lunes, 4 de julio de 2011

The Antlers : Burst Apart (2011)

"Delicadas armonías..."

Tras la edición de Hospice (2009), un disco que recibió en general buena crítica dado lo honesto que se percibió (pese a lo inaccesible que a ratos suena), los muchachos de The Antlers se enfrentaban al tradicional desafío de confirmar que lo de ellos va más allá de un particular momento de iluminación. Y bueno, en ese sentido me parece que su cuarta entrega, Burst apart, no puede dejar a nadie insatisfecho. En primer lugar se aprecia una evidente vuelta de tuerca en el sonido de la agrupación. De la aridez y densidad de Hospice nos hemos pasamos a un álbum enfocado en ambientes melancólicos, con un énfasis totalmente puesto en melodías dulces donde predomina la emotividad. 

La sola partida de la preciosa "I don't want love" nos habla de un disco compuesto más con el corazón y el estómago que con el cerebro, elemento que se conjuga con un trabajo de arreglos sólidos, para nada sencillos de digerir en una primera pasada y que encuentra momentos armónicos notables a lo largo de su duración. El asunto, sin embargo, no se remitirá únicamente a dicho singlazo, 'French exit' abre con una guitarra (muy Radiohead del In Rainbows, si) que da marcha a una nueva pieza marcada por la sutileza para luego sumergirse en atmósferas más ásperas y electrónicas en la pasada por 'Parentheses' + 'No widows'

El álbum se deja oír y funciona como un continuo envolvente prácticamente sin desperdicio, repleto de canciones de bajas pretensiones pero excelentes en lo suyo, la balada electroacústica 'Every night my teeth are falling' es excelente ejemplo de lo que menciono, donde pasajes muy melosos (como el mencionado) se enlazan con otros llenos de oscuridad ('Tiptoe'), generando paisajes realmente conmovedores. 

Al disco y a la banda seguro les jugará en contra el llegar con este álbum cuando otros ya han abordado el mismo sonido previamente, digamos: Coldplay, Travis o Death cab for cutie, pero con todo, Burst apart sabe funcionar de principio a fin y nos ha regalado un momento bellísimo que, aún en el anonimato, seguro continuará funcionando años más tarde pues las buenas canciones y melodías son y siempre serán inmortales. 

8/ 10
Excelente.

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