Con el filo intacto
Tres álbumes brillantes dentro de una discografía bastante
diversa bastan y sobran para situar a Beck dentro de los compositores más
lúcidos y creativos de las últimas dos décadas. Y es que si bien la carrera del
compositor ha tenido sus altos y bajos (¿qué genio no los ha tenido?) , el tipo posee
un mérito a estas alturas innegable y no tan fácil de encontrar: se ha mostrado
siempre inquieto rompiendo una y otra vez sus propios límites.
Encajó un single exitoso entre las masas en sus comienzos
(la ridículamente divertida “Loser”) para luego golpear la mesa con Odelay
(1996), su primera maravilla. Luego, y cuando muchos comenzaban a considerarlo
intrascendente se reinventó de la mano de un extraordinario álbum acústico y
melancólico: Sea change (2002). Finalmente en 2008 volvió a sorprender gracias
a un maduro y soberbio Modern guilt. Hoy lo vemos consolidado como un grande,
sin embargo, para cualquier banda o
solista la llegada de la madurez (la
tercera década) es complicada ya que tras 20 años de música la pregunta cae de
cajón: ¿queda aún algo nuevo que decir?
Y bueno, cuando las ideas no están del todo claras existe
siempre un recurso (completamente válido) al que se le puede echar mano: el
refrito, es decir, tomar una fórmula utilizada en el pasado por ti mismo o
alguien más. No podríamos decir que durante su carrera Beck haya abusado de
este recurso, Güero (2005) fue un claro
refrito de Odelay pero más allá de ese caso no recuerdo que el tipo se haya
quedado demasiado pegado en alguna fórmula. Menciono todo esto dado que lo
nuevo de Beck es eso… un refrito. Reconocido por el mismo artista por cierto,
quien avisó que tras 5 años de silencio tenía dos discos listos para este 2014,
Morning phase vendría a ser el primero de ellos.
Morning phase es la clara continuación de Sea change, once
canciones (más dos instrumentales cortitos) en tono acústico que vuelven a
trabajar los mismos ambientes que en 2002 tan buenos dividendos le generó al
cantautor. ¿La falta de originalidad sería un punto en contra entonces a
considerar? Lo sería si es que el disco no funcionase, pero como lo hace la
verdad es que desde acá no hay quejas. Y Morning phase funciona gracias a que
Beck se lo ha tomado en serio. El tipo no le ha faltado el respeto a quien oye
entregando un producto hecho a la rápida y en piloto automático sino que nos ha
regalado un disco muy cuidado, trabajado al detalle y lo más importante, con de muy buenas canciones.
La partida a cargo de “Morning” es hermosa, guitarras que se enlazan de manera impecable, juegos vocales y un coro fantástico. De ahí en adelante el asunto se va por un tubo visitando distintas estaciones emocionales, algunas más optimistas que otras. Además de “Morning”, dentro de la primera mitad del álbum destacan para mí los detalles sonoros y arreglos de “Blue moon” , la nostalgia que esconde cada línea de “Unforgiven” y el pozo de tristeza que es “Wave”, la pasada por estas dos debe ser el momento más desolador que contiene el álbum y uno de los mejores logrados de paso.
La segunda parte abre con dos baladas acústicas muy
sencillas como son “Don’t let it go” y “Blackbird chain”, aunque esta última
vuelve a desenvolver una serie de bellos arreglos de teclados y guitarras. A estas alturas de más está decir que el álbum me ha convencido por
completo. Dentro de la recta final nos
encontramos con “Turn away”, cuyos juegos vocales me llevaron a recordar
aquellos ambientes que trabaja Bon Iver , el folk de “Country down” y “Waking light”, un tema un tanto más
explosivo que el resto y que cierra de manera impecable el álbum.
El filo de Beck sigue intacto y Morning phase llega para
demostrarlo. Ahora, es evidente que en la comparación con Sea change pierde, y
es que una obra maestra como aquella es imposible de superar. Sin embargo, el trabajo posee
suficiente calidad tanto en sus composiciones y arreglos como para volar con
fuerza propia. Nos quedamos entonces
esperando aquel prometido segundo trabajo para 2014 pero con esto tenemos
material para quedar satisfechos un rato largo…
8.5 / 10
¡Excelente!
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