"Atemporales, siempre..."
No se complican por tanto y nos entregan un trabajo preciso, diez canciones que en menos de cuarenta minutos nos invitan a revivir ese sonido tan característico que oscila entre los Rolling stones ('Bedside manners') y Aerosmith más rudimentarios ('Rats and clowns', 'Dirty cold sun' o 'Flesh wound'), en ocasiones sonando algo más bluseros ('Bleed it dry') y a veces más funkeros, recordando por instantes a Led Zeppelin ('Cross your fingers') o acercándose incluso a lo que hoy en día grabaría un Lenny Kravitz ('Wanting and waiting'). Ahora, donde la banda definitivamente muestra credenciales es en algo como 'Wilted rose', que abre en un tono completamente country para pasando los tres minutos ir explotando en intensidad y regalarnos una recta final particularmente exquisita. Y así, el disco se deja oír sin problemas y se las arregla para mantenernos ahí, disfrutando como enanos en una burbuja atemporal.
El regreso de The black crowes no transmite el ser un lanzamiento "por cumplir", muy por el contrario regala la sensación de aceptar el relevo, que cuando las glorias setenteras ya no estén alguien tendrá que mantener vivo este sonido. Benditos sean por ello...
¿Canciones? 'Wanting and waiting', 'Rats and clowns' y 'Wilted rose'.
No hay comentarios:
Publicar un comentario