sábado, 21 de septiembre de 2024

Wormed: Omegon (2024)

"Sin concesiones..." 

Si bien en sus inicios, más que nada por un asunto de producción, el sonido de los españoles Wormed se oía algo rústico (aunque la extrema brutalidad siempre estuvo presente), a día de hoy la banda realmente no tiene absolutamente nada que envidiarle a cualquier agrupación angloparlante. Diez años tuvieron que pasar desde el debut para la publicación de Exodromos (2013) y desde ahí no han parado de crecer. Krighsu (2016) confirmó la tendencia para que ocho años más tarde les tengamos con este Omegon, cuarenta minutos de un death metal brutal y técnico que les muestra en un pie realmente impecable, muy en la línea de lo que realizan bandas actuales como Archspire, aunque digámoslo: sin tantos matices desde lo musical (en la odiosa comparación con los canadienses). De esta manera y mediante nueve canciones (en realidad son ocho + un interludio) Wormed se la arreglan para someterte a un viaje tan caótico como intenso donde la batería es V-Kazar es absoluta protagonista, acelerando/frenando constantemente y aportando una disonancia permanente en el sonido, a lo cual se sumarán las voces de Phgeleteon (a quien, como tiene que ser, no se le entiende una palabra en todo el disco) y salvajes guitarras. 

Para muestra la partida a cargo de 'Automaton virtulague', cuatro minutos que son absoluto caos con una banda entregadísima a la desestructura en velocidad, siempre de la mano de una técnica instrumental depuradísima. Porque si, lo de Wormed es violento pero jamás tarriento. Es fascinante como en 'Pareidolia robótica' se acercarán al industrial mientras en 'Protogod' a un death más clásico, entregando incluso uno de los pocos momentos del disco en donde bajarán los tiempos. Y bueno, en adelante la propuesta jamás cesará ni entregará respiro con una banda que tiene clarísimo por donde debe ir por lo que desde el primer segundo se entregan a la tarea de volarte el cerebro. 

Fuera del interludio puesto en el nudo del álbum, el único verdadero matiz en el disco lo entregan los siete minutos finales de 'Omegon', una que pretende ir más allá en términos de estructura y muestra quizás una luz en el callejón sin salida en el que parece haberse metido la banda, quienes difícilmente podrán mejorar esto en aspectos técnicos por lo que para un siguiente disco solo les quedaría repetirse de insistir en esta dirección. Por ahora nos quedamos de todas formas con este furioso regreso por parte de unos españoles que hace rato dejaron de ser sorpresa y hoy son más bien una sólida realidad. 

¿Canciones? 'Pareidolia robótica', 'Protogod' y 'Omegon'.

8 / 10
¡Excelente!

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