viernes, 18 de julio de 2014

Judas Priest: Redeemer of Souls (2014)

En lamentable piloto automático. 

Ya lo había anticipado Glenn Tipton durante comienzos de año: "No habrá experimentos en nuestro nuevo álbum, nos enfocaremos en lo que mejor sabemos hacer... ". Palabras que sonaban casi a modo de disculpas luego de la aventura fallida (¿?) que significó el conceptual Nostradamus (2008), un álbum ambicioso, detallista y barroco, de difícil llegada con el fan de metal tradicional y que por esto mismo recibió una fría (e inmerecida) recepción. La banda sintió el golpe, incluso la mítica guitarra de K.K Downing abandonó el buque, y aquello se ve reflejado en los sesenta minutos de música que nos han entregado esta vez, los cuales van en dirección completamente opuesta a lo que su antecesor, es decir, si Nostradamus fue una obra compleja y que apostaba por la contundencia, Redeemer of souls pretende ser simple y efectivo, el problema es que si tu apuesta es ir a la segura entregando un sonido puro y directo, el resultado debe ser excepcional o al menos atractivo en su gran parte, cosa que acá no ocurre. En la mayoría de los temas que componen este nuevo álbum se percibe a una banda en piloto automático, donde trece temas parecen ser demasiadas y por largos pasajes se evidencia una espantosa falta de ideas. 
  
Comencemos mencionando eso si que no todo en este álbum es negativo, de hecho hay grandes momentos (aunque breves). La pasada por "Halls of Valhalla" y "Sword of Damocles" es absolutamente fantástica (ojo a la labor de Scott Travis en batería, un manjar) y da muestras del nivel que se espera oír en un álbum de Judas Priest, la primera conjuga velocidad con potencia mientras que la segunda es pura épica. También dentro de los temas que son metal directo, la partida a cargo de "Dragonaut" o la veloz "Metalizer", sin maravillar, al menos cumplen. Pero eso es todo, no hay más. Cuatro de trece canciones tienen algo más o menos interesante, el resto se mueve entre intentos fallidos ("Battle cry", "Redeemer of souls" o "March of the dammed"), canciones que derechamente parecen estar sacadas de un álbum en solitario de Rob Halford pero que de Judas Priest tienen muy poco ("Secrets of the dead" o "Crossfire") y algunas que derechamente aburren a cualquiera ("Hell & back", "Cold blooded", "Beginning of the end"). Si a esto agregamos la horrenda producción y mezcla, con un sonido opaco, apagado, que no saca partido a los instrumentos, que decir, el resultado no contagia. 

¿Han faltado las ideas de K.K Downing? ¿Rob Halford ya evidencia demasiado su agotamiento vocal? ¿La banda se volvió temerosa luego del mal recibimiento obtenido por Nostradamus? Todas las anteriores quizás. Lo cierto es que (y esto duele escribirlo eh?) Redeemer of souls debe estar entre lo más bajo en la carrera de Judas Priest, un disco falto de chispa, carente de filo y magia. Y no se trata de un cuento de edad, basta escuchar el último de Saxon o U.D.O para verificar que no, esto no tiene nada que ver con la edad.

¿Canciones? "Halls of Valhalla" y "Sword of Damocles"

5 / 10
Nada muy especial...

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