"Pop de altísimo nivel creativo..."
El quinto disco de Vampire weekend transmite la sensación de haber sido pensado y trabajado al detalle, un álbum de pop de altísimo nivel creativo e interpretativo, aunque generalmente en dosis acotadas. Y es que la banda siempre ha mostrado una exquisita capacidad de síntesis para en tan solo tres minutos ir y volver varias veces. Para muestra lo que hacen abriendo en 'Ice cream piano', comenzando desde la calma para desatar el caos acelerando a tope, metiendo vientos y jugando con la estructura a placer. La declaración de intenciones se corrobora en la circense 'Classical', juguetona como ella sola, o más adelante en algo como 'Connect' (una verdadera locura de canción), donde la banda desencaja con esos fascinantes arreglos de piano. Bajarán la intensidad sin olvidar su vocación melódica en 'Capricorn', así como en 'The surfer' apostarán por la solemnidad de su sonido o en 'Mary Boone' volverán a mostrar una impactante diversidad de influencias, al punto de no saber si estás oyendo un tema retro o uno tremendamente moderno. Como sea, la sensación es fascinante. Entre todas estas sonará una atinada 'Gen-X cops', que nos regalará las dosis de pop liviano que la segunda parte del disco necesitaba recordando de paso las punzantes guitarras de los inicios de la banda.
Por si todo lo anterior fuese poco, la banda decide forzar sus límites cerrando el álbum con los casi ocho minutos de 'Hope', un medio tiempo bastante clásico (y algo repetitivo a ratos) que regala dos a tres minutazos de psicodelia en su sección intermedia, todo eso si con una fluidez pasmosa y que da muestras del enorme talento que chorrea este Only god was above us. Discazo de comienzo a fin y serio candidado desde ya a ser el disco del año.
¿Canciones? 'Connect', 'Mary Boone', 'Gen-X cops' y 'Hope'.
¡Excelente!
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