martes, 1 de mayo de 2018

A Perfect Circle: Eat The Elephant (2018)

"A seguir esperando..."

El aburguesamiento es así, nadie está libre y Eat the elephant, el regreso tras catorce años de A perfect circle llega a nosotros para recordárnoslo. Y es que a estas alturas del partido, negar el acomodamiento crónico de Maynard Keenan parece un sin sentido, y por lo mismo, un álbum como este no debería sorprendernos un instante, sin embargo, como la esperanza es lo último que se pierde, efectivamente cierto tufillo a decepción queda en el aire tras pasar por estas doce canciones. Con lo anterior no quiero insinuar que Eat the elephant sea un desastre de disco pero si, y reitero el concepto, es un trabajo absolutamente cómodo, que en ningún momento sorprende e incluso durante largos pasajes resulta agotador. 

La partida del álbum me parece es una mensaje claro a quienes siguen esperando (tras más de una década) el regreso de Tool: olvídense de ese disco. Keenan está en otra estación hoy en día, una más introspectiva, melancólica y que dispara sus mensajes críticos (que los hay) sobre melodías casi desnudas, como es el caso de 'Disillusioned', que durante medio tema se sostiene sobre un piano y guitarras que jamás son protagonistas para luego hacer como que va a explotar para jamás hacerlo como corresponde. Antes de ella sonó 'Eat the elephant' (la canción), una que más allá de ser una bonita melodía no llega y tras esta aparecerá 'The contrarian', otra que utiliza las guitarras únicamente como un medio para generar ambientes. Ninguna de estas es un mal tema... pero algo falta. Y no, aquello tampoco llegará con 'The doomed', la primera del trabajo que mete fuerza en su andar pero vuelve a pecar donde mismo: nunca encuentra explosión suficiente como para volar cabezas. Y del pop de 'So long, thanks for all the fish' ni hablar, ¿y qué tiene que ver esta con 'The doomed' o con 'Talk talk' (que es la que sigue)? Absolutamente nada. Por cierto, 'Talk talk' (que recuerda un tanto al Radiohead de Ok Computer) debe ser lo mejor que contiene el álbum, quizás la única donde se huele sangre...

Este ir y venir, este despegar para volver a caer abrúptamente continuará dándose durante la segunda parte del disco. A 'Talk talk' le seguirá la intrascendencia de 'By and down the river', las guitarras de 'Delicious' (que convence aunque lamentablemente su término abrupto no aprovecha el envión que traía consigo), un breve instrumental titulado 'DLB' y otra que mete guitarras con toques industriales, 'Hourglass'

Para el cierre otro medio tiempo inofensivo como 'Feathers' y 'Get the lead out', algo que pretende sonar experimental pero en realidad parece ser una tomadura de pelo. Finalmente la sensación que deja este Eat the elephant es la de jamás haber emocionado cuando pretendía hacerlo y tampoco contagiar energía cuando metió fuerza + guitarras, quedándose así en tierra de nadie. No tenemos como saber si este es un "quiero pero no puedo" o un "puedo pero no quiero" por parte de Maynard Keenan, sin embargo, si está muy claro que tres o cuatro canciones interesantes tras catorce años de silencio saben a muy pero muy poco...

5 / 10
Nada muy especial...

5

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