domingo, 5 de octubre de 2025

20 Años De... Judas Priest: Angel Of Retribution (2005)

"Regreso de dulce y agraz..." 

La historia es conocida: durante los años noventa tanto Rob Halford como Judas priest desarrollan caminos por separado. El vocalista coqueteó primero con el groove metal mediante el proyecto Fight (reclutando a Scott Travis en batería), luego experimentó con la electrónica en Two (acompañándose de John 5) para finalmente reencontrarse con un heavy metal de corte más tradicional con Halford (la banda).  En dicho sentido, si algo no se le puede criticar al buen Rob es que durante aquellos años se mantuvo en constante búsqueda, sin embargo, los resultados fueron irregulares. Digamos que le costó hacer pie. Ahora, curiosamente cuando mejor le estaba yendo (con Halford publicó dos álbumes y había logrado re encantar al fin a nuevas generaciones) llegó la noticia en 2004 de un posible reencuentro junto a Judas priest, quienes habían extraviado completamente el norte con Tim Owens como vocalista, publicando dos álbumes de baja repercusión como Jugulator (1997) y Demolition (2001). Quedaba en el aire por tanto la incógnita respecto a quien ganaba con esta vuelta, ¿podrían juntos dar un paso hacia adelante o esto se transformaría en un mero guiño a la nostalgia? 

Finalmente junto a Roy Z en producción finalmente Judas priest se lanzan en la búsqueda de un álbum que justificase el regreso y ahí el resultado acaba siendo de dulce y agraz. Esto porque si bien las canciones que componen este Angel of retribution en general son sólidas y funcionan, como conjunto desprenden cierta sensación de complacencia. De hecho, tan así es el asunto que lo mejor de este disco se encuentra en su segunda parte, en su recta final, pues antes la banda se esforzó más que nada en afirmar el terreno entregando una serie de lugares comunes de su sonido, dígase, temas relativamente agresivos como 'Judas is rising' o 'Demonizer', sostenidos ambos en el redoble constante del siempre sólido Scott Travis, así como rocanroles "motoqueros" estilo 'Deal with the devil', 'Worth fighting' for' o 'Wheels of fire', medios tiempos melódicos (en la primera acelerando un poco más) que se dejan oír pero que ciertamente suenan bastante inofensivos. Paradójicamente dentro de toda esta primera parte la canción en donde más riesgos corrieron fue la que peor resolvieron: 'Revolution', un tema que muestra varias interesantes ideas en el camino (esa partida con el bajo de Ian Hill, por ejemplo) pero jamás encuentra la fuerza que requería, quedándose en un resultado insípido. Por cierto, extraño el que tras quince años de separación hayan decidido que una canción como 'Revolution' fuese el primer single del disco. Curioso y confuso. 

Dicho todo lo anterior, si hay un momento en que el álbum se muestra inspirado y encuentra notables momentos es en su recta final. La balada 'Angel', por ejemplo, cuenta con una partida acústica que recuerda un tanto la mítica 'Beyond the realms of death' para luego ir ganando fuerza y emocionalidad, 'Hellrider' se impone al mostrar una cara más agresiva de la banda mientras que 'Eulogy' + 'Lochness' aportan quince minutos rebosantes en épica en un tipo de canción espesa y empapada en melancolía, atmósferas que por cierto la banda intentaría unos años más tarde profundizar en el polémico Nostradamus (2008)

Mirado a distancia, Angel of retribution es un disco que cumple. También es un trabajo al que inevitablemente todos quienes amamos a la banda le tendremos siempre un cariño especial, sin embargo, objetivamente representa también un conjunto irregular que intenta abarcar muchas aristas sin lograr encuadrarlas como corresponde. 

¿Canciones? 'Angel', 'Hellrider' y 'Eulogy' + 'Lochness'.

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