando un contraste actitudinal que no deja de ser interesante.
En otra arista del disco, habrá momentos en donde la artista irá al pop apelando a coros contagiosos. Me refiero a cosas como 'Legendario' o 'Ideas radicales', en esta última empapando la atmósfera de sintetizadores. Aunque donde definitivamente correrá sus límites será en la tendencia a la balada que regala en puntos claves del disco. No por nada abre sobre una orquesta retro y disfrazándose de Mon Laferte (por mencionar una par que podría perfectamente atreverse en estas latitudes) con la notable 'Corleone', mostrando exquisitas dotes a la hora de dramatizar en una interpretación ("Yo tengo un imperio / Un palacio brillante / Y una pena muy honda..."). Resulta evidente que Nathy Peluso posee interés en que no la encasillemos en sonidos tan obvios, idea que confirmará más adelante desatándose sobre un piano en 'Envidia', salseando a lo Rubén Blades en 'La presa', yendo a las cuerdas en 'El día que perdí mi juventud', al soul en 'Remedio' o al R&B al cerrar con 'Mamá'.
Grasa es un disco en donde Nathy Peluso ostenta algo que no se compra en la esquina: convicción. Ahora, no se queda solo ahí y entrega un puñado de temas soberbios. Rebeldes y contagiosos. Sencillos pero contundentes. Como un "pero" queda el que a ratos, sobre todo en la segunda mitad, el disco parece meter dos o tres canciones que no están a la altura así como una que otra canción pedía alguna vuelta más en su estructura, pero con todo, la jugada es exitosa. Apenas es su segundo álbum y ya sentimos que la vocalista podría ir hacia donde le de la gana...
¿Canciones? 'Corleone', 'Aprender a amar', 'Real' y 'Envidia'.
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