martes, 19 de agosto de 2014

Peter Murphy: Lion (2014)

El puto amo.

En 2011 quien para muchos es considerado padre del rock gótico, sorprendió a medio mundo con Ninth, un disco que entregaba nuevos aires al compositor, quien a sus cincuenta años lograba volver a dar que hablar gracias a un cuidado trabajo melódico y una pluma que seguía mostrándose en buena forma. Tres años han pasado y el ex lider de Bauhaus vuelve a impactar con Lion, la demostración del increíble renacimiento creativo de un artista que no parece querer dar señales de agotamiento.

A diferencia de lo mostrado en Ninth, esta vez Peter Murphy ha querido sonar en un tono completamente distinto, para esto se ha encerrado cuatro días seguidos en el estudio, grabando sin parar el material que tenía, pariendo de esta forma una obra cruda, visceral, espontanea pero que cuenta con el sello sensible y personal de Murphy. La música esta vez se ha centrado menos en las atmósferas y más en melodías directas que cuenten con coros potentes y efectivos, Murphy eleva los tonos más allá de sus clásicas habilidades entregando una serie de interpretaciones que podrían calificarse de incorrectas (grita e incluso desafina bastante el hombre) pero con una energía, potencia y entrega tan envidiable como convincente. El sonido va por donde fueron sus años más fecundos (los 80's claro está), con un perfume evidente a otro camaleón como es David Bowie, muchos teclados, sintetizadores y una sucia producción llena de efectos vocales (a cargo de Martin Glover, el ex Killing joke) que ayudan muchísimo con el resultado final. 

Ahora, nada de lo mencionado sería realmente trascendente si Lion no contase con grandes canciones, y vaya que acá las hay. Estas funcionan una a una de manera impecable, entregando distintos ambientes, energías que confluyen en múltiples direcciones y que como conjunto no tienen punto débil. La partida, por ejemplo, a cargo de "Hung up" es rock, guitarras y desgarro, más adelante el asunto se lanzará de lleno sobre teclados, en velocidad como es el caso de "I am my own name" o  "Low tar stars" (Bowie total) y bajando las revoluciones en la fantástica "I'm on your side". Uno de los momentos más emocionales del álbum se logra con la grandilocuencia de "Compression", momento en donde Murphy logra conectar de gran forma con la interpretación, otra muy bien lograda y donde los ambientes profundos y densos se desatan es "The ghost of shokan lake". Ya en recta final "Holy clown" y "Eliza" retoman el formato de banda rock, entregando buenas dosis de energía mientras que el cierre llega en calma con las sólidas "Loctaine" y "Lion" (la canción), probablemente los únicos momentos del disco donde Murphy aborda las tonalidades graves que usualmente le son familiares.

En definitiva, Peter Murphy se ha despachado un golpe directo al mentón de los incrédulos. Una gloria del pasado que sigue mostrándose vigente de la mano de un álbum notable que mejora sustancialmente lo realizado en Ninth (que por si solo ya estaba bien) y confirma el gran momento creativo que el inglés ha vuelto a vivir. De lo mejor que oiremos este año sin duda alguna. 

9/10 
¡Brillante !

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