"Disco de contrastes..."
Me explico. El solo hecho de que el disco esté compuesto por trece canciones y llegue casi a los cincuenta minutos de duración algo anticipa: no busca solo salir del paso si no que apuesta por la contundencia. El problema es que esta aparece solo a momentos, en pasajes que efectivamente muestran la mejor versión de la vocalista, pero estos se complementan con otros que se conforman con rellenar el álbum, generando un constante contraste que perjudica el nivel general.
Yendo a la música, el álbum abre bastante bien con 'Princess of power' (la canción) que vuelve a situar a la vocalista hablando desde el empoderamiento y el haber "confundido el amor con control y manipulación", idea que enlaza perfecto con la juguetona 'Butterfly' con ese coro lleno de filtros que habla de desplegar alas y volar sobre la brisa, mientras que 'Cuntissimo' es ese single que Marina no lograba lanzar efectivamente desde 'Froot' o 'Bubblegum bitch', cargándose esta vez al tecno pop y mostrando a una vocalista rebosante en actitud. A las mencionadas se suman más adelante cosas como 'Metallic stallion', por lejos el tema más interesante musicalmente hablando en todo el álbum y el único además en donde la vocalista logra entregar una estructura que juega con las intensidades (emulando vientos incluso con los teclados), mientras que tanto en el pop de 'I love you' como en 'Final boss' recordará muchísimo los tiempos de Froot con ese bajo marcado en el sonido.
Lamentablemente la otra mitad del disco (que no es poco) cargará con un importante problema: serán todas canciones demasiado sencillas. Y si bien tras 'Cuntissimo' algo como 'Rollercoaster' en su simpleza se deja oír y funciona evidentemente como puente para algo más sofisticado, 'Cupid's girl' encabezará una lista de canciones que se conforman con encontrar un coro y dado que estos no tienen nada memorable, mueren ahí. Ocurre en toda la pasada por 'Je ne sais quoi', 'Digital fantasy' + 'Everybody knows I'm sad', esta última siendo una que pedía a GRITOS algún arreglo algo más explosivo, sobre todo en su recta final, y también en baladas estilo 'Hello kitty' o 'Adult girl' que es poco lo que aportan desde lo musical.
Princess of power está lejos de ser un desastre, medio disco cumple de sobra y eso hay que dárselo. Sin embargo, el conjunto avanza a tropiezos y por momentos vuelve a mostrar la arista más simplona y olvidable de una Marina que por alguna razón insiste en tratar de perseguir el mainstream siendo que no lo necesita.
¿Canciones? 'Cuntissimo' , 'Metallic stallion' y 'Final boss'.
No hay comentarios:
Publicar un comentario