martes, 17 de junio de 2014

Pixies // Indie Cindy // 2014

El tiempo pasa...

A 23 años de su último trabajo de estudio y con una integrante menos (Kim Deal, quien abandonó la banda en 2013), Black Francis y compañía se decidieron a volver a grabar y estampar su presente musical en un conjunto de criticadas, vapuleadas y menospreciadas canciones. Y es que claro, durante estas dos décadas ha pasado mucha agua bajo el puente y del caos que convirtió a Pixies en una leyenda dentro del mundillo alternativo queda muy poco. Hoy vemos una versión de la banda muchísimo más reposada, tradicional y controlada, la cual ha vuelto para entregarnos doce canciones que no responden en absoluto a lo que fue alguna vez la agrupación pero dicho en buen castellano: esto es lo que hay y como tal, tampoco está tan mal. 

Es lógico que los fanáticos se sientan decepcionados frente a algo como Indie Cindy, un trabajo que tal como mencionaba anteriormente no tiene nada de lo que caracterizaba a Pixies, una banda a la que le bastaron solo cuatro discos para marcar a una generación y dejar instalado el mito. Sin embargo, dejando todo aquello de lado, esta versión (descafeinada para muchos) de Pixies logra dejarnos un puñado de agradables canciones,un global bastante aceptable y que en lo personal he disfrutado bastante. Supongo que el no ser fan de Pixies me ha ayudado precisamente a tomar de buena forma el disco y pasarme un buen rato escuchándolo. 

Dentro de lo positivo que deja el álbum se enmarca el rock golpeado de "What goes boom" o "Snakes", la rabiosa "Blue eyed hexe" y la oscuridad de "Silver snail" (de lo mejor del disco), también en una arista mucho más melódica y tradicional se disfrutan canciones como  "Another toe in the ocean" (otra que me ha gustado mucho), la dulce "Green and blues", "Ring the bell" o la contagiosa "Magdalena 318". Finalmente, existe cierto guiño al pasado de Pixies en la pasada por "Indie Cindy" (la canción) y "Bagboy", las únicas dos que juegan a la desestructura aunque claro, siempre de manera tímida. 

Le falta algo de explosión al trabajo, no cabe duda, todas las canciones responden a patrones muy controlados y el asunto pide a gritos alguna dosis mayor de desenfreno, la cual nunca llega. De igual manera el disco no es más que un puñado inconexo de canciones, sin ningún hilo conductor claro y ahí nuevamente peca. Ahora, de todas maneras, en lo individual el asunto funciona, tiene sus momentos y no es el desastre que el mundo indie chilla por ahí. Yo al menos en estos años he presenciado regresos mucho pero mucho peores. 

3 / 5
Bueno, cumple.


1 comentario:

  1. Comparto opinión y eso que sí soy seguidor de los Pixies de los 90. Quizás hasta diría que el no querer disfrazarse de rebeldes pollitos adolescentes a estas alturas de su vida, ha dado como resultado un disco bastante mejor de lo que esperaba. Un saludo.

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