"La forma sobre el fondo..."
Algo positivo, sin embargo, tiene el no conseguir un objetivo: que debes luchar más duro. El cual parece ser el mensaje que pretende esconder Brat, el sexto álbum de Charli XCX. Y es que donde muchos podrían visualizar un fracaso (más cuando cantas pop, es decir, música que aspira por definición a la aceptación masiva) e incluso razones para dudar de tus capacidades, la inglesa ha encontrado motivos para volver a armar la fiesta reconectando con su tendencia al hyper pop y a la electrónica frenética en un conjunto que la muestra de paso absolutamente confiada en sus capacidades, pese a que el discurso transite una constante bipolaridad, moviéndose con facilidad desde el exceso de confianza hacia las dudas existenciales.
Para muestra la fantástica apertura con '360', contagiosa y adictiva con sus arrogantes estrofas ("Si lo amas o lo odias / Me importa una mierda lo que pienses...") + coro ("Cuando estás frente al espejo me miras a mi..."), sin embargo, a la vuelta de la esquina en 'Sympathy is a knife' se mostrará toda confusa hablando de cuanto le cuesta ser una hipócrita ("¿Por qué no puedo rechinar los dientes y mentir? / No podría ser ella ni aunque quisiera..."), aunque claro, siempre en un tono festivo, el cual abordará con fuerza acudiendo a la electrónica hipnótica en cosas como 'Club classics', 'Everything is romantic' o 'Von dutch', otra en donde su ego se come al tema ("Es obvio, soy tu número uno / Está bien si admites que soy tu fantasía..."), mientras que en 'Talk talk', 'Rewind' (donde añora volver a ser esa chica que no se insegurizaba pensando constantemente en su peso o en las ventas de sus álbumes) o 'Girl, so confusiong' va hacia un poco más "de coros" y que le acercan a un formato de canción single.
Hay "peros" en el disco eso si. Las canciones se suceden y son simples, quizás demasiado. Por lo mismo la falta de ideas pasando en la recta final se hace evidente, al punto de que 'Apple' o 'I think about it all the time' resultan completamente olvidables, 'So I' tiene nula identidad (incluso parece plagiar el 'No one dies from love' de Tove lo), mientras que el álbum cierra en una especie de innecesaria remezcla de la inicial '360', titulada '365'.
El caso es que todos los temas se mueven en torno a los dos a tres minutos de duración, es decir, para bien y para mal lo que Charli XCX presenta es un pop de bajísimas pretensiones musicales, temas que se conforman con generar una determinada atmósfera, entregar un mensaje o repetir un coro, sin embargo, el fuerte parece siempre estar puesto en la cáscara y lo superficial de la propuesta, más no en el fondo. Algo que también se traslada a sus presentaciones en vivo, donde prácticamente todo es playback y pre grabados con ella bailando sin pudor encima, ni siquiera con una banda de apoyo.
En dicho sentido, la inglesa es honesta con nosotros. Titula su álbum como lo que es: una "mocosa", una especie de chica caprichosa. Y lo acompaña con toda una promoción en torno a lo visual. Ha modificado en streaming las portadas de todos sus discos, por ejemplo, dándoles un color y centrando el título tal como ha hecho con Brat. La idea evidentemente es generar ruido y transformarse en un fenómeno viral, algo que hasta cierto punto ha conseguido, complementando el concepto con un conjunto de canciones que funcionan, son atractivas y varias de ellas incluso adictivas, sin embargo, reitero el concepto: la música complementa su propuesta, y no al revés. Es decir, sacando toda la capa de superficialidad, ¿con qué nos quedamos? ¿hay efectivamente acá una propuesta de peso dispuesta a trascender o más bien una chica que quiere (y necesita) ser famosa por un rato?
¿Canciones? '360', 'Sympathy is a knife' y 'Von dutch'.
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