"Peso, técnica y emocionalidad..."
El caso es que en este soberbio Voidkind (de pésima portada, todo sea dicho) vuelven a entregarse a esa exquisita mezcolanza que toma todo el peso y suciedad del sludge para instalarlo sobre estructuras propias del progresivo, sin olvidar jamás ese condimento (tan) emocional que empapa su sonido, porque si, ante todo Dvne son una banda que coloca su particular sensibilidad al servicio de la técnica.
Nos encontramos así ante un álbum extenso (cincuenta y ocho minutos) que durante largos pasajes recordará inevitablemente a los primeros tiempos de Mastodon (cuando los estadounidense efectivamente sonaban llenos de ira y desenfreno), principalmente gracias a esas dinámicas veloces donde la batería redobla en total protagonismo y las guitarras aportan crudeza y peso entre las vocales desgarradas/emocionales a cargo de la dupla Victor Vicart/Dan Barter. Para muestra canciones como 'Summa blasphemia', 'Reaching for Telos' o 'Sarmatæ', todas rondando los cinco minutos y dueñas de un sonido directo que apuesta por la fuerza y el desgarro del sonido.
Luego, en un punto medio se situará la sensacional 'Reliquary' (de mis favoritas en todo el disco), que en su primera parte suena a "una canción más" pero hacia su recta final logra reconstruirse en la calma para cerrar en medio de alaridos angustiantes, mientras que otros momentos irán directamente hacia las estructuras intrincadas, jugando con las atmósferas llevando los temas por sobre los siete u ocho minutos de duración, como en el caso de la notable 'Eleonora' (donde por segundos incluso huelen a Tool) , 'Above de perfect soul' o el bestial cierre a cargo de 'Cobalt sun necropolis', uno de los momentos del disco en que la banda es capaz de llevar sus influencias un peldaño más arriba.
Voidking de Dvne es un exquisito álbum de metal que logra llegar a aristas donde pares generacionales más ligados al progresivo (como Soen, por ejemplo) ni en sus mejores tiempos pudieron tocar, esto debido al componente agresivo y amargo que desprende el sonido de la banda. El disco resultará entonces plenamente disfrutable por cualquiera que ande en busca de peso, técnica y emocionalidad a flor de piel, sin embargo, no se puede obviar el que los escoceses meten mano a una línea que otros ya han desarrollado, apegándose a ratos con manual a sus influencias, lo cual les resta algo en términos de identidad. Con todo eso si, un tremendo disco. Dentro de lo destacado que habremos oído este año.
¿Canciones? 'Eleonora', 'Reliquary' y 'Cobalt sun necropolis'.
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