El disco me encantó, está claro, por lo mismo cuando meses atrás supe que la mexicana lo presentaría acá en Santiago de Chile no dudé en comprar mi entrada. Finalmente la fecha llegó y un par de noches atrás tuve el placer de presenciar dicho espectáculo, dividido en dos partes muy diferenciables entre si: una primera en donde De todas las flores es interpretado en su totalidad y una segunda enfocado en un recorrido a la carrera + hits de Natalia. El global resultó ser un show tremendamente cercano, sensible, emocional, de mucha identidad e interacción constante con el público.
Y lo dicho, que en la primera hora y veinte del show Natalia ha presentado su más reciente álbum prácticamente en el mismo orden, con la única excepción de 'Que te vaya bonito Nicolás' (la cual ha debutado en la gira acá, en Chile) que ha sonado segunda en el show tras la hermosa 'Vine solita', donde la mexicana con su guitarra (y un enorme vestido negro) consumió por completo el recinto. Tras estas, se sucedió todo el disco en orden estricto, cada canción tomándose su tiempo, apoyada por cuidados videos a la espalda de la artista y una banda impecable en cuanto a arreglos. Dado la atmósfera reflexiva del álbum, los primeros noventa minutos de show estuvieron marcados por ese ambiente de mantra y tranquilidad, donde el público supo escuchar, cantar y conectar con la búsqueda de la artista.
No podía ser de otra forma, un álbum como De todas las flores tenía que ser interpretado completo y con la elegancia que este merecía. Así ha hecho Natalia, extasiándonos a quienes amamos dicho trabajo para luego desatar la fiesta. Durante el show la mexicana se refirió a que quizás este hito (el disco + gira) significaba el inicio de una nueva etapa para ella, y bueno, el tiempo dirá. Como sea, en mi recuerdo quedará siempre el haberla disfrutado en plenas facultades mediante un show hermoso, pensado y cuidado.
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