"Sin concesiones..."
Para muestra la partida a cargo de 'Automaton virtulague', cuatro minutos que son absoluto caos con una banda entregadísima a la desestructura en velocidad, siempre de la mano de una técnica instrumental depuradísima. Porque si, lo de Wormed es violento pero jamás tarriento. Es fascinante como en 'Pareidolia robótica' se acercarán al industrial mientras en 'Protogod' a un death más clásico, entregando incluso uno de los pocos momentos del disco en donde bajarán los tiempos. Y bueno, en adelante la propuesta jamás cesará ni entregará respiro con una banda que tiene clarísimo por donde debe ir por lo que desde el primer segundo se entregan a la tarea de volarte el cerebro.
Fuera del interludio puesto en el nudo del álbum, el único verdadero matiz en el disco lo entregan los siete minutos finales de 'Omegon', una que pretende ir más allá en términos de estructura y muestra quizás una luz en el callejón sin salida en el que parece haberse metido la banda, quienes difícilmente podrán mejorar esto en aspectos técnicos por lo que para un siguiente disco solo les quedaría repetirse de insistir en esta dirección. Por ahora nos quedamos de todas formas con este furioso regreso por parte de unos españoles que hace rato dejaron de ser sorpresa y hoy son más bien una sólida realidad.
¿Canciones? 'Pareidolia robótica', 'Protogod' y 'Omegon'.
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