"Sólida continuación. Ni más ni menos..."
Es inevitable que todo quien venga siguiendo relativamente de cerca la carrera de Marilyn Manson se emocione al verlo delgado y recuperado vocalmente tras tantos años de absoluta decadencia. Sin embargo, vamos a ser claros y (descarnadamente) francos desde un comienzo: una cosa es que el tipo haya bajado de peso y se le vea disfrutando sus conciertos, otra muy distinta es que esto efectivamente se traduzca en un regreso a la altura de sus más inspirados momentos. Hay que separar las cosas.
Dicho lo anterior, en ningún caso me atrevería a afirmar que One assassination under god sea un mal álbum pero tampoco uno que amerite los infinitos elogios esgrimidos por sus fans, seguramente influenciados por la emoción de tener a Brian Warner de regreso en plena forma, sobre todo considerando que al tipo lo dimos por muerto tras las acusaciones de abuso que le cayeron encima hace unos años. El caso es que en su álbum número doce nos ha vuelto a entregar un conjunto preciso (solo nueve canciones en cuarenta minutos), nuevamente en compañía de Tyler Bates en producción (y ahora como miembro estable de la banda además), y que en general se mueve entre sonidos bastante directos, algunos que miran con descaro a su pasado y otros que se limitan a apuntar al coro efectivo, no mucho más. Aunque tampoco menos.
Las canciones están bien de todas formas, hay que darle a Manson el que por primera vez en largo (¡largo!) tiempo nos ha entregado un trabajo bien interpretado (no hay alaridos, desafinaciones ni aullidos en esta ocasión, lo cual vaya que se agradece), producido con cuidado (tampoco hay guitarras estridentes) y donde los coros efectivamente funcionan. En dicho sentido, el disco transmite la intención de un autor que no ha querido ir demasiado lejos para no perderse, apuntando a canciones inmediatas que no se desbaraten. Abre, por ejemplo de manera muy contenida mediante una tétrica 'One assassination under god', que no es otra cosa que una emulación de 'Godeatgod' (la notable partida de Holly wood, esa joya de 2000 y su último GRAN disco para muchos) en donde el vocalista aborda el tema de su cancelación ("Todos se presentaron a la ejecución / Pero nadie quiso dar la cara / Para dispararte a la espalda y llamarlo sacrificio..."), seguida de 'No funeral without applause', otra que se mueve bastante abajo aunque con resultados menos efectivos que su antecesora, y será recién mediante 'Nod if you understand' cuando el álbum pareciese despegar, un tema que nuevamente conecta a Manson con el filo de décadas atrás, sobretodo en ese coro cuando exclama furibundo un "Mírate a ti mismo para ver a quien culpar / ¡Eres el único que debería avergonzarse...!" y ese cierre memorable que reitera un "I won't repent' que evidentemente nos recuerda muchísimo su pasada por el mítico Antichrist superstar (1996).
El disco vivirá su mejor momento cuando suene de 'As sick as the secrets within', la gran joya de este álbum sin lugar a dudas, un medio tiempo oscuro y que nuevamente funciona maravilloso debido a la interpretación sólida de Manson. En una muy línea similar se moverá 'Death is not a costume' mientras que 'Sacrilegious', 'Meet me in the purgatory' o 'Raise the red flag' apuntarán a una arista algo más agresiva y directa donde los coros son el fuerte, esto para llegar al cierre con una balada acústica que inevitablemente recordará a 'Man that you fear' (el cierre de Antichrist superstar) aunque en este caso con resultados muchísimo menores. Una lástima por cierto que el solo final de Tyler Bates haya quedado tan tapado en la mezcla, con algo más de protagonismo quizás el tema habría alcanzado mayores cotas de emoción.
En definitiva, One assassination under god es un disco que funciona en el nivel de cualquiera de sus antecesores, quizás con la particularidad de la limpieza de su sonido, las sólidas interpretaciones y lo bien que se logran ciertos ganchos a lo largo del trabajo. Ahora, las cosas por su nombre: el disco ni por asomo se acerca a un The golden age of grotesque (2003) y de las más grandes obras maestras de Marilyn Manson ni hablemos. El álbum más bien funciona como una sólida continuación para la carrera del artista. Que no es poco a estas alturas...
¿Canciones? 'As sick as the secrets within', 'Raise the red flag' y 'Death is not a costume'.
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