sábado, 23 de agosto de 2025

Fallujah: Xenotaph (2025)

"(Demasiado) fríamente calculado..."

Una década ha transcurrido ya desde aquel notable The fresh prevails (2014), disco con el que Fallujah se consagraron como una potente realidad dentro de la escena death progresiva. En adelante, sin embargo, algo comenzó a fallar. La vara quedó bastante arriba por lo que no era fácil el tener claro como continuar, a lo cual se le sumó una constante rotatoria de miembros al interior de la banda. Y si bien el posterior Dreamless (2016) estuvo bien como un álbum de continuidad, el siguiente Undyng light (2019) si que representó un claro bajón de calidad, además de marcar el debut y despedida de Antonio Palermo como vocalista (quien había reemplazado a Alex Hofmann en 2017). Caía de cajón por tanto que en el siguiente Empyrean (2022) la banda intentaría recuperar terreno "yendo a la segura" y bueno, había que ver si en este Xenotaph lograban definitivamente re encausar el camino, ya con el guitarrista Scott Carstairs como único miembro fundador y Kyle Schaefer estable a cargo de las voces.

El resultado de todas estas idas y vueltas se resume en estas ocho canciones que en cuarenta minutos desatan un sonido marcadísimo por los aspectos técnicos, con un trabajo en velocidad excepcional tanto de batería como guitarras, además de un trabajo vocal tremendamente versátil que juega constantemente con el contraste voz gutural/voz limpia. En dicho sentido este Xenotaph no decepcionará a quienes buscan un metal agresivo, ágil y de precisión quirúrgica, sin embargo, inevitablemente se volverá monótono para un auditor que busque en la música algo más que un constante desplante técnico. 

Sin ir demasiado lejos, en la partida del álbum cuesta identificar cuando termina 'In stars we drown' y comienza 'Kaleidoscopic waves', dos que en realidad parecen ser una sola pieza de siete minutos entre parones constantes y aceleraciones. Esta tendencia a será regla a lo largo de todo el disco, momentos marcadamente técnicos que contrastan con bajadas bruscas que entregan algún respiro, además de algún momento marcadamente melódico. Destacará ahí en la lista lo que hacen en 'Labyrinth of stone' cargándose a un death más clásico y regalando por primera vez un coro reconocible, sin embargo, en los más de seis minutos de 'Step through the portal and breathe' evidencian donde falla la fórmula: suben, bajan, aceleran y se detienen constantemente pero todo suena tan mecánico, tan fríamente calculado, que jamás te emocionas, nunca conectas. No hay acá un trabajo con la intensidad ni explosiones que conmuevan, nada, todo es lucimiento técnico y estructuras en donde siempre está pasando lo mismo, ya sea en el minuto inicial o el final de la canción. 

De hecho, hay que avanzar bastante en el álbum y llegar a la recta final para encontrar los primeros momentos emocionalmente atractivos en este, los cuales llegan curiosamente en el tema más breve de todos, 'A parasit dream' (exquisito su cierre instrumental entre murallones de guitarras), así como en el cierre mismo con 'Xenotaph' (la canción) también encontramos un pasaje que funciona. Todo lo demás en el álbum está muy bien desde la ejecución, con un sonido efectivamente avasallador pero que lamentablemente se queda atrapado únicamente ahí. 

¿Canciones? 'A parasit dream' y 'Xenotaph'. 

6,9/10
(Muy) bueno.


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