lunes, 16 de julio de 2018

DevilDriver: Outlaws 'til the end, Vol 1 (2018)

"Curioso homenaje digno de atención..."

Para quienes no lo sepan, Dez Fafara fue líder y vocalista a fines de los años 90 de un chiste de banda titulada Coal chamber, una de esas agrupaciones que intentó subirse (con evidentes fines comerciales) al carro del nu metal con este ya andando. Es más: ni una década logró sobrevivir el proyecto pues, tan pronto como Fafara percibió en el ambiente que el nu metal daba sus últimos coletazos fue que decidió abandonar el buque y desmarcarse del estilo creando un proyecto paralelo más cercano al groove metal titulado DevilDriver, el cual debutó en 2003 y desde ahí ha entregado siete irregulares trabajos, diseñando una carrera que aunque más honesta que la desarrollada junto a Coal chamber tampoco ha logrado consagrar la carrera del vocalista. El caso es que, preso de los resultados (¡de algo hay que vivir!), Fafara se ha visto en la necesidad de entregar álbumes muy seguidos de Devildriver, incluso haciendo uso de formaciones diferentes. Es así como en 2016 recibimos un discreto Trust no one y dos años más tarde llega a nosotros este Outlaws 'til the end, vol 1, un curioso álbum de refritos, originales todos del mundo del country

La apuesta es por tanto osada, hechar mano a artistas de la talla de Hank Williams , Johnny Cash, Willie Nelson o los mismísimos Eagles para pasarlos por un baño de violento groove resulta en el papel algo tan curioso como pretencioso, y digámoslo, una jugada que al menos amerita de nuestra atención. 

El resultado global suma y resta, es decir, cuenta con momentos más que interesantes que hablan bien de las vueltas que Fafara le dio a algunos de estos temas así como de otros no tan inspirados ni arriesgados. La partida a cargo de 'Country house' es un claro ejemplo de lo primer que menciono, un tema donde la banda juega con las guitarras emulando las vocalizaciones originales entregando un producto que efectivamente aporta un matiz digno a la canción y no un mero chiste de mal gusto. En la misma linea funciona 'Ghost riders in the sky', que rinde culto de manera respetuosa a la versión del legendario Johnny Cash así como también la acertada aceleración que vive 'Outlaw man' de los Eagles. Digamos que durante la primera mitad del disco se concentran los mejores intentos de este Outlaws 'til the end, ya que me parece a partir de 'I'm the only hell mama ever raised' los refritos se vuelven meros calcos de las originales "en versión pesada" por lo que el disco pierde fuerza y ese factor sorpresa que durante su primera mitad ostentó.

Se aprecia el cariño con que este trabajo ha sido realizado, eso si que si, sin embargo la sensación global que me deja es la de haber oído un álbum que se toma a si mismo en serio solo en determinados momentos mientras que gran parte del trámite exigía un mayor tiempo de cocción. Quizás con unos meses más de trabajo el disco podría haber rozado la gloria aunque lo entregado tampoco está mal y al menos ha logrado centrar algo de nuestra atención en las intenciones del siempre irregular Dez Fafara, además de traer a la mesa el inmenso legado del country, que no es poca cosa.


6/10
Bueno, cumple...


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