martes, 20 de mayo de 2025

Havukruunu: Tavastland (2025)

 "Fuerza, desenfado y diversidad..."

Lo he escrito acá y lo reitero: el metal es la única forma de música moderna (y aún popular) que muestra creatividad y atrevimiento en sus obras. 

Lo anterior a propósito del (ya) cuarto álbum de los finlandeses Havukruunu, una de esas bandas que conocen cinco monos pero deberían contar con mayor atención. En Tavastland (para quien no lo sepa, un pueblo originario de Finlandia) volvemos a oírles desenfundando su black sucio, afilado y rabioso (como debe ser), con fuertes dosis de paganismo pero incorporando esta vez un condimento heavymetalero que les honra y distingue. Con una producción que sigue oliendo a vieja escuela pero efectivamente suena mejor que en álbumes anteriores (se nota grabaron en un mejor estudio) la banda continúa acá dando muestras de su amor por el más podrido black metal sin olvidar sus ganas por correr los límites de lo posible saliendo a cabalgar sin problemas por otras zonas del heavy dejándonos un disco lleno de fuerza, desenfado pero ante todo diverso.

De esta forma, en canciones como 'Kuolematon laulunhenki' (que abre el disco con sus notables siete minutos) o la mismísima 'Tavastland' encontraremos esos clásicos corales que van en busca de atmósferas cargadas de épica, los cuales se enlazaran con riffs crudos o un solo a medio camino (elemento que se repetirá a lo largo del disco), todos elementos que aportan en conjunto diversidad y dan muestras de una banda que tiene demasiado claro hacia donde quiere llegar. Habrán otros momentos, sin embargo, como en 'Yönsynty' o 'Kuoleman oma' (lo que hacen en esta pasados los tres minutos, por favor... ¡que maravilla!) que se centrarán fuertemente en el peso de su sonido (una masa que pareciese te aplasta) mientras que en 'Havukruunu ja talvenvarjo' si bien abren a toda furia durante tres minutos, serán capaces luego de hacer la pausa, enlazar fuertemente con el folk y regalar una cabalgata final cargada al heavy metal digna de los más ochenteros Iron Maiden

Entrando a la recta final del disco las sensaciones no cambiarán. 'Unissakävijä' es otra pieza increíble, que abre con dos minutos instrumentales espectaculares para pasar a una narración y acabar disparándose hacia cualquier lado explotando en múltiples direcciones (3:20 en adelante, puro rocanrol), mientras que el cierre llegará con la cabalgata de 'Kun veri sekoittuu lumeen' (emocionante de comienzo a fin) y los diez minutos de 'De miseriis fennorum', donde deciden cruzar la valla y acercarse con fuerza hacia algo más cercano al metal progresivo. Toda una aventura. 

Lo dicho entonces, Tavastland de Havukruunu se enmarca desde ya como uno de los álbumes más fascinantes que nos habrá dejado 2025, un disco diverso que bebe de múltiples fuentes musicales dentro del mundo del metal (insisto, que hay mucho de Iron maiden acá, sobre todo en la segunda mitad) pero es capaz de sonar cargado de fuerza e identidad. Es su disco más ambicioso a la fecha, aunque el mundo no se entere...

¿Canciones? 'Havukruunu ja talvenvarjo', 'Kuoleman oma' y 'Unissakävijä'.

9,2 /10
Brillante.

sábado, 17 de mayo de 2025

Ex Deo: Year Of The Four Emperors (2025)

 "Siempre interesante, aunque algo deslucido..."

Para quien no lo sepa, Ex Deo es el proyecto paralelo del canadiense Maurizio Iacono (líder de Kataklysm) donde se viene entregando desde hace unos quince años a relatar la historia del Imperio Romano. Y bueno, tras haber dedicado en 2021 un álbum completo a los trece años de Nerón tocaba una pasada por el convulsionado período llamado "el año de los cuatro emperadores", caracterizado por la breve sucesión de Galba, Otto y Vitelio en el poder (quienes duraron apenas unos meses cada uno a cargo de Roma), sucedidos estos por Vespasiano, el primero tras Nerón que pudo sostenerse un tiempo considerable en el trono (nueve años). Cada disco de Ex Deo, por tanto, no puede (ni debe) oírse sin internarse en el contexto histórico que aborda pues la música se encuentra escrita completamente al servicio del relato, y esta cuarta entrega de la banda no es excepción. 

Cabe mencionar eso si que para esta ocasión Ex Deo no han querido extenderse en un disco y unicamente han entregado un EP, cuatro canciones, cada una de ellas dedicada a los personajes mencionados. Desde ahí, el trabajo luce algo deslucido respecto a cualquiera de las tres anteriores entregas y solamente una pieza como 'Galba' (la que abre) logra situarse a la altura que el proyecto nos traía acostumbrados, de hecho es la única que se extiende en cuanto a tiempo sobrepasando los seis minutos entre cambios estructurales, sin embargo, las tres restantes canciones lucen algo débiles y monótonas, todas rondando los cuatro minutos y sonando bastante planas en cuanto a arreglos, y si bien es cierto que 'Otho' se adentra un tanto en la dinámica de los hechos (enfatizando en la traición que este sintió por parte de Galba, quien decidió no nombrarlo su sucesor, tras lo cual decidió junto a los suyos asesinarlo), tanto 'Vitellius' como 'Vespasian'  se leen bastante generales en sus relatos. 

Obviamente Year of the four emperors está lejos de ser un desastre. Los trabajos de Ex Deo serán siempre interesantes dado el hilo histórico conductor que el proyecto abarca, sin embargo, esta vez el resultado ha quedado algo pobre en la comparación con todo lo anterior. Desde ahí, se entiende que solo hayan publicado un EP e incluso se agradece pues un álbum completo solo habría expuesto una falta de inspiración lamentable. 

¿Canciones? Solo 'Galba'.  

6,5 / 10
Cumple y algo más...


Otras reseñas de Ex Deo:

martes, 13 de mayo de 2025

Cradle Of Filth: The Screaming Of The Valkyries (2025)

 "Continúan en estado de gracia..."

Desde hace al menos una década que Cradle of filth vienen en racha publicando álbumes bastante característicos, impecablemente ejecutados, dueños de una imaginaría singular y un sonido por sobre todo eficiente. Treinta años de carrera y dieciséis discos hablan de una máquina que prácticamente no se ha detenido y se encuentra, para bien y para mal, totalmente automatizada bajo la dirección de Dani Filth. En dicho sentido este The screaming of the valkyries responde a las expectativas enlazando una vez el metal extremo con elementos sinfónicos y góticos, con el matiz esta vez de entregar varios de los momentos melódicamente más amigables en largo tiempo. 

Respecto a esto último, uno de los principales méritos que la banda viene sosteniendo es la capacidad para dotar de dinámica y diversidad a cada una de sus canciones, extensas todas (seis a siete minutos la gran mayoría) pero aún así fáciles y amenas de oír. Para muestra lo que acá realizan en toda la primera parte del disco entre temas que cuentan con pasajes veloces y acelerados pero que jamás olvidan su vocación melódica y, digámoslo, comercial. Esto ya sea volviendo al coro constantemente en 'To live delociously', incorporando pasajes estructuralmente atractivos en 'Demagoguery' (con una excelente pausa que marca el solo en el 3:40), apuntando a la velocidad en 'The trinity of shadows' o incorporando las vocales de Zoe Marie Federoff tanto en 'Nom omnis moriar' como en 'White hellebore', que vaya como aportan al resultado. 

Por esto, cuando pasando el nudo la banda se da el lujo de meter una ambiciosa y cambiante 'You are my nautilus' (que casi llega a los ocho minutos) la aceptamos gustosos pues la experiencia ya ha valido totalmente la pena, la banda nos ha entregado otro disco sobresaliente al que solo le resta cerrar adecuadamente, cosa que hacen con 'Malignant perfection' (la más genérica en todo el disco), una cambiante 'Ex sanguine draculae' y otra sólida 'When misery was a stranger'.

Todos los condimentos acá están. Encontramos en el álbum un metal agresivo, momentos oscuros y góticos, otros acelerados y afilados, Dani Filth vocalmente vuelve a estar sólido pero entrega de todas formas espacio para otros aportes mediante duelos con voces femeninas, hay estructuras cambiantes, pasajes melódicamente potentes y, como si todo esto fuese poco, el álbum tampoco se alarga innecesariamente, contando tan solo nueve canciones (aunque extensas todas, insisto), lo cual aporta a la sensación de estar frente a un trabajo bien pensado y unos Cradle of filth que tienen clarísimo el que hacer. The screaming of the valkyries vuelve a mostrar a una banda en claro estado de gracia, regulares en lo suyo pero jamás limitándose a lo obvio. Otro discazo a su lista. 

¿Canciones? 'To live delociously', 'Nom omnis moriar' y 'You are my nautilus' .

8/10
Excelente.


sábado, 10 de mayo de 2025

Deafheaven: Lonely People With Power (2025)

 "Intensa y salvaje emocionalidad..."

Era absolutamente esperable que luego de sus primeros tres álbumes Deafheaven tanteasen terreno en atmósferas alejadas del metal, algo que efectivamente comenzó a insinuarse en Ordinary corrupt human love (2018) para acabar concretándose en Infinite granite (2021), un disco en donde George Clarke cantó limpio (demostrando también todas sus limitantes vocales, digámoslo) y la banda se acercó al dream pop, muy en la línea de lo que hicieron los franceses Alcest una década atrás en un disco como Shelter (2014). Llegaba la hora del siguiente eso si y había que ver si Deafheaven confirmaban o reculaban. Ellos sabrán si en la decisión ha pesado la falta de aceptación obtenida por Infinite granite, la auto exigencia de la banda y/o la falta de recursos de Clarke, pero el caso es que la banda ha decidido volver y recuperar terreno mediante un disco que retoma el asunto donde habían quedado más o menos con New bermuda (2015), digamos: vuelta a esos sonidos cercanos al black pero con esas características dosis de intensa emocionalidad en el pasar. Con una importante salvedad es si: que esto no es un mero "más de lo mismo".

Si bien el contraste mencionado se hace presente a lo largo de todo el disco, la partida entregará los momentos más directos de este. Esto porque tras un breve instrumental llegarán los seis minutos y medio de 'Doverman', con una impronta digna de los más feroces Immortal sumado a murallones de guitarras (el shoegaze no lo sueltan claro está) en una canción que unicamente toma respiro (al 4:25) para tomar aire y volver a la descarga incesante. Algo similar a lo que ocurre en 'Magnolia', donde el desate será aún mayor (vaya trabajo de batería en el fondo), quizás con la diferencia de presentar riffs más cortados y directos sobre todo en su comienzo. 

Será, sin embargo, pasando esos diez minutos iniciales cuando el disco muestre definitivamente sus cartas entre canciones que conjugan a la perfección calma y dolor. En ese camino 'The garden route' es una especie de balada compuesta por desesperados alaridos, 'Heaven' les acerca por primera vez al sonido limpio de Infinite granite (aunque en los coros y recta final el tema prenderá fuego encontrando de paso uno de los momentos más emocionalmente logrados del álbum), mientras que en 'Amethyst' nos entregarán el momento más ambicioso del álbum, ocho minutos que abren mediante un profundo relato para de pronto desembocar en una descarga nuevamente marcada por el salvajismo e intensidad incesante. Joya de canción. Luego, conscientes de la necesidad de darnos un respiro es que Deafheaven inteligentemente nos instalan otro interludio a medio álbum, aunque ojo al dato: lejos de presentar un mero instrumental de relleno, 'Incidental II' es un tétrico relato terrorífico que justifica absolutamente sus más de cuatro minutos de duración. 

Abriendo la Cara B del disco reiteran la fórmula del comienzo del álbum, es decir, nuevamente dos temas muy directos y cargados al black como 'Revelator' (te-ma-zo, al que solo se le puede achacar ese minuto y medio final que me parece está un tanto de más) y 'Body behaviour', seguidos de un nuevo interludio (esta vez con breve participación de Paul Banks de Interpol) y una recta final construida por otra ambiciosa 'Winona', donde vuelven a tomarse su tiempo (los dos primeros minutos marcados por esos murallones son hermosos) para luego entregarse al desate incesante, y ese cierre impecable a cargo de 'The marvelous orange tree'.

A simple vista Lonely people with power supone una especie de cilindro de oxígeno para todos aquellos que habían perdido la fe en Deafheaven, sin embargo, el disco es muchísimo, pero muchísimo más que eso. La sensación es que la banda ha encontrado su punto y que lo hacen además sin recurrir al auto plagio, tomando elementos del camino recorrido para construir algo nuevo, porque aquí hay más violencia que en Sunbather (2013), más emocionalidad que en New bermuda (2015), más cohesión que en Ordinary corrupt human love (2018) y más convicción que en Infinite granite (2021). De todo un poco entonces, y más...

¿Canciones? 'Magnolia' y 'Amethyst'.

jueves, 8 de mayo de 2025

Killswitch Engage: This Consequence (2025)

 "En lo suyo, sólidos..."

Vamos a comenzar directo: no hay demasiadas sorpresas con Killswitch engage pero con todo, se las siguen arreglando para cumplir de sobra. Esto a propósito de este This consequence que llega a seis años de Atonement (2019), un disco de contexto complejo pero donde la banda supo entregar un conjunto más que digno. Y bueno, estos nuevos treinta y cinco minutos de música se mueven más o menos por donde mismo, vuelta entonces al metalcore de manual (bastante meloso a ratos) pero bien ejecutado, canciones breves que combinan a la perfección ejecuciones instrumentalmente impecables con un montón de momentos marcadamente melódicos y efectivos. Pues digámoslo: cualquiera de estas diez canciones pudo ser un single. Cualquiera.

Curiosamente lo más débil del disco está en la partida. 'Abandon us' regala el clásico tándem "estrofa agresiva / coro melódico" con un doble pedal que marca presencia todo el tiempo y riffs que se enlazan con fraseos sólidos cortesía de un contundente Jesse Leach, el problema es que en el camino suenan demasiado obvios, fuera de contar con un cierre lamentable (un fade out flojísimo). En adelante, sin embargo, le sucederán temas similares pero muchísimo mejores, medios tiempos pensados como claros singles comerciales (ahí tienes los coros limpios de 'Aftermath' o 'Forever aligned') siendo la velocidad y agresividad de 'Discordant nation' o 'The fall of us' los únicos momentos del disco donde Killswitch engage matizan yendo hacia un metal algo más oscuro. Excepciones a la regla eso si, pues gran parte del álbum va hacia sonidos más azucarados donde la banda transmite la sensación de estarse pasando un buen rato entre sólidas canciones como 'I believe' o 'Collusion'. Hacia el cierre de todas formas jugarán un tanto mediante 'Broken glass', quizás la única en todo el disco que escapa de lo obvio con sus secciones golpeadas y tiempos más lentos, para cerrar con la cabalgata melódica y efectiva de 'Requiem'

Pues lo dicho, que los estadounidenses proponen en este This consequence un viaje que en lo suyo está muy sólido, dándose el gusto incluso de mejorar un tanto la propuesta respecto al antecesor. Tras veinticinco años de carrera no es poco...

¿Canciones? 'The fall of us y  

7,2 / 10
Muy bueno.


Otras reseñas de Killswitch engage:

martes, 6 de mayo de 2025

Ghost: Skeletá (2025)

 "Equipo que gana, repite..."

Siendo francos, no hay mucho que analizar respecto al más reciente álbum de Ghost. Conocido es que los de Tobias Forge comenzaron a realizar un giro en su sonido con Meliora (2015), siendo este el parteaguas en la carrera de los suecos. En aquel trabajo si bien la banda seguía conservando cierta oscuridad en su propuesta, esta se conjugó con una búsqueda de canciones melódicamente más atractivas y luminosas respecto a lo que fueron sus primeros dos discos (temas como 'Majesty' o 'Absolution' parecieron marcar la ruta a seguir). Y lo que vino ya es parte de la historia contemporánea: un sólido Prequelle (2018), el éxito en tik tok de un golazo como 'Mary on a cross' y la definitiva consolidación mediante el excelente Impera (2022). Hoy la máquina está plenamente engrasada y funciona como reloj, de ahí un disco de clara continuidad como Skeletá, un puñado de buenas canciones que se dejan oír sin problemas y que te gustarán si te gusta el Ghost de estos últimos años. Sin más. 

La partida es débil, digámoslo, 'Peacefield' (con claro aroma en los coros a 'Separate ways' de Journey) es un tema correcto pero no posee la impronta de 'Rats' ni mucho menos la fuerza avasalladora de 'Kaisarion', sin embargo, desde entonces la banda sabrá desenfundar una seguidilla de singles (as usual...) realmente incontestables que por si solos logran que la experiencia salga a flote. En dicho sentido Tobias Forge es un tipo inteligente y sabe muy bien acá lo que tiene, nos instala por tanto y de entrada las dos canciones más pegajosas del álbum, 'Lachryma' y 'Satanized'. En ambas disfrutamos del tino melódico y la gracia de una banda que entiende a la perfección donde está jugando, insinuando un peso en las guitarras para acabar desenfundando un verdadero homenaje al estrofa/puente/coro de alto nivel, a la radio-fórmula recordable. Luego el manual dice que tras los singles debe venir la balada y ellos muy obedientes así hacen mediante 'Guiding lights', donde van a las cuerdas y pretenden la emoción que en el pasado lograron con cosas como 'He is' (probablemente la mejor canción en la carrera de Ghost), y casi casi que la alcanzan, porque el coro (y ya van...) es buenísimo, sin embargo, se pasan de azúcar entrando al solo y ese final abrupto deja la sensación de que no han sabido como cerrarla. 

Entrando al nudo la sensación que transmite este Skeletá es que las cartas ya se han mostrado por lo que solo resta poner el piloto automático. De ahí que (demasiado pronto) comiencen a a sucederse canciones correctas que no impactan pero tampoco molestan, ahora, ahí es también donde se verifica que este álbum está un par de peldaños por debajo de Impera, cuya segunda línea era implacable. Dicho en simple: acá no encuentras un 'Hunter's moon', un 'Watcher in the sky' ni un cierre del nivel de 'Respite on the spitafields', más bien cositas agradables como 'Cenotaph' o 'Marks of the evil one', siendo la dinámica de 'Umbra' el único momento del álbum en que sientes que el asunto sale de la zona segura, particularmente en ese minuto (post 3:30) donde incluso meten un teclado en el solo y por única vez suenan algo más espontáneos y no tan cerebrales.

"Equipo que gana, repite..." - decimos los futboleros. Y de eso se trata Skeletá. No es en absoluto un mal disco pero la sensación de que estiran la cuerda es bastante clara y ciertamente: otro disco en esta línea sería de plano asumir que lo mejor de la banda ha quedado atrás y ahora solo queda repetir el esquema. Veremos...

¿Canciones? 'Lachryma' y 'Satanized'.

6,9 / 10
(Muy) bueno.



domingo, 4 de mayo de 2025

Rigoberta Bandini: Jesucrista Superstar (2025)

 "Empoderamiento y libertad creativa..."

El que Paula Ribó (de nombre artístico Rigoberta Bandini) haya recorrido un largo camino previo a la publicación de su primer disco (para el cual ya tenía 32 años de edad) puede guarde relación con el amplio empoderamiento y la libertad creativa que ostenta, tanto en términos temáticos como estéticos. Basta ver cualquiera de sus videos para hacerse una idea. 

La española debutó unos años atrás con un correcto pero atrevido La emperatriz (2022), que no estuvo mal pero contó con el problema de ser un álbum que se sostenía principalmente gracias a canciones enormes como 'Ay mamá' o 'Perra' pero en el global resultaba algo irregular (también es cierto que el disco era efectivamente una recopilación de singles). Con Jesucrista superstar la vocalista ha buscado sostener el tono personal y feminista del debut, además de esas letras que en forma y fondo apuestan por lo cotidiano y lo incorrecto (¿una canción usando la palabra "caca"? Pues si, acá la encuentras), incorporando algunas jugarretas musicales interesantes y redoblando la apuesta en términos de duración, construyendo un ambicioso disco doble que entrega una versión exagerada de la artista, quien no ha temido caer en excesos y meter absolutamente todo, corriendo incluso el riesgo de espantar a medio mundo. 

El título y esa portada con una Rigoberta rubia, inocente y esperanzada ya anticipa. "Bienvenidas a un disco llamado Jesucrista Superstar..." - afirma la vocalista en la línea que abre. Declara intenciones separatistas de inmediato por tanto, hablándole exclusivamente a ellas y situándose en una posición grandilocuente. Bandini ha comentado en entrevistas que tuvo problemas en ciertos momentos con las redes por lo que previo a la grabación del álbum se fue lejos con un teléfono de esos que solo reciben llamadas y ahí fue que compuso el simpático monólogo 'Star', donde invita a las chicas a dejar de mirar el móvil, abandonar las redes sociales  ("Qué asco!" - exclama) y parar de tomarle fotos a los "putos pasteles de frutos rojos", esto por supuesto enmarcado en un mensaje ligado al empoderamiento ("Si tu quieres puedes ser el rey y la reina de este país..."). La partida es enorme, hay que decirlo, tres minutos que divierten y van al choque, antecediendo además a uno de los pasajes más interesantes del álbum musicalmente hablando: la juguetona 'Simpática pero problemática', con mucho de los primeros Mecano en su dinámica cargada al pop de teclados. Ojalá el álbum hubiese tirado más por esta línea. Quizás el siguiente...

De todas formas, habrán otros momentos en donde melodías simples pero atractivas con énfasis puesto en coros llamativos se tomarán el disco. Serán instantes en que el álbum funciona y vuela alto, ya sea en la acústica 'Enamorados', las divertidas y livianas 'Pamela Anderson' (me dieron ganas de ver su documental) o 'VuelaaAAaa', 'Busco un centro de gravedad permanente' (aunque a esta le sobra un minuto) o la bailable 'Kaiman'. Todas ellas concentradas en el Disco 1 del trabajo. A estas se les podría haber agregado la divertida 'Todas tienen ganas de jaleo' (a dúo con la argentina Juliana Gattas), la balada 'Aprenderás' y alguna cosita más (la diversa 'Mi niña' es otra que destaca), armando un álbum redondito, pero bueno, quien es uno para censurar la verborrea del artista...

El caso es que Rigoberta Bandini ha querido salirse con la suya y meter todo en el plato, incluyendo una serie de temas demasiado simplones y que marcan un claro desnivel respecto al resto. En ese lote se pueden mencionar 'Canciones alegres para días tristes' (casi tres minutos que ni la presencia de Luz Casal logra levantar), 'Si muriera mañana', 'Amore amore amore' y prácticamente todo el disco 2, a excepción de la simpatiquísima 'La pulga en el sofá' y la ya mencionada 'Mi niña'.

El exceso de canciones le juega en contra por tanto a una Jesucrista superstar que vuelve a mostrar a una Rigoberta Bandini rebosante en actitud y osadía. Queda claro que la española tiene muchísimo que decir y muchas ganas de pasársela bien, sin embargo, verdad sea dicha: lo musical está algo descuidado y sigue quedando como tarea pendiente para la vocalista. Con todo, estamos ante uno de los discos españoles más atrevidos en largo tiempo. 

¿Canciones? 'Star', 'Simpática pero problemática', 'Pamela Anderson' y 'Mi niña'.

7/10
Muy bueno.