jueves, 26 de septiembre de 2019

As I Lay Dying : Shaped By Fire (2019)

"Por sobre las expectativas..."

Contextualicemos (para quien no lo sepa): en 2013 Tim Lambesis, vocalista de As I lay dying, fue sorprendido con las manos en la masa contratando a un sicario con el fin de asesinar a su ex mujer. Por esta razón fue condenado a siete años de prisión, de los cuales cumplió solamente tres a causa de su buena conducta y participación organizaciones de rehabilitación. Sin ir más lejos, en YouTube se puede encontrar un corto de quince minutos donde Tim habla respecto a su arrepentimiento, proceso de recuperación y también se muestra a la banda esgrimiendo las razones por las cuales (pensando bien) decidieron darle otra oportunidad. El caso no ha estado exento de polémica. Han existido quienes han insistido en generar un veto (¿de por vida?) en contra de Lambesis mientras que otros han optado por centrarse unicamente en lo musical, entendiendo que el hombre ya se las vio con la ley, pagó con cárcel y que hasta ahí nos corresponde llegar. 

Enfoquémonos por tanto en la música, cabe mencionar que Shaped by fire se presenta como un álbum dispuesto a volar cabezas, un disco directo que cuenta con una exquisita producción (aspecto a destacar claramente) que permite reconocer cada instrumento y una muestra de un metal core de manual pero efectivo en cada una de sus ejecuciones. Se suceden de esta forma una seguidilla de temas marcados por la estrofa agresiva (donde Tim realiza gran labor) y el clásico coro limpio/melódico. Y de ahí durante largos pasajes no salen. En ese sentido, la primera parte del álbum es algo repetitiva, ahí canciones como 'Blinded', 'Undertow' o 'Torn between' redundan absolutamente sobre un mismo tipo de tema y hacen presumir el estar frente a un álbum del montón, sin embargo, cabe destacar la capacidad de la banda para en el nudo del disco entregar canciones mucho más agresivas y que aportan frescura al conjunto. En lo personal me han gustado 'Shaped by fire' (la canción), la agilidad de 'My own grave', 'Gatekeeper' (la más violenta del álbum y la única que escapa del formato típico del estilo) y 'The wreckage', que encanta con ese galope de batería que propone y es una verdadera brutalidad de canción. De ahí en adelante, el disco retomará el manual aunque destacarán constantemente las interpretaciones de Lambesis, que transmite su mal rollo de manera impecable.

No alcanzan las cotas de An ocean between us (2007), su mejor disco a la fecha, pero si han logrado entregar un disco ameno, ejecutado de manera impecable por cada uno de sus integrantes y que deja en un buen pie a la banda para futuro. 

7 / 10
¡Muy bueno!

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