viernes, 22 de marzo de 2024

Judas Priest: Invincible Shield (2024)

 "Imponen credenciales..."

Vamos a entrar sincerando esto: me considero un fiel defensor de Nostradamus (2008) pero el proyecto estuvo lejos de ser valorado tanto por la crítica como el público, y si habían dudas, un álbum como Redeemer of souls (2014) no hizo más que acrecentarlas. Rob Halford lucía cansado, vocalmente desgastado, Glenn Tipton comenzaba a dar señales de limitantes físicas, creativamente la banda sonaba estancada, inofensiva, y como si todo esto fuese poco, K.K Downing había decidido abandonar el buque en 2011. Muchos temieron por el fin de la leyenda, sin embargo, quien diría que cual ave fénix la banda sería capaz de recobrar el vuelo. Firepower (2018) me sigue pareciendo a día de hoy no solo lo mejor que la banda ha desarrollado desde el mítico Painkiller (1990) si no un trabajo que logra colarse en en el Top de Judas priest, un desborde de energía y vitalidad que se corrobora seis años más tarde en este Invincible shield

La mención de Firepower no es antojadiza: los álbumes están claramente hermanados. Ambos persiguen objetivos similares, cuentan con un filo y sentir común, fura de la producción a cargo de Andy Sneap, quien nuevamente ha sabido sacar a flote lo mejor del momento agrupación, destacando un Richie Faulkner enorme en las guitarras (seamos honestos, todos sabemos que Glenn Tipton no ha tocado en el disco) y un Rob Halford que agiganta su leyenda con cada una de estas interpretaciones. 

Yendo a las canciones, el tridente inicial es incontestable. 'Panic attack' + 'The serpent and the king' (¡lo que hace Halford acá!) + 'Invincible shield' regalan una pasada que impacta por el trabajo melódico que saben desarrollar en velocidad, algo que ciertamente siempre han perseguido (desde los tiempos de 'Freewheel burning', digámoslo) pero que no por eso deja de golpear fuerte. El trabajo furioso y acelerado lo volverán a encontrar más adelante en algo como 'As god is my witness', sin embargo, el resto del álbum funcionará uno o dos cambios más abajo, encontrando buenos medios tiempos en 'Devil in disguise' o 'Trial by fire', yendo al rock and roll motoquero en 'Gates of hell' (el clásico tema de Judas que referencia al 'Rock hard ride free' o 'Heading out to the hightway'), sumando peso en 'Escape from reality' (lo que hace Halford en el 2:20 homenajeando a Ozzy es sencillamente alucinante) o emoción en el cierre a cargo de 'Giants in the sky'

Como curiosidad, la banda ha entregado el álbum con tres temas extras, lo cual se agradece pero al mismo tiempo mueve a la incomprensión. La afiladísima 'Fight of your life' quizás podría haber estado en la lista en lugar de algo como 'Crown of horns' (que luce más bien como un lugar demasiado común) y funcionado mejor, así como tampoco se entiende el que hayan dejado afuera una hoya tan emotiva como 'The lodger'. Pero bueno, el que temas de tan buen nivel hayan quedado fuera habla bien también del momento de la banda. Lo cierto es que lo han vuelto a hacer y el nivel en general del trabajo no deja de ser altísimo para una banda con más de cuarenta años en el cuerpo. 

Son leyenda, lo saben y ostentan de aquello imponiendo credenciales. Sencillamente eternos.

¿Canciones? 'The serpent and the king', 'As god is my witness' y 'Escape from reality'.

8/10
Excelente.


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